NOTA: Tras hablarlo con el Presidente, y para agilizar el turno, procedo a actuar ya como Dictador a pesar de no tener la aprobación explícita (pero si implícita por privado) del otro Cónsul.
Al Senado y al Pueblo de Roma:
Deseoso de descansar de mis múltiples deberes para con el Estado, pero sabiendo que mi vida no me pertenece a mi, si no a Roma, acepto la pesada carga de la Dictadura, ya que la situación es peligrosa para la República, con los púnicos conspirando desde África, los macedonios y su rey Filipo V amenazando la hegemonía romana en el Mare Nostrum Oriental y las riquezas sirias que nos esperan, pero que si no son adquiridas rápidamente por el Estado, supondrán un peligro para las arcas del Templo de Saturno.
Como primer acto, he decidido asignar el cargo de Magister Equitum al Senador Julius Saladinus, cuya valía militar es más que clara y que, aunque aún no ha partido hacia el frente, esta oportunidad de hacerlo bajo mi mando es idónea para demostrar sus cualidades en el arte de Ares.
Por otro lado, proponemos a votación que el cargo de Censor recaiga en la persona de uno de los dos cónsules anteriores, esto es, Papirius Alcius o Aelius Teppicus. El orden de votación será Trencavelus, Saladinus, Alcius, Nicolaius, Teppicus, Valerius. Y para agilizar el proceso y actuar cuanto antes contra los enemigos del Estado, los Trencavelus votamos a favor del senador Papirius Alcius, y nos abstenemos en la elección del senador Aelius Teppicus.
El Pontífice ha demostrado su valía y nos alegramos que siga siendo el pío Manlio Valerius, al que recomendaremos que retire el sacerdocio de los excesivamente relajados Nicolaius, y que se lo otorgue, si considera a bien, a la familia Alcius, cuyos sabios consejos pueden ser de utilidad tanto para la Fe romana, como para las decisiones militares por todas las valerosas opiniones que ha vertido en temas militares.
Esperemos solucionar estos temas raudamente para dedicarnos, cuanto antes, a trazar la estrategia a seguir contra los que se alzan contra el poder de Roma, ya que ya he entrado en contactos con muchos senadores para tratar este asunto.
Por Roma,
Senador Aemilius Trencavelus, Dictador de Roma