Por los dioses del Averno, que no hay forma que pueda uno aporrear enemigos como debe ser. Qué hay de las luchas de antaño, cuando el enemigo tenía más redaños y presentaba batalla en lugar de huir como elfos. Hasta los difuntos enanos de Dylan-Leen pusieron más empeño en defender su pequeña aldea. A partir de hoy la palabra Servidor será sinónima de la palabra cobarde, y el extraño apodo que les identifica cobra más significado: Servidores, criados, fámulos, esbirros, lacayos, recaderos, en una palabra: esclavos. Ratas cobardes que huyen entre las sombras de la noche, que arrastran su indignidad por los fangos de la ignominia, que tras arrojar los últimos restos de su virilidad y hombría al profundo pozo de la afrenta, la verguenza y el deshonor fornican como vulgares barraganas con los seres más abyectos de todo Klaskan. Los Engendros.
A todos los Servidores que aún mantengan algún rescoldo de honor y dignidad yo les digo: Abandonad a ese Gran Bastardo que aún osa denominarse Emperador de los Servidores. Uníos a mí en un verdadero ejército victorioso, abandonad esta farsa que llamáis guerra y os conduciré a la gloria. Continuad con vuestra ilusa resistencia y seréis aplastados como trigo ante la guadaña, como la arena ante el viento del Oeste, como el antilope ante el tigre.
Saludos
Karnak. Señor de la Gran Horda.
-Qué bien habla el Gran Orco.
-Vale ya Gruntz, no me gusta que me hagas la pelota.