No se,no se el turco se ha vuelto un poco rosa. Ya no es el ogro que era, ahora pacta, se deja ganar, no mata a los enemigos. ¿Le pasa algo al turno?¿ se ha enamorado?.
Jurjurjur...
SONATINA
El Ulema está triste.. Qué tendrá el Ulema?
Los suspiros se escapan de su boca de crema,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
El Ulema está pálido en su silla de oro;
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchino, el Sultán dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
El Ulema no ríe, el Ulema no siente;
el Ulema persigue por el cielo de Oriente
al Sultán vago de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el Hâjib de Córdoba o el emperador de China,
o en el que ha detenido su carroza bagdadí
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de la Francia de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, el pobre Ulema de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de Mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere la Mezquita, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecito Ulema de los ojos azules!
Está preso en sus oros, está preso en sus tules,
en la jaula de marmol del palacio del Sultán;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera águila que dejó el nido!
(El Ulema está triste; el Ulema está pálido.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un Sultán existe
(el Ulema está pálido; el Ulema está triste),
más brillante que el alba, más hermoso que Abril!
"Calla, calla, Ulema" -dice el Hada Madrina-,
"en caballo con alas hacia aquí se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz Gran Sultán que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor..."
Uve (con la inestimable colaboración de Rubén Darío...
)