Me parece que hay una confusión de base: jugar históricamente no quiere decir repetir la historia. Jugar históricamente quiere decir que los jugadores toman sus propias decisiones, pero que sólo pueden hacer lo que podían hacer los reyes históricos.
Es decir, que el jugador mongol no está obligado a invadir la China, pero si quiere hacerlo las reglas deben darle unas probabilidades de éxito similares a las que tuvo su contrapartida histórica.
Dicho esto, la cuestión que Víctor plantea tiene su parte de razón, pero hay que tener en cuenta más factores.
Primero, el conocimiento sí que llegaba muy lejos. Al Emperador del Japón muy probablemente le llegarían noticias de las acciones de la horda de Saraba. Eso sí, le llegarían tarde y con un cierto grado de distorsión.
Segundo, también existía la posibilidad de negociar a grandes distancias. Los enviados diplomáticos recorrían largas distancias y negociaban con amplios poderes para llegar a acuerdos. Una vez más, eso tenía su coste en tiempo: un diplomático podía pasarse meses, incluso años, antes de volver o de hacer llegar un mensajero a su rey. Pero se negociaba.
Tercero, las negociaciones se hacían continuamente. No había la estructura de turnos a las que nos obliga el juego. En la historia, las noticias de Saraba llegarían al Japón seis meses (pongamos) después de sucedidas, el Emperador enviaría un diplomático que tardaría otros tres meses en llegar, tres en negociar y tres en volver; quizás más tiempo si alguien tenía problemas por el camino. Pero el caso es que después de año o año y medio, el posible pacto entre Japón y Saraba tendría efecto.
En LOTE, esas noticias de Saraba llegan al Japón al final del turno, cinco años después de que empiecen a suceder. Entonces ocurre una negociación instantánea (se puede decir que dura los tres o cuatro meses que hay de inactividad cada fin de año) y los pactos entran en vigor a inicios del siguiente turno. Cinco años después de las primeras acciones de Saraba, pero incluyendo también las sucedidas hace sólo tres o cuatro meses.
Está claro que el sistema LOTE no reproduce fielmente el proceso histórico. Pero esa distorsión va en las dos direcciones: por un lado la negociación tiene efectos inmediatos, pero esos efectos se producen con una mayor demora respecto a las acciones. En la historia el pacto entre Japón y Saraba tendría efecto un par de años después de las acciones de Saraba, en LOTE sus efectos se notan quizás cinco años después, quizás tres meses después (en realidad tres meses después de todo el conjunto de acciones de los cinco años). Eso quiere decir que la capacidad de reacción y comunicación es al mismo tiempo mayor y menor que en la historia.
Esto es de muy difícil solución. Por un lado, la esructura de turnos de cinco años es algo que no se puede cambiar y que obliga a estos "paquetes" de acciones e información de cinco años. Esto introduce una demora en información y reacción inevitable.
Por otro lado, el limitar las posibilidades de negociación de los líderes según la distancia tiene varios problemas. Uno es que eso es irreal, puesto que las negociaciones existían, e incluso podían ser más rápidas de lo que permite el sistema LOTE. El sistema LOTE no es realista, pero la limitación absoluta tampoco lo es.
Otro es que esa limitación sería arbitraria. ¿Queda Saraba fuera pero se permite Tibet? ¿Qué distancia es el límite máximo, en razón de qué?
Por último está el tema de la diversión. El limitar las acciones a un radio pequeño reduce el número de jugadores con los que se interactúa, y por lo tanto disminuyen las posibilidades del juego.
La preocupació de Víctor es comprensible y está fundada, pero es de difícil solución. Yo creo que más bien debe servir como llamada de atención a los jugadores para que se autolimiten en sus comunicaciones instantáneas y en sus negociaciones con naciones muy lejanas. Esto también tiene el problema de que el jugador que quiere jugar históricamente y se autolimita se pone a sí mismo en desventaja frente a los jugadores "puros" que prescinden de realismo histórico y no se autoaplican esas limitaciones. Eso es un problema común a todo en LOTE (y a todos los juegos de simulación histórica), peor que es inevitable en los casos en que no se pueden introducir reglas razonables para simular las limitaciones históricas. Me temo que esto es uno de esos casos.
Raimon