Mostrar Mensajes

Esta sección te permite ver todos los posts escritos por este usuario. Ten en cuenta que sólo puedes ver los posts escritos en zonas a las que tienes acceso en este momento.


Mensajes - Maldito Heroe

Páginas: 1 [2] 3
16
Novela corta y prosa / Ivlak, el ultimo heroe... (III)
« en: 23 de Febrero de 2006, 01:45:29 am »
CAPITULO III

Por la tarde, Rafnar y yo, nos dispusimos a preparar nuestras cosas. Afile mi espada, además de la bodega de armerías tome un escudo más ligero y dos espadas cortas. También cambie mi armadura, por una un poco más resistente al acero.  Por su parte Rafnar se quedo maravillado con una espada que tenia grabados las insignias de la Orden de Plata.
  -Esa espada le perteneció a uno de los diez guerreros que alguna vez fueron parte de la Orden de Plata-dijo Karsten, gruñendo como siempre.
  -Y que fue de esa orden?- pregunte yo.
  -La mayoría murió y sus cenizas descansan en el Recinto Sagrado.
  -La mayoría dices??—pregunto Rafnar –Cuantos viven?
  -Solo dos, Yunker Espada Roja y Drako Dragón de Fuego. Bien ahora vayan a descansar, mañana partiremos al amanecer.

En la noche Rafnar y yo nos dirigimos a donde llevaban a los heridos, queríamos ayudar antes de partir. Posiblemente no volveríamos a casa. En el lugar todo era muy callado, muchos heridos no lograrían sobrevivir la noche, pensaba que si tendría que morir seria en el campo de batalla y no en una postrado en una cama.

Alguien golpeo la puerta y nos levantamos aturdidos:
  -Arriba, maldita sea, que hay que partir…-Era Karsten.

Nos apresuramos a cargar los caballos. Yunker y Morggesten hablaban sobre la ruta a seguir. Milo y Karsten llevaban todo el vino que podían cargar. Llegaron Hassler, Helfdane y Astur ya listos para el viaje. Del Palacio Real salio el Rey y hablo dirigiéndose a los guerreros que habríamos de rescatar  a la Princesa Valya:
  -Confío en ustedes, valientes guerreros, y les juro que si regresan con mi  hija, recibirán los más grandes  honores que ningún guerrero haya tenido.
  -Volveremos con su hija, y de paso con la cabeza del traidor de Drako y de Lord Kronn- dijo Milo.
  -Entonces que tengan suerte y espero recibirlos a todos nuevamente….

Se abrió el portón y emprendimos el viaje. Al frente iba Hassler de Littia, reconociendo el terreno. Me acerque a Yunker y Helfdane. Hablaban sobre los peligros que habríamos de sortear antes de llegar a la Fortaleza, donde reinaba Lord Kronn:
  -Debemos pasar por Las Montañas de Fuego si es que queremos llegar rápido…-dijo Helfdane
  -Así es,- contesto Yunker- después tomaremos una embarcación para llegar a las costas Muertas, entraremos a las cavernas de Boüros, cruzaremos el Bosque Negro y llegaremos a la Fortaleza…
  -Sencillo el viaje, pero antes de llegar a las costas Muertas deberemos enfrentar a los orcos y carroñeros de Las Montañas de Fuego, claro que si sobrevivimos, en las Costas Muertas nos esperaran los Guerreros  Ariox, y esos amigo son los mas feroces que yo he combatido.

Esos lugares de los que hablaban me daban miedo, nunca había estado allí y  no sabría que esperar.
Desde nuestra salida del Castillo nos acompaño una patrulla de veinte soldados hasta las colinas, ahí Yunker dio órdenes a uno de ellos:
  -De aquí en adelante avanzaremos solos, dile al Rey que mande emisarios al Norte y que pida ayuda a su primo el Barón  Morlor, y que tenga listo el ejército, si logramos el rescate, Lord Kronn moverá a su ejército también…

Y durante  días estuvimos cabalgando. Por las noches acampábamos y  cuando descansábamos Karsten y Milo siempre hablaban de antiguas guerras y batallas en las que ellos participaron. Rafnar y yo estábamos bastante aburridos. 

Después de varios días de viaje por fin llegamos a las Montañas de Fuego, donde según decían los veteranos del grupo habitaban orcos y carroñeros. Entramos por unos caminos bastante estrechos, rocas y cuevas se podían observar en las montañas. Llego Hassler, que siempre se mantenía adelante:
  -Hay rastros de carroñeros, hay que tener cuidado…

Sacamos nuestras armas y aceleramos el paso. Antes de salir de esos caminos nos atacaron. Uno de ellos se echo encima de mí, me derribo del caballo pero logre quitármelo de encima y destriparlo con mi espada. Astur logro atravesar a varios con sus flechas. Yunker y los demás no tuvieron problemas en acabar con algunos de ellos. No lograron hacernos mucho daño, cuando vieron a varios de sus compañeros muertos el resto salio huyendo.

Nos apresuramos y entramos a una caverna que estaba al final de esos rocosos caminos. Estaba oscuro y tenebroso. Hassler entro primero con una antorcha exploro los primeros metros:
  -Sin novedad, pero el camino es muy angosto, especial para los orcos, así que deberán dejar los caballos aquí.

Dejamos los caballos y tomamos las provisiones necesarias, por supuesto que Milo y Karsten tomaron el vino.  Seguimos avanzando hasta llegar a un río que corría por esas cavernas. Avanzábamos muy cautelosos, sabíamos que podríamos encontrarnos con orcos. Mas adelante Hassler nos detuvo:
  -Adelante esta la salida, es una puerta pero hay que abrirla.
  -Entonces apresurémonos…-dijo Morggesten.
  -No es tan simple amigo- Hassler.
  -Porque?? –pregunto Yunker.
  -Orcos.
  -Muchos? –Rafnar.
  -Unos veinte, pero estoy seguro que si hacemos ruido pronto estaremos rodeados de muchos de ellos…

Seguimos adelante y llegamos al lugar que Hassler nos había señalado, nos escondimos detrás de unas rocas y pudimos observar a los orcos que cuidaban esa puerta. Algunos estaban dormidos y se alimentaban. Helfdane ideo un plan:
  -Hay orcos dormidos, dos hombres podemos acabar con los despiertos, el mas ligero de nosotros puede correr sin armadura y abrir la puerta antes de que se despierten los demás.
  -Si, pero quien se atreverá a correr sin armadura en medio de esos orcos?-dijo Milo.
  -Ivlak es rápido- dijo Rafnar. Maldito Rafnar.

Me quite la armadura, y deje el escudo, avanzaría solo con mi espada. Delante de mí correrían Rafnar y Hassler para eliminar a los orcos despiertos. Astur con sus flechas mataría a los orcos que estaban un poco mas adelante.
  -Listo Ivlak? – pregunto Milo.
  -No, maldita sea porque yo-
  -Ja Ja Ja –rió Milo- ahora muchacho…

Me empujo y corrí, delante estaban Hassler y Helfdane, los orcos se sorprendieron y reaccionaron muy tarde, mis compañeros los atravesaron con sus espadas. Yo ya iba adelante y otros orcos trataron de detenerme pero las flechas de Astur los derribaron. El ruido y los gritos de los orcos hicieron que los demás despertaran. Yunker y los demás entraron en acción y pelearon. Yo tenia el camino libre solo dos orcos me podrían detenerme, pero no pudieron, los ataque ferozmente y de un golpe rompí las cadenas.

 Atrás de mí estaba la batalla, era bastante dura, los orcos aparecían por doquier. Regrese y luche contra ellos. Los hicimos retroceder y corrimos hacia la puerta, pero Astur había quedado rezagado. Tratamos de regresar pero no podíamos, eran demasiados orcos. Astur había disparado todas sus flechas y se defendía ahora con su espada corta. Antes de caer mato a varios de ellos.
  -Hay que regresar…-gritaban Rafnar.
  -Corre muchacho ya no hay nada que hacer…-dijo Morggesten.

Logramos salir de las cavernas, cansados y con algunos golpes dejamos atrás las Montañas de Fuego. Tomamos el camino nuevamente hasta llagar a las costas. Ahí tomaríamos una embarcación. Durante el viaje por el mar, Rafnar y yo estuvimos muy callados, la muerte de Astur nos puso tristes.

Después de dos días de viaje llegamos a tierra, a las Costas Muertas. Pudimos observar calaveras y huesos por la playa, además de banderas negras que eran los estandartes de los Guerreros Ariox.

Avanzamos y dos jinetes nos salieron al paso:
  -Extranjeros, a que han venido?
  -Mi nombre es Yunker Espada Roja y deseamos paras por sus tierras, nos dirigimos a la Fortaleza.
  -Antes deberán presentarse con nuestro Rey Venn Xir y pedir permiso.

Nos guiaron hasta un pequeño castillo rodeado de aldeas. Se abrieron las puertas del castillo y nos presentaron con Venn Xir:
  -Si quieren pasar por estas tierras deberán pagar tributo-dijo el rey
  -No poseemos oro o joyas,-dijo Yunker- vamos a la Fortaleza.
  -Si no pagan no pueden pasar-
  -No hay forma de pasar sin pagar??
  -Si, si alguno de ustedes derrota a mi mejor hombre pasaran libremente.
  -Y si no?
  -Todos morirán.

Yunker acepto el desafió, no teníamos opción. El Rey llamo su hombre que habría de combatir con alguno de nosotros.
  -Vormok…!!!!- grito el rey.

Y de una puerta salio el tal Vormok, era muy alto, vamos si Helfdane era alto, este tipo lo era aun más. Yunker desenvaino su espada y tomo el escudo, pero Helfdane lo detuvo:
  -Dejadme a mí…

Yunker retrocedió. Vormok y Helfdane caminaron al centro del patio. Se miraban fijamente a los ojos. Ambos sacaron sus espadas. Rafnar y yo estábamos nerviosos, sabíamos de la ferocidad de Helfdane, pero este Vormok parecía invencible.

Empezó la pelea. Vormok ataco primero, sus golpes eran duros e hicieron retroceder a nuestro amigo. Varios golpes de Vormok lograron destruir el escudo de Helfdane, pero este no mostraba temor alguno. Vormok seguía atacando y Helfdane solo se defendía. Se estaba volviendo lento y cansado, entonces Helfdane aprovecho eso y atacó, lanzo golpes a la cabeza que fueron detenidos por el escudo del rival, luego ataco abajo y logro herirlo en una pierna. Vormok cayó al suelo:
  -He vencido y con ello el derecho a pasar por estas tierras…-dijo Helfdane temerario.

El Rey acepto de mala gana pero cumpliría su palabra. Helfdane envaino su espada  y cuando le dio la espalda a Vormok este trato de atacarlo, pero el Helfdane el alto volvió a desenvainar rápidamente y con un golpe abrir el pecho de Vormok.

Nos apresuramos a pasar esas tierras, no deseábamos permanecer más tiempo ahí. Nos dirigimos a el Bosque Negro, donde se habríamos de sortear nuevos peligros…


17
Novela corta y prosa / Ivlak, el ultimo heroe (II)
« en: 21 de Febrero de 2006, 02:44:16 am »
CAPITULO II

Por la noche celebramos los funerales de nuestros compañeros que habían caído en la batalla. Como señalaba la tradición los cuerpos deberían arder en llamas antes de la medianoche para que sus almas cruzaran al otro mundo y descansaran en paz.  Rafnar y yo nos encargamos de los rituales fúnebres de Eglar.

Yunker ordeno a los que habíamos estado en el campo de batalla que descansáramos y tratáramos de dormir, ya que al día siguiente era probable que nos enfrentáramos a los Bárbaros de Este. Toda la noche apenas si pude dormir, todavía escuchaba los gritos en el campo de batalla y me despertaba a cada rato pensando que  posiblemente no lograría sobrevivir esta guerra.

Las trompetas sonaron e hicieron que me levantara violentamente, todavía adolorido me puse de pie, Rafnar se estaba poniendo una armadura:
  -Toma Ivlak, traje estas armaduras de la bodega de armerías.
  -Nos llaman a los soldados?- pregunte.
  -Así es amigo, y esta vez no serán simples orcos, al parecer los Bárbaros del Este atacaron hoy.

Me levante rápidamente y me dispuse entonces a ponerme la pechera, las hombreras. El casco y el escudo tenían la insignia de un águila, tome una espada corta y la coloque junto al escudo, la espada de mi hermano envainada a la espalda, escudo en mano izquierda y en la derecha una lanza.

Rafnar y yo nos apresuramos al portón, ahí estaba Karsten de Löria, viejo guerrero que indicaba a los hombres que posición tomar. Nosotros llegamos hasta el y nos dijo:
  -Jóvenes guerreros, ustedes hasta la cuarta fila, deprisa maldita sea…

Así es, era un viejo gruñón, pero no entendimos porque hasta la cuarta fila. Dentro del castillo había mucho movimiento, los arqueros tomaban flechas y subían a las torres.

Nosotros salimos y nos formamos como nos había indicado Karsten. Entonces entendí porque nos habían mandado hasta la cuarta fila, las tres primeras estaban cubiertas por los guerreros más veteranos y de muchas batallas. Pude observar al frente a Milo Puño de Hierro, inconfundible con su parche en el ojo izquierdo, hacia muchos años que lo había perdido en combate. Hablaba con otros veteranos.

Se abrió el portón una vez más y salio Yunker Espada Roja, montando un caballo de la realeza. Nos llamaron a cargar los estandartes del Rey. Karsten nos dio órdenes:

  -Ustedes dos venid acá, tomen un estandarte cada uno y sigan a Yunker, que presentara los términos a esos malditos…

Y así, nos apresuramos a seguir a Yunker que se dirigía al centro del campo de batalla. Del otro frente otro jinete con vistosa armadura se dirigía al encuentro con nuestro general. Era nada más y nada menos que Drako Dragón de Fuego, antiguo guerrero de la Orden de Plata, y que después de su traición luchaba en el otro frente.

Rafnar y yo nos manteníamos a unos diez pasos de Yunker. Al llegar hasta el punto medio del campo pude observar en el ejército enemigo a los Bárbaros del Este, eran por supuesto mas grandes que los orcos y sus armas mas poderosas, no portaban sencillas espadas cortas, luchaban con espadas, lanzas, hachas y todo aquel instrumento que pudiera matar.

Yunker y Drako se encontraron, no alcanzábamos a escuchar su conversación, pero por momentos reían…

...porque me dio la sensación que hablaban dos amigos queridos... solo eso.
(Gracias Salsbury Deth)

Se dieron la mano entonces y cada uno se dirigió a formarse con su ejército. Al llegar con nuestros hombres Yunker con una señal ordeno a Astur Comandante de los Arqueros que se retiraran de las torres. Abajo Yunker hablo con Karsten y con Milo:
  -Ya esta pactado…-dijo Yunker.
  -Habrá batalla?- preguntaba Milo.
  -Así es.
  -Entonces mi querido amigo,-dijo Karsten-creo que tu deberás estar atrás, Milo y yo podemos dirigir en el frente.

Y así quedo todo listo…

En el otro lado se empezaron a escuchar cánticos del Este, los que entonaban los Bárbaros en combate. Una bandera empezó a ondear y avanzaron lentamente, pero sin dejar de cantar. Los que estábamos atrás alzábamos la cabeza tratando de ver al enemigo. Un jinete paso frente a nosotros con el estandarte del Rey y la primera fila avanzo, las demás filas hicimos lo mismo.

Los Bárbaros apresuraban el paso y sus cánticos se volvían más intimidantes. De nuestro lado también aceleramos el paso pero algo confundidos y con cierto temor. Karsten y Milo que iban al frente empezaron a golpear sus escudos, y los demás hicimos lo mismo. Lo hacia con fuerza y el temor de la batalla era menos.  El enemigo empezó a trotar y nosotros también, ahora corríamos a la batalla. Los dos ejecitos se dirigían al encuentro con mucha velocidad, seria un choque violento…

Las primeras filas de ambos ejércitos chocaron y muchos de ambos bandos cayeron. Se escuchaban los golpes de las espadas con los escudos.

Ya tenia al enemigo enfrente, un bárbaro venia al encuentro conmigo, lanzo un grito aterrador, pero le tire mi lanza que le atravesó el cuello y quedo tendido. Al segundo lo golpee en la cabeza con mi escudo y también cayo, saque mi espada corta y degollé a un par mas.

Antes de desenvainar mi espada, tome una lanza de un compañero y la enterré en el corazón de otro enemigo. Rafnar luchaba sin escudo, sin embargo ocupaba sus manos con dos espadas e iba al frente muy temerario.

Vi a Milo matar a varios y a Karsten partir a varios con su espada, estábamos venciendo y nos sentíamos con mucha confianza. Entonces vi que los mercenarios cimerianos avanzaban, si entraban en combate estaríamos perdidos. La pelea contra los bárbaros era casi igual en número.

Pero para nuestra sorpresa rodearon por los lados el campo y se dirigieron al castillo, si entraban todo adentro estaría perdido. Yunker desesperado ordenaba a las reservas tomar armas y a los arquero tomar su posición.
En el campo de batalla los bárbaros no cedían y eso nos desesperaba porque queríamos correr a defender el castillo.

El portón se cerro, adentro Yunker trataba de ordenar la defensa. Los mercenarios llegaron hasta la puerta y la empezaron a golpear con gruesas hachas. En las torres los arqueros disparaban sus flechas, pero su posición no era muy buena. Otros arqueros bajaron a ayudar y se pusieron de frente al portón apuntando con sus arcos, esperando el momento de disparar.

Por fin los mercenarios entraron y atacaron, eran pocos los hombres que estaban dentro para defender al Rey. En el interior Drako dirigía el asalto y Yunker corrió a su encuentro, ambos pelearon durante un buen rato hasta que unos hombres salieron del palacio real cargando a la Princesa Valya.
  -Si tienes el valor-dijo Drako- te espero en mis tierras.
  -Vuelve a la batalla cobarde…-grito Yunker

Los mercenarios salieron del castillo dejando muchos muertos y heridos. Alguien gritaba que el Rey había sido herido y Yunker y Astur corrieron en su auxilio.

Afuera los bárbaros no aguantaron mas, estaban siendo vencidos y la señal de retirada los hizo correr. Nosotros no fuimos tras ellos, rápidamente entramos al castillo.

Después de ser atendido el Rey llamo a todos sus generales al Palacio Real. Rafnar y yo logramos escabullirnos y entrar.
  -Han secuestrado a la Princesa Valya, mi hija…-dijo el Rey angustiado.
  -La restaremos dijo Yunker.
  -Pero no puede ir todo el ejército y dejar el castillo desprotegido-dijo un noble.
  -Entonces iré solo…-replico Yunker.
Hablaron otros guerreros:
  -Será una misión difícil, yo iré contigo…-dijo Astur.
  -También cuentas con mi espada-esta vez fue Karsten.
  -Bien yo no me puedo perder este viaje-Milo.
  -Soy Helfdane, el Alto y puedo servir de ayuda-dijo otro guerrero.
  -Hassler de Littia, también iré-otro más.
  -Morggesten Hacha del Norte.


Entonces fui al frente y dije:
  -Ivlak el valiente- me siguió Rafnar.
  -Y yo Rafnar el temerario-

Y así quedo listo el grupo de guerreros que se adentraría en tierras oscuras y lejanas, para salvar a la Princesa Valya…


18
Novela corta y prosa / Ivlak, el ultimo heroe... (capitulo I)
« en: 17 de Febrero de 2006, 12:17:19 am »
La lluvia caía sin cesar, el campo de batalla estaba cubierto con sangre y los heridos seguían llegando.

Durante siete días el castillo había sido asediado por las tropas infernales al mando de Lord Kronn.

Eran muchos los enemigos y pocos los que estábamos ahí para defender a nuestro pueblo, a mis veinte años yo nunca había peleado, ni siquiera sabia usar la espada. Pero todos fuimos llamados a luchar y morir por nuestro Rey.

Mercenarios cimerianos, orcos y  bárbaros del Este habían llegado a las puertas del castillo con el fin de destruir todo lo que había dentro.  La Caballería Negra había despedazado nuestras primeras filas de infantería y nuestros arqueros  no podían penetrar las armaduras del enemigo.

Yo estaba en las reservas, dentro del castillo ayudando a los heridos, pero sabia que pronto seria llamado al campo de batalla, dentro de mi no deseaba que eso pasara. Los gritos de los heridos retumbaban en mis oídos, muchos de ellos no sobrevivirían y eso me asustaba aun más.

Fui llamado a cargar  a los arqueros que estaban arriba en las torres, al llegar y desde lo alto pude observar el campo de batalla, nuestros hombres estaban siendo derrotados, el enemigo superaba en gran número al ejército del Rey, o lo que quedaba de ese ejercito.

Dentro del castillo Yunker, Espada Roja llamaba a todo aquel que pudiera levantar una espada:
-Necesito valientes que vayan al frente y detengan  a la Caballería Negra…
 
Muchos hombres tomaron espadas, lanzas y escudos y se dirigieron al portón. Ahí les darían palabras de aliento y las instrucciones a seguir en el combate. Me arme de valor y tome una espada que apenas si la podía. Me reuní con los hombres que saldrían a pelear, ya estaban en el portón. Hablo Yunker:
-Bien escuchen con atención, formaran tres filas: la primera portara los escudos rojos, apoyados por la segunda que cargara al enemigo con las lanzas y la tercera al final para matar a todo aquel enemigo que logre pasar los escudos y lanzas.

Yunker se acerco a mí y me dijo:
-Ivlak, tu hermano ha muerto en combate y le prometí que no dejaría que tu lucharas…
-Dejadme pelear, mi hermano era la única familia que tenia.
-Bien pero  iras en la tercera fila, al final.
-Esta bien...-dije y me dirigí

Y me entrego la espada que mi hermano había portado durante muchos años. Me forma rápidamente, a mi izquierda estaba Rafnar y a mi derecha Eglar, igual de jóvenes que yo. Se podía sentir el miedo que cada uno de nosotros emanaba.

Se abrió el portón y salimos al campo de batalla, la lluvia había cesado, nos formamos como nos había dicho Yunker, el campo estaba enlodado. Hubo silencio durante un rato. Tambores de guerra se escuchaban en el horizonte y se podía ver que se aproximaba la Caballería Negra, la batalla estaba cerca y no podía evitarla. Del castillo salieron las últimas filas de infantería que se postraron detrás de nosotros.

Me temblaban las manos, pero seguía aferrandome a mi espada, Rafnar y Eglar hacían lo mismo. El enemigo de acercaba muy veloz. La primera fila juntó los escudos y las lanzas se asomaban encima de ellos. Yunker hablo fuerte a todos:
-Luchen hasta el final, sin temor y con coraje…-grito alguien.

El enemigo estaba ya demasiado cerca, pude observar que detrás de la Caballería Negra venían filas de orcos, que era a los que mas le tenía miedo. La tierra se cimbraba con el galope de los jinetes. Entonces escuche el choque de los caballos con los escudos, fue un impacto brutal, yo me quede paralizado. Nuestros escuderos habían soportado el feroz embate del enemigo. Las lanzas de la segunda fila estaban matando a los caballos…

La Caballería Negra había sido derrotada, pero no todo el enemigo. Los orcos se abalanzaron contra los escudos, eran muchos, demasiados, torpes en la batalla, pero demasiados al fin. En el lado izquierdo lograron abrir un boquete y entraron muchos a pelear contra la infantería.
  -Junten los escudos…-gritaba Yunker.

El líder del ejercito orco era mas grande que los demás. Portaba una gran hacha y con ella estaba haciendo estragos a nuestras filas. Los escudos cedieron y todo se volvió un caos y el desorden en nuestras filas denotaba nuestro temor. Los gritos que lanzaban los orcos me aterraban, no sabia hacia donde correr. Entonces vi a Rafnar que peleaba con furia. Yo fui herido en una pierna por un orco, estaba tirado en el suelo y cuando parecía que ese orco me mataría Eglar lo ataco por la espalda y lo mato. Me dio la mano para levantarme y al momento de estrechársela una espada enemiga lo atravesó y mi cara quedo cubierta con su sangre. Eglar había muerto, era dos años mas joven que yo y había luchado como un gran guerrero.

Me levante y empuñe mi espada con furia, sin pensarlo lance un golpe que corto la cabeza de ese orco, el miedo que sentía había desaparecido y ahora luchaba al igual que los demás. Rafnar estaba luchando con varios orcos a la vez, mientras yo y otros hombres tomábamos los escudos de los caídos para formar de nuevo la línea. Pero los orcos eran demasiados y nos estaban venciendo.

  -No cedan…-gritaba uno de nuestros hombres.

Entonces salio el, con su gran armadura, el escudo con la marca de los antiguos guerreros y su Espada Roja, Yunker iba hacia el frente matando a orcos a diestra y siniestra, eso me dio mas valor y fui junto con el, al igual que Rafnar y muchos otros. Ahora la batalla estaba pareja, ninguno de los dos bandos cedía.

Yo estaba ya muy cansado pero seguía luchando, a unos metros estaba el líder de los orcos, sabia que si lo enfrentaba podría morir, con coraje mas que con fuerza me mantenía de pie. Vi que el venia hacia mi y trate de retroceder, lanzo un gran golpe que destruyo mi escudo y me tiro al suelo, -Este será mi fin pensé yo- y cuando lanzo el golpe que debería matarme Yunker lo detuvo con su escudo. Entonces la batalla se detuvo, estaban frente a frente los líderes de ambos ejércitos, el que ganara decidía quien seria el triunfador del día.

Me levante y me dispuse a observar el choque de guerreros que iba darse, Yunker y el orco se miraban mutuamente, estudiándose el uno al otro. El orco ataco primero, lanzo un hachazo que nuestro líder supo esquivar, y respondió con su espada que se estrello en el escudo del rival. El orco levanto su hacha para darle mas impulso a su golpe, pero Yunker fue mas rápido y con la Espada Roja le corto un brazo seguido de un golpe a la cabeza que le partió el cráneo. Habiendo muerto su líder los orcos emprendieron la huida mientras los demás los seguíamos tratando de matar a los más que se pudiera.

Yunker alzo su espada y  gruño al enemigo que huía, al tiempo que los demás hacíamos lo mismo. Todo quedo en calma entonces, mire el campo de batalla y pude ver a muchos compañeros heridos y muertos. Caí de rodillas recargándome en mi espada, estaba herido y cansado, pero vivo, había logrado sobrevivir a mi primera batalla...

19
General / Re: Cumpleaños
« en: 16 de Febrero de 2006, 02:16:30 pm »
gracias

el sabado es el mio y me pondre una buena peda... :medieval:

20
General / Mejores Batallas En El Cine...
« en: 14 de Febrero de 2006, 12:47:05 am »
creo y estoy seguro ke a la mayoria de estos foros nos alucinamos con historias epicas, de fantassia, donde se mezclan guerreros, cabaalleros, pricncesas, reyes, ejerctios y grnades batallas

este post es precisamente para recordar las mejores batallas de esas peliculas

-imperio vs barbaros germanos(gladiador) :2handed:
-wiliam wallace y cia. vs ejercito ingles (corzaon valiente) :battleaxe:
-griegos vs troyanos, a las afueras de la ciudad (troya) :medieval: :KingIkthusiussCastle:
-vikingos vs wendol (13 guerreros), la ultima batalla cuando recitan el valhalla :sword:
-robin hood y cia Vs barbaros y ejercito, en el boske :bow_arrow:
-la comunidad vs orcos, en las cuevas (señor delos anillos I) :medieval:
-aragoern y cia VS urukai, (anillos II) :medieval:
-gandalf, jientes de rohan, etc VS orcos y olofoantes (anillos III) :2handed:
-akiles vs hector (troya) :mf_swordfight:

ke otras recuerdan.

proximamente "Ivlak, el ultimo heroe...", escrita por mi

Saludos...


21
Novela corta y prosa / Re: La venganza de un pistolero... (final)
« en: 03 de Febrero de 2006, 04:05:32 pm »
hey compa salbury una duda

 kien es manito???

saludos.

22
General / Re: de donde son los foristas y el porke de sus nicks??
« en: 03 de Febrero de 2006, 12:40:54 am »
y para kuando se vuelven a juntar los heroes????????

saludos.

ya me voy, tengo clases

23
Novela corta y prosa / La venganza de un pistolero... (final)
« en: 03 de Febrero de 2006, 12:24:42 am »
Después de cabalgar por el río Serpiente, Sánchez llego hasta una vieja cabaña, estaba seguro que el viejo indio yaqui, José le ayudaría a curar sus heridas y recuperarse en poco tiempo para ir en busca de Hernández.
Se bajo del caballo y grito:
-Hey viejo, un amigo te anda buscando...-no hubo respuesta, solo salió un perro bastante flaco a mover la cola y lamer la mano de Sánchez-Donde esta tu dueño?
Juan jugaba con el perro cuando de repente sintió un cuchillo en el cuello
-Siempre debes estar alerta amigo Sánchez... ja ja ja
-Si a mi también me da gusto verte José...

Después del apretón de manos entraron a la cabaña. Juan contó todo a José, y le pidió que le curara las heridas.
-La venganza no es buena amigo...
-Lo se José, pero es lo único que me ha mantenido vivo desde que salí de prisión.
-Entonces... iras por Hernández?
-Si, solo queda el, y ya se donde se esconde.
-Será difícil llegar hasta San Fermín, en el camino te encontraras con soldados, caza recompensas y pistoleros de otras regiones que vienen a matarte.
-Tan famoso ya soy eh?
-Mi consejo es... que actúes rápido, como una serpiente que se arrastra sigilosamente para atrapar a su presa.
Y José saco una botella de tequila y los dos bebieron toda la noche, recordando viejos tiempos.

Y paso el invierno, y Juan se recupero de sus heridas, todo ese tiempo que estuvo con su viejo amigo José, estuvo practicando el tiro al blanco, quería mejorar su puntería, sabia que se encontraría con pistoleros peligrosos, además practico con un rifle de largo alcance que recogió después de liquidar a los Valdivia. Ahora era un pistolero mas completo, sabia disparar con ambas manos, y era un poco mas veloz. También medito mucho, ya había matado a muchos hombres en su peregrinar de venganza, aunque estaba seguro de que todos los que había despachado se lo merecían.

Llego el momento de partir a culminar su venganza:
-Adiós viejo amigo, a mi también me queda poco tiempo para cumplir mi destino, así que espero me guardes un lugar en el infierno Juan.
-Por supuesto amigo, nos veremos pronto en el otro mundo, y gracias por tu ayuda.
Y partió entonces hacia San Fermín.

En su andar llego hasta San Patricio, pueblo chico que estaba de camino hacia San Fermín. Recordó que en su estancia en prisión había conocido a Demetrio, un viejo que era oriundo de San Patricio, así que Juan decidió buscarlo. No fue difícil dar con el, trabajaba en el establo del pueblo y se dirigió a ese lugar.
-Por fin nos encontramos Demetrio.
-Juan que gusto de verte amigo.-
-Igualmente viejo, igualmente.
-Hacia donde te diriges?
-A San Fermín, cerca de aquí.
-Si, me imagino que buscas a Hernández?
-Así es, como lo sabes?
-Toda la región sabe que lo buscas, y que has despachado muchos hombres. Pero pensamos que habías muerto después de liquidar a los Valdivia, desapareciste el resto del invierno.
-Si, tuve que esconderme un tiempo.
-He sabido que Hernández no huirá mas de ti amigo, pero también se que contrato a dos pistoleros gringos...-
-Sabes sus nombres?
-Si... Richard Smith y John McCoy, has oido hablar de ellos?
-Si, cuando anduve con Hernández y compañía cabalgando por rumbos de la frontera.
-Pues es toda la información que puedo darte.
-Gracias Demetrio, me has servido de mucha ayuda.
Entonces llego hasta ellos un niño que traía un mensaje para Juan:
-Es usted el famoso pistolero Juan Sánchez, señor?
-Así es pequeño. Que se te ofrece?
-Un señor me dijo que tenia información que es de interés para usted.
-Y donde esta?
-Me dijo que lo esperaría en el panteón, no quiere que nadie sepa.
-Entiendo, entonces iré para allá. Demetrio adiós.
-Suerte Juan...

Al llegar al panteón no encontró a nadie, pero pronto se dio cuenta que había un hombre escondido detrás de una lapida apuntándole, y se escucho una voz:
-Vaya vaya, hasta que saliste de tu madriguera Juan Sánchez...
Por el acento Juan reconoció al tipo.-
-Así que has venido por mi cabeza...
-Sabes quien soy?
-Si Rigo López, alias el Sureño, un pistolero que no es capaz de enfrentarse en un duelo hombre a hombre, siempre tienes a alguien escondido, como en esta ocasión, para hacer el trabajo sucio.
-Jajaja eres listo Sánchez y eso me gusta, bien ahora tira tus armas lentamente...
Y así hizo Juan, saco sus armas y las dejo en el suelo, al tiempo que observaba como el otro tipo seguía apuntándole.
-Sal Chico-dijo el sureño- este ya no representa peligro, ayúdame a atarle las manos
Chico dejo de apuntarle a Juan, el sureño recogió las armas, un mínimo descuido que aprovecho Sánchez para tomar su rifle y correr entre las tumbas, Chico y el Sureño le dispararon con resultados negativos. Juan se escondió bien, y ahora los tenia a merced de aniquilarlos. Se movió un poco mas buscando una posición perfecta para despacharlos, tenia el rifle de largo alcance que antes perteneció a los Valdivia.
Ahí estaban Chico y Sureño con sus armas volteando todos lados tratando de ubicar Sánchez:
-Sal maldito cobarde, enfréntate a mi si te crees ser bueno...
Sánchez hizo un disparo intencionalmente cerca de donde estaban ellos, asi que se movió rápido hacia otro lugar, mientras Chico y Sureño decían en voz baja.
-Bien Chico yo seguiré hablando, para distraerlo claro, el disparo vino de aquel lado, así que lentamente y sin hacer ruido vas por el y...
Un disparo de Sánchez le voló los sesos a Chico bañando en sangre al Sureño.
-hijo de peerra....-dijo y salió corriendo y monto su caballo tratando de huir, pero ya Sánchez lo tenia en la mira y mientras sureño cabalgaba a toda prisa, Juan se tomaba su tiempo, disparo y cayo el Sureño.

Después de eliminar a esos dos tipos, Juan se dirigió con mas prisa a San Fermín, el rastro de muertos que iba dejando en el camino conduciría a los soldados y otros caza recompensas hasta ese poblado.

Por fin llego a San Fermín, ya había pensado muy bien lo que haría, buscaría la iglesia del pueblo y sin mas mataría a Hernández, parecía demasiado sencillo, pero algo extraño le hizo sospechar, San Fermín era un pueblo algo grande y alegre y ese día no se miraba un alma por las calles, siguió avanzando y sonaron las campanas de la iglesia, que ubico rápidamente Juan que dijo dentro de si-Bien, es por aquella calle- y espoleo el caballo.

Al doblar en una esquina para dirigirse a la iglesia dos tipos estaban parados a media calle, eran nada mas y nada menos Smith y McCoy, inconfundibles como siempre. Juan se detuvo y bajo del caballo. Camino hasta ellos, por unos instantes cruzaron las miradas nadie decía ni hacia nada. Smith encendió un cigarro, mientras McCoy y Juan se miraban fijamente, estudiándose, sin conocerse antes trataban de buscar e punto débil del contrario.
Entonces Smith y McCoy intercambiaron palabras.
-Bien-hablo Smith- tu dices, quien va por el, de todas formas nos pagaran, lo mate quien lo mate-
-Entonces yo lo haré-dijo McCoy, al tiempo que Smith se retiraba a un lado.
Ahí estaban Juan Sánchez y John McCoy frente a frente. Sin decirse nada, como esperando cualquier cosa para disparar. Pero el lugar estaba demasiado callado, parecía un pueblo fantasma, y seguían esperando una simple señal, que solo ellos sabrían cual seria...
Entonces el ladrido de un perro los hizo desenfundar, era como si ese ladrido fuera la señal que esperaban.
Un tiro limpio que atravesó el cuerpo de McCoy hizo que cayera al suelo, Juan enfundo su revolver, a tiempo que Smith tiraba su cigarro y se dirigía hasta donde yacía tendido McCoy, se quito la gabardina que siempre portaba y tapo el cadáver de su antiguo compañero.
-Reconozco que eres bueno Sánchez, has liquidado a McCoy, bueno al parecer me tocara su parte- Juan no decía nada.
Entonces Smith se puso se dirigió a Sánchez:
-Pues entonces creo que me toca a mi matarte.
-No lo creo.
-Entonces desenfunda maldito...
Juan saco sus dos armas y los vació en Smith, que cayo al suelo totalmente muerto, ni tiempo tuvo de repeler eL ataque de Sánchez.
-Hoy no hijos de puta, hoy no...
Al dirigirse a la iglesia cargo su armas nuevamente, era tiempo de terminar su venganza, tenia en la mente un solo nombre “Pedro Hernández”...
Entro a la Iglesia con mucho cuidado, adentro había muchas velas prendidas, y se escucho una voz:
-Son por los hombres que has liquidado, viejo amigo...
Juan se sorprendió a ver a Hernández, que tenia un aspecto de enfermo, parecía que estuviera muriéndose.
-Sabes a que he venido Hernández.
-Así es, pero no era necesario, me queda poco tiempo de vida y decidí pasarlo aquí con los curas tratando de hacer algo de bien.
-Tengo que hacerlo.
-Entiendo.
-Antes de mandarte al infierno quiero que me digas por que lo hicieron, porque mataron a mi familia, si ni ellos ni yo les habíamos hecho algo.
-Fue por dinero, nos atraparon el gobernador intercedió por nosotros, e hicimos un trato, matábamos a tu familia y vendíamos sus tierras al gobierno y recibíamos el perdón...
Se quedaron callados los dos, Juan sentía lastima por Hernández al verlo en ese estado, pero hizo una promesa y era tiempo de cumplirla totalmente. Hernández se sentó es una banca y dijo:
-Hazlo ya, si eso te hace sentir bien.
Entonces Juan saco su revolver y pensó si matarlo o dejar que muriera en poco tiempo. Bajo el arma, pero recordó a lo que había prometido, y puso su arma en la nuca de Hernández. El disparo hizo que retumbara la iglesia. El fin de Pedro Hernández había llegado...

Entro corriendo un cura, bastante asustado y se impresiono al ver a Hernández tirado con la cabeza hecha pedazos:
-Por Dios, que has hecho hijo...
-Cumplir con una promesa.
-Este es un templo del Señor, no puede hacer esto.
-Pues ya lo hice y no me arrepiento de nada.
Entro corriendo el sacristán:
-Acaban de llegar los soldados, son como veinte...
-Vienen por usted me supongo-dijo el cura a Juan-
-Si, vienen por mi...
-Entonces le suplico que se entregue, yo se los motivos por los cuales usted ha derramado sangre, y le juro por Dios que abogare para que tenga un juicio justo.
-No habrá juicio padre, me mandaran directo a la horca o me fusilaran.
-Y que piensas hacer, huir?
-No, es tiempo de cumplir con mi destino...
-No te entiendo.
-Vaya afuera y diga a los soldados que si quieren arrestarme que vengan por mi. Antes de morir me llevare a algunos cuantos mas.
-Ya te entendí.

Y salió el cura y hablo con el capitán, entonces este ordeno a cuatro soldados que entraran y lo arrestaran y que si oponía resistencia lo mataran. Entraron los cuatro soldados y apenas estuvieron dentro se escucharon varios disparos...

Por unos momentos todo quedo en silencio, hasta que el capitán hablo:
-Ustedes dos, vayan adentro a ver que paso.
Y así lo hicieron, a entrar los dos se escucharon disparos nuevamente. Solo salió un soldado con una bala en el hombro.
-Maldita sea, ustedes cinco por enfrente y ustedes tres por atrás, y tengan cuidado...
Esta vez dentro de la iglesia hubo intercambio de disparos, los hombres que entraron por atrás lograron sorprender a Juan, que fue herido dos veces. Otra vez hubo silencio.
Llegaba otro grupo de soldados a lugar, mientras dentro Juan malherido recargaba sus revólveres, afuera los capitanes de ambos regimientos discutían el plan para entrar.
-Bien, yo ya tengo muchas bajas, así que manda a tus hombres y que los míos que restan los cubran.
-Esta bien, ustedes prepárense para entrar...
Esta vez por el frente entrarían cinco por enfrente y otros cinco por atrás, Juan esta vez cambio de lugar lo habían sorprendido un vez, no volvería a pasar. Al entrar por el frente los soldados cayeron uno por uno, mientras los que entraron por atrás lograron disparar y herir nuevamente a Sánchez antes de caer muertos.
Juan se encontraba muy malherido y sin balas, estaba desangrándose y apenas si se podía mover.
Afuera los capitanes nerviosos decidían que entrarían los que restaban, diciéndose por enfrente y por detrás. Y así lo hicieron, pero al entrar encontraron a Sánchez sentado en una banca, perdió mucha sangre y había muerto...

Hasta San Fermin, llego el viejo gomez a reclamar el cuerpo de Juan Sánchez. Lo sepulto junto con su maddre y hermano, por fin se descansaria en paz.

Y aquí termina esta historia acerca de un hombre que juro venganza y cumplio su promesa...

24
General / de donde son los foristas y el porke de sus nicks??
« en: 03 de Febrero de 2006, 12:20:46 am »
yo empiezo

soy del norte de mexico, del bello estado de sonora

mi nick, pues simplemente por mi grupo favorito "heroes del silencio" tome el maldito de mi rola preferida "maldito duende" y el heroe de la rola "heroe de leyenda"


saludos...

25
Novela corta y prosa / La venganza de un pistolero... (III)
« en: 02 de Febrero de 2006, 03:43:12 pm »
Habían pasado dos meses y ahora era invierno. Solo quedaba uno, y todavía no tenia pista alguna de el. Solo faltaba matar a Pedro Hernández quien alguna vez fuera su mejor amigo. Sánchez se escondía en la sierra, esperando el momento oportuno para buscar a Hernández, aunque sabia que detrás de el andaban los hermanos Valdivia, mejor conocidos como los perros, tipos de alrededor de 50 años, caza recompensas que alguna vez fueron militares. Además de los Valdivia, también lo buscaban los soldados, y otros pistoleros pocos conocidos que querían hacerse famoso liquidándolo.

Se había quedado sin provisiones y bajo al pueblo de San Miguel, entro al viejo almacén y compro lo necesario. Subió las cosas a la carreta, pero antes de regresar a su guarida decidió buscar información, así que se dirigió a la cantina, estaba seguro que por algunas monedas algún borracho le podría decir algo.

El lugar era como todas las cantinas, con un ambiente desagradable. Se sentó, como era su costumbre, en una esquina, prefería los lugares apartados porque así tenia una vista de todo el lugar. No miro a nadie conocido, no tampoco pareció que lo hubieran reconocido. Entonces al lugar entró un tipo, los dos cruzaron miradas, pero el tipo no dijo nada, se sentó en la barra y pidió un trago. Intercambio palabras con una rameera. Así como así, se dirigió a los presentes y empezó a recitar unas palabras, que según el eran de su inspiración:
“... y el llego a casa, pero nadie lo recibió,
solo muerte y desolación encontró,
entonces juro venganza
y el derramamiento de sangre empezó,
lo que no sabe es que pronto llegara el final
y su muerte nadie llorara”

Hubo aplausos y felicitaciones, y entonces camino hasta donde se sentaba Sánchez y le dijo:
-Te gustaron mis versos, amigo-Sánchez no respondió.
Los dos se miraban fijamente, Juan había comprendió que las palabras eran dirigidas a el y que el tipo que tenia enfrente era nada mas y nada menos que “Chaco” Villegas, pistolero de poca monta, que se decía era escritor y poeta. Hablo nuevamente Chaco:
-Estas palabras las grabare en tu lapida...
Y los dos desenfundaron rápidamente, Sánchez ni siquiera le dio oportunidad de efectuar un solo disparo, fue certero y rápido, todos se quedaron callados.
-Guárdate tus palabras bastardo, para que las recites en el infierno, que nadie se mueva, ni intente nada que quedara como este pobre diablo-salió del lugar y regreso a su escondite.

Juan Sánchez pensó que después de despachar a Chaco Villegas, los soldados y demás caza recompensas que lo buscaban se dirigirían a San Miguel y sus alrededores a buscarlo. Así que decidió partir a otro lugar y buscar a Hernández. Cabalgo mas al norte. El frío era aterrante, los caminos desiertos y un viento helado que congelaba la sangre.

Después de un par de días de cabalgar llego hasta una posada, pensó rápidamente en una taza de café y un plato de frijoles. Dejo su caballo en el establo y entro al lugar, un lugar agradable, gente sencilla atendía el lugar, algunos pioneros sentados en mesas distintas que hablaban de pueblos y lugares donde pretendían vivir y forjar su futuro.
Juan estaba pensativo, mientras tomaba su taza de café, le preocupaba no tener idea de donde pudiese encontrar a Hernández. Sus pensamientos le hicieron recordar cuando eran amigos y compañeros en la misma banda, robaban ganado y bancos, y se repartían las ganancias por igual, hasta que una familia adinerada hizo un trato con Pedro Hernández para secuestrar y matar al nieto de un famoso ganadero de la región. Sánchez se rehusó y se alejo de la banda. También recordó como había enfrentado en un duelo al hijo del anterior gobernador, había sido en San Isidro, en las fiestas regionales, Juan iba de paso, esa vez el hijo del gobernador golpeaba en la calle a una mujer, Sánchez la defendió y de ahí se origino todo. En su conciencia quedo que lo había matado en un duelo justo.

Después de un rato, entro en la posada un tipo corriendo y algo asustado…
-Se aproximan dos hombres de aspecto temerario, parece que son los Valdivia-dijo

Entonces Juan Sánchez supo que no podría escapar de ellos fácilmente, saco sus armas para revisar que estuvieran cargadas, y se escucho a uno de los hermanos que grito:
-Sal de ahí maldita sabandija, hemos venido por tu cabeza y cobrar la recompensa que ofrecen por ti desgraciado.
Juan salio sin mucha prisa, pero consciente de que estaba por enfrentar a dos viejos lobos de mar.
-El gobernador ha incrementado a $20 000 la recompensa Sánchez, así que te pido  tires tus armas, levantes las manos y te des vuelta.
-Si han venido por el dinero, entonces vengan por el hijos de perra…
Y los hermanos sacaron sus armas al igual que Sánchez, y los disparos hicieron a la gente que estaba en el lugar que corrieran a buscar refugio. Uno de los Valdivia hirió en un brazo Sánchez que se cubría detrás de una carreta. Mientras uno de los hermanos disparaba el otro se acercaba por otro lado para matarlo. Sánchez se dio cuenta de ello y salio a enfrentarlo, los dos dispararon, pero Sánchez fue mas certero, el Valdivia cayo muerto, pero antes de ello logro asestar otro disparo a Sánchez en una pierna, que quedo tirado sabiendo que aun quedaba otro Valdivia que venia por el.
Malherido Sánchez se arrastraba tratando de alcanzar su arma, mientras el otro Valdivia miraba a su hermano muerto en el suelo.
-Maldito seas Sánchez, pagaras caro por esto-llego hasta Sánchez y le asesto una patada en las costillas y recogió el arma.
Ahí estaba Sánchez en el suelo, y tenia enfrente a Valdivia que le apuntaba diciendo:
-Tu tiempo ya llego Sánchez, esta vez serás tu el que vaya al infierno…
-Lo se-dijo Sánchez- pero antes dime… en donde se esconde Hernández…
-Para que quieres saberlo, si ya no podrás buscarlo-
-Curiosidad simplemente…
-Se esconde en la iglesia de San Fermín, ahí se escondió después de que liquidaste a el Zurdo, pero no te preocupes que hoy te reunirás con todos los que has matado, si serás imbecil, pensaste que tu solo…. Ahggggg-entonces en un movimiento rapido Sanchez logro sacar un cuchillo y lanzarlo al viejo.
Y valdivia cayo al suelo, mientras se llevaba la mano al cuello, tratando sacarse el cuchillo que Sánchez le había ensartado.
-Hablaste de mas viejo, y eso te ha costado la vida-dijo.
Malherido monto su caballo, ya sabia en donde encontrar al ultimo asesino, pero antes debería curar sus heridas, asi que se dirigió al Rio Serpiente, a buscar a un viejo curandero. Durante el camino se preguntaba porque un hombre como Hernandez se escondia.

Asi Juan Sanchez estaba mas cerca de culminar su venganza…

26
General / Re: CONCURSO LITERARIO 3º ANIVERSARIO.
« en: 01 de Febrero de 2006, 04:37:06 pm »
debe tener limites el relato, de cuartillas me refiero o es libre???

saludos y disculpen mis molestias

27
General / Re: CONCURSO LITERARIO 3º ANIVERSARIO.
« en: 01 de Febrero de 2006, 04:31:23 pm »
kiero participar en esta madre, pero no participo en ningun juego, se puede o ke???


ke significa leva???

disculpen mi ignorancia

el relato a kien se lo debo de mandar

28
Novela corta y prosa / La venganza de un pistolero... (II parte)
« en: 01 de Febrero de 2006, 04:07:14 pm »
Despues de haber despachado a el Tuerto y a Perez, Sanchez penso que iria primero por la cabeza de el Zurdo, hacia que se dirigio al pueblo de San Jacinto, ya que le habian dicho que por aquellos rumbos vivia. Después de un largo andar llego a dicho lugar. Al llegar a ese poblado, se encontro con tres tipos de aspecto temerario, a los que pregunto por el Zurdo Ramon Garcia, pero ninguno de ellos le pudo dar información. Siguió avanzando, desmonto del caballo, de reojo miro que aquellos tipos venian detrás de el. En un movimiento rapido desenfundo sus revólveres al tiempo que los otros enseñaban sus armas, pero la suerte y la puntería estaban del lado de Sánchez, que dejo a los tres tipos bien muertos:
-Hijos de putta, me quisieron matar a traicion-dijo Sánchez y se retiro del pueblo.

Se escondio un par de dias en las viejas minas de cobre, era el escondite perfecto. Se preguntaba quienes serian los tipos que habia despachado, y porque querian matarlo. A la mañana siguiente se dirigio al mismo pueblo de San Jacinto, buscaria información. Entro en la cantina y rapidamente reconocio a esa mujer, era Silvia, una rameera que habia conocido años atrás. Ella tambien lo reconocio, se sento con el y pidieron una botella.
-Te has vuelto muy famoso Sánchez- dijo ella.
-Porque??
-Los hombres que liquidaste, te buscaban.
-A mi? Para que? Quienes eran?
-Cazarecompensas, el gobernador puso precio a tu cabeza.
-En serio?
-Así es.
-Entonces sere breve, donde localizo al zurdo?
-En los Altos, rio arriba.
-Gracias, debo partir ya.
-Espera, todavía hay mas, mañana se casa con la hija del Alcalde. Ahora el zurdo es o quiere ser hombre de bien y sirve a la ley.
-Como sea, tenemos cuentas pendientes el y yo.
-Otra cosa Juan, debes cuidarte de los Hermanos Perro.
-Los Hermanos Perro?? Los Valdivia??
-Si, dicen que te mataran y llevaran tu cabeza al gobernador.
-Maldita sea, esta bien tendre cuidado. Adios.

Y Juan Sánchez partio a los Altos, rio arriba a liquidar a el Zurdo....

Al dia siguiente Sánchez llego a los Altos, no se miraba mucha gente por las calles, asi que avanzo despacio, pregunto a una señora por el Zurdo Ramon Garcia, ella le dijo que estaban celebrando su boda con la hija del Alcalde, y que alli se encontraba la mayoria del pueblo, en la Hacienda propiedad de el Zurdo.

Se dirigio entonces al lugar, el cual no fue difícil de localizar. Al interior el ambiente era agradable, gente de todas las condiciones sociales celebraba tal acontecimiento, el Zurdo era respetado y querido por la gente, era el comisario de aquel lugar. Habia musica y mucha comida. Cuando mas se divertia la gente se escucho un disparo, todos se quedaron sorprendidos, el silencio se hizo rapidamente y se escucho el grito desde afuera:
-Zurdo Ramon Garcia… He venido a matarte…
Todos se preguntaban que es lo que estaba pasando, el Alcalde le pregunto a el Zurdo que diablos pasaba. Sanchez volvio a gritar, esta vez mas enfurecido:
-Zurdo te habla Juan Sanchez, tenemos cuentas pendientes tu y yo, sal y da la cara bastardo…

-Que pasa Ramon? Quien es ese tipo?-pregunto la bella esposa.
-Tengo que salir, no te preocupes no me pasara nada.
-No vayas, te lo suplico, corres peligro-.
-No hay nada que temer-dijo el y le dio un beso

El zurdo se dirigio a adentro de la casa y tomo su cinturón con la funda y el revolver cargado. La esposa salio a pedirle a Sanchez que se retirara del lugar.
-Lo siento, pero he venido a matarlo- dijo Sanchez.
-Por favor mi esposo es un buen hombre, todos aquí en el pueblo lo saben.

Entonces salio el Zurdo:
-Ve adentro Lupita, esto es cosa de hombres- le dijo a su esposa y ella entro a la casona
-Nos volvemos a encontrar Zurdo.
-Vienes a interrumpoir mi fiesta sin ninguna invitacion Sanchez, que quieres de mi?
-Nada, solo tu vida maldito.
-Entiendo, pero recuerda desde que nos conocemos sabemos quien es mas rapido, nunca nadie me ha ganado a desenfundar.
-Lo se y no me importa, te matare aquí enfrente de todos.

Desde adentro la gente se preguntaba que hablaban aquellos dos hombres, de los que estaban seguros es que alguno de los dos cumpliria su destino con la muerte.
El Zurdo saco su reloj del bolsillo y lo miro detenidamente, entonces Sanchez y el Zurdo definirian su destino:
-Te propongo algo…-dijo el Zurdo.
-Te escucho.
-En unos minutos el padre hara sonar las campanas de la iglesia para recordar a los muertos en las minas de cobre, lo hace todos los dias, cinco campanadas son las que se escuchan.
-Y?
-Al sonar la ultima campanada desenfundamos y empezamos a disparar, te parece??
-Si.
Y cada uno retrocedio 10 pasos esperando las cinco campanadas. Se miraban el uno al otro. El Zurdo se frotaba las manos al tiempo que sonreia con confianza-Soy mas rapido-decia dentro de si. Sanchez saco su revolver para checar que estuviera cargado. Lo mismo hizo el Zurdo. Enfundaron nuevamente, impacientes por disparar y matar al contrario. El Zurdo volvio a mirar el reloj, faltaba poco. El silencio era terrible, todos esperaban que el Zurdo quedara de pie. Entonces…

CLAN la primera campanada, los dos pistoleros no se quitaban la vista de encima…
CLAN segunda campanada, la ansiedad de hizo presente en ambos pistoleros…
CLAN tercera campanada, adentro la esposa rezaba, afuera olía a sangre y muerte…
CLAN cuarta campanada, pusieron las manos en poción de desenfundar…
CLAN ultima campanada…

Todo ocurrio muy rapido, fue en centesimas de segundo, el Zurdo fue mas rapido y disparo primero, seguido de un disparo de Sanchez, el Zurdo hizo un segundo disparo…

Todos los hombre tienen virtudes y defectos, asi como estos dos hombres que peleaban por su vida. La virtud de el Zurdo era sin duda su rapidez, la de Sanchez su punteria y esto fue lo que definio el duelo. Aunque el Zurdo desenfudo primero su punteria era bastante mala, no asi para Sanchez que puso su unico disparo en el corazon del Zurdo que cayo de rodillas y solto su arma, al tiempo que se le iba la vida…
La esposa salio corriendo…
-No, no te mueras…-lloraba desconsolada. Sanchez se acerco a ella…
-Dios te bendiga por amar a este asesino-dijo el.
-Y que su alma se pudra en el infierno maldito- dijo ella.

El se retiro, pensando simplemente en que faltaba uno de matar. Al tiempo que recordaba que los Valdivia iban detrás de el. En los siguientes días, y ante el derramamiento de sangre el gobernador ordeno al ejército fuera en busca de Sánchez.

Así Juan Sánchez, tendria que andarse con cuidado porque sabia que podia morir en su intento de matar a Hernandez…

29
Novela corta y prosa / La venganza de un pistolero... (I parte)
« en: 31 de Enero de 2006, 03:48:54 pm »
Habían pasado 5 años desde que Juan Sánchez había estado en la cárcel, hoy por fin volvería a ser libre. Al salir, sus recuerdos revivieron aquel día cuando injustamente fue sentenciado por haber matado al sobrino del gobernador, habiendo testigos de que había sido en un duelo justo.

Sus años como pistolero los había dejado atrás. Emprendió el camino a casa, donde le esperaban su madre y hermano, volvería para cumplir la promesa que le había hecho su jefecita: trabajar el y su hermano Felipe, las tierras que les había dejado su padre.

Dos días de camino lo habían dejado agotado, sentía que no podía mas, pero al llegar al río Serpiente, sabia que ya estaba cerca, solo pensaba en llegar y comer y tomarse unos tragos con su hermano. Cabalgo mas deprisa las primeras casas que avisto estaban casi en ruinas, los ladridos de los perros hicieron salir a un anciano de su cabaña. Era el viejo Gómez, amigo de su difunto padre, que portaba un escopeta:

-Quien eres y que haces aquí forastero- pregunto el anciano
-Soy Juan Sánchez, hijo de Don Jesús Sánchez, su amigo y voy camino a casa- respondió.

El anciano se quedo callado un momento, entonces reacciono y le ofrecio agua y comida, pero Juan Sánchez no acepto, estaba cerca de su casa y ya queria estar ahí con sus parientes. El anciano amigo no lo detuvo, pero le adivirtio que lo que encontraria no le gustaria. Juan se quedo pensativo, y preocupado cabalgo deprisa.

Al llegar a su casa, lo unico que encontro fue desolación, no habia nadie, las tierras estaban sembradas, pero no habia señales de alguna persoan por ese lugar. Monto el caballo y volvio con el anciano Gomez, que ya lo esperaba sentado debajo de un arbol.

-Que paso, donde estan mi madre y hermano- pregunto Juan.
-No querrás saberlo, mejor vete de aquí y rehace tu vida en otra parte hijo- respodio Gomez
-Vamos Gomez, dime que les paso, en donde estan?- le preguntaba Juan
-Estan muertos- le dijo Gomez
-Como es posible, los dos muertos? Que les paso, fue alguna enfermedad?
-No, los asesinaron

Juan se quedo callado, no lo podia creer, aun asi no derramo lagrima alguna pero en sus ojos se sentia el deseo de venganza.
-Quien fue?- Pregunto Juan
-La banda de Hernandez
-La banda de Hernandez? La de Pedro Hernández? Estas seguro Gomez?
-Si, de la que alguna vez formaste parte, recuerdas, tu eras uno de esos 5 pistoleros.
-Si, junto con Pedro Hernández, el viejo Perez, el zurdo Ramon Garcia y el tuerto Miguel Gallardo- recordo Juan –Pero porque lo hicieron, ellos conocían a mi familia.
-Asi es hijo, pero lo hicieron para quitarles las tierras, que después venderlas al gobierno del estado, con lo que obtvieron el perdon total por sus crímenes y robos.

Juan le pido al anciano que lo llevara a las tumbas de su familia, el estar frente a ellas juro vengarse y recuperar lo que le pertenecia, haria pagar caro a los 4 asesinos.
-Sabes donde puedo encontrarlos?
-No, cuentan que con lo que les pagaron fue tanto, que tomaron caminos diferentes.

Antes de partir en su buesqueda de venganza, el anciano le entrego el cinturón con sus respectivas fundas y revoveres que años atrás habia utilizado, armas con las cuales ahora se vengaria. Asi Juan Sánchez emprendio la búsqueda de los asesinos de su familia, que anteriormente fueron sus compañeros en las andadas de asaltantes de bancos y robo de ganado.

Se acordo de cada uno de ellos, Pedro Hernández fue el lider dela banda, bueno con las armas y de su misma edad, 35 años, ademas de que fueron los mejores amigos. El Viejo Perez, hombre de unos 60 años ahora, asesino natural, que ademas violo en ocasiones a sus victimas. El zurdo Ramon Garcia, era el mas rapido de la region, ademas de ser mas jove de 23 años aproximadamente, era el guapo de la banda. Y por ultimo el Tuerto Miguel Gallardo, un borracho de porqueria, sabia que ese seria el mas facil de matar, y lo podria encontrar en cualquier cantinucha barata teniendo como compañía a alguna prostituta.

Asi este pistolero que habia prometido ser una buen persona, romperia esa promesa para vengar a su familia...

Después de cabalgar un par de días, Sánchez llego al poblado de San Miguel. Pregunto a un niño si había un tuerto en el pueblo, la respuesta fue si. Se dirigió al establo, dejo su caballo. Fue a la cantina, un lugar bastante desagradable. Hablo con el cantinero:
-Sabes de un tal tuerto-
-Si-respondió el cantinero- viene todos los días, a divertirse con las prostituttas.
-Donde vive?
-No lo se.

Se sento en una mesa, en una esquina y pidio un trago, lo esperaria. Algunos minutos depues llego el Tuerto, pidio una botella y llamo a una rameera que empezo a besarlo, parecia que la estaban pasando bien. Sanchez lo tenia enfrente, simplemente pensaba en dejarlo que se emborrachara, asi seria mas facil despacharlo al infierno.

-Esta ronda correo por mi cuenta-dijo el tuerto
Y todos en la cantina le festejaban sus idioteces. Algun rato después, Sanchez aviso que era el momento de irse de esa cantinucha, no sin antes matarlo. Se levanto y se dirigio a su mesa. El tuerto totalmente borracho no lo reconocio.
-Que quieres amigo?? Otro trago? Jajajajaja
-Tenemos una cuenta pendiente tu y yo-
-Te conozco?
-si-
-Tu nombre??
-Juan Sánchez-
El Tuerto quiso sacar su revolver, pero Sanchez fue mas rapido y le pego un tiro en la frente. Antes de salir Sanchez, dejo un claro mensaje.
-Avisen a todos en la region que Juan Sánchez, esta buscando a los que alguna vez fueron parte de la banda de Hernández. Y que correrán con la misma suerte de este pobre diablo.

Fue por su caballo, entonces llego a este el una mujer que dijo que sabia en donde vivía uno de los integrantes de la banda de Hernandez.
-En donde vive mujer?
-En una cabaña, por el cerro de la Herradura.
-Gracias-contesto el, y le dio alguna monedas.

Cabalgo deprisa, el cerro de la Herradura estaba cerca, pero la lluvia que empezó a caer, lo obligo a ir mas lento. Llego al cerro sin ningun problema. Ahí estaba la cabaña. Seguia lloviendo. Se escondio detrás de un arbol. Por una de las ventanas de la casa pudo ver a una mujer. Saco su revolver y se dirigio a la casa. Se paro enfrente de ella, como a unos 20 pasos.
-Perez-grito Sanchez- sal de ahí maldito asesino, tenemos cuentas pendientes tu y yo.
-Maldito seas Sanchez, te mandare al infierno como a tu hermano.
Se abrio la puerta y salio la mujer corriendo, enseguida Perez salio con una escopeta en las manos, pero ya era muy viejo y solo pudo disparar una vez, antes de que Sanchez vaciara su revolver en el.

El viejo quedo ahí tirado, en medio de la lluvia. Sanchez volvio a montar y se largo de ahí. –Dos menos- penso. Quedaban los mas peligrosos Hernandez y Garcia.
Y asi, de nueva cuenta Juan Sánchez emprendia el camino de la venganza.

30
Comentarios / de ke deben tratar los relatos??
« en: 31 de Enero de 2006, 03:10:08 pm »
el año pasado escribi un western, y kisiera saber si tiene cabida aki en estos foros o nada mas entran los relatos fantasticos epicos medievales?????

saludos.

Páginas: 1 [2] 3