Jugador: Genoves
Calificacion: Fuerte
Despertó, y así nació un éxtasis de sensaciones.
Un murmullo cálido lo invadía todo con ritmo regular, dándole sentido. Lo llamamos Agua.
Un hálito poderoso le hacía el amor con dulzura, sin prisas, entre caricias y besos felices, susurrándole al oído. Lo llamamos Aire.
Un ardor vibrante y calmado les servía de lecho, observándoles y guardando sus innumerables secretos, conteniendo apenas la risa. Lo llamamos Tierra.
Y un coro de esperanzas palpitantes, de lágrimas desconcertadas, jugaba frágilmente a su alrededor con un temor febril. Lo llamamos Vida.
Se sobrecogió con la humildad de quien admira lo que no entiende, y supo que aquello valía más que cualquier sueño. Aunque quiso darle orden para poder comprenderlo, pronto reconoció su fracaso; y de este modo sintió un vacío muy profundo que roía con fuerza su interior, mas no pudo vencerlo, y fue evidente que debería llevarlo consigo ya para siempre. Así que con una sonrisa amarga pero sincera se retiró a dormir.
Había dado al mundo las sensaciones, los sentimientos y la consciencia, pero no se atrevió a soportar una carga tan bella y tan pesada.
Motivo 1: A favor de la inexistencia de una creación objetiva
Como se puede ver, la entidad protagonista de este argumento objetivamente no crea nada, sino que simplemente se encuentra de pronto en un mundo pre-existente. ¿Y de dónde ha salido ese mundo? Quizá se generó por causas meramente mecánicas, por puro azar o por acción de una entidad previa, pero eso francamente no nos interesa. Al fin y al cabo, lo importante es que se narra cómo por primera vez el mundo es percibido como tal. Porque no percibir ni ser percibido equivale a no existir. De modo que ciertamente podríamos decir que nuestra desconocida entidad ha creado el mundo al dotarlo de identidad e interpretarlo. Al “despertarse” ha “despertado” a su vez al mundo, una huella que no se borrará aunque vuelva a “dormir”. Que es lo mismo que decir que toda creación es subjetiva e irrevocable.
Motivo 2: A favor de la inexistencia de una divinidad objetiva
Una de mis intenciones con esto es evitar la creación de una mitología única y objetivamente “real” para el mundo. ¿Por qué habrían de existir a priori unos dioses con un determinado nombre, por qué habrían de ser ellos y no otros los creadores del mundo? Al decidir eso, ¿no estaríamos presuponiendo en realidad que algunas culturas de “Tessab” están equivocadas y adoran a dioses falsos e inventados, mientras que otras están en posesión de la verdad porque adoran a los dioses que “verdaderamente” existen y han creado el mundo? Francamente opino que sería mucho mejor no explicar desde un punto de vista objetivo la cuestión del origen de Tessab ni cuáles son sus dioses, sino dejar que cada una de las culturas que vayan surgiendo aporte su propia explicación, sus propias interpretaciones, rinda culto a sus propios dioses, sin que ni siquiera nosotros podamos saber cuál de ellas tiene razón o si la tienen todas o si no la tiene ninguna.
Motivo 3: A favor de la inexistencia de una genealogía objetiva
La entidad “despierta” y vuelve a “dormir” sin haber dado origen a ningún tipo de “raza” o “especie”. No es el origen de ninguna genealogía, y de hecho lo lógico sería que los posteriores habitantes del mundo ni siquiera supieran de su existencia. Así pues, no se trata de una entidad fundadora u originaria. Lo que “creó” el mundo no tiene herederos. Los “seres superiores” nacerán por otro camino y no contarán con un linaje objetivo que los enlace con la “creación” (ni con la objetiva, que desconocemos, ni con la subjetiva, que no dejó descendientes).
Consecuencia:
El Origen no existe o al menos no podemos conocerlo. Tan sólo contamos con los esfuerzos de una mente racional que sin dejar sucesores crea el mundo desde su subjetividad y luego se retira extenuada.
Nota: Todo esto evidentemente no quiere decir que no pueda desarrollarse una mitología, sino todo lo contrario. La idea de hecho es que se desarrollen varias, y que sólo puedan ser interpretadas desde la subjetividad de una cultura. Lo que se pretende evitar es una mitología única y verdadera.