Estimados Padres Conscriptos:
El rápido crecimiento de la República en estos últimos tiempos ha hecho necesaria la adopción de profundas reformas en el gobierno y el Senado. El pueblo entiende perfectamente que la necesidad de adoptar medidas rápidas y tajantes que aseguren la grandeza de Roma es superior a las rencillas políticas entre numerosas facciones de la Augusta Cámara. Sin duda, la agrupación de tantas camarillas como había hasta hace poco tiempo en un número mucho más ecuánime, facilitará enormemente las tareas que a esta nueva Roma le tocan afrontar, para llevarla hasta la Gloria Perpetua. Roma será eterna, senadores.
Los Alcius, regocijados por contar entre nuestras filas a los honorables senadores que se nos han unido, señalamos que nuestra acción ahora será:
-No redistribuimos las rentas entre nuestros senadores
-No contribuimos con dinero a las arcas de Roma, que bastante hinchadas están ya
-Proponemos, pese a saber que no ha existido ronda previa de consulta con nuestros estimados colegas, para el consulado urbano a Flaminius, de los Saladinus, y a Aemilius, de los Alcius, como cónsul de campo. Las razones son simples. Seguramente, Roma quiera enfrentarse a dos guerras contra los bárbaros, para lo cual necesitamos dos capaces generales y que, por supuesto, no sean lo demasiado ancianos. Que estén en la capital y que cumplan esas dos condiciones, tan sólo tenemos a los dos nombrados. Por eso, presento tal propuesta.
Vale atque vale.