Die Post
Berlín. 16 de junio de 1888.
Tras el fallecimiento en Berlín a la edad de 91 años del emperador alemán y rey de Prusia Guillermo I de Hohenzollern el 9 de marzo de 1888 y, en el día de ayer, el de su hijo y sucesor Federico III a los 57 años tras una larga enfermedad, el príncipe Guillermo II, de 29 años, ha asumido la corona imperial. Sus primeras decisiones han sido las de estrechar los lazos diplomáticos con Austria-Hungría y relevar de su cargo al todopoderoso canciller Otto von Bismarck, artífice de la diplomacia germana de las últimas décadas, debido a fuertes discrepancias acerca de la orientación política nacional, nombrando en su lugar al príncipe Chlodwig Karl Victor zu Hohenlohe-Schillingsfürst. El joven káiser marca así las distancias del nuevo gobierno con respecto a la política del reinado de su abuelo, y se espera una declaración pública por su parte en los próximos días.