Felicidad e infelicidad: Los habitantes de Escorgue no suelen ser muy conformistas y en muchas ocasiones pueden estar infelices con su situación actual. Esto de por si no representa ningún problema pero si se dan las condiciones idóneas puede llegar a empeorar y que la población se revele contra su señor.
Así pues la población de una provincia puede estar o Feliz o Infeliz (no hay grados ni nada) y, a menos que se diga lo contrario, esta situación se mantendrá hasta que algo lo altere.
-
Conquistas: Cuando una provincia es conquistada por un pueblo, a dicha provincia le costará aceptar a su nuevo señor por lo que, durante el turno siguiente, su población estará infeliz.
Esta regla tiene dos excepciones:
-Para muchos habitantes de Escorgue el imperio siempre ha sido su forma de vida por lo que las provincias conquistadas por los señores feudales no serán infelices.
-Aceptar un régimen religioso tan fervoroso como el de los Adoradores fanáticos es muy difícil por lo que en el caso de las provincias conquistadas por esta cultura la infelicidad durará dos turnos.
-
Instigador: Un instigador puede volver infeliz la población de una provincia. En este caso la población no se volverá feliz hasta que su gobernante no haga nada al respecto… o se subleve.
-
Muerte del líder: La muerte del líder del pueblo (Rey, general o el puesto que tenga) bien por asesinato o por conquista de la capital, genera infelicidad en todas las provincias del reino durante un turno debido a la posible inestabilidad política que se produce en ese momento.
-
Festivales o fiestas: Un dirigente puede apaciguar a las masas organizando festivales o fiestas que alegraran a la población de una provincia. El coste de esto es de 100 oros y volverá inmediatamente feliz a la población de la provincia. Además, cualquier festival que se celebre en una provincia infeliz (aunque no este organizado por su líder) tendrá el mismo efecto.
----------------------------------------------------------------------------