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Maldito Heroe

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La venganza de un pistolero... (III)
« en: 02 de Febrero de 2006, 03:43:12 pm »
Habían pasado dos meses y ahora era invierno. Solo quedaba uno, y todavía no tenia pista alguna de el. Solo faltaba matar a Pedro Hernández quien alguna vez fuera su mejor amigo. Sánchez se escondía en la sierra, esperando el momento oportuno para buscar a Hernández, aunque sabia que detrás de el andaban los hermanos Valdivia, mejor conocidos como los perros, tipos de alrededor de 50 años, caza recompensas que alguna vez fueron militares. Además de los Valdivia, también lo buscaban los soldados, y otros pistoleros pocos conocidos que querían hacerse famoso liquidándolo.

Se había quedado sin provisiones y bajo al pueblo de San Miguel, entro al viejo almacén y compro lo necesario. Subió las cosas a la carreta, pero antes de regresar a su guarida decidió buscar información, así que se dirigió a la cantina, estaba seguro que por algunas monedas algún borracho le podría decir algo.

El lugar era como todas las cantinas, con un ambiente desagradable. Se sentó, como era su costumbre, en una esquina, prefería los lugares apartados porque así tenia una vista de todo el lugar. No miro a nadie conocido, no tampoco pareció que lo hubieran reconocido. Entonces al lugar entró un tipo, los dos cruzaron miradas, pero el tipo no dijo nada, se sentó en la barra y pidió un trago. Intercambio palabras con una rameera. Así como así, se dirigió a los presentes y empezó a recitar unas palabras, que según el eran de su inspiración:
“... y el llego a casa, pero nadie lo recibió,
solo muerte y desolación encontró,
entonces juro venganza
y el derramamiento de sangre empezó,
lo que no sabe es que pronto llegara el final
y su muerte nadie llorara”

Hubo aplausos y felicitaciones, y entonces camino hasta donde se sentaba Sánchez y le dijo:
-Te gustaron mis versos, amigo-Sánchez no respondió.
Los dos se miraban fijamente, Juan había comprendió que las palabras eran dirigidas a el y que el tipo que tenia enfrente era nada mas y nada menos que “Chaco” Villegas, pistolero de poca monta, que se decía era escritor y poeta. Hablo nuevamente Chaco:
-Estas palabras las grabare en tu lapida...
Y los dos desenfundaron rápidamente, Sánchez ni siquiera le dio oportunidad de efectuar un solo disparo, fue certero y rápido, todos se quedaron callados.
-Guárdate tus palabras bastardo, para que las recites en el infierno, que nadie se mueva, ni intente nada que quedara como este pobre diablo-salió del lugar y regreso a su escondite.

Juan Sánchez pensó que después de despachar a Chaco Villegas, los soldados y demás caza recompensas que lo buscaban se dirigirían a San Miguel y sus alrededores a buscarlo. Así que decidió partir a otro lugar y buscar a Hernández. Cabalgo mas al norte. El frío era aterrante, los caminos desiertos y un viento helado que congelaba la sangre.

Después de un par de días de cabalgar llego hasta una posada, pensó rápidamente en una taza de café y un plato de frijoles. Dejo su caballo en el establo y entro al lugar, un lugar agradable, gente sencilla atendía el lugar, algunos pioneros sentados en mesas distintas que hablaban de pueblos y lugares donde pretendían vivir y forjar su futuro.
Juan estaba pensativo, mientras tomaba su taza de café, le preocupaba no tener idea de donde pudiese encontrar a Hernández. Sus pensamientos le hicieron recordar cuando eran amigos y compañeros en la misma banda, robaban ganado y bancos, y se repartían las ganancias por igual, hasta que una familia adinerada hizo un trato con Pedro Hernández para secuestrar y matar al nieto de un famoso ganadero de la región. Sánchez se rehusó y se alejo de la banda. También recordó como había enfrentado en un duelo al hijo del anterior gobernador, había sido en San Isidro, en las fiestas regionales, Juan iba de paso, esa vez el hijo del gobernador golpeaba en la calle a una mujer, Sánchez la defendió y de ahí se origino todo. En su conciencia quedo que lo había matado en un duelo justo.

Después de un rato, entro en la posada un tipo corriendo y algo asustado…
-Se aproximan dos hombres de aspecto temerario, parece que son los Valdivia-dijo

Entonces Juan Sánchez supo que no podría escapar de ellos fácilmente, saco sus armas para revisar que estuvieran cargadas, y se escucho a uno de los hermanos que grito:
-Sal de ahí maldita sabandija, hemos venido por tu cabeza y cobrar la recompensa que ofrecen por ti desgraciado.
Juan salio sin mucha prisa, pero consciente de que estaba por enfrentar a dos viejos lobos de mar.
-El gobernador ha incrementado a $20 000 la recompensa Sánchez, así que te pido  tires tus armas, levantes las manos y te des vuelta.
-Si han venido por el dinero, entonces vengan por el hijos de perra…
Y los hermanos sacaron sus armas al igual que Sánchez, y los disparos hicieron a la gente que estaba en el lugar que corrieran a buscar refugio. Uno de los Valdivia hirió en un brazo Sánchez que se cubría detrás de una carreta. Mientras uno de los hermanos disparaba el otro se acercaba por otro lado para matarlo. Sánchez se dio cuenta de ello y salio a enfrentarlo, los dos dispararon, pero Sánchez fue mas certero, el Valdivia cayo muerto, pero antes de ello logro asestar otro disparo a Sánchez en una pierna, que quedo tirado sabiendo que aun quedaba otro Valdivia que venia por el.
Malherido Sánchez se arrastraba tratando de alcanzar su arma, mientras el otro Valdivia miraba a su hermano muerto en el suelo.
-Maldito seas Sánchez, pagaras caro por esto-llego hasta Sánchez y le asesto una patada en las costillas y recogió el arma.
Ahí estaba Sánchez en el suelo, y tenia enfrente a Valdivia que le apuntaba diciendo:
-Tu tiempo ya llego Sánchez, esta vez serás tu el que vaya al infierno…
-Lo se-dijo Sánchez- pero antes dime… en donde se esconde Hernández…
-Para que quieres saberlo, si ya no podrás buscarlo-
-Curiosidad simplemente…
-Se esconde en la iglesia de San Fermín, ahí se escondió después de que liquidaste a el Zurdo, pero no te preocupes que hoy te reunirás con todos los que has matado, si serás imbecil, pensaste que tu solo…. Ahggggg-entonces en un movimiento rapido Sanchez logro sacar un cuchillo y lanzarlo al viejo.
Y valdivia cayo al suelo, mientras se llevaba la mano al cuello, tratando sacarse el cuchillo que Sánchez le había ensartado.
-Hablaste de mas viejo, y eso te ha costado la vida-dijo.
Malherido monto su caballo, ya sabia en donde encontrar al ultimo asesino, pero antes debería curar sus heridas, asi que se dirigió al Rio Serpiente, a buscar a un viejo curandero. Durante el camino se preguntaba porque un hombre como Hernandez se escondia.

Asi Juan Sanchez estaba mas cerca de culminar su venganza…
Los Heroes no morimos, nos reunimos en el infierno para la batalla final...