Yo, Abi Amir, hijo de Amir Abdul, hijo de Abd al’Malik, hijo del gran Abi Amir Al’Mansur, hâjib de Cordoba, en nombre del Califa Abderrahman, líder de los creyentes del Califato Ummayid de Cordoba,
Hago una llamada a los creyentes en Alah, el creador de todo, y en las sagradas palabras de Mahoma, el bendecido de Alah.
El Califato de Cordoba y el Islam afrontan numerosos peligros y terribles enemigos. Recientemente hemos sufrido el asesinato de nuestro bienamado hâjib, Amir Abdul. Los nazarenos han creado disturbios en los territorios de Castilla. El obispo de Roma arrebató Sicilia al Gran Califa Fatimí y mueve a sus siervos en contra de los creyentes en el verdadero dios, Alah, el único. Y ahora el romano amenaza con la creación de ejércitos de fanáticos para enviarlos en nuestra contra.
El sabio Mahoma, el más grande de los profetas, dijo que todo creyente debe participar en la guerra santa para defender el Islam. Debe luchar en su interior, para erradicar el pecado de su alma, y en el mundo, para defenderse a sí mismo y a los suyos de los ataques de los infieles. Tal como lo hizo el gran Abi Amir Al’Mansur, elegido por Alah para llevar al Califato de Cordoba a su máximo esplendor y para combatir a los infieles que lo amenazaban. Que el ejemplo de este gran hombre nos ilumine a todos y nos inspire para seguir su lucha.
Los más devotos en la fe de Alah, fuente de todo bien; los más fuertes y hábiles en el manejo de las armas; los más resistentes y perdurables de cuerpo y de espíritu, esos son llamados a ingresar en una nueva orden religiosa militar. La orden será “La Lanza de Al’Mansur”, y actuará como una lanza blandida por la dinastía de Al’Mansur, los hâjib de Cordoba, para aniquilar a los enemigos del Califato y de la fe en el Islam. Ellos serán los guerreros santos que aniquilarán a los malvados infieles que nos amenacen, y darán ejemplo de fortaleza, de virtud y de devoción. Nobles y plebeyos, árabes, bereberes e hispanos, todos serán iguales en la lucha. Con su esfuerzo y la ayuda de Alah, el que todo lo puede, la tarea de Al’Mansur será continuada y los enemigos de Cordoba y del Islam serán derrotados.
Así lo proclamo yo, Abi Amir, hijo de Amir Abdul, hijo de Abd al’Malik, hijo del gran Abi Amir Al’Mansur, hâjib de Cordoba, en nombre del Califa Abderrahman, líder de los creyentes del Califato Ummayid de Cordoba, hallándome enfrente de la Gran Mezquita de Al’Mansur, en el año 1075.