Joer... Si yo ya he contado todo lo que sé.
Incluso me he inventado alguna cosilla para acrecentar la tan saludable tensión entre los jugadores.
Y dar nombres, dar nombres... Coñe, eso es muy fácil y le reservo al propio Eneas, autor y director de las matanzas el esplendoroso honor de darlas a conocer públicamente.
Yo con el papel de intrigante mentirosoa voy bien servido; más popularidad dañaría mi ego y sería contraproducente a mi fama de gruñón.
Uno tiene sus apariencias y mantenerlas no siempre es fácil (sobre todo las que no son reales
).