Mito numero 1
En el principio, en un tiempo sin eras, estaba Madre Araña. Y alrededor de Madre Araña, como una ligera niebla, flotaba toda la magia. Madre Araña tejía en silencio telas de magia, formando enormes tapices sobre el infinito. En ellos se dibujaban sus sentimientos, eso es, sus sentimientos. De vez en cuando, los hilos invisibles de la magia formaban un nudo. Así se originaron los espiritus, redondos y translucidos como huevos. Madre Araña los trajo hacia su vientre, tejiendo un nido de magia para ellos. Se encontraban centenares de miles, todos durmiendo congelados, redondos y translucidos. Oh, sí, así trascurieron Eones.
Entonces, como por azar, Madre Araña se rasgó el vientre con sus garras de costurera. Ay, Ay, como sufrió Madre Araña por este accidente. De su linfa surgió el tiempo. El tiempo se desparamó sobre todo su nido y todos las telas, dotandolos de vida. Pero solo un espiritu despertó. Era el espiritu de la música, dulce como una gota de nectar. Tembló una vez y volvió a quedar quieto. Así pasaron miles de eones, oh, si. Pues al ver a sus hermanos en reposo tuvo miedo. Cuando reunió valor suficiente, volvió a temblar. Y un zumbido celestial, más bello que la que cualquier vientre de viento pueda fabricar, rodeó a los espiritus en su nido. Era cien mil colmenas zumbando y cien mil grillos tocando una noche de verano. Oh, si, era dulce y hermoso su canto.
Poco a poco, el resto de espiritus empezó a despertarse lentamente. La luz despertó en segundo lugar y desparramó su poder sobre la nada. Después despertó el viento y tomando la música como si fuera el velo de una crisálida, la llevó volando riendo allá donde aun no se llegaba. Madre Araña, asustada, huyó al infinito. Así surgieron los espíritus.
Cuando llegó el momento, todos se miraron y exclamaron en un alegre griterío:
- Es nuestro mundo hermoso. Vivamos en paz y armonía, tengamos cada uno nuestro reino y sea la felicidad entre nosotros. Somos todos iguales en fuerza y esplendor. Hay sitio para todos.
Trabajando juntos crearon Klaskan, una enorme colmena-universo regida por la justicia y gobernado por los espiritus, que a partir de entonces se hiceron llamar “los creadores”. Llenaron las nuevas tierras con altas cumbres, profundos océanos, inmensas junglas e infiernos de fuego. Crearon la raza de las criaturas mortales, pequeños seres pensantes que se movían por Klaskan, cazando bestias y cultivando los frutos de la tierra. Y sobre todos ellos, a nosotros, los trogg, destinados a alimentarnos de todos y a gobernarlos a todos. Oh, si entonces todo era perfecto.
Así fue, hasta la llegada de los seres oscuros.