Estimado Presidente de Francia.
Ante todo, rogarle acepte desde esta Organización nuestras más sinceras disculpas por las reiteradas úlceras que probablemente este sufriendo por nuestra causa.
Se ha investigado el tema y hemos averiguado que, infiltrado en esta S.N. había un contable anarquista bretón que era el causante de tamaños despropósitos en los cálculos.
Se da la curiosa circunstancia de que el individuo era también un reputado aficionado a la historia del Imperio romano, y se le detuvo mientras recreaba uno de los más oscuros pasajes de la 1ª República romana, en la que esa civilización estuvo a punto de desaparecer bajo las espadas de sus enemigos.
El interfecto ha sido encarcelado (con túnica y adornos de la diosa afrodita) y no volverá a causar problemas