Estimados Padres Conscriptos:
Me situaré al margen de la acerba discusión que, legislatura tras legislatura, se mantiene entre dos insignes familias de esta Augusta Cámara, al menos hasta que madure por completo cuáles serán los votos que los Alcius emitamos sobre las acusaciones que el Censor ha efectuado.
En esta intervención, he de proponer las medidas a seguir para lograr que nuestra República sobreviva y venza; verán los Senadores que se han tenido en cuenta los debates e ideas aquí vertidos anteriormente al respecto. Y digo bien, sobrevivir. Y vencer.
Porque no me cabe duda, y a nadie, si es buen romano, debería caberle, que Roma deshará las tinieblas que ante ella se arremolinan y, como el faro de Alejandría, logrará arrojar la más pura y sublime luz sobre las tierras que nos rodean.
Así pues, como Dictador, lanzamos la siguiente doble propuesta militar:
-Propuesta 1 - Se crearán 12 legiones que, junto con todas las actuales existentes en el ejército, marcharán bajo el mando del Dictador para combatir a los Macedonios. Para ello, será condición también indispensable reclamar a las legiones presentes en el mar que rodea la isla de Sicilia, llamando, por tanto, a Roma al Dictador que en la legislatura pasada ostentó su jefatura.
Todo el poder militar de Roma, entonces, se volcará en la lucha contra la 1ª Guerra Macedónica.
-Propuesta 2 - Se crearán 7 flotas y 7 legiones que se acumularán a las presentes en el mar que rodea la isla de Sicilia, siendo asimismo llamado el pasado Dictador a Roma, relevándole de su cargo, y utilizándose dicho poder para combatir nuevamente a los Cartagineses en la 1ª Guerra Púnica.
Como Dictador, y viendo que los cálculos propicios son los de la 1ª propuesta, anunciamos ya que la segunda de ellas no es sino el recoger la voz de algunos miembros de esta augusta Cámara que desean acabar ante todo, y sobre todo, con los cartagineses; emito pues esa segunda propuesta para dar contento a dichos augustos senadores.
Además, también considero importante el mantener elevada la moral de la tropa y, dado que el contingente creado será importante de un modo u otro, propongo a los Nobles Senadores que cada una de las legiones creadas tenga su propio nombre, un nombre marcial y mitológico, de poderosa reminiscencia, que de a los soldados un espíritu de pertenencia y el orgullo de servir en esa legión. No me cabe duda de que en el campo de batalla, un legionario se sentirá más fuerte de espíritu y virtud si grita "Por la Marte!", que "Por la Segunda!", si me permitís el ligero comentario...
Vale atque vale.
FdI: Perdón por el retraso. He estado muy, pero que muy liado, y ahora que tengo diez minutos... Pues eso. Otra cosa, creo que los números son los correctos en lo referente a creación de fuerzas, pero lo estoy haciendo de memoria, así que si hay algún error, se me tire de la oreja.