Vaya, me perdí como se iba al fondo el navio francés, una pena no haberlo visto por mis propios ojos pero la ración de Grog exigía, cuando menos, una respetable siesta al son de los cañones.
Bien, hundido el gabacho creo que es hora de que los españoles renuncien al Tratado de San Indelfonso que tanto mal les ha hecho!!! Se rinden señores?
Capitan del Aoulus