Autor Tema: Extractos del Libro de la Sabidur?a. Seres Oscuros. Autor Julius Romo  (Leído 2793 veces)

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Extractos del Libro de la Sabidur?a. Seres Oscuros. Autor Julius Romo
« en: 19 de Octubre de 2005, 07:09:56 pm »


   
Extractos del Libro de la Sabidur?a (El Aghalla)

Cuando la Raza accedi? a este plano, temimos durante cientos de ciclos el cierre de los nodos, como as? sucedi? a causa de los insidiosos Trogg. Durante nuestra primera llegada, los Menghe (Se?ores de la Guerra) protegieron los nodos de la llegada de enemigos, pero pronto olvidaron su cometido.
 
Los Menghe eran Seres Oscuros de la Estirpe Guerrera, cuando los clanes a?n ten?an algo que decir en nuestra civilizaci?n. Muchos de ellos llegaron a reinar, y fueron estos tiempos de muerte y dolor, y una de las causas de nuestra ca?da en desgracia.
 
Saton, Se?or de los Nodos de las Tierras Muertas, se alz? un d?a en contra de Bezz, Rey de los Seres Oscuros, y muchos le siguieron. Como Menghe, era portador de una de las Varas de Poder, tal vez la m?s poderosa de todas. Esta vara era conocida como Ib?on Obba, la Vara del Dolor, y sus poderes no se limitaban a fortalecer el control mental de su Se?or sobre sus seguidores, sino que adem?s, les infring?a un dolor lacerante que en muchos casos causaba graves quemaduras en los cuerpos. Muchos dicen que parte de los seguidores de Saton era una raza humana que degener? bajo su yugo, siendo los primeros precursores de los Servidores. Por eso, en algunas tierras, el tercer brazo de esta abominable creaci?n a?n es conocido como el Brazo de Saton.
 
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Cuando Saton alcanz? la Ciudadela, miles de seguidores, empujados por la furia, unos, y por el miedo, la mayor parte, comenzaron el asalto de ?sta. Los fieles a Bezz se aprestaron a defenderla, y a?n algunos l?deres humanos, cuyos peque?os reinos estaban junto a los dominios de Saton, se aprestaron a ayudar al Emperador. El por qu? esta colaboraci?n ha sido olvidada es algo que ha de ser atribuido a los mismos y odiosos Trogg, pero en aquellos d?as, Tabor, se?or del peque?o se?or?o de Os, abati? armado con su espada a una treintena de servidores, mientras su Guardia trataba, sin ?xito, ponerse a su altura.
 
Pero no era con la espada como iba a vencer Bezz. Aigam, Archimago de la Corte, reuni? a su alrededor a muchos de los hechiceros m?s poderosos de la Ciudadela. Juntos, entonaron un hechizo de Control, y muchas fueron las voces que se alzaron sobre la horda que horadaba las murallas? Se dice que cuando el mismo Saton alcanz? a o?r el ensalmo, tuvo un instante de temor y arrepentimiento, pero grande era su orgullo, y cerca estaba su victoria. No  vio como se quebraba el cristal de su Vara, y como Ib?on Obba dejaba escapar su vida por la ?nfima grieta.
 
Poco a poco, su poder sobre los m?s alejados iba remitiendo, y no fueron pocos los que despertaban sumidos en el dolor de sus heridas para ver c?mo los ej?rcitos de la Ciudadela avanzaban sobre ellos.
 
Al fin, Saton se dio cuenta de lo que suced?a, y, al verse derrotado, trat? de huir. Pero en medio del caos, alguien le hizo tropezar, perdiendo la Vara de sus manos. La Vara fue a caer a la Garganta de Sin, cuya ubicaci?n ha sido olvidada. Sin la Vara, todos sus Servidores fueron recuperando la libertad de su yugo. La mayor parte optaba por huir, y no fueron pocos los que hallaron la muerte en su larga huida, pues otros aliados de Bezz, una raza de piel verde, embosc? a los huidos, y muchos fueron igualmente capturados.
 
No obstante, aquellos humanos sometidos, cuya condici?n de raza les hab?a sido arrebatada, se dirigieron contra el propio Saton. Nada pudieron hacer los pocos fieles que le proteg?an, pues uno a uno, fueron cayendo. Hasta que, finalmente, solo y rodeado, trat? de arrebatarse su vida, cosa que no pudo hacer. Decenas de manos se abatieron sobre ?l, y con fuerza sobrehumana, fue descuartizado all? mismo. Luego, despacio, se fueron alejando. Mas el destino de esta raza pronto estar?a en manos de otros tiranos, para ser pervertidos poco a poco.
 
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Dice Ankhel, el Rojo, que Ib?on Obba ser? hallada por aquel que levantase a la Raza de su Sempiterna ca?da. Y que, usada mediante su sabidur?a, proporcionar? a la Raza el sitio que jam?s debi? abandonar.
 
De los Or?genes de la Raza
 
M?s all? de la Primera Era, se dice que la Raza rein? en el Plano Oscuro. All? donde la Luz de los Creadores apenas acertaba a acceder, la Raza hubo de sobreponerse a este abandono creciendo en fuerza y sabidur?a.
 
Los primeros miembros de la Raza ten?an extra?as creencias, y en su organizaci?n, prosperaron los llamados Drakk-Shaman, los Chamanes del Drag?n. Cre?ase que el esp?ritu de los miembros de la Raza se albergaban en estos seres, proporcion?ndoles las fuerzas necesarias para ser pr?cticamente, semidioses.
 
De las Guerras del Plano Oscuro, poco se recuerda, pero entre la escasez de estos documentos, se conservan parte de las Cr?nicas de las Guerras Muhl, en la que la Raza hubo de enfrentarse a estos seres de aspecto de grandes serpientes. Los Muhl reinaban en el Norte del Plano, y su agresividad y af?n de dominaci?n les enfrent? con las otras razas existentes del plano. Poco a poco, ?stas fueron desapareciendo. Pero la Raza logr? sobrevivir en paz un tiempo.
 
Finalmente, los Muhl nos atacaron, y parte de la civilizaci?n fue destruida. No obstante, la Raza supo sobreponerse, y por medio de los Sabios, poco a poco encontraron formas de enfrentarse a los Muhl. Se dice que fue entonces cuando la Raza entr? en contacto con la mente, y que de esta forma, pudieron no s?lo retener los ataques Muhl, sino sobreponerse a ellos y atacar las guaridas de los Muhl.
 
Los Muhl, como ya se ha dicho antes, eran grandes serpientes de no menos de quince stacks, y a las que apenas pod?an hacer frente un grupo de guerreros. Estaban dotados de seis poderosos brazos, que usaban en conjunto con su larga cola para mantener alejados a sus enemigos. Pero cuando la Raza comenz? a descubrir los secretos de las mentes, lograron, con gran sacrificio, dominar a estas criaturas, que no pod?an ofrecer resistencia. Y as?, los Muhl fueron derrotados en numerosas batallas y su raza fue extinta.
Muchas mentiras contadas unas pocas veces se convierte en conspiraci?n.? Una mentira contada muchas veces se convierte en realidad.