Bien, bien. Esto parece que se empieza a mover.
Al final arbitraré yo las dos partidas. La verdad es que casi mejor, así evitamos la tediosa tarea de tener que coordinarnos los dos árbitros que podría retrasar el inicio de la partida y puede que también en algún momento posterior de la misma.
Como estamos en fin de semana, dejaré unos cuantos días para que tanto los participantes de Klaskan como los de Ars Bellica confirmen su asistencia. Mientras tanto iré preparando todo lo necesario que no es poco: tengo que redactar las aclaraciones al manual, preparar los mapas, hacer el sorteo de jugadores en cada partida (entiendo que una se llevará en Klaskan y la otra en Ars Bellica) y después el sorteo de naciones.
Y lo bueno es que todo eso es tan sólo un juego de niños comparado con corregir uno de esos turnos con múltiples conflictos.