Klaskan

Cajón Desastre => Klaskan Heroes => Mensaje iniciado por: Karnak en 17 de Julio de 2006, 11:50:47 am

Título: Relatos.
Publicado por: Karnak en 17 de Julio de 2006, 11:50:47 am
  Breondania.  Humanos.  JAVIER

  El venado se mueve con rapidez entre los altos robles con los ojos inyectados en sangre y la lengua colgando de su morro. Sus flancos presentan numerosos cortes provocados por los arbustos que embiste sin titubear, y su pelaje está recubierto de sudor mientras los costados se mueven exageradamente.
A su derecha un enorme sabueso de pelaje gris y morro negro como el carbón corre para cortar su camino con una gracilidad que engaña al incauto y que se diría imposible para un animal de su fuerza y su tamaño, obligando al venado a desviarse bruscamente hacia su izquierda, donde aparece otro sabueso, éste de pelaje negro y una mancha blanca en forma de estrella de seis puntas en el pecho, que le cierra el paso y lo obliga a frenar bruscamente y lanzarse a una carrera desesperada hacia su espalda. Y por allí se acerca el Cazador, un hombre alto y de complexión fuerte vestido con ropas de cuero curtido que se mueve entre los brezos y los arbustos del bosque de robles como una sombra sin dejar ningún rastro de su paso, con largas zancadas que devoran con facilidad el terreno y le acercan a su presa.
El venado ve su muerte en ese depredador de dos patas que lo ha perseguido durante tres horas, y dejándose llevar por su instinto gira bruscamente a su derecha, intentando esquivar al sabueso gris para continuar su huída hacia el riachuelo que presiente tras la cercana colina.

Sombra tensa sus músculos preparándose para el salto y entreabre sus faúces, saboreando anticipadamente la sangre de su presa mientras sus ojos se fijan en el cuello cubierto de espuma sudorosa del venado.
Con la facilidad que dá la práctica Brian separa las sensaciones que Sombra le transmite a través de su vínculo de las que sus sentidos le proporcionan, y con una simple orden obliga al alaunt a cambiar su objetivo mientras su brazo derecho inicia un fluido movimiento fruto de la experiencia y todo su cuerpo acompaña el lanzamiento.

El sabueso gris obedece sin dudar la orden del Cazador y salta atrapando la pata delantera derecha del venado con sus poderosas mandíbulas, desgarrando pelaje y músculo y astillando el hueso de su presa, que desesperada se alza sobre sus cuartos traseros intentando golpear a su atacante. Mas el sabueso esquiva sin dificultad el golpe saltando lateralmente y espera la caída del venado, que se desploma exánime a sus pies con la larga lanza del Cazador atravesando su cuello.
Brian recorre los cuarenta metros que lo separan de su presa sin aminorar el paso mientras desenvaina su largo cuchillo de monte, y al llegar a la altura del venado extrae su lanza realizando precisos y profundos cortes en el cuello de su presa antes de abrir en canal al animal y seleccionar las porciones que serán la recompensa de su fiel jauría tras la caza.
A su alrededor sus diez grandes sabuesos esperan pacientemente, con las fauces abiertas y la lengua colgando entre las poderosas mandíbulas.
Sombra y Firme reciben las primeras carantoñas y las porciones más generosas, como corresponde a la hembra favorita y al líder de la manada, y el resto de alaunts reciben después sus porciones y la atención de su Cazador, que recompensa su fidelidad y buen hacer en la caza con caricias y palabras de aliento que satisfacen a los sabuesos que responden a tales muestras de afecto con movimientos de cola y juguetones lametones y mordiscos fingidos.

Un nuevo olor llega al hocico de Viento, que levanta su cabeza para percibir mejor el rastro mientras su cuerpo se tensa.
Una decena de presas se acercan siguiendo a su Cazador y el resto de alaunts abandona su comida y espera la reacción de Viento, que es el sabueso con mejor olfato de la jauría.
Cuando los olores se distinguen con mayor claridad el gran sabueso se relaja y vuelve a centrar su atención en la carne, y sus hermanos siguen su ejemplo. Los que se acercan no representan un peligro para su Cazador.

Brian sonríe tristemente mientras sigue preparando el venado y separa el corazón como ofrenda a Breondan. Pádraig ha tardado varios minutos en darle alcance con los guardias, la edad y las heridas empiezan a hacerse notar en la resistencia de su mentor, y cuando el veterano rastreador llega a la altura del Primer Cazador éste ya ha despellejado el venado y está preparándolo para moverlo.
Con la respiración agitada Pádraig se arrodilla al lado de Brian y murmura en voz baja para evitar que sus palabras lleguen a oídos de los guardias “Buenas noticias chico, los hermanos o’Domnhaill han encontrado rastros en el linde del bosque... el campamento que buscamos está cerca...”
“¿Seammus y Angus? ¿Cuántos muertos ha habido?”pregunta con sorna Brian provocando la risa de Pádraig.
“De momento ninguno, loado sea el Cazador...” responde sonriente Pádraig “...sólo han encontrado unos rastros antiguos y Niall y Seann han conseguido convencerlos de que volvieran a informar... y lo que les debe haber costado a los pobres siendo como son los o’Domnhaill... ni su padre era tan alocado como ellos... y a Diarmuid no se le llamaba el temerario sin motivo...”
Brian se alza y se cuelga el venado al hombro izquierdo para tener libre el brazo que empuña la larga lanza mientras Pádraig coje la piel y los trozos de carne que su joven señor ha separado del animal, y el Cazador murmura tristemente por lo bajo en voz tan queda que ni su fiel amigo lo escucha “Entre todas las cargas que soporta el Primer Cazador no tener un Hermano de Caza es sin duda la más pesada...”
“Mi señor, ¿decíais algo?” pregunta en voz alta Pádraig preocupado por el cambio de humor que observa en el rostro de su rey mientras los hombres de armas los rodean.
“Nada importante, Pádraig...” responde el joven Aird Righ acariciando la cabeza de Sombra, que lame su mano izquierda mientras Firme apreta su cuerpo contra el costado izquierdo de su Cazador “volvamos con Fionn y el resto... en cuanto lleguemos seguiremos el rastro y prepararemos el encuentro con los moradores de ese extraño campamento...”



Fergus observó intranquilo a los nerviosos alaunts que a duras penas reprimían los ladridos de júbilo y correteaban alrededor de la decena de Cazadores que charlaban animadamente mientras esperaban la llegada de Iain. A través del vínculo notaba la excitación de Alasdair, ansioso por adentrarse en la caverna hacia la que se dirigían todos los extraños rastros que habían ido encontrando en las dos últimas semanas, y a duras penas lograba contener su exasperación y malestar mientras apretaba con fuerza la empuñadura de su espada.
“Aunque lo más probable es que no la contenga pero no se dé ni cuenta...” murmuró quedamente Fergus intentando aparentar una tranquilidad que no sentía para no inquietar sin motivo a los hombres de armas que siguiendo el ejemplo de los Cazadores charlaban distendida y animadamente en varios corrillos.
“No te enfandes con él...” dijo una voz queda a su derecha. Fergus giró su cabeza y sus ojos se encontraron con los de Dónnal, el veterano Hermano de Caza canoso y sarcástico que se había erigido en su mentor en esta su primera Cacería lejos de los Cotos de Breondania “el miedo no forma parte de su naturaleza... todos son así, lo desconocido y peligroso los excita, y nos toca a nosotros mantener la cabeza fría y calmar sus ánimos...”
“Ya lo sé... pero es que a veces Alasdair es tan...” dijo exasperado Fergus antes de callar al no encontrar un único adjetivo con el que definir al Cazador al que apreciaba más que a su propia vida y al que a veces desearía no haber conocido nunca.
“Puedes estar seguro que a él le pasa lo mismo contigo a veces...” repuso riendo Dónnal antes de guiñar un ojo y preguntar con sorna “y además... ¿tan seguro estás de que querrías verlo asustado?... es más... ¿crees que eres capaz de imaginarte a uno de ellos asustado?”
Fergus dudó unos segundos antes de responder mientras intentaba imaginarse el rostro de Alasdair con una expresión de miedo reflejada en él, y ante la evidencia se rindió y dejó escapar una risa algo nerviosa “Tienes razón, no soy capaz... me es tan imposible como imaginármelo sin ninguno de sus alaunts...”
“Ése es nuestra labor... acompañarlos en la Caza y ayudar a las Damas a regir los Cotos son obligaciones secundarias, la labor en la que nos debemos centrar es en tener miedo por nosotros y por ellos, ser precavidos y refrenarlos cuando se exaltan...” dijo seriamente Dónnal antes de reír quedamente “... es decir, contenerlos siempre... ni mi Muarmachaid ni tu Alasdair son lo que se dice tranquilos, creo que ese par dejan de ser un peligro sólo cuando se duermen...”
“Ni entonces... tengo los costados llenos de moretones... incluso cuando duerme se mueve constantemente...” disintió con una risa Fergus antes de preguntar quedamente “... ¿esto te dá tan mala espina como a mí?”
“¿Una cacería siguiendo unos rastros que ninguno de los Cazadores ni sus alaunts reconoce que nos lleva a una zona a la que ninguno de los campesinos y leñadores de los alrededores osa acercarse y que en todas las leyendas se considerada peligrosa y de mal agüero?” rebatió inocentemente Dónnal mientras clavaba una mirada acerada en Muarmachaid “Qué va... si preguntas verás como el resto de los Hermanos de Caza están tan tranquilos como nosotros dos... y que no hayamos encontrado rastros de animales en los últimos dos días me provoca una sensación de sosiego... difícil de describir...”
Fergus suspiró resignado mientras observaba cómo tanto Muarmachaid como Alasdair se giraban con semblante preocupado para mirarlos a él y a Dónnal, y a través del vínculo notó una oleada de inquietud y sincero aprecio proviniente de su Cazador, que se empezó a dirigir hacia él antes de que con un gesto Fergus le indicara que volviera con los otros Cazadores.
“Ellos nos defienden... nosotros los amamos y sufrimos por ellos...” murmuró quedamente Fergus sin notar la mirada de aprobación con que Dónnal lo observó al oír el comentario, y con una sonrisa algo forzada continuó hablando en voz más alta intentando aliviar algo el ambiente “Seguro que nos preocupamos demasiado... llevamos un par de centenares de hombres de armas... y tenemos a once Cazadores con nosotros... ¿qué nos puede pasar?”
“¿Tienes todo el día?” inquirió sarcásticamente Dónnal antes de responder a la mirada inquisitiva de Fergus con una carcajada “Por que eso es más o menos lo que me llevaría enumerar todas las locuras que once Cazadores pueden cometer... si quieres podemos empezar por la más obvia... esperar a que el rey abandonara Regioburgo para organizar esta expedición...”
Título: Re: Relatos.
Publicado por: Karnak en 06 de Agosto de 2006, 09:13:15 pm

  Tierras Muertas.  Salsbury Deth.

   -Los decenios han pasado y estamos consolidados con el Legado que Sargonnas ha dejado en nuestras marcas – Decia uno de los ancianos de la tribu a los Incorporeos, aquellos heroes que renacieron en grandes batallas.
-Debilitar las marcas significa la perdida de nuestro ancestral atributo, aquel infierno no sobrevenira sobre aquellos que la lleven a fuego, como hoy los Muralleros – Señalo a los arqueros a pie- que en este decenio seran nombrados como guardia incorporea.
Aquellos levantaron sus armas y gritaron con honor su insigne dejando el vacio cuando las almas  regresan a su antigua morada.
Diag Ita siguió hablando toda esa noche entre fuegos y vinos que la fiesta ofrecia hasta el momento de la partida.
-Debemos saber que nuestro grito no se quiebra, solo el verdor del suelo con sangre se mancha y una vez mas llegara la noche sobre nuestras cabezas, embriagandonos y vistiendonos para una nueva batalla.
El fuego anuncia una nueva partida y aquellos que quedan birndaran por los que el camino recorren sin temor, por los que en la aventura rasgan los escudos que mantienen firmes… y el dolor…nosotros no sabemos que es, nosotros solo conocemos a los muertos y ellos nos sirven con su honor.
Todos los guerreros que mantenian la mirada gruesa de un hombre que vencio sus temores gritaron: “Niebla”,”Muerte”,”Victoria”.
-Aquí estan tus guerreros, Sargonnas, sirvelos y guialos hacia su muerte!!!!- El viejo levanto su baculo  sentenciando a los cielos y abismos.
Klaskan vio su renacer una vez mas en los ojos de  aquel Incorporeo, nombrado Shamhaim, con cinco muralleros de fuego que lo escoltaban hasta el comienzo de aquel denso bosque, luego el se adentraria en busca de la Torre desconocida.

     Cronicas del Mestre Ashes.
Título: Re: Relatos.
Publicado por: Karnak en 07 de Agosto de 2006, 09:56:24 am

  Alimañas.  Sprocket.

  Los alimañas están divididos en 4 clanes: los Zag,
Lheb, Tigh y Rom, más un grupo de parias: los Cuw. Cada clan tiene su
jefe y los cuatro jefes se reúnen para tomar las decisiones que afectan
a todas las alimañas, aunque no las toman votando, ni por mayoría ni
nada parecido, sino que cuando hay más de una postura discordante la
decisión se toma mediante reto, que puede consistir en un combate, en
una prueba de astucia o en realizar una misión. Todos los clanes aceptan
el resultado del reto como un designio divino infalible, por lo que la
decisión final nunca es disputada por ningún clan.

Los Zag son tradicionalmente guerreros y dan una cierta importancia al
honor (dentro del honor que pueden experimentar las alimañas).
Los Lheb son el clan mejor posicionado socialmente. Son expertos en
ganar retos, por lo que suelen dominar en las decisiones del consejo del
clan, aunque tampoco son infalibles.
Los Tigh tienden a ser especialistas diversos, no les preocupa en exceso
la política y se dedican más bien a ser eficientes científicos alimaña o
magos.
Los Rom son especialistas en las artes subrépticas y la intriga, lo que
en la sociedad alimaña inspira gran respeto y hace que sus enseñanzas
sean seguidas por miembros de todos los clanes.
Finalmente los Cuw son los parias de la sociedad Alimaña. Son los
descendientes del antiguo clan de los Gapug-cuw, cuya exposición extrema
a la baba mutante hizo que sus descendientes cuenten con minusvalías
especialmente pronunciadas por lo que no son tenidos en cuenta en
absoluto para la sociedad Alimaña más allá de resultar ser una materia
prima perfecta, junto a otras criaturas, para los experimentos de los
científicos alimaña.
Título: Re: Relatos.
Publicado por: Karnak en 10 de Agosto de 2006, 05:59:15 pm

  Teocracia de Ram-Nas-Tocra.  Fartet.

   Amanece.

Dos veces siete días han pasado de la cremación del cuerpo del buen Ises XXIV, durante siete días le lloró todo Ram Nas Tocra, su pontificado será recordado como un remanso de paz en la historia del Pueblo Elegido.

Ises XXV  después de haber finalizado su obligado retiro se dirige a la sala de deliberaciones del Sanedrín para su primer acto de gobierno. Siete días han transcurrido desde su coronación con la cuádruple corona, y aun permanece vivo el recuerdo de su elección de entre todos los  ciudadanos, elección a la que ayudo el hecho de haber actuado como secretario del anterior Pontífice, ser destacado en la Orden sacerdotal de Ises, y estando presente en las listas de todos los grupos electores, estos no tardaron en ponerse de acuerdo en que era el adecuado para el puesto, especialmente cuando sus representantes empezaron a notar los efectos del ayuno obligado mientras durase la deliberación.

De la ceremonia de su consagración queda grabado en su recuerdo la escena de los niños en la plaza principal,….
-Niño vestido de lila se acerca y con una pequeña espada de madera le toca el pecho y la cabeza mientras dice “yo soy ahora Ram Nas Tocra y declaro que tu, Larén, Sacerdote del Orden de Ises has muerto, yo te he dado muerte, Larén ha muerto y ya no está entre los vivos”
-Niño vestido de blanco y con una rama de lërel en la mano derecha y un cuenco con nor en la izquierda toma el relevo al anterior, mojando la rama en el cuenco la sacude 25 veces sobre la cabeza diciendo en cada una “yo soy ahora Ram Nas Tocra y tu eres a partir de ahora Ises”, 25 veces se repite la fórmula, pues él será Ises XXV.
-Niño vestido de amarillo es el siguiente que se acerca, y poniendo una dorada corona en su cabeza y entregando una pequeña vara de mando dice “yo soy ahora la Orden de Ises, has sido elegido como mi Prior, dirígeme con prudencia, IosoI te bendiga”
-Niño vestido de rojo coloca una segunda corona roja que encaja sobre la dorada, y colocando un cinto de espada dice “yo soy ahora la Orden de Mudeji, has sido elegido como mi guía, llévame a la victoria o al martirio. IosoI te bendiga”
-Niña vestida de azul coloca una tercera corona azul, que encaja sobre la roja, y colocando una cinta azul en el brazo izquierdo dice “yo soy ahora la Orden de Rhut, has sido elegido Sumo y Supremo Sacerdote, manifiesta la alegría de la vida y proclama las creencias de nuestros mayores. IosoI te bendiga”
-Niño vestido de verde coloca una corona verde sobre la azul y entregando un pergamino con la fórmula de la cuadratura del círculo dice “yo soy ahora la Orden de Boj, has sido elegido guardián de la sabiduría, haz que se desparrame por todo klaskan. IosoI te bendiga”
-Niña vestida de lila le entrega una bolsa con una milésima de BO y un pergamino con la Ley diciendo “yo soy Ram Nas Tocra, has sido elegido para que me gobiernes, hazlo con sabiduría y justicia y así IosoI te bendecirá”

  Saludos
  Karnak.
Título: Re: Relatos.
Publicado por: Karnak en 10 de Octubre de 2006, 12:52:26 pm

  No-Muertos.  Dehm.

  "El viento mecía las ramas desnudas de los árboles, silenciosos centinelas del lugar, mientras bajo sus sombras las palas y los picos golpeaban una y otra vez la tierra. Dos enormes fosas paralelas cruzaban la cumbre de la colina como una cicatriz el rostro de un guerrero con una profundidad de varios metros.
 
De vez en cuando una de las palas golpeaba la madera podrida de los viejos ataudes que saltaban en pedazos dejando muchas veces ver un sorprendente contenido. Sin embargo ni joyas ni cerámicas ni aún las armas eran tan buscadas como los cuerpos que una vez las usaron. A lo largo de todo el día y la noche el trabajo no paraba pues no necesita dormir quien ha visitado el sueño eterno.
 
Semanas después, tras largos trabajos, una multitud de nuevos miembros de los No Muertos se agolpaba frente a las abandonadas minas que otrora fueron el motor económico de la ciudad. El silencio era ominoso mientras esperaban. A una señal de un aventajado, y gran señor en otros tiempos, seguidor de la No Vida fueron entrando en la silenciosa boca que oradaba la montaña con los picos y las palas. Paradojicamente fueron ellos precisamente quienes devolvieron las vidas a las antiguas minas mientras en las herrerías comenzaban a forjarse armas olvidadas en la actualidad.
 
El movimiento, una sombra de la vida que antaño tenía la ciudad, había vuelto a ella. Las murallas eran arregladas, las puertas giraban en sus goznes, los edificios más importantes volvían a tener su función aunque sus habitantes tenían poco en común a los de antaño."