YAFAR CREENHILLProfesión: Reportero
Biografía:
El 11 de octubre de 1945 la antigua Tingis fundada por Atlas fue declarada ciudad internacional. Una ciudad estado en el norte de África fue gobernada por una asamblea legislativa compuesta por cuatro franceses, un holandés, dos marroquíes judíos, tres musulmanes, dos americanos, un belga, tres ingleses, un portugués y cuatro españoles. Un sultán honorífico estaba representado por un gobernador no menos honorífico, cuyas funciones podría haber desempeñado con la misma eficacia un payaso o un saltimbanqui.
En medio de una ciudad que vivía del contrabando y de las divisas, donde no había impuestos y donde una laxa policía formada por españoles y marroquies miraba hacia otro lado se refugió Sir David Herbert, arruinado por la destrucción de sus propiedades en Asia.
Aunque arruinado y de edad avanzada pronto tuvo amistades e intereses que hicieron de él un amigo valioso en una ciudad decadente. Es así que casi una década después había recuperado el suficiente capital como para vivir con tranquilidad el resto de su vida, pero el ser humano siempre gusta de complicaciones. Y estos problemas tenían nombre, una joven tanjawi llamada por todos Zaida, que servía en una de las casas del afincado inglés.
Condenada por todos la relación entre ambos fue tormentosa y guiada en la mayoría de las ocasiones más por el deseo que por la lógica. En una ciudad donde la permisividad sexual era legendaria y donde el dinero podía comprar todos los caprichos la joven quedó encinta y Herbert decidió escoger una nueva amante enviando a Zaida a su casa de Monte viejo, Djebel kbir.
Allí fue donde Yafar nació, donde fue educado por una cohorte de profesores contratados por su tio Sir David Herbert y testigo de las visitas y extrañas amistades de éste. De pavoroso recuerdo es el Vampiro de Tanger, ue tenía una nevera llena de frascos de sangre extraída a los chicos nativos de la medina. Cada recipiente tenía el nombre del donante escrito en una etiquita, y la mayor distracción del "vampiro" consistía en invitar a sus amistades a beber un vaso de aquella sangre fresca: "¿Te apetece un poco de sangre de Driss?", dicen que preguntaba. En el otro extremo estaban la millonaria Barbara Hutton se compró una casa laberíntica en la kasaba, donde recibía a su corte de aduladores y gigolós, a quienes las malas lenguas de Tánger llamaban los "Huttontotes" o Ian Fleming, el autor de las novelas. Y por supuesto su compañera eterna de la infancía: Lady Jane Grey, una gata lánguida y gris que miraba el mundo con desconfianza.
El paso a la adolescencia de Yafar tuvo lugar cuando comenzó a trabajar como botones en el mítico hotel Atlas, donde se hospedaban personajes de la categoría de Jane Bowles y William Burroughs. Alternando ese trabajo con visitas al Parade, en la calle Fez, uno de sus dueños solía decir que había tenido que acostarse con cobras para conseguir el dinero que le había permitido abrir aquel bar, o el Dean's Bar, que está en una callecita muy cerca del hotel Minzah, y de cuyo dueño se decía que había inspirado el personaje de Rick.
La ciudad fue languidecienco mientras Yafar aprendía a sobrevivir en aquel ambiente. Aprendió los idiomas de la ciudad internacional y además de sus natales inglés y arabe pronto aprendió francés y español además de a persuadir a los porteros y matones de los peores garitos para conseguir información o acceso.
Sin embargo la viuda en El Kelba, "la zorra", como era llamada por aquellos que veían en ella la ciudad del pecado, no era fácil y pronto Yafar comenzó a escribir para un semanario de los que alimentaban las horas de siesta o reposo de excéntricos europeos y ricos jeques sobre los cotilleos, rumores y extraños sucesos que llenaban la ciudad.
En las terrazas escalonadas del Café Hafa, en el Marshan, que da a las aguas del Estrecho de Gibraltar y donde el tiempo parece haberse estancado, o en el Café de Paris, situado en la plaza de Francia, en el pleno centro de la ciudad, o en el decrépito Café Colon, de la calle Italia, donde los clientes siguen leían el semanario como si las noticias fueran el derrocamiento del rey Faruk de Egipto, Yafar labró su futuro como reportero.
Y en esa Tingis, la pecadora, donde hay tanto que ver, que oler, que comprar, que comer, que oír, que tropezarse, sea con pequeñas calles y plazas, sea con bares y bazares. Dejándose sorprender antes que correr de un sitio a otro, Yafar Greenhill, un mestizo en una ciudad multicultural, aprendió lo suficiente para abrirse camino en la vida.
En 1999 murió el último excéntrico europeo, Paul Bowles, y Yafar contempló la ciudad por primera vez desde un prisma diferente, desde lo alto de la Kasbah y vió un capítulo de su vida cerrado. A sus 47 años decidió viajar a Europa y en Francia continuó trabajando para su ya centenario semanario de Tanger, como corresponsal, con un exiguo sueldo pero con grandes aspiraciones.
Y ahora, más de un lustro después, el Fondouk, convertido en un objeto de culto de investigadores y excentricos sigue buscando historias por todo el mundo y recibiendo de Yafar sus interesantes artículos.
un saludo
atentamente, algeron81