Probablemente sean esa “credulidad y borreguismo” fruto de la evolución genética: Las cebras no tienen que correr más que la leona, sino más que otras cebras. Su fuerza por tanto reside en ser rebaño. ¿Es entonces ese borreguismo necesariamente malo?
Probablemente ni si, ni no. Estamos aquí con la mano de cartas que nos ha tocado jugar. ¡Hagan juego, señores!
Y por cierto, el despotismo ilustrado no existe. Sólo existen déspotas que subsidiariamente pueden devenir en “ilustrados”, y a quienes el título les ha gustado y se lo han dejado puesto.
¿O será que como yo no soy físico y creo en la inercia, tengo mis propios descreimientos en lo político?
Uyuyuyyyyy... ¡Tanta duda no puede ser buena! Y eso lo demuestran los sistemas educativos que imponen los estados, que parecen atemorizados de que se sepa que no conocen el “secreto de la vida”. Y por lo tanto no pueden impartir simultáneamente dos (o más) conocimientos que se contradigan y se salgan de la sólida estructura de “conocimientos válidos” que han entretejido. Libertad ideológica si, señores, pero seamos razonables. ¡A dónde iríamos a parar si cada uno pudiera en serio elegir en que creer!
Así que Tranquilos señores. Todo está bajo control, lleguen ustedes a las conclusiones que lleguen.
Esto no es lo que parece, cariño... Hay una explicación perfectamente lógica...