Oh, vaya. Como dijo el Caballero Negro a Arturo, Rey de los Bretones,
"Okay, we'll call it a draw".
Ha sido un placer jugar. En esta partida he intentado hacer algo bastante impropio en mí y bastante raro en el juego, que es actuar con un fuerte sentido del honor. Creo que ha funcionado, he podido confiar ciegamente en el Papado y Venecia. Sé que a la larga hubieramos chocado, pero ha sido agradable no tener que ser el malo por una vez. Y eso que era el Gran Turco, ese hombre malo que comía niños cristianos
Un abrazo especialmente a Lord_Alce y Sir Rembrandt, que han sido unos excelentes aliados y con quienes la comunicación ha sido muy fluída. Lo siento por los jugadores de Nápoles y Francia, entiendo que no esperaban una respuesta tan contundente ante las pequeñas traiciones que son habituales en este juego. Especialmente me gustaría pedir perdón al jugador florentino, que tomó las riendas para ver cómo todo el mundo se lanzaba a por él. Tuvo la mala suerte de estar en el momento equivocado, en el sitio equivocado: la única solución que no significara guerra a gran escala, en ese momento, era repartirnos la Toscana. También me gustaría agradecer al nuevo Archiduque que haya participado en la partida, aunque lamentablemente no haya tenido de desempeñar su papel.
Por último, mi agradecimiento más caluroso va para el árbitro, que como siempre, en estos juegos, ha tenido que lidiar con nuestras niñerías, nuestros problemas de memoria, nuestra idiosincrática falta de puntualidad y todas las cuentas y correcciones que nos correspondería hacer a nosotros. Muchas gracias.