Bueno, dije "reino" y no "Corona" porque no quería incluir en el concepto los reinos de Mallorca o Valencia, en los que no me constaba actividad inquisitorial, ni los territorios transpirenaicos, que no están dentro de la Península Ibérica que es de la que hablaba. Básicamente la actividad inquisitorial en la corona aragonesa se centró en la zona catalana, aunque su jurisdicción se extendía por toda la Corona de Aragón.
Hombre, pues más motivo para diferenciar entre reino y Corona, porque si dices reino de Aragón dejas fuera precisamente la zona catalana, que es a la que tú querías hacer referencia.
Así, tenemos (en la línea ya indicada de que el poder laico se adelantó en general a la implantación de la Inquisición) que en 1225 una constitución del rey Jaume I prohíbe la entrada de herejes en sus dominios, y decreta que éstos sean detenidamente examinados por los obispos, quienes deberán promulgar una sentencia canónica que la justicia secular deberá ejecutar cumpliendo la legislación vigente. Otra constitución de 1228 repite tales disposiciones y manda delatar a los herejes.
Más que adelantarse, yo diría que ambos colaboraron en ello, fuera juntos o por separado. Aunque el primer antecedente que he encontrado es de Carlomagno, quien proclamó a sus súbditos:
"hemos sido enviados aquí para vuestra salvación eterna y queremos advertiros de vivir según la ley de Dios y justamente con la ley del siglo. Ante todo debéis creer en un solo Dios, el Padre, el Hijo [...] Rebelarse contra la fe es rebelarse contra el príncipe".
Ya en tiempos más cercanos a lo que estamos hablando, el Papa Lucio III y el Emperador Barbarroja proclaman en 1184:
"El Papa y el Emperador reunidos en Verona para conferenciar entre padre e hijo espiritual [...] se dirigen contra las herejías y sus autores, y las condenan."
Y poco después, en 1199, Inocencio III remacha un poco más el tema al asimilar la herejía a un crimen de lesa majestad del derecho romano.
Probablemente estos movimientos ya sean hechos con la herejía cátara in mente. Recordemos que a finales del s. XII ésta ya estaba firmemente implantada en el sur de Francia (especialmente en el triángulo Tolosa-Albí-Carcassona) y con ramificaciones en otras zonas de Francia y en la Catalunya pirenaica.
Aquí entramos en un episodio que precede a la institución formal de la Inquisición, pero que se puede ver claramente relacionado y como un precursor: la Cruzada contra los cátaros. Y en este episodio se ve una vez más la mezcla entre intereses políticos y religiosos. Porque junto al interés de la Iglesia católica en erradicar la herejía, existen los intereses políticos entrecruzados sobre esa zona. El sur de Francia era una zona relativamente rica, dividida en diversos condados cuyas lealtades se repartían entre las dos grandes potencias de la zona: la Corona catalanoaragonesa en el sur, y el reino de Francia en el norte.
El pretexto oficial es la muerte del legado papal Pere de Castellnou a manos de Ramon VI, conde de Tolosa, en enero del 1208. El conde había sido excomulgado por no combatir la herejía y había mantenido una entrevista con el legado para intentar que se le levantara esa excomunión.
La reunión no fué bien, y en un incidente a la salida de ésta un miembro del grupo del conde tolosano mató al legado papal.
Para vengar esta muerte, Inocencio III llama a la Cruzada e invoca la ayuda del rey de Francia. Éste no quiere involucrarse directamente pero anima a sus barones a acudir, y éstos así lo hacen, animados por los beneficios religiosos y materiales de una Cruzada y por prestar un serivicio a su rey al llevar la influencia de Francia a esas zonas. A pesar del arrepentimiento de Ramon VI (con petición de perdón y flagelación pública por parte del legado papal incluidas), la Cruzada sigue adelante con órdenes de acabar con todos los herejes y de deponer a los señores que les defiendan.
Resumiendo, los condes vasallos de Pere el Catòlic piden ayuda a su señor, y éste acude a defenderlos, para perder batalla, vida y territorios en la batalla de Muret, en 1213. Ahí acaba la mayor parte de la presencia catalanoaragonesa y se asienta la supremacía francesa en la zona.
Durante esta cruzada se producen terribles y muy difundidas atrocidades y masacres contra los habitantes de las zonas con presencia de cátaros, muchas veces sin distinguir entre herejes y católicos. Probablemente éstos son los hechos que provocan principalmente una significativa huída de cátaros hacia Catalunya, y no tanto la posterior Inquisición, que como bien dices también existía en Catalunya.
Estos mismos hechos probablemente expliquen la actitud de Jaume I hacia los herejes. Hijo de Pere, de muy corta edad en el momento de morir el rey, se puede pensar que quería hacerse perdonar el error de su padre al defender a los herejes mostrando una actitud especialmente firme contra éstos. También podría ser convicción personal; no olvidemos que Jaume I aparte de sus "reconquistas" (fácilmente explicable por simples motivos de ambición territorial, como toda la lucha en la Península) intentó acudir a las Cruzadas en Tierra Santa hacia el final de su vida, y sólo el mal tiempo impidió que llevara a cabo su propósito. No creo que podamos saberlo.
Raimon