TURNO DE ALEXIS VOROSHILOV
9 de noviembre de 1927 (27 de octubre según el estilo antiguo)
LENINGRADO. Oficinas de la OGPU
Dos días después de la celebración del Décimo Aniversario de la Revolución, el camarada Vasíliev seguía de resaca. En realidad, todo el personal apestaba a vodka. Los superiores ya habían previsto algo así y decidieron que esos días se dedicarían a una tarea rutinaria de la que nadie esperaba sacar gran cosa: la revisión de viejos expedientes del Gobierno Kerensky. Últimamente estaban llegando órdenes muy estrictas desde arriba sobre la necesidad de rastrear los archivos en busca de cualquier indicio que permitiese adelantarse contra intentos de traición, sabotaje o desafección en el presente. Se les había dado libertad absoluta – extrañamente, Vasíliev tenía la sensación de que más bien les habían animado – para buscar incluso cualquier posible mancha en el historial de los viejos líderes bolcheviques. El socialismo estaba por encima de los personalismos y en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas nadie, ni siquiera el camarada Trotsky, tenía derecho a un tratamiento diferenciado.
Sacó de la caja una carpeta amarilenta y se dispuso a revisar el expediente K-237, un proceso contra unos aristócratas por conspiración zarista que había tenido lugar precisamente una semana antes del Alzamiento de Octubre, en plena histeria por la amenaza alemana sobre Petrogrado. No pudo evitar una sonrisa. Aristócratas. Zarista. Qué ridículas sonaban ahora esas palabras. Para Vasíliev, que tenía 19 años y no había pisado una ciudad antes de la guerra, era como si hablasen de una especie de seres mitológicos. En fin, tomó su lápiz y abrió el bloc de notas: con suerte encontraría alguna vieja conexión reaccionaria que pudiera interesar al camarada comisario.
Qué extraño. Según parecía, los acusados habían sido fusilados ANTES de que se celebrase el proceso. Y la ejecución había tenido lugar en una apartada región de Siberia de la que Vasíliev no había oído hablar en su vida: Gobernatura General de Yeniseysk. Los reos habían sido detenidos por una patrulla militar en las proximidades del río Tunguska, y en cuanto sus captores tuvieron al alcance una estación de telégrafos para pedir instrucciones al Palacio de Invierno fueron ejecutados. Lo más decepcionante es que el expediente no daba ni un sólo dato acerca de la supuesta conspiración zarista, así que el bloc de Vasíliev seguía en blanco. Decidió anotar al menos los nombres de los ejecutados: Gran Duque Nicolai Andropov, Profesor Iván Epstein (judío, polaco, arqueólogo), Dra. Ilena Navarovskaya (química), Príncipes Serguei y Alexia Voroshilov, Conde Vladimir Zhiemkin, William Longborn (británico), la srta. Julie Duchesne (francesa, institutriz) y los criados Tomás y Jósif Komarovsky, Evgenia Komarova y Andrei Kadenev. Qué grupo más exótico, sobre todo para irse a conspirar a Siberia. Era todo demasiado raro.
Bastante molesto ya por la torpeza de los burócratas anteriores a la Revolución, incapaces de anotar información útil, al pasar las páginas Vasíliev se encontró con algo que solía sacarle de sus casillas: un fragmento de expediente mal clasificado. El proceso contra los zaristas se detenía abruptamente, dando paso a algo llamado INFORME PRELIMINAR TUNGUSKA. Cuando empezó a leerlo, creyó que la resaca le estaba haciendo delirar.
Era un informe redactado apresuradamente, fechado apenas una semana antes de la Revolución. Hablaba de una terrible explosión producida por un objeto celeste en las cercanías del río Tunguska a la altura de 1908, de extrañas luces en la noche, de personas desaparecidas, de seres mitad-hombre mitad-pez, de sociedades secretas de adoradores de un poder terrible y oculto... hechos obscenos que parecían desafiar los límites de la mente humana. Al parecer, en tiempos del zar el asunto no había tenido ninguna repercusión, y el Gobierno Kerensky no le había dado apenas importancia, considerándolo meros rumores de paletos supersticiosos. Hasta que aquel variopinto grupo de aristócratas y extranjeros había sido detenido precisamente cuando se dirigía al lugar donde había tenido lugar la explosión, portando unos extraños objetos. Parece que entonces el Gobierno Kerensky quiso reaccionar y encargó el perturbador informe que ahora Vasíliev tenía entre sus manos. No le sirvió de mucho: apenas una semana después, el pueblo derrocaba a los tiranos plutócratas y burgueses.
El expediente concluía con una breve nota, añadida por un camarada de la Cheka en tiempos de la Guerra Civil:
[REVISADO 19-NOVIEMBRE-1921] FALTA INCLUIR INFORME EXPEDICIÓN KULIK. VÉASE EXPEDIENTE J-37/9234
Vasíliev, todavía bastante incrédulo, no quiso informar inmediatamente al comisario. Si había realmente algún poder oculto, había que ponerlo al servicio de la Revolución, sin duda, pero era preferible actuar con prudencia antes que hacer el ridículo. De momento se limitaría a echar un vistazo a ese informe Kulik. Krupskin, el archivero, era un viejo amigo y le permitiría consultarlo sin problemas.
***
- Vaya, vaya, Vasíliev, ¿un J-37? Veo que andas detrás de algo interesante.
- Oye, Krupskin, ¿tú no habrás oído hablar nunca de Tunguska, verdad?
- Perdona, ¿cómo has dicho?
***
Fue un caso extrañísimo. Aquellas cosas empezaron a ser habituales algunos años después, compañeros de Partido que se esfumaban de un día para otro, pero no en aquellos días. Con el tiempo, y como su cadáver seguía sin aparecer, algunos acabaron echando la culpa a los trotskistas; la mayoría, al vodka. Pero todos echaron de menos a Vasíliev. Era un gran bebedor.
192... (no pongo fecha exacta porque no sé exactamente en cuál estamos XD; pero vamos, la que se corresponda con la cronología estándar del Turno 2)
LONDRES. Mansión de Lord Stapleton
- Carpe diem, mademoiselle. – Voroshílov sonrió con enigmática frialdad.
Regina Lebranc notó el brillo en los ojos del príncipe. Bah, son todos iguales – pensó –, una les calienta un poco y ya pierden la cabeza.
Entonces empezó a gritar.
MOTIVO 1: El “evento de Tunguska” tuvo realmente lugar en 1908 – aunque el gobierno ruso no le prestó verdadera atención hasta que los bolcheviques enviaron en 1921 una expedición científica capitaneada por Leonid Kulik – y es un clásico entre los fans del fenómeno OVNI. Según la wiki (https://es.wikipedia.org/wiki/Bólido_de_Tunguska): “Incendió y derribó árboles en un área de 2.150 km², rompiendo ventanas y haciendo caer a la gente al suelo a 400 km de distancia. Durante varios días, las noches eran tan brillantes en partes de Rusia y Europa que se podía leer tras la puesta de sol sin necesidad de luz artificial. (...) La energía liberada se ha establecido, mediante el estudio del área de aniquilación, en aproximadamente 30 megatones” (de ser así, sería el equivalente a más de 1000 bombas nucleares tipo Hiroshima). En un mundo como el de los Mitos de Cthulhu en el que el Universo está poblado de seres poderosos y malignos, lo raro sería que un evento de esas características tuviera lugar sin su participación.
MOTIVO 2: Creo que es propio del espíritu cthulhiano que la información sobre el loco universo en que vivimos se administre con cuentagotas y los secretos se vayan desvelando poco a poco. En la práctica es un argumento que añade poco a la trama pero sobre el que se puede trabajar para seguir avanzando según quieran los jugadores, desde cosas en plan rollo conspiranoico (¿se están produciendo ensayos nucleares ya a comienzos del siglo XX?, ¿está implicado el gobierno soviético en el culto a los dioses primordiales?, ¿tienen algo que ver la Revolución Rusa o el ascenso al poder de Stalin con los planes de malignos poderes ocultos?) hasta otras mas clásicas como la persecución-enfrentamiento-desenmascaramiento del grupo de adoradores. La breve nota final en casa de Lord Stapleton también se deja conscientemente abierta (¿Lebranc grita de dolor, sorpresa o placer? ¿es Voroshilov el responsable?), porque básicamente está puesta para insistir en que seguimos en Londres (que, como nos dejaron claro hace unas semanas, NO es Europa :princess_h4h:).
MOTIVO 3: Místico, depravado y alcohólico. Si yo fuese Nyarlatothep – por mencionar al único Primigenio que tiene algo de contacto con los humanos – escogería un adorador así.
CONCLUSIÓN: Los padres del príncipe Voroshílov no fueron ejecutados por conspiración zarista, sino por formar parte de una sociedad secreta que practicaba algún extraño culto cuyos adoradores guardaban relación con los acontecimientos de Tunguska. Es probable que el propio Alexis fuese educado en ese culto.