Autor Tema: Newsfax Turno 17 (1085-1089)  (Leído 29357 veces)

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Uve

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Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« en: 25 de Mayo de 2006, 06:47:12 am »
Reino de Inglaterra
(Romano Católico Civilizado Nación Abierta)
Edmund I, Rex Anglorum.
Diplomacia: Gwynned (Ea).

Tras el esfuerzo de guerra realizado en los años pasados, en previsión de la posible entrada del reino en la cruenta guerra del Norte, el Rey Edmund I pudo dedicar sus energías y las de su nación a mejorar la situación interna. Gran parte del oro inglés se destinó a la contratación de matemáticos, escribientes, recaudadores o traductores, con lo que Edmund confiaba en multiplicar la eficiencia del aparato de gobierno.

Esos años, toda vez que la guerra entre Noruega y Dinamarca había acabado al fin, fueron los primeros coronados por la tranquilidad en su aún corto reinado; sin tiempo para reponerse de la alegría por los nacimientos de sus dos hijos en los años pasados, pronto quedó claro que la leyenda acerca de la enorme fertilidad de las mujeres Stonewall iba a verse amplificada tras el excelente trabajo que la reina Lady Nelida Stonewall, de Lancashire, continuaba realizando al respecto: su tercer descendiente, una hija, nació en 1086. En octubre de 1087 llegó al mundo otro niño, un varón, y un segundo varón en marzo de 1089. Cinco niños en menos de ocho años. Algún día tendría que erigir una estatua ecuestre en honor a la reina, que de forma tan aplicada se empeñaba en contribuir a la prosperidad futura de la gran nación inglesa.

El resto de notables del reino, dirigidos desde Londres por el Rey, dedicaron sus esfuerzos a la vigilancia de las costas en el sur. El heredero, el Príncipe Aethelbert, pasó todos aquellos años en la región de Wessex a viajar de castillo en castillo, de atalaya en atalaya, manteniendo la atención permanentemente en la línea del horizonte del Gran Canal.

El Príncipe Alchfrith acudió a la región de Gwynned con el fin de mejorar las relaciones entre los lugareños y la corona; hizo varias promesas en nombre del Rey en lo relativo a los porcentajes sobre los impuestos que habían de recibir los nobles de la región, se comprometió a mejorar el mantenimiento de los antiguos caminos romanos y las reacciones positivas no tardaron en llegar, aunque fueron más moderadas de lo que tanto el Príncipe como los aristócratas de la región hubieran deseado: los lugareños no dejaban de ver aquel acercamiento con cierta hostilidad; su fe cristiana culdí no era bien vista desde la lejana Londres, y lo sabían bien, por lo que el temor a movimientos de fuerza por parte de la corona les hacía recibir sus atenciones con franca reticencia.
Quizá por ello, el Príncipe Alchfrith decidió empeñar parte de su tiempo en dirigir una campaña de conversiones por todo Gwynned; su intención era la de empeñarse con más ahínco en el futuro, pues todas sus atenciones y recursos dispensados a ello dieron resultados absolutamente infructuosos, pero la cruel fortuna quiso que el príncipe falleciera poco después de regresar a Wessex, en octubre del año del Señor de 1089.

Tras el envío de más comida al reino vasallo de Albain, el Rey dispuso el inicio del viaje del Príncipe Eorwalp hacia la isla de los irlandeses al mando de un ejército de colonos, artesanos y mano de obra barata. Pretendía su Majestad levantar de nuevo la ciudad de Dublín, así como el establecimiento de buenos ingleses en los territorios vecinos. La expedición partió de Londres mediado septiembre del año del Señor de 1085, haciendo tierra en octubre del mismo año en las costas de Lienster. Acto seguido, se alzaron campamentos de trabajo en las cercanías de la abandonada villa de Dublín; se trabó contacto con los aldeanos escasos de Lienster y los colonos fueron poblando lentamente la región.
En Junio del año del Señor de 1086, el Príncipe Eorwalp oyó hablar por primera vez acerca de aquel extraño guerrero pelirrojo, un irlandés enorme de poblados cabellos carmesíes quien, a decir de los lugareños de Lienster, había logrado unir bajo su espada a los clanes de Connaught. Eorwalp hubo de escuchar más y más noticias acerca de aquel guerrero de origen celta, a quien unas veces llamaban "El Dragón", otras "El Oso", y otras sencillamente "El Pequeño Clancy"; el Príncipe inglés, desoyendo los consejos de sus capitanes, decidió apartar su atención de los movimientos de aquellos salvajes sin capacidad ninguna y durante el resto de años comandó las labores de reconstrucción de Dublín sin darse cuenta de que, a sus espaldas, el "salvaje" había logrado construir todo un reino.

Tal vez, fue demasiado tarde cuando una mañana de Abril del año del Señor de 1089 el Príncipe Eorwalp tomó consciencia de que las palabras murmuradas entre susurros de sus criados celtas se referían a aquel nuevo reino. Cuando al fin envió una expedición hacia la frontera con Connaught, las noticias acerca de los numerosos pendones verdes y el movimiento de tropas le estremecieron: debería informar a su Majestad de cómo una nación de salvajes había logrado organizarse a espaldas de su atención mientras él se dedicaba a mirar hacia otro lado. (Ver NF del Reino de Heireann)
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

Orson Welles.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #1 en: 31 de Mayo de 2006, 07:19:21 am »
Ríocht na Heireann
(Reino de Irlanda)
Roinn Bhinse an Rí Pádraig Clancy
Diplomacia: Ulster (F), Munster (F)

"Siete de Marzo del año del Señor de 1042. Tras la caída de Dublín.

Los dos grandes caballos de guerra que encabezaban la pequeña marcha agitaban las cabezas malhumorados tratando de espantar las miles de moscas que revoloteaban por doquier, atraídas al olor de la carne quemada y en descomposición de los muchos irlandeses muertos en cada rincón de la ciudad.
Las casas quemadas se combaban alrededor de los hombres armados que avanzaban hacia el río; de los árboles pendían cuerpos desnudos terriblemente mutilados, ensangrentados o quemados cuando no algo peor. Los caballos bufaron nerviosos y esquivaron el cadáver de una mujer de edad indiscernible, vuelta de espaldas en el centro del camino, una carcasa rígida sobre la que piaban discutiendo por su carne un grupo de albatros de gran tamaño. Dos gatos famélicos mordisqueaban los dedos desnudos de la mujer sin quitar ojo a los picos ganchudos de las aves: no era aquél un buen día para perder un ojo.
Tras bordear una enorme roca, situada en el centro de una plaza para obligar a los propietarios de carretas a disminuir la velocidad evitando el peligro de aplastamiento a los viandantes, el grupo de caballeros enfiló por una estrecha callejuela que desembocó en la calle mayor de Dublín; el gran Duque Robert II de Normandía paseó la mirada por entre los componentes de la interminable fila de refugiados que abandonaban a través de aquella ancha calle la hasta entonces capital del extinto reino de Irlanda.

–Diablos. Estos bárbaros huelen igual de mal muertos que vivos.
–Sí, mi Señor –respondió al instante el caballero que cabalgaba a su lado, un pequeño guerrero con el rostro sudoroso repleto de hollín, surcado por completo de cicatrices recientes–. Los irlandeses acostumbran a dormir con sus animales, según se dice. Claro que se dicen muchas cosas al respecto de estas bestias, y ninguna es agradable.
–No es de extrañar, Jacques. Si yo fuera irlandés, preferiría metérsela a una vaca antes que a una de esas horribles pelirrojas malhumoradas –dijo el gran Duque señalando a una mujer encinta que llevaba en brazos a dos niños pequeños.

La comitiva siguió paseando sin mucha prisa por entre las ruinas de la ciudad hasta llegar al fin al cauce del gran río que atravesaba Dublín. Robert II detuvo su caballo y señaló con el guante de cuero hacia una pequeña colina sobre la que aún ardía un molino de agua.
–Allí. Ése es el sitio.
–No está mal –concedió el general Jacques–. Aunque llevará un tiempo levantar un castillo aceptable con una mano de obra tan penosa. Quizá debamos contratar ingleses, o comprar esclavos a los nórdicos...
–Es igual. Cueste lo que cueste, quiero un castillo ahí mismo. Me gusta la vista de ese río... ¿cómo era? –dijo el gran Duque hacia el hombre maniatado que montaba un asno situado a su espalda.
–Liffey –respondió con voz queda el interpelado–. Río Liffey.
–Le cambiaremos el nombre. No me gusta como suena.
–Llamadlo Río "Grace la Turgente" –dijo entre carcajadas el general. La comitiva entera rompió a reír.
–Menuda zorra... ¿verdad? –Robert asintió, devolviendo su atención a las casas de alrededor. Su semblante recuperó el tono sombrío que le había acompañado durante todo el sitio de Dublín–. Odio esta mierda de ciudad. Dos años cercándola, dos años sintiendo ese hedor insoportable a perros y a irlandeses. A duras penas podré conciliar el sueño en mi futuro castillo con este olor.
–No durará, mi Señor. Los cuervos y las alimañas acabarán con los cuerpos en un mes. Después del verano, con las lluvias, el hedor se hará soportable.
–Tanto da. –El gran Duque extendió de nuevo la mano y trazó un arco con ella–. Quemadlo todo, derruir las casas hasta sus cimientos. No quiero ver nada habitable desde aquí hasta el puerto.
–Mi señor... –murmuró el hombre maniatado en su francés tan áspero como desacostumbrado–. La ciudad se ha rendido. Permitid que...
–No dejéis piedra sobre piedra –dijo Robert II sin prestar atención al pelirrojo que ejercía de intérprete desde que fuera capturado dos días atrás mientras trataba de huir disfrazado de soldado normando. Hablar francés le había salvado la vida–. Esta ciudad es horrorosa; me afea la vista del río. –El gran Duque volvió con cuidado a su enorme caballo y clavó la mirada en el hombre maniatado–. No debieras interrumpir el discurso de quienes son tus superiores de clase, pelirrojo.
–Bueno –dijo con una enorme sonrisa el general Jacques–, lo cierto es que el tipo éste pertenece a la nobleza local. O lo que sea.
–Ah, ¿sí? –Robert II acercó su caballo al asno del prisionero–. ¿Sois noble, pues?
El hombre bajó la cabeza.
–Jefe de clan.
–Clan. –El Duque sonrió–. Vaya con el pelirrojo, si sois todo un jefe de clan. ¿Qué coño es un clan para estos bárbaros, Jacques?
–Como una especie de tribu de salvajes, o algo así. Algo familiar... o qué sé yo, joder.
–Jefe de Clan. Estoy verdaderamente impresionado. ¿Cuál es vuestro blasón, pelirrojo?
–No... no tenemos blasones ni... –el pelirrojo dudó, buscando la palabra adecuada. Al final desistió–. No tenemos bandera ni escudo, mi Señor Duque.
–Ah. Pero eso no puede ser –dijo Robert II cabeceando, buscando la aprobación de sus generales. Desenvainó con cuidado la gran daga sujeta a la tobillera de su pierna derecha y cruzó con cuidado la frente del pelirrojo con la hoja mellada. Una línea de sangre inundó el rostro ennegrecido por el hollín del hombre maniatado–. Mucho mejor así, ¿no creéis, monsieur le Roux? Línea roja sobre fondo negro. Ya tenéis escudo.

Los hombres rompieron a reír. El gran Duque volvió de nuevo el caballo y lo encaminó hacia los muelles.

–Cuando suba a mi barco de regreso a Normandía –dijo en voz alta hacia su general sin volverse–, cortadle la lengua a monsieur le Roux. Asadla con ajo y vino y que se la coma después."




El hombre de cabellos rojos observaba el vuelo de las gaviotas sobre un mar templado por el ocaso desde lo alto del cortante acantilado cercano al campamento de verano de los Clancy, situado en la costa sur de Connaugth. Los pájaros volaban cerca del agua, patrullando a la búsqueda de bancos de peces de bajío, con lo que se encontraban en realidad a mucha distancia bajo los pies del pelirrojo. Le gustaba contemplar el vuelo tranquilo y calculado de aquellos animales blanquinegros de estridente piar: todo un universo de agua azul que explorar sin barreras ni límites, sin apenas enemigos, sin obligaciones ni un destino por cumplir. Desvió la atención de los pájaros y paseó la mirada a lo largo de la costa irregular, dibujando los límites de aquello que era una isla y que comenzaba a ser de nuevo un país.

Su país.

A espaldas de Pádraig Clancy el bramido de varios cuernos hechos sonar con fuerza rompió por completo la tranquilidad, haciendo que hasta las gaviotas en lo bajo se dispersaran asustadas. El joven patriarca de los Clancy, apenas un hombre maduro de recia constitución cuyos largos cabellos rojos hacían cumplido honor a su apellido, suspiró sin poder controlar la tensión y volvió sus pasos de regreso al campamento y a la asamblea: aquellos cuernos anunciaban la esperada llegada de los Maguire, los MacManus y los Conroy de Munster. Ya estaban todos.
Había llegado el gran día para Pádraig.

Cinco horas después, en el centro de una plaza natural formada por altos robles, el líder de los Clancy y nuevo "Máistir na Connaught" acababa con su discurso. Por todas partes hondeaban las telas pintadas con los colores de los Clancy, la raya carmesí sobre el fondo negro que se había hecho famosa por todo Connaught en los últimos meses. Alrededor de una gran hoguera, los líderes de los clanes de Munster y el Ulster asentían mostrando su satisfacción con mayor o menor énfasis; habían sido atraídos hasta allí por el gran Concobhar MacNaois, el hombre de confianza de Pádraig, un hombre de talla gigantesca y gran habilidad con el hacha cuya fama alcanzaba todos los rincones de la isla. Si el jefe de los MacNaois seguía a aquel pelirrojo... diablos, entonces merecía la pena viajar para conocerlo.

–Dices que somos un reino. –Concobhar se puso en pie, hacha en mano–. No sabemos de reinos, no desde hace más de cuarenta años. No nos fue bien como reino. ¿Por qué deberíamos unirnos de nuevo, me pregunto?
–Un reino es como un hombre –respondió Pádraig. Su fiel general nunca escondía sus opiniones, ni cesaba de criticar sus decisiones cuando le parecían cuestionables. Era justo el amigo que necesitaba en aquellos momentos–. A un hombre puedes arrancarle los brazos y las piernas, que seguirá sintiéndolas aunque no las tenga en su sitio. Y por más que se le arrebaten las extremidades, seguirá siendo un hombre. Somos lo que somos, y no podemos evitar serlo. Pese a todos los que nos han atacado a lo largo de los tiempos de nuestros Padres... ni ingleses, ni franceses, ni vikingos ni moros podrán despojarnos de lo único que es de verdad nuestro: esta isla y nuestra identidad.
Los hombres asintieron de nuevo. El anciano líder de los Macklin se levantó con gran dificultad, alzando su espada para acallar los susurros.
–Yo serví en Dublín en el año del Señor de 1042. Sangré por culpa de los Normandos, y también los hice sangrar. Vi como esos animales asesinaban al Rey Dave junto a toda su familia, su joven mujer y sus tres hijos pequeños. Vi cómo traicionaron al gran General Bono, el Azote de Munster, enviado a Rouen junto a esos bastardos para pactar un acuerdo de paz... –los gritos de indignación brotaron a lo largo de todo el círculo. Cuando cesaron, el anciano continuó–. Vi lo que le hicieron a tu padre, Pádraig. Lo que nos hicieron a todos. –El hombre tembló a causa de la furia y el odio–. Nos hicieron cagarnos de miedo, nos obligaron a escondernos bajo las faldas de nuestras mujeres y nuestras madres. Y yo digo, ¡basta!

Los representantes de todos los clanes de la isla repitieron la palabra a gritos; después de unos segundos de pausa, el anciano levantó su espada.

–Yo, que he visto tantos amaneceres y tantas muertes –dijo con voz firme pese a la edad el líder de los Macklin–, digo aquí y ahora que tú, Pádraig Clancy, eres mi "Roinn Bhinse an Rí". Y que Heireinn es mi isla y mi reino, joder, como siempre lo ha sido y siempre lo será.
Acto seguido Concobhar dio un largo paso hacia el centro del círculo y, alzando con un solo brazo su gran hacha de batalla, dio un largo grito que fue secundado de inmediato por el resto de los hombres. Luego avanzó el hacha en dirección a Pádraig Clancy.
–Y yo, Concobhar MacNaois, hijo de Roibeárd "el grande", hijo de Steafán, hijo de Caoimhín "el dos veces alto", ¡juro por Cristo nuestro Señor y por mi sangre que ésta –agitó el hacha– y yo hemos de seguirte hasta las mismas puertas del infierno!
Todos los hombres se alzaron, gritando enfervorecidos. Pádraig Clancy sonrió, agradeciendo aquel consenso entre hombres verdaderos con suaves gestos de asentimiento. Después se acercó a su general, tomándolo de los hombros.
–Descuida, Concobhar, que tanto tu hacha como tú tendréis oportunidad de seguirme hasta allí muy pronto. Y Dublín aguarda a mitad del camino.

En octubre de 1089, todos los clanes del Ulster, Munster y Connaught se habían unido en torno a la cicatriz roja sobre fondo negro de los Clancy y el verde del antiguo reino de Heireann. Pádraig Clancy, quien conocía la llegada de los colonos extranjeros a la prácticamente despoblada región de Lienster, así como el inicio de las obras en la ruinosa Dublín, meditaba en silencio en el inicio del invierno acerca del siguiente paso del joven reino.
Porque sin duda el primer paso es siempre el más difícil.


"En la tienda había un hombre muy viejo, con el rostro acartonado y los cabellos blancos, antaño pelirrojos, escasos, gruesos y golpeados sin misericordia alguna por el correr del tiempo. Del exterior llegaban los gritos alegres de los hombres, las canciones tradicionales y el sonido de los tambores. Pádraig Clancy, iluminado por varias velas de sebo, acariciaba al anciano con cuidado en la cara, dibujando con los dedos el rastro de la enorme cicatriz que le surcaba la frente de lado a lado.
Al anciano le costaba mucho respirar. De tanto en tanto, un ronquido dolorido interrumpía el ritmo desacompasado y hacía toser al viejo. A su lado, la mujer aún joven que era la madre de Pádraig y segunda esposa del anciano, rompe a llorar dejando caer su cabeza sobre el pecho del enfermo.
Clancy se agacha y murmura unas palabras junto al oído derecho del hombre.
–Está hecho, padre. Está hecho.

El hombre asiente con la cabeza y los ojos. No puede responder, porque le falta tanto el aire como la lengua, pero sonríe con enorme gratitud. Luego exhala un último suspiro que rezuma una paz de espíritu largamente buscada."
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

Orson Welles.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #2 en: 31 de Mayo de 2006, 06:50:24 pm »
Reino de Zeila
(Islam Sunní Marítima Nación Abierta)
Zayed, Rey de Zeila
Diplomacia:

En el nombre de Allah, el clemente y misericordioso.

El final del año 1085 de la era vulgar había dejado al reino de Zeila en una situación desesperada. El ataque brutal realizado por los seguidores del Crucificado a la región de Zeila casi había acabado con todo el ejército del modesto reino africano, y el Rey Zayed sabía que una nueva invasión podría destruir para siempre toda la capacidad de resistencia de su pueblo.

Fueron tiempos difíciles en los territorios del reino. Los emisarios enviados por el Nilo hacia el mar fueron numerosos, con la esperanza de Zayed puesta en la supervivencia de alguno de ellos: esperaba el Rey que las poderosas naciones islámicas del norte estarían dispuestas a reaccionar en favor de Zeila si conocían las circunstancias terribles en que vivían bajo la amenaza de Funj. Quizá una llamada al socorro de sus hermanos musulmanes podría darle esa oportunidad que tanto necesitaban.

Pero el rey Zayed era un hombre previsor; no aguardaría una reacción islámica dejando de lado la puesta a punto de las defensas de Zeila. Las inversiones realizadas a lo largo del tiempo en las estructuras básicas de gobierno probaron su eficacia durante esos años de finales de la década de los ochenta: la afinada burocracia permitió que la sincronización entre los diferentes estamentos mejorase notablemente; los recursos se distribuyeron de forma más efectiva, permitiendo que las muchas fortificaciones que formaron la nueva línea defensiva en la región de Zeila se levantaran con inesperada rapidez. También el reclutamiento de nuevas tropas se realizó con limpieza y excelentes resultados: en Marzo de 1086 el ejército Real volvía a ser fuerte.

Las noticias que hablaban acerca de las reacciones que la invasión de Zeila por parte de Funj había despertado en las naciones islámicas del norte llegaron a la capital en Junio del mismo año 86. Según contaban los emisarios recién desembarcados provenientes del Cairo, el propio Gran Califa había advertido al rey de Funj de las reacciones que una nueva invasión del territorio de Zeila desencadenarían en contra del gran reino cristiano del sur. Meses después, llegó a hablarse en el puerto de Zeilania de que Funj había involucrado en la crisis al Patriarca cristiano de Roma (ver NF de Funj). Tal vez todo aquello fuera cierto, tal vez no. Tal vez la intervención del Califa de los fatimíes resultara clave en la determinación del Rey de Funj de buscar una vía de acuerdo pacífica y negociada, o tal vez aquella decisión del rey cristiano hubiera sido tomada con anterioridad a las advertencias de los correligionarios de Zeila. Tal vez jamás se sabría con certeza.
Pero lo cierto es que, tras el caluroso verano del año 1086 y la finalización de la terrible plaga de langostas que asoló los campos de Funj, una delegación del rey Zayed fue enviada hasta la ciudad de Kamey para firmar un tratado con el poderoso reino vecino; acuerdo en virtud del cual se firmaba la paz tras la renuncia incondicional por parte de Zeila de toda pretensión futura sobre la región de Danakil y la ciudad portuaria de Kamey.

Sólo el Señor del Universo sabía si aquel acuerdo era o no suficiente garante para alcanzar una paz duradera. El tiempo diría, pensaba el Rey Zayed deseando que aquella tregua fuese al fin definitiva.

Al-hamdu Al-illah.
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #3 en: 01 de Junio de 2006, 03:25:00 pm »
Reino Copto de Funj
(Cristianos Coptos Civilizado Nación Abierta)
Bartolomé I, Rey.
Diplomacia: Kamey (+8Yfc)

Tras los avances realizados durante los últimos años por los ejércitos del reino, en el año nuevo del año del Señor de 1086 el anciano Rey Bartolomé I confiaba en poder cerrar la conquista de la vecina Zeila en pocos meses.
El aparato militar del poderoso reino cristiano de África se fortaleció enormemente durante aquellos primeros meses de año 1086 de la era de Nuestro Señor: grandes inversiones en afinar la eficacia del arma de Caballería y la adquisición y entrenamiento de miles de caballos junto a sus pertrechos completos, las levas masivas y el reclutamiento de jóvenes de buenas familias para ingresar en el ejército en concepto de oficiales junto con animales de su propiedad fortalecieron aún más la capacidad ofensiva de Funj.

Pero las malas noticias no se hicieron esperar; varios emisarios de Zeila fueron capturados navegando el Nilo en dirección a las fronteras del norte. Nadie podía determinar cuántos emisarios habían iniciado viaje, pero parecía posible que más de uno hubiera superado la vigilancia en el gran río. El mensaje de socorro que portaban hacia el Gran Califa de los fatimís preocupó al Rey profundamente (ver NF de Zeila). Sin perder tiempo, a sabiendas de que el califato era un enemigo con el que no podían jugar, el Rey se encerró en su palacio de Adefa y dedicó todo su tiempo y atención a los asuntos internos del reino, mientras dejaba las labores de coordinación militar y atención al exterior a su hijo y heredero, el Príncipe Tomás.

Gran parte de los recursos internos se destinaron al levantamiento de fuertes defensas en las fronteras del norte. Una línea de fortificaciones, atalayas, torres menores de vigilancia y campamentos amurallados se trazó a lo largo de las regiones cercanas al califato, y tanto el Príncipe Bartolomé como el Gran Señor de Kassala fueron enviados al mando cada uno de un ejército a ocupar y mantener la nueva línea defensiva.

La terrible advertencia del Gran Califa no tardó en llegar. Si los ejércitos coptos atacaban Zeila, el Califato Fatimí tomaría tal acto como una acción contra la fe islámica y contraatacaría de inmediato con todas sus armas. Bartolomé I, quien esperaba algo así tras la detención de los emisarios musulmanes a inicios del año del Señor de 1086, ya se había reunido repetidas veces con el Patriarca de Funj, Pedro II. Tales encuentros se intensificaron durante semanas.
Sabían ambos que el Sumo Pontífice de Roma era de la opinión de que todos los cristianos eran y debían ser hermanos en la fe. El contacto con el Patriarca de Roma había sido fluido y cercano en los últimos tiempos, y quizá era momento de probar la sinceridad de aquellas opiniones conciliadoras y el alcance de las mismas. En la soledad de África, en aquel mundo peligroso rodeados de vecinos hostiles, una situación desesperada parecía exigir una medida igualmente desesperada: ambos grandes mandatarios decidieron de común acuerdo solicitar el auxilio en la crisis del Papa Severo III.

El Príncipe Tomás, mientras tanto, al conocer las noticias que hablaban de las amenazas del Califa, ordenó la inmediata retirada de las tropas de la región de Zeila, replegándose a Danakil con la intención de defenderla o utilizar la zona como punto de partida en caso de su padre ordenase una nueva invasión. Envió mensajeros a la capital del reino vecino, Zeilania, en los que se solicitaba el envío de una comitiva oficial con la que se discutirían los términos de un posible acuerdo de paz. Mientras esperaba noticias, y tras enviar correo a su padre el Rey con las novedades, el heredero decidió reunirse a diario con los nobles de la ciudad de Kamey con el fin de mejorar sus relaciones con el reino, siendo auxiliado en tal labor por el general Bernabé.

Los esfuerzos conciliadores del heredero en Kamey lograron buenos resultados en un momento en que todo parecía torcerse para el reino de Funj: en Junio del año del Señor de 1086, una espantosa nube viva de pulsante movimiento fue vista por un campesino en las faldas de las montañas de la región de Sennar. Las primeras langostas llegaron a los campos de cultivo cercanos a Adefa a la caída de la noche del quince de Junio, y cuando abandonaron la región habían dejado a su paso un páramo desolado. Desde aquella noche y hasta finales de Agosto del mismo año, la  terrible plaga de langostas en forma de nube creciente se movió a lo largo y ancho del territorio de Funj, destruyendo gran parte de las cosechas y dejando impracticables por mucho tiempo numerosos campos antaño fértiles.

Las noticias llegadas desde Roma en las que se confirmaba el apoyo y la ayuda del Sumo Pontífice en caso de ataque a Funj por parte del infiel Fatimí no variaron la dirección del rumbo que había determinado el Príncipe Tomás en relación al conflicto con Zeila. Ni él, ni su majestad el Rey Bartolomé I, aun cuando contasen con el auxilio de los cristianos europeos, tenían el menor interés por iniciar una guerra con el Califato de la cuál su reino jamás podría salir bien parado. El acuerdo firmado con la delegación de Zeila en la ciudad de Kamey puso fin al conflicto con el reconocimiento por parte de Zeila de las nuevas fronteras con Funj, incluyendo el cese de sus pretensiones sobre la región de Danakil y la ciudad portuaria de Kamey.

A su avanzada edad, no confiaba el buen rey Bartolomé en ver la llegada de muchos más Años Nuevos. Pero al menos esperaba haber alcanzado en el ocaso de su vida la estabilidad de las fronteras con su vecino del sur, además de contar con la seguridad de haber dejado para el reino al mejor de los herederos posibles: su hijo, el Príncipe Tomás.
Si Funj necesitaba crecer, tendría que hacerlo otro Rey.

Y muy probablemente en otra dirección.
 
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

Orson Welles.

eneas

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #4 en: 01 de Junio de 2006, 03:26:43 pm »
Pontificado Romano Católico
(Romano Católico Civilizado Primacía Religiosa)
Severo III, Osric las ingles, Papa de Roma, Guardián de la Fe
Diplomacia: Milano Ch, San Pietro Ch, Sicily Ch, Apulia N/e, Spoleto Ch, Romagna Ch, Flanders Ch, Arras Ch, Brabant Ch, Holland N/a, Provence Ch, Languedoc Ch, Vermon N/a, Swabia N/a

En Septiembre de 1085, las fuerzas del khanato llegaron a Latium. La región que había regresado a las manos del Papado, y la llegada del Khan se esperaba desde enero del mismo año. Pero saber que vendrían y verlos llegar no era lo mismo, y la población de la región quedo sobrecogida al ver la enorme fila de guerreros, acompañados de mujeres y niños, que se perdía en el horizonte. Más de 70.000 personas formaban aquel comité, que seguía a un solo hombre, el poderoso Vlad, Khan de Kuban.

Casi la mitad de los 70.000 seguidores del Khan estaba formada por el gigantesco ejercito de Kuban contra el que no hacia tantos años se había combatido con fiereza en diversos puntos de Europa, demasiado cercanos a Latium para que la gente pudiese olvidar las historias de masacres y batallas que contaban los juglares de aldea en aldea.

La comitiva siguió avanzando durante varios días, atravesando la región, hasta que llegaron a las puertas de Roma. 70.000 personas se prepararon para acampar durante varios días en la región, tan solo Vlad y un pequeño grupo seleccionado entre sus mas fieles y veteranos guerreros atravesaron la puerta de San Sebastiano, entrando en la esplendorosa ciudad de Roma.

El Khan fue recibido por cientos de pajes, guardias y miembros del clero, que pronto comenzaron a procurar lo necesario para hacer la corta estancia de Vlad lo mas confortable posible. Pese a las reticencias de muchos, que difícilmente olvidarían el sangriento camino recorrido por aquel bárbaro para llegar hasta allí, tanto el bárbaro como su comitiva fueron aplaudidos mientras recorrían las arterias principales de la ciudad camino de las dependencias papales.

Sebero hizo esperar al recio guerrero durante dos días, mientras los preparativos de la ceremonia se finalizaban, y el día 12 de Septiembre del año de nuestro señor de 1085, la ceremonia mas multitudinaria de cuantas se habían visto en la ciudad desde hacia muchos años, tuvo lugar. El Arzobispo Pietro de Sicilia participo en la ceremonia junto con Sebero. Vlad fue bautizado y abrazo por juramento el catolicismo. El propio Sebero corono a Vlad como rey del Sacro Imperio de Italia, titulo por el que a partir de ese día habría de ser conocido Vlad.

La ceremonia no faltó de sorpresas, pues no solo la llegada del temido Vlad había despertado la expectación del pueblo, sino también la que seria la primera aparición publica de Severo, con las vestiduras negras que el mismo había impuesto recientemente como vestiduras pontificales. Según su visión, tan solo el hijo de dios en la tierra merecía usar el color de la pureza y la piedad. La elección del color negro para las vestiduras oficiales y no oficiales del pontífice, no fue del agrado de muchos de los purpurados, pero la doctrina mantenida por Severo, respecto a vestir de luto en señal de dolor por la crucifixión de Jesucristo, no pudo ser rebatida con opiniones estéticas intrascendentes.
Mientras la ceremonia se llevaba a cabo, miles de clérigos salieron de la ciudad y celebraron millares de bautizos, mientras los 70.000 bárbaros allí acampados abrazaban la religión bajo el lema “Catolicismo y pan”, y es que poco preocupaba a aquella gente a que dioses rendir culto mientras tuviesen el estomago lleno. Y ahora unos hombres, pálidos y con hábitos pasaban tienda por tienda mojándoles la cabeza, y dándoles de comer una miga del pan prometido. Ni uno solo se opuso al catolicismo, ni al pan.

El Arzobispo Pietro, que participaba en la ceremonia, tenia un papel destacado en la misma, era la forma en que sebero le libraba del poder político para encaminarlo a labores mas espirituales. Pietro apunto con uno de los traductores que se habían encontrado a última hora, todos los movimientos, las palabras y los juramentos del futuro rey de Italia. Pietro asumiría el papel de garante de la nueva fe del rey Vlad. Su mano derecha, su conciencia cristiana, para librar al mundo de las barbaridades que un sujeto como este llevaría a cabo si se le permitiese.

El Arzobispo no disfrutaba de ver como sus posesiones, su poder, su puesto, pasaba a estar sometido a la voluntad de aquel individuo, pero poco podía hacer. Su lealtad era para con Sebero, aun cuando Pietro consideraba que estaba equivocado.
Sebero finalizo la ceremonia leyendo varios pasajes del libro de Job. La elección no pudo ser mas acertada, y pronto Pietro se sintió aludido por la historia del hombre justo que debe comparecer ante Dios. El mensaje quedo claro para el Arzobispo. Aceptaría el destino elegido por Sebero, y seria recompensado por ello.

El Rey de Italia dejo roma 4 días después de la ceremonia, y 2 días después de jurar vasallaje a Sebero. (Ver NF Kuban)
Tras la marcha del nuevo rey, los enviados de la iglesia comenzaron atareados a cumplir los enormes encargos que Sebero les había hecho. Por cada territorio donde se asentasen los súbditos de Vlad, pasaría un Cardenal para construir una nueva iglesia.

Sebero sin embargo, cumplidos sus planes hasta el momento, lidero durante los 4 años restantes, con la ayuda del Cardenal Carlo Estefano, la difícil labor encomendada a cientos de escribas hacia ya 6 años. La unificación del credo ortodoxo y católico, en un único libro.
La tarea que empezó como algo a largo plazo, se volvía más urgente por momentos. Los continuos viajes de Sebero, y de muchos de sus representantes por todos los territorios de Bizancio y Kiev, lograban rápidamente ganar el respeto, y la aceptación de miles de ortodoxos, que veían con buenos ojos la fe católica. El objetivo del libro en cuestión, no era otro que el de unificar los credos de ambas ramas del cristianismo, para permitir que tanto ortodoxos como católicos abandonasen sus diferencias, y volviesen a ser simplemente cristianos. La unificación de doctrinas no seria real tan rápidamente, pero si una obra podía recoger todas las doctrinas de ambos credos, la división cristiana desaparecería.

Cuidar del espíritu de los cristianos no evito que la iglesia cuidase también de su cuerpo, y las ayudas enviadas a Francia, Dinamarca, León, y Albain fueron fiel testigo de la beneficencia de la iglesia.
Algo que paso desapercibido para los ajenos, pero que ocupo todos los recursos y el trabajo de cientos de siervos de la iglesia, fue la llegada del rey de Venecia en Julio de 1085, poco antes de la llegada del mismísimo Vlad.

Carlo Cardiano, llego con una pequeña escolta, de no más de 2.000 hombres, que pronto se acomodaron en la ciudad santa.
El rey había acudido a la llamada de Sebero, y mostraba en público gran arrepentimiento por sus actos, aunque en privado, su arrepentimiento era patentemente nominal.

Los agentes Venecianos que habían sido enviados a proteger a Carlo, unieron sus esfuerzos a los bastos esfuerzos de la guardia romana. El rey apenas si podía moverse por las dependencias de Sebero, sin que uno de sus guardaespaldas, o de los de su santidad, le observasen, vigilando que nadie estropease el retiro que para la redención de sus pecados había exigido el pontífice.

Los días se tornaron semanas, las semanas meses, y los meses pasaron con gran lentitud ante los ojos cansados de un Carlo Cardiano que se descubría menos paciente de lo que hubiese creído. Pero la medicina del espíritu pronto actuaría, como esperaba Sebero, curando el alma de aquel hombre que a punto había estado de ser excomulgado.

Lo que ni Sebero, ni toda la corte veneciana ni el clero al completo podía esperar, era el desenlace de este arrepentimiento. El 5 de Junio de 1087, los siervos que atendían a su alteza Carlo cada mañana encontraron el cadáver del rey, tendido sin vida sobre la alfombra, atravesado el corazón por su propia espada.

La noticia corrió como la pólvora, y la guardia romana pronto comenzó a investigar las causas que habían llevado a esto. Pese a las evidentes pruebas de que Carlo se había suicidado, el asesinato del regente no podía descartarse tan rápidamente.

Sin embargo el informe fue concluyente, aunque la mayor parte no se hizo publico. Lo que si se hizo público fue que sin duda el rey de Venecia se había quitado la vida. Lo que solo llego a oídos de Sebero y otros pocos elegidos, fueron los hallazgos que entre las pertenencias del difunto se encontraron. Una cruz deformada e invertida, y diversas cartas sin remitente, que evidenciaban cuan alto habían llegado las conspiraciones del maligno en la ciudad de Venecia.

Por el buen nombre de Carlo, todo esto se oculto al público. Sebero quiso proteger así a su familia, pero aunque los protegió del escándalo y la ignominia, no pudo protegerlos de los hombres (Ver NF Venecia).

¿Por que ocurren las cosas? ¿Por qué la fortuna es tan esquiva y los designios del señor tan inescrutables? En estos pensamientos se encontraba sumido Severo mientras contemplaba las cenizas de los cientos de libros y manuscritos perdidos en el incendio de la biblioteca de Roma.

El incendio había empezado sin que nadie supiese como, pero de pronto en mitad de la noche los gritos de alarma sonaron al unísono en la ciudad al ver el fuego que devoraba la gran biblioteca. Las voces de los vecinos, habían servido de aviso para la guardia romana que pronto corrió a extinguir el incendio. Varios monjes murieron tratando de rescatar los cientos de volúmenes que allí se almacenaban para que no fuesen devorados por las llamas.

Parecía una cruel broma del destino que aquel emblemático edificio ardiese ahora, cuando en el gran incendio de 1067 se había salvado. Tristemente esta vez la biblioteca no tuvo la misma suerte.

Mientras celebraban las exequias por los muertos, entre los que se encontraba el hermano Tobías, el viejo bibliotecario nombrado por el propio Severo durante sus primeros años como pontífice. Y que aunque demasiado mayor para ejercer sus funciones aun vivía en la biblioteca cuidando de los sagrados textos.

Los daños materiales se podrían reconstruir, pero algunos de los textos que se perdieron tenían un valor incalculable. Y las vidas, casi media docena de muertos en total, y varios hombres que pasarían el resto de sus vidas sufriendo las agonías de las terribles quemaduras sufridas.

Las lágrimas del anciano pontífice no pudieron ser contenidas por este durante más tiempo, y finalmente corrieron por sus mejillas. Los últimos días de Noviembre de 1089, los paso el pontífice en soledad, tratando de encontrar respuestas a preguntas que no hacia en voz alta. Si obtuvo o no respuesta es algo que nunca supo nadie mas que el.
« Última modificación: 03 de Junio de 2006, 10:29:18 am por eneas »
"Supongo que había que inventar las camas de agua. Ofrecen la posibilidad de beber algo a media noche sin peligro de pisar al gato."

Gm en Lote53

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #5 en: 02 de Junio de 2006, 08:41:14 am »
Khanato de Saraba
(Pagano Asiático Nómada Nación Abierta)
Tukeban Khan, "El Rayo que Cabalga"
Diplomacia: Tarhain (F), Kirguiz (F), Ghuzz (F), Patzinak (F), Bolgar (F)

Tukeban Khan era un excelente jinete, diestro como pocos con el arco corto en las manos y dotado de un gran carisma capaz de atraer a su lado a hombres mucho más fuertes y de mayor edad. Su ambición desmedida no conocía límites, y desde que mató al Lobo y pasó a ser Hombre dedicó su tiempo a cabalgar de tribu en tribu, contando a los hombres las maravillas del mundo rico y repleto de incontables bellezas del que hablaban los mercaderes que atravesaban las estepas, mundo de riquezas que se abría a lo lejos en el oeste desconocido y que sólo tenían que tomar con las manos si eran lo bastante hombres como para alargar el brazo.

En el año 1086, acompañado de cientos de jinetes de su tribu, el nuevo Kahn abandonó las tierras yermas de Saraba e inició una larga cabalgata a través de las estepas. Atrajo junto a sí el apoyo de guerreros y colonos de todas las regiones por donde pasaba la larga caravana, y pronto los cientos se convirtieron en miles. Incluso aquellas regiones cuyas tribus habían quedado vacías a causa de las cabalgatas previas de otros khanes dejaron el paso abierto para Tukeban y sus hombres, facilitando alimentos, pertrechos y agua a los guerreros, así como el forraje del que disponían para los animales.
Cuando Tukeban Khan y sus hombres llegaron en 1087 hasta las tierras de Taman, en el Mar Negro, la tempestad cayó sobre los pacíficos habitantes de la región: los saqueos se prolongaron en tanto quedó algo vivo en aquellas tierras cristianas situadas entre Bizancio y Kiev; muertes, violaciones constantes, campos exprimidos y luego quemados... El humo negro ascendió a los cielos de Taman durante toda una semana.

En el año 1088, la comitiva llegaba a la región de Bolgar, tras cruzar el río Volga en su repliegue para evitar represalias. Allí, el gran Khan contrajo matrimonio con la hermosa hija del Khan local, un enorme guerrero llamado Kama Bulgar, quien se unió como Hermano de Sangre a Tukeban poniendo a todos sus hombres a su servicio.
Y fue en Bolgar donde Tukeban pasó el resto del tiempo hasta el invierno del año 1089, disfrutando de los placeres arrebatados en Taman y de la cariñosa compañía de su joven esposa, quien le dio dos fuertes hijos gemelos que habrían de llevar el nombre de la sangre de Tukeban hasta el fin de los siete mundos.

?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #6 en: 02 de Junio de 2006, 09:21:26 am »
Reino de Noruega
(Romano Católico Civilizado Nación Abierta)
Svien el Temido, Rey de Noruega, Señor de los Mares del Norte.
Diplomacia:

Los primeros años tras la paz firmada con el vecino danés fueron productivos como el propio Svien no podía haber imaginado nunca. La tranquilidad que daba tener que reducir con mucho la atención puesta sobre el esfuerzo de guerra permitía que el anciano rey, aún fuerte como un roble, dedicase todos sus esfuerzos a gobernar su renaciente país desde Alesund, con la ayuda de su amado hermano Eric, y a mejorar los recursos dispensado a la antaño temida flota noruega.

Así, y con la mirada puesta en el futuro, Svien ordenó que la mayor parte de los ingresos en oro y sal, junto al resto de recursos del país, fueran guardados y racionados para poder disponer de ellos cuando fuera realmente necesario.

Las labores diplomáticas del fuerte reino escandinavo en las Shetlands resultaron de todo punto infructuosos. Los habitantes de las islas recordaban la llegada de las velas de los Drakkar como el preludio a la muerte y las depredaciones, y no concebían el diálogo pacífico con aquellos hombres brutales y despiadados. El General Klovner hubo de regresar a Alesund con el rabo entre las piernas y una enorme furia contra aquellos paganos desarrapados que le habían rechazado como a un perro de aguas. De buena gana hubiera lanzado a sus vikingos contra los lugareños si las órdenes de Svien no fueran tan claras al respecto... Y Klovner era un hombre sensato cuando el nombre de Svien aparecía en liza.

El príncipe Olaf II, entre tanto, viajó con sus "Hachas" hasta la región de Jamtjand. Tras conquistarla en una breve lucha sin importancia en la que apenas perdió a un hombre a causa de una descomunal borrachera, saqueó las tierras bárbaras sin dejar piedra sobre piedra. Desde allí, tras establecer un campamento base, viajó con sus hombres hasta los cercanos bosques nevados de Vasterboten, donde pasó tres meses saqueando todas las tribus y aldeas que encontró a su paso. Con un buen botín, casi todo en forma de animales y todo tipo de comida, regresó de nuevo a través de las montañas hasta Oslo, siendo recibido con gran alegría por el pueblo y con evidente satisfacción por los tesoreros reales.

Pero quizá la labor más importante de los hombres de Svien durante aquellos años fuera la puesta sobre los hombros del General Mladen, quien al mando de 10 Drakkar de guerra pesados, entre los que se encontraba el buque insignia, partió de Alesund para explorar la ruta de las Faroes. Y aunque el terrible invierno del año 1088 le cogió en alta mar, obligándolo a regresar antes de lo previsto a la capital, logró recopilar importante información que sería de gran ayuda en el futuro.

Svien el Temido recibió la llegada del invierno de 1089 en su castillo real, sabedor de que Noruega volvía a alzarse vigorosa y en todo su potencial tras una gestión eficiente y mucho más paciente de lo habitual en él.
Quizá los años habían logrado al fin aplacar sus apetitos.

Quizá.


?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #7 en: 03 de Junio de 2006, 07:54:23 am »
Rajputado de Rajput
(Budismo Hindu Civilizado Nación Abierta)
Mahide, Raja de Rajput
Diplomacia:

El gran Rajá Mahide de Rajput había dedicado gran parte de su reinado en mejorar las estructuras del rajputado y la situación económica del pueblo; tan buenos resultados había dado aquellos continuados esfuerzos de construcción interior que aun cuando muchos nobles le pedían que mirase hacia las tierras exteriores para crecer, Mahide decidió no variar su política ni un ápice.

Después de hacer un corto viaje hasta Jihjhoti, el Rajá se puso manos a la obra y asumió una vez más toda la dirección administrativa y judicial del rajputado, dedicando gran parte del tesoro a las inversiones en los diferentes estamentos de gobierno, así como en la construcción de todo tipo de obras públicas en las regiones de Jihjhoti y Rajput. También ordenó el inicio de las obras de mejora y ampliación de la pequeña aldea de Patna, en Jaunpor, logrando con ello que en el año 1088 se alzase una pequeña pero hermosa ciudad portuaria en la intersección del Ganges alto con el Ganges bajo.

Sabedor de que no podía lograr un crecimiento más rápido sin el apoyo del ejército, así como que sus vecinos incrementaban sus efectivos militares año a año, el gran Rajá dedicó fuertes cantidades de oro a la construcción de fuertes defensivos en Jihjhoti, además de otras inversiones importantes en todos los estamentos militares del rajputado: academias de entrenamiento de oficiales, adquisición de las mejores y más modernas armas y armaduras para el cuerpo de infantería y caballería... Mahide no era un hombre especialmente belicista. Pero tampoco especialmente inocente.

El heredero, Príncipe Sahedra, inició un viaje en marzo de 1086 que le llevó hasta las tierras del vecino reino de Uttar-Pradesh, donde permaneció durante casi dos años realizando intensos contactos diplomáticos con la familia real con el fin de mejorar las relaciones interregnos. Una vez concluido aquel periodo de tiempo, regresó a Rajput junto con sus hombres y se hizo cargo tras recibir órdenes del Rajá del las más y mejor equipadas unidades del ejército, realizando con aquellos hombres un trabajo de entrenamiento intensivo durante otros dos años. En 1089, el ejército de Sahedra fue reestructurado, licenciándose a los hombres menos hábiles (que fueron destinados a labores policiales por todo el territorio del rajputado) y formando con los más fuertes y disciplinados un cuerpo de ejército de élite no muy numeroso pero terriblemente efectivo.

Durante la última parte del año 1086, el gran General Hanhu se dedicó a formar una partida de ataque con el ejército regular de Rajput. Seleccionó unos 5000 infantes con dotación ligera y se dirigió a Jaunpor, donde estableció campamentos temporales y desde donde partió, con un tercio del ejército, hasta la vecina región de Sikkim en Junio de 1087 para realizar una fulgurante campaña de saqueo que duró apenas un mes. Los hombres de Hanhu, con dotación ligera y especialmente seleccionados por su efectividad, saquearon la región de arriba a abajo sin ser detenidos ni por las escasas fuerzas defensivas de Sikkim ni por el ejército pesado Tibetano que fue sorprendentemente descubierto allí por los zapadores del Rajputado. Aunque lo cierto es que los hombres del Tibet no parecían demasiado preocupados por el ejército enemigo (ver NF del Tibet), el general Hanhu decidió regresar rápidamente con el botín hasta Jaunpor, donde reunió el ejército y permaneció a la espera de acontecimientos.
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #8 en: 03 de Junio de 2006, 08:25:53 am »
Reino del Tibet
(Budismo Bárbaro Nación Abierta)
Ughar, Rey del Tibet
Diplomacia:

Ughar era un hombre desesperado. A inicios del año 1086, la situación del Reino del Tibet era terriblemente caótica, con apenas ingresos, deficientes estructuras de gobierno, pocos alimentos y menos mano de obra. Pese a que se esforzaba año tras año en mejorar la fuerza de su pobre reino, las circunstancias geográficas y los hados parecían aliadas en su contra.

Si algo tenía claro el Rey era que necesitaba hombres fuertes a quienes poner a trabajar día y noche. Necesitaba mano de obra de la más barata posible. Necesitaba esclavos.
Con los pocos recursos a su alcance, el Rey ordenó el reclutamiento de una enorme cantidad de unidades de caballería, en su mayor parte bien entrenadas y equipadas. Casi toda la riqueza del Tibet se invirtió en esos hombres de élite: muchas eran las esperanzas que recaían sobre los hombros de aquellos jinetes.

Con las nuevas adquisiciones, y con el propio Rey al mando de su ejército, Ughar se lanzó a una larga campaña para capturar esclavos en las regiones norteñas de Khutar, Suachu y Astin. Eran regiones pobres, y repletas de guerreros dispuestos a vender cara su suerte, pero pese a todo ello el Rey logró capturar más de mil esclavos en total. Había dedicado el doble del tiempo previsto en la campaña, pero cuando regresó al Tibet en compañía de todos aquellos esclavos lo hizo sabedor de que el éxito era total.

El Príncipe Urghen, quien había sido dejado en el Tibet al mando del reino en tanto el rey no regresase de su campaña en el norte, dedicó todo aquel tiempo a moverse de pueblo en pueblo, de aldea en aldea, de fortificación en fortificación, manteniendo la vigilancia de las fronteras con la mayor de las atenciones a sabiendas de que el grueso del ejército estaba lejos. Fueron años agitados para el Príncipe, pero para su fortuna a finales de 1089 las fronteras seguían tranquilas.

Entre tanto, el noble Señor de Khotan, el inefable Khotan-ho, había sido enviado por el rey hasta la región de Sikkim con la misión de acercar a los líderes del lugar y a su población hacia los intereses del reino del Tibet. Khotan llegó a Sikkim con su ejército, y dedicó la mayor parte de su tiempo a pasear junto a su escolta por las bellas montañas del lugar, adquiriendo unos terruños donde pretendía construir una granja donde llevar a la familia en lo peor del invierno de Khotan. Para sorpresa de los nobles de Sikkim, el Señor de Khotan no mostró el menor interés por negociar con ellos ningún tipo de acuerdo en beneficio del Tibet: una cosa es que aceptara servir al gran rey Ughar en la guerra junto a todos sus valerosos hombres, y otra muy distinta que estuviera dispuesto a perder su tiempo parloteando con campesinos hediondos de asuntos insignificantes relacionados con el intercambio de vacas.

Fue en Sikkir, durante uno de sus paseos, cuando descubrió la partida de saqueo del Rajá de Rajput (ver NF del Rajputado de Rajput). El ejército enemigo estaba mucho peor equipado que el suyo, y tentado estuvo de enfrentarse a él por el simple placer de matar el terrible aburrimiento en que se encontraba. Incluso movió al ejército siguiendo al enemigo durante un día y medio. Pero cuando comprendió que los infantes del Rajputado se movían demasiado rápidamente y que deberían sudar más de lo tolerable para interceptarlos, prefirió no molestarse ni un segundo más en aquel jueguecito infantil y, tras advertir a los zapadores del Rajputado de que en lo alto de una de las colinas de Sikkir pensaba montarse una casa de verano y preferiría encontrarlo todo en su lugar cuando regresase en el futuro, picó espuelas y volvió a su hogar junto a todo su ejército.
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #9 en: 03 de Junio de 2006, 07:55:06 pm »
Sacro Imperio Romano Germano
(Romano Católico Civilizado Nación Abierta)
Káiser Adler (1086 ✝),
Káiser Ludovico.
Diplomacia: Lausatia (EA), Bravant (NT), Friesland (T)

El autoproclamado Emperador del Sacro Imperio Romano Germano, el magnicida general Adler, sabía que debía reconciliarse con todos los estamentos de su pueblo y que la mejor forma de lograrlo era recibir el perdón del Papa Severo III y la coronación en Roma de manos del mismo Santo Padre. Teniendo en cuenta la gran ascendencia que la Iglesia mantenía a lo largo y ancho del Sacro Imperio, no le cabía duda de que aquella proyectada peregrinación a Roma, apoyada por el prometido perdón de su Santidad, permitiría que su gobierno fuera aceptado por todos y que su estirpe se mantuviera al mando del Imperio durante siglos.

Para evitar mayores problemas, había cruzado cartas personales con el Cardenal Schellenberg, el hombre al mando del ejército combinado que se había enfrentado al Khan de Kuban años atrás y a quien la súbita partida de Adler sobre la capital del Imperio había dejado en solitario en el momento del enfrentamiento decisivo contra la horda. Adler había ofrecido cumplidas disculpas al religioso, pero sin renunciar a los motivos legítimos que le habían llevado a asesinar al antiguo Emperador. El Cardenal, un hombre del Imperio llegado al purpurado por sus propios méritos, sabía perfectamente que el Emperador era una figura de especial importancia dentro de los cimientos del cristianismo, y que si bien había alcanzado el trono por medios ilegítimos y reprobables, si bien había estado a punto de causar una derrota de incalculables consecuencias con su escapada inesperada, el perdón de Severo acabaría por llegar. Su función, por tanto, era facilitar la llegada de ese perdón, de modo que trató de convencer a su Santidad de la necesidad de no alargar la situación y aceptar el arrepentimiento de Adler tras su llegada a Roma.

La peregrinación se iniciaría en Marzo del año del Señor de 1086, pero los preparativos comenzaron con el año nuevo. El Emperador, desde la Alsacia, seguía todos los movimientos de sus ayudas de cámara con gran atención. Se enviaría una comitiva de heraldos que anunciarían la llegada de Adler a la región de Latium; la escolta Imperial, una división especial de caballería pesada de élite compuesta por algo más de un millar de efectivos, acompañaría al Emperador hasta la Toscana, donde lo dejarían llegar a la Ciudad Eterna en aparente soledad. Incluso se había planificado la realización de jornadas de trabajo diplomático en los palacios cardenalicios de Letrán con el rey de Venecia, a sabiendas de que también él se encontraría en Roma realizando su propia peregrinación en expiación de sus pecados. Adler aprovecharía el tiempo para asistir en calidad de Káiser del Imperio a la coronación del nuevo Rey de Italia, con quien pretendía acercar posturas diplomáticas, y posteriormente sería proclamado Emperador legítimo a manos de su Santidad el Papa.
Todo estaba cerrado. Todo estaba previsto.

Todo menos el infortunio.

El catorce de Enero de 1086 el Emperador Adler paseaba junto a su secretario personal por entre los pasillos de su castillo en Mainz, dictando despachos y disponiendo órdenes para los ejércitos imperiales. Tras cruzar un patio interior ambos hombres llegaron hasta las caballerizas, donde Adler pasó revista a sus dos yeguas preferidas. Una de ellas, nerviosa durante toda la noche a causa de una herida en la pata anterior derecha, hizo un movimiento brusco cuando se acercó el Emperador haciéndole recular sin equilibrio. El cuerpo de Adler cayó sobre unas horquillas para el heno, clavándose profundamente uno de los dientes a la altura de los riñones.
Él mismo se arrancó la herramienta, y de su propio pie, y entre bufidos y apropiadas blasfemias, llegó a sus habitaciones donde habría de ser atendido de la herida, que perdía sangre copiosamente.

Cuatro días después, un pequeño fragmento de madera desprendido por la horquilla durante el accidente y clavado tan profundamente en el interior del Emperador que fue del todo imposible extraerlo le causaba una gangrena incontrolable y le hacía perder la consciencia para no recuperarla más. El día veintiuno de Enero, el Emperador Adler moría entre terribles fiebres en su cama de Mainz, rodeado de quienes le querían y sin haber podido saborear el fruto del triunfo más allá de unos pocos meses.

Durante días, la tensión en la corte podía cortarse con un cuchillo de carnicero. La sucesión al trono imperial nunca había sido fácil, de modo que el heredero, el Príncipe Ludovico, no abandonaba ni un momento las dependencias del ejército. Si alguien demostraba tener ganas de seguir con la tradición, se las vería con él y con los soldados veteranos de Adler.

Pero la transición fue extrañamente tranquila. Quizá se debía al agotamiento, al hastío ante tantas muertes y tantas luchas intestinas, a la fatiga de una nación que ya no podía ni quería mantener más guerras civiles; lo cierto es que el día treinta de Enero, en una gran ceremonia celebrada en la basílica de Mainz, el príncipe Ludovico se convertía en nuevo Emperador del Sacro Imperio Romano Germano, coronado por el Arzobispo de la ciudad y con la bendición expresa del Santo Padre.

Las primeras acciones del nuevo Emperador fueron continuar con las políticas ya decretadas por Adler; alguna de ellas, de hecho, eran heredadas del anterior Káiser: tan rápida había sido la sucesión que la mayor parte de los despachos imperiales que Ludovico firmó durante sus primeros meses de reinado llevaban en el encabezamiento el nombre del Káiser Edgard.
Se ordenó el reclutamiento de nuevos soldados que recuperarían las bajas sufridas en la guerra contra el Khan; se enviaron los derechos por la región de Latium hasta los palacios de Letrán, para que fuera gestionada la cesión de la región que pasaría a formar parte del nuevo reino creado por el Papa Severo. Ludovico pasó meses poniéndose al día y aprendiendo, y en Julio del año del Señor de 1086 contrajo matrimonio con la hija del Duque de Lausatia (enlace preparado por el Príncipe Lotard, quien llevaba tiempo estableciendo contactos con el Duque), una niña de 15 años que facilitó el acercamiento de los nobles de la región que aquel mismo día regresó de nuevo al redil imperial. Los fastos de la boda, celebrada en Mainz entre los vítores y la alegría desbordada del pueblo, se alargaron durante dos semanas. Después de muertes y traiciones, infanticidios y guerras, una boda suponía un agradable cambio de aires en las costumbres de la familia real.

El resto del tiempo fue empleado por los nobles y generales del Káiser en mejorar las relaciones con las regiones separadas del Sacro Imperio tras las cercanas guerras civiles. Tanto el General Martin como el Gran Capitán Johanes alcanzaron sus objetivos en las regiones de Bravant y Friesland. Tan sólo el General Leopold fracasó en sus intentos por acercar posiciones con los nobles de Génova. Aquella importante ciudad, tan necesaria en el organigrama Imperial, parecía decidida a permanecer independiente y vivir tranquila de su comercio con sus vecinos.

El Káiser Ludovico recibió tanto las buenas como las malas nuevas con reflexiva tranquilidad. Génova regresaría al corazón del Imperio en su día. Era cuestión de tiempo, y el Emperador confiaba en poder disponer de alguno más del que disfrutaron sus predecesores.
Lo cuál no parecía demasiado difícil.
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #10 en: 04 de Junio de 2006, 10:48:57 am »
Reino Sacro de Italia
(Romano Católico Nómada Nación Abierta)
Vlad, Rey de Italia
Diplomacia: Campania T, Sicilia F, Calabria F, San Pietro F, Corisca C, Sardinia C.

A principios de 1085, el enorme contingente de la lejana Kuban, abandono la región de Tyrol, y comenzó su viaje en dirección a Roma (Ver NF Pontificado Romano Católico)

La cesión de Campania se había hecho efectiva en cuanto el Vlad se convirtió al catolicismo, el propio Carlo Cardiano había firmado la cesión en Roma. Con el documento sin embargo no se obtuvo la aceptación de la región, que tan solo accedió a enviar tributos anuales al nuevo Rey.

Las reacciones en los territorios del Arzobispado fueron del todo dispares. Sicilia y Calabria, así como la ciudad de San Pietro aceptaron al nuevo rey, en la misma medida en que habían aceptado el mando del Arzobispo. Sin embargo los gobernadores de Corisca vieron en esta extraña fusión una oportunidad para librarse de sus obligaciones, y no reconocieron los derechos del Rey Italiano sobre sus territorios. Aun fue mas lejos el gobernador de Sardinia, desenterrando para aumentar su legitimidad, un antiguo tratado aun no roto, con el reino Catalano-Aragonés, que confiaba en que sirviese para interponerlo ante cualquier futura pretensión del nuevo monarca.
Mientras tanto en Latium, Vlad dividió sus fuerzas.

Al mando de poco más de 2.000 guerreros, Argen lidero a más de 10.000 súbditos hacia la casi deshabitada región de Spoleto, donde miles de hombres con sus familias ocuparon gustosos las ricas tierras de la región, y otro tanto ocurrió poco después en la región de Apulia.

Mientras Argen se dedicaba a estos asuntos, Vlad en Latium se había desposado con la Duquesa de Corsica. Las esperanzas de Severo estaban puestas en esta union que quiza significase una mayor aceptación del pueblo hacia Vlad, pero cuando la misma isla de Córsica repudio a la mujer que había contraido matrimonio con un salvaje converso, estas esperanzas se desvanecieron.

Pero a Vlad esto no le importo, no estaba interesado en islas desconocidas, pero la hermosa mujer que le habían proporcionaba cumplía sin dudarlo los objetivos que en este campo se había marcado el monarca.

Con el grueso del ejercito bajo su mando, había ordenado a sus súbditos que se asentasen en la región de Latium, cosa que hicieron gustosos. Las ordenes eran respetar en la medida de lo posible las propiedades de los habitantes, y así se hizo. Los nuevos pobladores de la región, se asentaron en la misma tomando solo lo necesario. Primero tomaron las vidas de los grupos de aldeanos que se levantaron formando un ejercito para impedir que les arrebataran las tierras. Después tomaron todo lo demás. En poco tiempo la provincia contenía una casta que lo tenia todo y hablaba en turco, y otra que se repartía las tierras mas pobres, o se mudaba a otras regiones, y hablaba italiano.

Si Severo desaprobó esta medida, no lo hizo publico, pero para los cada vez mas numerosos detractores del pontífice, este fue otro mas de los precios desmedidos que se pagaban a un bárbaro que mejor estaría muerto.

Cuando Vlad ocupo la región de Latium, avanzo hacia Romagna, pero aunque muchos de sus seguidores querían lanzarse a ocupar la rica región, los planes del rey de Italia eran otros. Dejo atrás Romagna y entro en Verona.

Cuando Vlad planeo su plan de acción durante su viaje a Latium, sabia que la región de Verona estaba casi despoblada. Su decisión de ocupar tan rica provincia se baso en este dato en primer lugar. Sin embargo antes de abandonar Latium sabía que la situación había cambiado. La población de la región había ido creciendo, y con la llegada de miles de Venecianos en los últimos años, que veían en la región la misma tierra de oportunidades que veía Vlad, habían hecho que las antiguas aldeas medio abandonadas comenzasen de nuevo a bullir de vida y actividad. Vlad también sabia en aquella época, que los diplomáticos venecianos habían logrado, poco antes de la muerte de Carlo Cardiano, que la región prestase un pequeño ejercito a las ordenes del reino.

Mientras avanzaba sobre Romagna, se planteo cambiar sus planes y dejar Verona a los venecianos, pero esta idea duro poco. Las ofensas de este pequeño y egocéntrico reino habían sido múltiples y variadas durante el invierno del 84 al 85, e incluso posteriormente, el propio rey de Venecia había osado tratar con condescendencia absoluta a Vlad, mientras firmaba los documentos que completarían la cesión de la región de Campania.

Haber aceptado la nueva religión, y aceptar la moral que le imponía aquella religión no eran una misma cosa, y la ira del rey de Italia contra los venecianos había crecido día tras día.

La entrada del Khan en Verona, no había pasado desapercibida, y pronto mensajeros del señor de la región pidieron ayuda al nuevo rey Nicolás, y a las fuerzas polacas y húngaras situadas en Bavaria y Carpathia.

Vencel, rey de Hungria recibió a los emisarios de Verona, que le pidieron que cumpliese el tratado de defensa mutua entre ambos reinos mandando tropas para detener a Vlad, pero Vencel se negó. Sus acuerdos eran para con Carlo, y no reconocía al Usurpador que ahora se sentaba en el trono veneciano. Las fuerzas de Polonia en Bavaria, se encontraban en la región para ayudar a los húngaros, y si estos no acudían en ayuda de Venecia, menos lo harían los polacos que nada tenían con el pequeño reino.

Solo el propio Nicolás prometió enviar a sus fuerzas a la región, pero como se vería mas tarde, Nicolás no cumplió su promesa. Cuando el nuevo rey supo de la rotura del tratado con Hungria, y del gigantesco contingente que avanzaba sobre la región, comprendió que su única oportunidad de supervivencia era fortificar la ciudad, ahora sin murallas, y no arriesgaría su capital por un vasallo que ni tan solo pagaba una pieza de oro a la corona.

Las tropas de Verona lucharon con valor frente a un enemigo que les superaba más de 10 veces en número. Bueno, más bien murieron con valor, pues apenas algunos heridos y un par de muertos fueron las bajas entre los atacantes. Verona cayó y fue colonizada, y desde la región, Vlad se planto frente a la ciudad, gritando al reyezuelo que allí se escondía que saliese a cruzar su espada con la de él si le quedaba algún tipo de honor.

El silencio fue su única respuesta, mientras la ciudad entera temblaba sabiendo que sin las murallas, los numerosos soldados que protegían Venice, seguramente no podrían detener al enemigo.

Las ventanas se cerraron por toda la ciudad, y las puertas fueron atrancadas desde el interior. El único sonido que se oia por toda la ciudad fue el de las plegarias de miles de familias que esperaban lo peor.

Nicolás en su mansión, cerca del puerto había enviado mensajes a todas las naciones cercanas pidiendo auxilio, pero usurpar el trono había jugado contra el, y ahora nadie reconcia tener ningun tratado con Aleixandre.

En Julio de 1089, las fuerzas de Vlad asaltaron la ciudad de Venice. A penas 7.000 soldados y 8.000 marinos de la flota veneciana, bajo el mando del habil general Umberto, tratarian de hacer frente a casi 30.000 guerreros sedientos de sangre y venganza. Desgraciadamente poco podian hacer los valientes soldados de Umberto sin muralla alguna que les defendiese.

La carga fue brutal. Los guerreros de Vlad se lanzaron desde todas las direcciones. Las calles de la ciudad se llenaron con el sonido del metal al chocar, y los gritos de dolor de los miles de muertos, pero la batalla estaba pérdida antes de empezar. Finalmente los defensores fueron perdiendo terreno hasta el puerto, donde en un último esfuerzo, miles murieron para que la mayor parte del ejército junto con Umberto y Nicolás pudiesen huir de la ciudad en los buques que pudieron ocupar, y huyeron en dirección a Naples.

Vlad capturo la ciudad, el tesoro real y a muchos vasallos venecianos a los que convirtió en esclavos. La recompensa de ser católico no aguardaba al parecer solo en el mas alla.

En 1089, el Arzobispo Pietro recibió la noticia de la invasión de Verona y Venice. Pietro, que había estado dedicándose a las tediosas tareas de administrar el reino, recibió tal impacto por la noticia, que sufrió una apoplejía. Quizá la idea gravada en su mente por el discurso de Severo sobre Job, hizo que el hombre viese su reunión con Dios demasiado pronto, y con las muertes de miles de católicos a sus espaldas. No se equivocaba, pues a los pocos días murió en San Pietro.
"Supongo que había que inventar las camas de agua. Ofrecen la posibilidad de beber algo a media noche sin peligro de pisar al gato."

Gm en Lote53

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #11 en: 05 de Junio de 2006, 07:19:54 am »
Emirato de Fars
(Sunni Islam Civilizado Nación Abierta)
Abas Abdul, Emir de Fars
Diplomacia: Shadad (+3Yfc), Zagros (T)

En virtud a los muchos acuerdos que mantenía el pequeño emirato con el gran Emir de Bagdag, Abas Abdul ordenó una vez más, pese a sus reticencias fundadas, la partida del ejército con destino a la antigua capital de Persia, la una vez hermosa Isfahan. Tendrían que ayudar con su concurso al terrorífico ejército turco para que la ciudad cayera al fin, y aunque sabía que se arriesgaba a perder más unidades a manos de aquellos bárbaros que de los propios defensores, al Emir no le quedaba otra alternativa.

Procurando que el concurso del emirato resultase más útil y efectivo que durante años anteriores, se ordenó el reclutamiento y entrenamiento específico de varios cuerpos de ingenieros que habrían de trabajar intensamente en el asedio de Isfahan. Con aquellos soldados especializados, el ejército de Fars partiría de nuevo hacia los antiguos territorios del Emirato de Persia.

Pero no vería Abbas Abdul la consecución de sus esfuerzos, ni la caída de Isfahan, ni apenas nada de nada: durante el viaje a Zagros, junto a su hijo el Príncipe Abd Amir Asim y su fiel General Abih, el Emir de Fars moría tras fuertes dolores en el pecho que habían hecho detener la marcha durante cuatro días.

Pese al dolor sufrido por la súbita pérdida del Emir, el heredero Umhad Abdal, arropado por el ejército y los generales de mayor importancia, asumió el mando del emirato de inmediato y pocos días después era proclamado nuevo Emir de Fars. Sin tiempo que perder, pues para nada quería el nuevo Emir dar la sensación de que desoía los mandatos del bagdadí, Umhad Abdal partió de inmediato junto al General Rohit camino a Persia, con el fin de unirse al turco en el asedio de Isfahan.
Para cuando el ejército de Fars llegó a destino, en abril del año 1086 de la era vulgar, la ciudad ya había caído (ver "La Caída de Isfahan"). El Emir decidió entonces encaminar sus pasos hacia la región de Shadad, donde dedicó muchos meses a acercar posiciones con los dirigentes de la región fronteriza con Kash.

Tras todo ello, el Emir regresó junto al grueso del ejército a la capital, Abbas Fars. El General Rohit regresó a su servicio para con el Emir de Bagdag, en tanto el Emir Umhad decretó todo tipo de inversiones para mejorar las estructuras y habitabilidad de la capital. Aprovechando unas partidas de dinero enviadas a la ciudad Shiraz por el anterior Emir, destinadas a mejorar los cultivos cercanos a las murallas de la urbe, el Emir ordenó la mejora del aprovechamiento de los campos de cultivo de toda la región de Neyriz. Por último, toda vez instalado con comodidad en el trono del emirato, el Emir Umhad decidió acceder a las constantes súplicas por parte de los habitantes de Dasht' E' Lute, concediéndoles la independencia y liberando al Emirato de Fars de la carga en que aquella región yerma se había convertido con los años.


Mientras los acontecimientos se iban sucediendo sin demasiado estrépito a lo largo del Emirato, el Príncipe Abd Amir Asim y su fiel general Abih, quienes habían acompañado al anterior Emir en su lecho de muerte durante el camino a Zagros, continuaron con su misión llegando a la región a finales del año 1086 de la era vulgar.
Los encuentros diplomáticos se sucedieron a lo largo de los meses, y parecía que el acuerdo estaba ya cercano cuando en marzo de 1088 el enorme ejército de jinetes turcos del General Basut, compuesto por cerca de 10.000 hombres, entró en la región y comenzó a saquear y destruir sistemáticamente todo cuando encontraban a su paso. El Príncipe Abd Amir Asim trató de detener al ejército, encontrándose con Basut y explicándole que la región estaba ahora bajo protección del Emirato de Fars. Basut contempló al príncipe Asim, asintió, ejecutó con sus propias manos de un golpe de sable al General Abih, quien apenas vio venir el ataque, y después ordenó que se esclavizase a aquel mequetrefe que se consideraba a sí mismo digno de cruzar palabra con Basut y que pretendía detener el legítimo saqueo de aquella región de mierda por parte de los ejércitos turcos (ver NF Turcos).
« Última modificación: 06 de Junio de 2006, 04:20:33 pm por Uve »
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #12 en: 05 de Junio de 2006, 08:36:58 am »
"La Caída de Isfahan"

La columna de humo negro hacia la cuál se encaminaba la larga fila de caballos y carromatos formada por el ejército de Fars crecía con cada amanecer desde casi cinco días atrás. Los hombres murmuraban alrededor de los fuegos durante las noches acerca de las bandadas de cuervos y buitres que se vislumbraban acechando el avance de los soldados, escoltándolo quizá. O quizá sólo era que carroñeros y hombres se dirigían a un mismo destino.

El nuevo Emir de Fars, el Príncipe Umhad Abdal, intuía el significado de aquella creciente columna de humo. Sus más fieles colaboradores y amigos, héroes reputados como el General Rohit y los mejores filósofos y consejeros del emirato, asentían cariacontecidos cuando el Emir les preguntaba si acaso merecía la pena seguir el camino hacia Isfahan, cuando parecía evidente que la capital de Persia había caído al fin. Asentían porque era la obligación del Emir cumplir con sus compromisos, porque las promesas adquiridas con un Señor tan poderoso como el gran Emir de Bagdag debían respetarse como se respeta la oración.

El 16 de Abril del año 1086 de la era vulgar los primeros grupos de esclavos, maniatados y golpeados con fustas de forma salvaje por sus guías, se cruzaron con el avance de la vanguardia del ejército de Fars. Partían en dirección norte, en un viaje de meses al que sólo una pequeña parte de los prisioneros sobreviviría.
Por los atuendos desgajados de aquellos hombres cubiertos de mugre y sangre, entre los miles de esclavos se contaban tanto nobles como sirvientes, gentes que no mostraban inquietud por haber sido siempre esclavos y llorosos giñapos que temblaban y suplicaban ayuda al saber que pronto recibirían el trato que ellos mismos habían dispensado a otros. El Emir apartaba la mirada de aquellas columnas de prisioneros maltratados, evitando mirar, sin demasiado éxito, las cabezas mutiladas o los restos de narices, dedos y orejas arrancadas que colgaban de los cuellos y pendones de los guías y soldados Turcos que custodiaban la larga fila.

Habían llegado hasta allí para compartir esfuerzos y campamento con unos bárbaros henchidos de sadismo.

En el amanecer del día 16, la avanzadilla del ejército vislumbró al fin los minaretes de las mezquitas de la ciudad. Pocas horas después, el emir Umhad Abdal contemplaba la aterradora vista de una ciudad en llamas desde lo alto de una colina cercana a Isfahan, rodeado por su guardia de élite y en compañía del General Rohit.
Los gritos de dolor a causa del martirio de cientos de guerreros formaban un coro estremecedor, constante, que sólo encontraba pausas a la hora del rezo y durante las comidas; mujeres maltrechas con los ropajes arrancados se bamboleaban desconcertadas de un lugar a otro, en una desnudez que rezumaba patetismo, abandonadas a los brazos del primer soldado turco que las reclamaba sin ya ser capaces de resistirse o llorar. El Emir vio trineos tirados por niños ensangrentados, hombres sin ojos usados como juguete, cuerpos cubiertos por flechas tras ser usados en competiciones improvisadas de tiro con arco.

Uhmad Abdal, en lo alto de su hermoso alazán, no pudo contener el vómito y se curvó sobre sí mismo con el estómago repleto de calambres. Los hombres, atendiendo a la orden inmediata del General Rohit, lo rodearon para cubrir su vista a los curiosos. Minutos después, junto a un pequeño campamento donde los perros de guerra turcos se alimentaban de fragmentos de carne cuya procedencia el Emir prefería desconocer, Uhmad Abdal se encontró con el Príncipe Tughrul-Beg, quien completamente desnudo recibía un masaje con aceites por parte de tres eunucos mudos.

Tughrul-Beg era un hombre imponente. Debía superar con creces el metro ochenta, y su cuerpo moreno estaba tatuado en el torso y espalda casi por completo con frases del Corán. Llevaba el pelo largo y aceitado, y las barbas negras anudadas en trenzas de colores azul y rojo. Desde unos ojos oscuros y profundos, cuyos párpados parecían igualmente tatuados, contemplaba con evidente condescendencia al Emir Uhmad Abdal quien, sudando con profusión, trataba de disimular su temblor negándose a bajar del caballo.

–Mis saludos, Emir –dijo el Príncipe Tughrul-Beg–. Una lástima lo de Abas Abdul: era un hombre santo.
–Saludos, Tughrul-Beg. –El Emir tomó aire, y lanzó al suelo un esputo de bilis–. Veo que ya no necesitáis la ayuda de Fars para tomar Isfahan.
–No, la verdad es que no. –Tughrul-Beg se encogió de hombros–. Puedes irte con tu ejército de señoritas cuando lo desees. Y muchas gracias por el apoyo prestado: trasmitídselas de mi parte al gran Emir de Bagdag.
Al lado del Emir, el General Rahit tosió levemente para hacerse oír.
–Le transmitiré personalmente vuestra gratitud, Príncipe. –El General inclinó la cabeza en una calculada reverencia desprovista de todo respeto–. Y si no disponéis nada más, el ejército de damiselas del Emir partirá hoy mismo. La vista que ofrece el gran ejército turco les asusta y perturba, como no puede ser de otro modo.
–Si el olor a hombre os molesta, largaos de una jodida vez –dijo Tughrul-Beg con una enorme sonrisa–. Cuando acabemos con Isfahan, es probable que sigamos con mucha hambre.

Isfahan fue reducida a ruinas tras cuatro semanas continuadas de saqueos y la orgía de destrucción a la que se abandonó el ejército turco, desde el primero de sus oficiales hasta el último de sus soldados rasos. Su población fue esclavizada, cuando no torturada o muerta, y sus soldados olvidaron tras aquellos inacabables días de dolor que la rendición había sido pacífica y pactada.

Y la memoria del Emirato Persa fue borrada de la historia.
Y sus páginas de futuro arrancadas para siempre del eterno Libro del Tiempo que nunca habrá de cerrarse.

?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #13 en: 06 de Junio de 2006, 09:47:11 am »
El Camino de Abd'al'Kahil

Las llamas ascendían temblorosas y aterradas hacia el oscuro cielo de aquella noche sin luna, sabedoras de que su final estaba cercano al sentirse rodeadas de la fría agua del Mediterráneo. Pero no morirían sin consumir por completo los restos del último de los trirremes bizantinos sobre el que danzaban furibundas.
Abd'al'kahil contemplaba el fuego desde el castillo de proa de su nave insignia, la ممر, un navío de guerra cordobés adaptado con los años para mejorar su velocidad en vacío y su capacidad total. El Príncipe Pirata desvió la mirada hacia el agua tranquila de su mar amado; tablones ardiendo se alejaban hacia las costas de Marsella, y un grupo de bizantinos malheridos se sujetaban con dificultad a un fragmento de palo mayor de grandes dimensiones. No sobrevivirían al frío, y Abd'al'Kahil no pudo dejar de admirase por la tenacidad con que las personas se agarran a la vida cuando el final estaba tan cercano.

–Mi Príncipe –su contramaestre, un siciliano tosco y bajito, marinero como pocos, le alargaba un mapa tosco dibujado sobre un pergamino barnizado–, el capitán del trirreme tenía esto en su cámara.
–Un mapa... ¿de dónde?
–Creemos que de las costas Corsas, en el Tirreno. Estarían volviendo a casa cuando los pescamos vía Roma.
–Una lástima, ¿verdad?
–Una jodida lástima –dijo su contramaestre con una sonrisa que dejó al descubierto una boca casi vacía por completo de dientes a causa del escorbuto. El hombre se volvió y comenzó a dar órdenes a voz en grito, mientras el Príncipe devolvía su atención a las llamas que casi devoraban ya la nave escolta de la caravana bizantina que acababan de saquear.

Recordó al ver el fuego sobre el negro de la noche el primero de los enfrentamientos con la partida de guerra veneciana que su hermano, el Hâjib de Córdoba, había logrado reunir con el fin de detenerlo y devolverlo a casa. En aquel enfrentamiento habían perdido dos naves previamente capturadas, demasiado pesadas como para escapar a los barcos venecianos, y Abd'al'Kahil había quedado impresionado al ver arder las embarcaciones rodeadas de agua, como dos pequeñas islas de luz a punto de ser engullidas por la oscuridad.
Desde aquella primera noche de pánico, tanto él mismo como sus hombres –una variopinta tripulación compuesta de marineros veteranos de todos los credos y procedencia– habían aprendido mucho. No sólo consiguieron evitar a la flota de caza, tan superior en número de barcos, cantidad de armas y calidad de las mismas que el simple pensamiento de entrar en combate con ellos ni siquiera había pasado por la mente de Príncipe, sino que al tiempo que los eludían dejaban una estela de naves saqueadas, cargamentos robados y tripulaciones secuestradas que posteriormente vendían a los esclavistas en Tabarca. Flotas comerciales bizantinas, mercantes venecianos, franceses, borgoñones, cordobeses, fatimíes y hasta pertenecientes a la recién creada flotilla de carga castellana.
Más de cinco años de depredaciones en alta mar.
Más de cinco años de absoluta felicidad.

–Mi Príncipe... –el contramaestre sonreía de nuevo, aunque con un brillo diferente en los ojos que alertó a Abd'al'Kahil.
–¿Los habéis encontrado...?
–Sí, mi Príncipe. Los dos birremes venecianos, a unas cuatro horas por poniente. Tal como nos los habían descrito.
–Excelente. –El Príncipe Pirata contempló a su expectante contramaestre siciliano. Asintió, sonrió a su vez y señaló en dirección Oeste–. ¿Y a qué esperamos?


Desde el año en que abandonó el Califato hasta el momento en que los barcos de Abd'al'Kahil cazaron y lograron interceptar los barcos venecianos que transportaban gran parte del pago a Córdoba por la nueva ciudad en las costas africanas, habían pasado ya cinco años. El nombre del Príncipe Pirata Abd'al'Kahil había dejado de ser usado en chanzas contra su hermano el Hâjib, para susurrarse entre temblores en todas las bodegas desde Constantinopla hasta Geb-Al-Tarik. La nave del Príncipe Pirata, ممر, "El Camino", era ya conocida y temida en todo el Mediterráneo.
Quizá era el momento de crecer y asumir riesgos. Donde el viento y el mar.

Donde el viento y el mar.
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #14 en: 06 de Junio de 2006, 06:11:41 pm »
Turcos Seljucidas
(Sunni Islam Bárbaro Nación Abierta)
Osman, Sultán de los Territorios del Este, Gran Jefe de los Turcos, Señor de Todas las Estepas.
Diplomacia: Bukhara (F +6 Yfc),


Aunque el corazón del Gran Sultán Osman estaba centrado en la ciudad de Isfahan, que había osado resistir al asedio del ejército turco durante años, la cabeza le obligó a situar su atención en los muchos asuntos pendientes en los vastos dominios del Sultanato. El propio Gran Sultán dirigió las labores de acercamiento diplomático con la ciudad de Bukhara, en los Territorios Medios; los dirigentes de la ciudad, sanguijuelas sedentarias abotargadas a causa de la mucha comida y el poco movimiento, esperaban a lo sumo la llegada de alguno de los generales del Sultán, y con más probabilidad la de los escribas y burócratas habituales con quienes compartían lenguaje e intereses. Ver aparecer y pasar bajo las puertas de entrada de la ciudad al enorme ejército privado del Gran Sultán, el cortejo de esclavos haciendo sonar tambores de guerra y las cientos de jaulas repletas de perros de guerra hicieron enmudecer a los habitantes de Bukhara. Muy satisfecho quedó el Gran Sultán cuando apenas cinco meses después la ciudad firmaba los compromisos que la unían por completo al Sultanato. Cinco meses en los que no había podido ni reunirse siquiera con los notables de Bukhara, ya que los pasó de agasajo en agasajo sin apenas dejar de comer.

Tras abandonar la ciudad, decretando una semana de ayuno para todos sus habitantes en señal de duelo, el Gran Sultán se dirigió hacia la enorme región fronteriza de Khwarzim, desde donde se dedicó a dirigir el país ordenando inversiones en las estructuras de diferentes regiones y ciudades, además de la contratación (o compra) de escribas, traductores y contables con los que se mejoraría el aparato de gobernabilidad del sultanato. La adquisición de un importante número de funcionarios de la destruida administración Persa, tras la caída y saqueo de Isfahan, permitió que aumentase de forma importante la efectividad de los trabajadores turcos. Fue desde los campos abiertos de Khwarzim donde el Gran Sultán decidió nombrar heredero al Sultanato al príncipe Masud, y al General Tughrul-Beg nuevo príncipe al mando de 10.000 jinetes.

La caída de Isfahan en 1086 calmó, al fin, la furia desatada del Gran Sultán. El General Basut, quien era el gran protagonista del asedio que había acabado al fin con la resistencia de la antigua capital de Persia, partió de camino a Media tras la llegada a Isfahan del Príncipe Tughrul-Beg, quien habría de encargarse del saqueo absoluto al que el sultanato pensaba someter a la ciudad rebelde (ver NF La Caída de Isfahan). El General Basut llevaba consigo un enorme contingente de jinetes compuesto por cerca de 10.000 soldados, y una vez en Media decidió tomar al asalto la región sin encontrar apenas resistencia. Tras la rendición de las aldeas y pequeñas poblaciones locales el General entró en Hamadan con la intención de atraer hacia el Sultanato a los líderes de la ciudad; los nobles, aterrados y enfurecidos a partes iguales por el comportamiento de los bárbaros jinetes turcos, se negaron en redondo a todas las solicitudes de diálogo de Basut, confiando en que la cercanía del Emirato de Bagdag permitiría que el General mantuviera la calma. Basut, a quien le importaba muy poco la cercanía de nadie, prefirió no perder el tiempo con otro asedio y partió en dirección sur esgrimiendo una sonrisa repleta de promesas hacia los habitantes de Hamadan. En el año 1088 llegó a la región de Zagros, donde apenas iniciados los saqueos y hechos los primeros prisioneros descubrió que un príncipe heredero de Fars se encontraba en el lugar tratando de anexionar la región con su Emirato (ver NF del Emirato de Fars). En una reunión celebrada en el interior del campamento turco, el príncipe Abd Amir Asim informó al general Basut de que la región se encontraba ahora bajo la protección de Fars y que el ataque turco enfurecería al Emir. Basut, sin inmutarse, dijo al príncipe que no veía a ningún ejército de ningún emirato de Fars protegiendo Zagros, que le importaba más bien poco si el Emir se enfadaba hasta reventar y que, además, se tomaba aquella interferencia en la legítima labor de saqueo intensivo a la que los ejércitos turcos estaban sometiendo a la región como un asunto de estado. Tras matar personalmente al tipo que acompañaba al Príncipe, un soldado repleto de oro en su armadura quien no tuvo tiempo de decir que era el famoso General Abih, Basut prendió a Abd Amir y tras esclavizarlo lo envió de camino al Sultanato donde seguro aprendería modales.

A principios del año 1089 de la era Vulgar, Basut pensó que ya había pasado demasiado tiempo lejos de casa y, tras esclavizar al resto de los habitantes de Zagros, regresó con el ejército a la región de Media donde pasó varios meses esclavizando a todo el que se atrevía a abandonar las murallas de Hamadan. Cuando no quedó alma viva en la región, tomó al fin el camino hacia el Sultanato al mando de una interminable fila de soldados y prisioneros. Cuando pocos meses después llegó a Zagros el nuevo Emir Umhad de Fars era demasiado tarde; el príncipe Abd Amir estaba lejos, y cercano ya el invierto, de forma que el Emir decidió esperar futuros acontecimientos antes de tomar el camino de la guerra.

El Príncipe Tughrul-Beg, al mando de su ejército de diez mil jinetes, llegó a Isfahan cuando la ciudad había ya caído. Cumpliendo las órdenes que el Gran Sultán había dispuesto para él, Tughrul-Beg saqueó a conciencia la ciudad y esclavizó a la población tanto de la capital como de la región circundante. Cuentan las crónicas bagdadíes que ni siquiera los perros escaparon a las cadenas turcas, y la caída de Isfahan se convirtió en un símbolo desde Jerusalem hasta la India.

Una vez finalizada su labor en Persia, el Príncipe Tughrul-Beg se desplazó junto al ejército hasta Khurasan, donde trató de convencer a los nobles de la región para que se unieran al gran Sultanato; los ánimos en las zonas cercanas a Persia no eran los más propicios en aquel momento, y la resistencia de los habitantes de Khurasan hubiera obligado al Príncipe a luchar de nuevo. No le hubiera importado hacerlo –de hecho, le habría encantado poder hacerlo–, pero su obligación era llevar a los esclavos hasta el Sultanato y no podía descuidar la vigilancia de aquellos miles de almas por esclavizar a otros pocos cientos, así que asumió su fracaso y viajó hasta Tabaristan, donde acampó y decidió pasar el invierno con el grueso del ejército tras enviar a los esclavos camino a Samarkanda bajo el control de un contingente de jinetes veteranos.

Durante aquellos años, el Príncipe Masud había emprendido su viaje de peregrinación escoltado por doscientos Hermanos de Sangre, su guardia personal de honor que lo acompañó durante el largo viaje que lo llevó hasta Bagdag, donde pasó unos meses de meditación, y de allí a Jerusalem y La Mecca, donde finalizó su viaje.
En La Mecca recibió con enorme sorpresa la noticia de que su joven hijo había sido nombrado Gran Ulema del Islam y, según se decía, dirigía con mano férrea las mezquitas de medio Sultanato (ver NF Primacía Sunní de Sahada). Masud pasó dos días llorando de pura alegría y profunda tristeza, deseando regresar a casa cuanto antes para poder reunirse con su amado hijo quien, según se decía, había exigido al Gran Sultán Osman la liberación de todos los Verdaderos Fieles esclavizados en Media y Zagros.

No parece extraño que entre todos aquellos acontecimientos que sacudieron el sultanato de arriba a abajo apenas nadie se percatase de que los religiosos y misioneros enviados a la región pagana de Scythia no acababan de regresar tras cinco años de lo que se suponía un intenso trabajo en beneficio de la propagación de la verdadera fe. Los cadáveres mutilados, clavados en los árboles y expuestos al sol, fueron encontrados por una pequeña partida de guerra turca a finales de 1089; a su regreso a los territorios del Sultanato, los jinetes ulularon durante los días y las noches de toda una semana clamando venganza.
« Última modificación: 06 de Junio de 2006, 06:30:24 pm por Uve »
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #15 en: 07 de Junio de 2006, 09:59:38 am »
Reino de Venecia
(Romano Católico Marítima Nación Abierta)
Carlo Cardiano, Rey de Venecia
Diplomacia: Verona (Fa)

Muy poco tiempo duró la alegría por la nueva ciudad de Gibraltar, que tanto bien iba a reportar a las arcas Venecianas a causa de su excelente situación como puente hacia nuevos territorios. A causa de un error de cálculo que el Consejo de Navegantes de la ciudad no supo ver a tiempo, y que se descubrió muy pronto fundamental, la ciudad de Gibraltar quedaba ligeramente más allá del alcance efectivo de los barcos de navegación mediterránea venecianos. Afortunadamente, la entente entre el Rey Carlo y el Hâjib de Córdoba seguía siendo más que cordial, y pronto llegaron a un acuerdo en virtud del cual la población veneciana de Gibraltar sería evacuada y trasladada hasta la previamente abandonada por los cordobeses ciudad de Ceuta, al otro lado de las Columnas de Hércules.

Las inversiones se multiplicaron a principios del año del Señor de 1086: sin tener en cuenta el enorme pago destinado al Califato Fatimí para la adquisición de alimentos y la importante aportación a la construcción del Canal de Suez, la que iba a ser la obra de ingeniería más importante de toda la historia, se dedicó una gran partida económica y también en cuanto a efectivos para la formación de nuevas flotas de transporte que habrían de dedicarse al comercio. Otras importantes partidas de dinero se destinaron al pago a Córdoba por los derechos sobre Ceuta, pago que se realizó en varios plazos a través de los años y de cuyo total el famoso Príncipe Pirata Abd-al-khalil se apropió de hasta un total del 20 por ciento de la cantidad estipulada (ver NF El Camino de Abd-al-khalil), así como a la proyectada ampliación de la capital del Reino, gran obra que ocupó más de cuatro años y cuya inoportunidad habría de mostrarse decisiva.

La partida de Carlo Cardiano hacia Roma en peregrinación, ciudad donde pasaría un lustro meditando acerca de los muchos pecados que le habían llevado a pensar incluso en abandonar el seno de la Santa Madre Iglesia y la única fe verdadera, no detuvo la máquina comercial de Venecia, ni tampoco las órdenes dispuestas antes de la partida hacia los mejores generales del Reino.
Así, el General Umberto Fridentti, acompañado por el Arzobispo Sionio Vengalux, se trasladó hasta el estrecho de las Columnas de Hércules y empleó los últimos meses del año del Señor de 1085, y los primeros meses de 1086, al transporte de los refugiados gibraltareños hasta Ceuta. Una vez finalizado, y al mando de una imponente flota de guerra compuesta por alrededor de 80 buques, partió hacia el Golfo de Lyon con la misión de dar caza de una vez por todas al Príncipe Pirata. Cuando llegó a la zona en Marzo del año del Señor de 1087, comprendió que la tarea no iba a resultar tan sencilla como había imaginado: el Príncipe Pirata se deslizaba como agua de lluvia entre sus dedos, siempre variando su posición y esquivando a la avanzadilla ligera de Humberto con desesperante facilidad. Y lo peor era descubrirse siempre un paso atrás de su contrincante en aquel absurdo juego del gato y el ratón, encontrar barcos hundidos sólo unas horas antes sin poder interceptar a la flota pirata en ningún momento. Aquél hombre había saqueado las arcas venecianas, y no sólo al hundir o secuestrar barcos de comercio, sino también al lograr detener dos de los envíos hacia Córdoba con parte del dinero destinado a la compra de los derechos sobre Ceuta. Durante seis meses la persecución se mantuvo en los mismos términos; fue una lástima que el General Umberto Fridentti la abandonara en el invierno del año del Señor de 1087, tras conocer las noticias que hablaban de la trágica muerte del Rey en su estancia en Roma y que alertaban acerca de los peligrosos movimientos sucesorios alrededor del trono vacío.

Entre tanto, el General Felipe Gandolfo iniciaba sus contactos diplomáticos con los representantes locales de la pobremente poblada región de Verona. El General Gandolfo, fiel amigo del Rey Cardiano, logró no sólo convencer a la nueva clase nobiliaria de la región de la necesidad de participar del gran proyecto común que era el Reino de Venecia, sino que despertó los intereses de un Conde local quien decidió ponerse a las órdenes del rey junto a su milicia. Por desgracia, cuando mejor iban las conversaciones en Verona el General recibió, en Julio de 1087, el terrible despacho en que se hablaba de la muerte en circunstancias aún no establecidas del Rey Carlo Cardiano en Roma. Junto al despacho venía un contingente de la Guardia Real que lo apresó de inmediato, enviándolo a las mazmorras de Venecia donde habría de ser juzgado.

Lo sucedido en Roma (ver NF Pontificado Romano Católico) había destapado la caja de Pandora sobre la capital del Reino. Cuando nadie en Venecia conocía los detalles precisos de la muerte del Rey –ya que tanto el Papa Severo III como el capitán de la Guardia Real que había acompañado a Carlo Cardiano hasta la Ciudad Eterna creían oportuno no descubrir ni el hecho de que la muerte había tenido lugar por impío acto de suicidio, ni los descubrimientos que acercaban peligrosamente la figura del Rey con los adoradores del Maligno que parecían residir en Venecia desde tiempos remotos–, y el caos a causa de las purgas intestinas en busca de los satanistas había desembocado en una histeria paranoica que propició que las muertes de inocentes en las calles a manos de turbas de ciudadanos enfurecidos se multiplicaran hasta contarse por miles, la aparición de los diferentes candidatos al trono Real acabó por desatar la locura más absoluta: nobles rivales cazados durante la noche y quemados en sus hogares bajo dudosas acusaciones de satanismo, bandas de milicia contrarias enfrentándose espadas en mano frente a los templos cristianos, ejecuciones diarias de funcionarios sin mediar juicio previo a manos de agentes de la corona… Probablemente muchos de los muertos pertenecieran a fin de cuentas a la misteriosa secta de adoradores del maligno que tan preocupada tenía a la opinión pública; pero lo cierto es que se utilizó con absoluta vileza la existencia de aquellos satanistas para eliminar competidores al trono, enemigos en la administración, comerciantes rivales y hasta vecinos antipáticos. A finales de Julio del año del Señor de 1087, las obras de ampliación de la ciudad se habían convertido en obras de reconstrucción de los muchos edificios quemados y derruidos durante las purgas.

Cuando el General Umberto conoció la terrible noticia que hablaba de la muerte del Rey Cardiano, enfiló proa en dirección a Venecia con la firme intención de proclamarse nuevo Rey. Sabía que los hijos de Carlo eran aún demasiado pequeños, y que la fuerza de su imponente flota podría prevalecer sobre la de cualquier ejército al considerar el carácter eminentemente marítimo de los notables del reino. Quien controlase la flota, controlaría Venecia.
Pero cuando llegó a la ciudad, el Duque Nicolas Aleixandre había tomado el control de la milicia, de la Guardia Real, de la Guardia de la Corona y del ejército, tras prender y ajusticiar a las dos horas al General Luis Floren y detener al General Gandolfo en Verona, el cuál también fue ejecutado por supuesta causa de sedición y tratos con el Maligno poco tiempo después de la llegada de Fridentti a la ciudad. Nicolás Aleixandre y Umberto Fridentti precisaron de muy pocos minutos para comprender que ambos se necesitaban mutuamente. Toda la flota y el grueso del ejército, con el apoyo tácito que otorgaría Roma al nuevo Rey al encontrarse junto al General Umberto el Arzobispo de Venecia y delegado Papal. Entre los dos hombres se resolvió que el nuevo Rey de Venecia sería el Duque Nicolas, por derecho de nobleza, y que el General Fridentti recibiría tierras y títulos convirtiéndose en la mano derecha de su nuevo Rey.

Así pues, en Enero del año del Señor de 1088 el Duque Nicolás Aleixandre fue coronado Rey de Venecia en la Basílica Mayor de la ciudad, con el nombre de Nicolás I, y con el apoyo unánime de las pocas ciudades y regiones fieles al Reino. La alegría contenida, a causa de los muchos males desatados sobre la ciudad, se disipó apenas unos meses después cuando los ejércitos del nuevo Rey de Italia desembocaron como una marea oscura sobre las ricas tierras de Verona (ver NF Sacro Reino de Italia).
Cuando semanas después la ciudad fue rendida sin apenas lucha (con amargo dolor comprendieron los líderes de la ciudad que el último acto extraño del Rey Cardiano sobre Venecia había sido dejarla sin murallas y desprotegida por completo), todo el gobierno se trasladó junto al grueso de la flota hasta Nápoles. La ciudad de Venecia quedó en manos de los bárbaros colonos del Rey Vlad, y los saqueos se extendieron durante semanas; archivos centenarios, libros de contabilidad, la mayor parte de los funcionarios muertos o esclavizados, contratos comerciales extraviados, la Casa de Mapas quemada, gran parte de los esfuerzos realizados durante décadas para situar el nivel educativo de la ciudad entre los mejores del mundo conocido perdidos para siempre… Las pérdidas a nivel administrativo fueron brutales.

Y en Nápoles, desde lo alto de las murallas de la rica ciudad portuaria, el Rey Nicolás se preparó para pasar el más duro invierno rodeado de sus pocos fieles, mientras meditaba cabizbajo acerca de cuáles habrían de ser sus futuros movimientos en pos de recuperar su hermosa ciudad.


El repiqueteo de las pisadas metálicas sobre las losas de piedra de la escalinata se hicieron crecientes con los segundos. La puerta de las dependencias privadas de la Reina Elena Cardiano saltó en pedazos tras los fuertes empellones de los hombres de la Guardia de la Corona, la unidad de élite que siempre estaba al cuidado de los miembros de la familia real. Delante de todos ellos iba el Capitán DiLancetto, fiel guardián y amigo de su esposo, el Rey, de quien se decía que había muerto tras cometer terrible pecado de suicidio en la Ciudad Eterna.
El hombre avanzó, deslizando la mirada por entre los jóvenes hijos del Rey Cardiano; el inesperado nacimiento consecutivo de aquellos niños se había recibido en la ciudad como un gran regalo del Señor: tan jóvenes herederos a la corona... cuando el rey ya era mayor. Vio al joven Mario, de cuatro años, a quien tanto le gustaba subir a sus hombros y quien ahora lo miraba con sus enormes ojos azules tan abiertos como el mar; y la hermosa María, una niñita de un año que dormitaba tranquila en brazos de su madre; en aquel momento no encontró al tercero de los niños, Alexandre, de tres años, quien pese a su corta edad jamás paraba quieto.
–Capitán… –murmuró la reina al borde del llanto–. Decidme que no es cierto…
–Ha muerto –dijo sin más el hombre. Después desenvainó la gruesa espada larga que portaba al cinto.
–DiLancetto –la Reina había perdido casi la voz. Agitó la cabeza, negando con ella, y abrazó a su pequeña María tratando de protegerla de quien siempre la había protegido–. Sois el Capitán de la Guardia de la Corona. Debéis ser fiel al…
–Sí, mi señora. –El Capitán tragó saliva, tratando de disipar el nudo amargo que se había formado en su garganta. Luego tensó los músculos de su mandíbula–. Siempre fiel al Rey.

Luego alzó el arma y la descargó con fuerza sobre la viuda del anterior monarca.

 
« Última modificación: 07 de Junio de 2006, 03:23:43 pm por Uve »
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #16 en: 07 de Junio de 2006, 10:16:37 am »
Reino Catalano-Aragonés
(Romano Católico Civilizado Nación Abierta)
En Roger de Montfort, Rey de Cataluña y Aragón.
Diplomacia:

Años oscuros para el Reino Catalano-Aragonés, durante los cuales su administración apenas se limitó a mantener en funcionamiento las estructuras de gobierno sin estridencias ni grandes o malas noticias. Se sabe que fue en aquellos días cuando murieron de causas naturales el príncipe Armengol de Montfort, en algún momento del año del Señor de 1088, y también el General Bernat de Besalu, éste en el año 1086.
Parecía extraño que el Rey En Roger descuidara de tal forma el timón de su reino, sobre todo cuando la rebelde ciudad de Santander permanecía alzada en armas y dispuesta a permanecer libre. Pero así fue.

(El jugador no envió órdenes)
[/b]
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #17 en: 08 de Junio de 2006, 11:08:09 am »
Primacía Islámica Sunní del Shahada
(Sunni Islam Bárbaro Primacía Religiosa)
Gran Ulema Acima
Diplomacia: Otarsh, Tashkent
"Bismillahi ar-rahmani ar-rahim"
En el nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso)
[/i]

Las noticias acerca de los saqueos en las regiones de Zagros y Media provocaron la indignación de gran parte de la clase religiosa del Sultanato Turco (ver NF Turcos Seljucidas). El problema en aquel caso particular era que los miles de nuevos esclavos eran musulmanes auténticos, de credo Sunní, verdaderos hermanos en la fe de quienes los apresaban y asesinaban. Los imanes que conducían el rezo en las mezquitas dejaron traslucir la terrible consternación en que habían caído los verdaderos fieles, y el mensaje llegó con rapidez a todos los estamentos sociales del sultanato, desde las gentes nómadas más humildes hasta los más ricos príncipes de Shamarkanda o Tashkent.

Fue en la céntrica región de Otarsh donde primero la indignación se tornó en clamor, y donde cientos de fieles se dieron a las calles para pedir al Gran Sultán el perdón para los hermanos de Zagros y Media. En la ciudad de Tashkent, capital de la región, vivía Masud ibn Masud, el hijo del gran Príncipe Masud que había partido hacia el Oeste con el fin de completar un larguísimo viaje de peregrinación que lo habría de llevar hasta la Mecca, pasando por Jerusalem y Bagdag. La familia del joven Masud vivía imbuida por la más profunda espiritualidad y estricta observancia de las leyes del Corán; su padre era un hombre santo, de grandes conocimientos religiosos y cuyas opiniones, en las mezquitas de la ciudad, eran escuchadas con atención y respeto por los mejores conocedores del Islam; su madre se había ocupado de proporcionarle los mejores maestros en la fe, de propiciar el encuentro y la amistad con jóvenes mayores que Masud bien considerados dentro de la Umma por sus conocimientos del Corán y su compromiso con la fe.

Pero lo que no sabían sus padres era que Masud, con apenas 15 años, poseía una inteligencia y unos conocimientos del corán absolutamente superlativos con respecto a su edad, que los jóvenes que se reunían con él para conversar lo hacían tan sólo para poder escucharlo hablar, y que hasta los más reputados maestros lo contemplaban con admiración cuando descubrían cómo, día a día, sus análisis y su capacidad de interpretación ofrecían vías nuevas a los más insospechados capítulos del Corán. Su memoria era prodigiosa, su amor por la fe incondicional.

Y su talento para el discurso, incontenible.

Cuando en el año 1088 se dio a las calles y comenzó a hablar en público, atrayendo a los insatisfechos por las acciones de los ejércitos turcos en Zagros y Media, los cientos de fieles indignados pronto se convirtieron en miles. Usando con gran inteligencia su privilegiada posición social, el joven Masud pronto dispuso de una oportunidad para hablar en persona con el Gran Sultán Osman, quien recibió a aquel niño de quien tanto se hablaba con más curiosidad que ánimo negociador. El resultado de aquella larguísima reunión de más de cuatro horas fue completamente infructuoso; el Sultán rechazó todas las peticiones, todas las súplicas de Masud con una sonrisa condescendiente en sus labios. Había descubierto en aquel joven un espíritu poderoso e incontrolable, digno de un gran noble turco, y las muchas razones que le ofrecía para que liberase a los miles de esclavos sunnís eran convincentes y estaban expresadas de un modo tan embelesador que cerca estuvo de claudicar. Pero aquello se había convertido en una cuestión de estado, y en términos de estado, en el Sultanato sólo había una opinión por encima de la del Gran Sultán. Y esa opinión era la del Señor de los Mundos y del Tiempo, quien no parecía muy dispuesto a aparecerse ante el Sultán Osman para interceder por un asunto tan trivial.

Masud salió del Palacio del Sultán terriblemente decepcionado; tentado estuvo de regresar, y se volvió en varias ocasiones con la intención de repetir sus súplicas. Él creía en la fuerza y valor de sus opiniones, y sentía que había fallado a los miles de fieles que le seguían tanto como a los miles de esclavos que ni siquiera sabían que se estaba luchando por ellos en una remota ciudad situada en el corazón del Sultanato. Tan decepcionado quedó tras la reunión que, apenas llegado a su hogar, y para eterna consternación de su afligida madre, renunció para siempre tanto a su cargo, herencia y futuro, como a su propio nombre.

Desde ese día lo llamarían Acima, palabra turca que traducida a la lengua vulgar de los seguidores del profeta llamado Cristo quiere decir Compasión. No volvió a dormir bajo techo en muchos meses, y su viaje de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, le dieron tal fama que pronto los imanes de varias mezquitas de Tashkent y sus alrededores pasaron de ofrecerle la dirección en el rezo a suplicarle que dirigiera también los movimientos futuros, a todos los niveles, de sus mezquitas y los fieles que a ellas acudían a diario. Los muecín proclamaban su nombre en cada una de las cinco llamadas al rezo de cada día, y pronto Acima se convirtió en un símbolo.

Fue así como todo empezó, y como hasta nosotros ha llegado a través de las crónicas turcas de la época. El joven Acima fue nombrado Gran Ulema, líder espiritual, director en la fe Sunní, y estableció su control sobre todas las mezquitas tanto de Tashkent como de la región entera de Otarsh, quienes de inmediato comenzaron a enviar donativos para ayudarlo en su peligrosa labor en favor de la unión de los musulmanes verdaderos. A los seguidores del Gran Ulema pronto se les conoció como Sahadistas, en referencia a la "Sahada", o profesión de fe más sencilla y definitoria del Islam: “Yo confieso que no hay divinidad fuera de Alah y que Mahoma es el enviado de Dios”.

Desde la proclamación de Acima como Gran Ulema, los súbditos del Sultanato se volcaron de un modo nunca antes visto con su fe; el respeto por los preceptos del Corán se multiplicó a lo largo y ancho de los territorios del Sultán, y el nombre del Gran Ulema se coreaba con júbilo en las noches cálidas.
En noviembre del año 1089 de la era vulgar, el Gran Ulema Acima volvió a encontrarse con el Gran Sultán Osman. En esta ocasión la reunión fue breve: el Gran Ulema proclamó que la voluntad de Alah era la de procurar el respeto y la amistad entre los musulmanes verdaderos, y que esclavizar a todos aquellos hermanos en la fe era faltar a la voluntad de dios.

Tras estas palabras, Acima exigió al Gran Sultán que liberase a todos los esclavos.

Después, abandonó el Palacio sin mirar atrás.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #18 en: 09 de Junio de 2006, 08:08:33 am »
Reino de Francia
(Roman Catholic Civilized Open Empire)
Louis VI,
Diplomacia: Maine N/a, Bordeaux T

La inestabilidad era una constante en Europa, guerras civiles y entre naciones católicas habían salpicado los años durante mucho tiempo, y la llegada de las hordas salvajes del lejano este, no contribuía ni mucho menos a que la situación se normalizase, mas bien, como demostraba la usurpación de los territorios por los hambrientos habitantes de las estepas, y la caída de Venecia, la situación se enrarecía cada vez mas.

Pero esto no sucedía en el reino de Francia. Aunque las guerras y los usurpadores habían dejado su huella en el reino no tanto tiempo atrás, la situación hacia ya mucho que se había normalizado, y la actual dinastía gobernante, parecía abocada a un largo futuro de prosperidad y paz. La ansiada paz y prosperidad que tantos siervos anhelaban, deseando solo unas pocas tierras o un trabajo digno, y una vida pacifica en estos tormentosos tiempos.

Durante los últimos años, especialmente en la última década, Francia había ido poco a poco convirtiéndose en el símbolo de la deseada paz, la tierra de las oportunidades. Una nación donde el mismísimo Rey Louis VI, luchaba por abolir el vasallaje, permitiendo una mayor libertad, y una menor estratificación social. Cierto era que esto aun estaba lejos de lograrse, pero la promesa de un futuro mejor corría de boca en boca, y miles eran los que se atrevían a dejar sus tierras y pertenencias, para viajar hasta el reino franco en busca del sueño.

Durante la década de los 70, la población había crecido mucho, y las aldeas se habían multiplicado, pero tras la llegada de los bárbaros a Europa, el numero de migraciones aumento de forma desproporcionada. El miedo a ser desposeídos, maltratados, asesinados o esclavizados, pudo con miles de plebeyos, especialmente en la despoblada península Itálica, donde la protección del imperio se retiraba poco a poco, a favor del gobierno de un pagano recién llegado.

Tal cantidad de personas no podía traer sino mayor riqueza al reino, y los miles de franceses que cultivaban sus tierras, comenzaron a ver como cientos de nuevos vasallos aparecían para repartir las tierras de sus señores. La situación se hizo casi insostenible para miles de familias a partir de 1085, pues todo tipo de gentes acudían a jurar vasallaje a señores que no disponían de tierras suficientes para tanto siervo, y los muchos campesinos franceses comenzaron a mudarse a las ciudades, incapaces de sostener a sus familias con el producto de la cada vez mas escasa tierra.

Por fortuna, aunque la moneda no estaba aun muy extendida, si había cierto uso entre las clases mas bajas, y muchos campesinos habían logrado tener ahorros por valor de dos o hasta tres monedas de plata, con los que les fue posible iniciar una nueva vida en la ciudad.

De una u otra forma las ciudades pronto fueron demasiado pequeñas para una población tan creciente, y pese a la falta de previsión de la corte, los propios ciudadanos comenzaron a tomar materiales y contratar mano de obra para hacer frente a la creciente demandad de espacios para hogares y pequeños negocios.

Ciudades como Tolouse, Bordeaux, Narbonne, Rouen, o la misma Paris, vieron como su población se disparaba, e hicieron frente como pudieron, para ahorrar gastos se trato de desmantelar el mínimo de muralla, pues si bien el rey Louis otorgo licencias a todas estas ciudades para expandirse por sus propios medios, en ningún caso cargaría con la reconstrucción de las murallas, y estas, eran necesarias, hasta tal punto que no se otorgo licencia alguna a Dijon porque la ciudad no disponía de fondos para reconstruir lo que demoliesen los obreros.

Pese a la incomodidad que esta situación provocaba entre la población e incluso en el mismo Louis VI, la economía se vería reforzada por estas migraciones, y a la larga fortalecería el reino.

Curiosamente la fortuna estaba del lado de Francia por primera vez en muchos años, puesto que en 1086, llegaron noticias a la corte de un hallazgo cerca de la ciudad de Rouen. Al parecer un noble local había encontrado durante una cacería, una cueva con joyas y tesoros, que probablemente pertenecieron a alguna de las numerosas partidas de vikingos que asolaron antaño las costas francesas. Quizá aquellos terroríficos guerreros del norte habían guardado en aquel lugar lo que no pudieron cargar en los buques, y por cualquier razón no regresaron por el tesoro.

Fuese por la razón que fuese, el mercado de Rouen pronto comenzó a negociar con gran cantidad de metales y piedras preciosas. A parte del evidente beneficio para la economía local, el mayor beneficiario fue claro, su descubridor, Jean Ropault.
La situación de la corona era crítica, debido a los numerosos problemas de años anteriores, en los que la mala administración había dejado poco a poco las arcas vacías.

La falta de previsión de los consejeros de Louis VI, provoco que hubiese de licenciarse a gran parte del ejército francés en tanto no podía ni tan siquiera pagárseles las deudas.

Esta mala situación había llevado a muchos a proponer a Louis que expropiase a aquel noble de Rouen, pues el dinero podría haber salvado parte del ejército, pero el monarca se negó, no por gentileza, sino por previsión. Ropault no era nadie importante, pero una expropiación injustificada podía causar que la nobleza de todo el reino se alzase en armas contra el monarca, esos hipócritas siempre se defendían entre si.

En 1087 Ropault que había adquirido algo de renombre, se presento en Paris, y fue presentado al monarca Louis VI. El hombre había aprovechado bien su pequeña fortuna, y ahora además de poseer muchas tierras y bienes en Normandy, se permitió hacer una importante donación a la corona. El mismo explico que era una donación justa, pues el tesoro se encontraba en tierras francesas, y por tanto una parte del mismo debía pertenecer a la corona.

A cambio de la donación, Louis VI se procuro de recompensar al hombre, con títulos y favores, todos debían saber que Louis pagaba bien a sus leales. Mas tarde el propio Louis se convertiría en padrino de la boda de Jean Ropault, cuando este contrajo matrimonio con una prima lejana del rey francés, por parte de madre, Maisse le Blanc, hermosa hija única de una familia venida a menos en los tiempos mas oscuros del reino. Aunque Jean adquiriese derecho a suceder al rey en caso de muerte de algo más de sesenta miembros de la familia real, lo que no era realmente algo importante, la unión había demostrado que Louis VI era un hombre justo con sus más leales.

No solo el noble Ropault recibió una recompensa por su lealtad, sino que otro tanto ocurrió con Pierre Waline, quien recibió el titulo de duque de Poitou, a cambio de que mantuviese un ejército al servicio de la corona. Las malas lenguas dirían sin embargo que Pierre no fue recompensado, sino apartado de la corte, pues había sido la persona al cargo de la administración durante los años 1080 a 1084, y por tanto el máximo responsable de la terrible crisis financiera. Pero si Louis guardaba rencor hacia este hombre, no lo demostró, sino por el contrario expreso su deseo de recompensar a un hombre leal con un puesto más acorde a sus aptitudes.

Durante estos años de tanta actividad cortesana, Louis VI encontró el tiempo para dirigir la administración real, y evitar problemas tan graves como los de acaecidos en los últimos años. Y el resto de los hombres de confianza del monarca también tuvieron múltiples tareas. El príncipe Guillermo asumió el control de los ejércitos del norte, y la defensa de la costa francesa.

Jean Claude, un noble tan inepto con un arma en las manos, como hábil a la hora de negociar, acudió a Bordeaux, y después a Maine, en labor diplomática. La ciudad de Bordeaux accedió a pagar impuestos al rey a cambio de protección, pero pese a que las relaciones con Maine mejoraron sensiblemente, Claude no logro que la región fuese anexionada por la corona.

Solo la muerte del anciano Robespierre, quien había sido general, diplomático, y ahora señor de Flanders, ensombreció la felicidad de estos años. La muerte de un hombre que lo había dado todo por su rey, era motivo de luto, y se decreto una semana entera para llorar la perdida del noble.
"Supongo que había que inventar las camas de agua. Ofrecen la posibilidad de beber algo a media noche sin peligro de pisar al gato."

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #19 en: 09 de Junio de 2006, 11:09:40 am »
Talasocracia de Srivijaya
(Budismo Hindu Marítima Nación Abierta)
Adijaya, Sumo Sacerdote.
Diplomacia: Perak (T)

El año 1085 comenzó repleto de descalabros para la Talasocracia y su Sumo Sacerdote Adijaya. Un alzamiento popular en la norteña ciudad de Ackis a causa de un conflicto desatado por el cobro indebido de impuestos hizo que el General Guntur, veterano hombre de armas nacido en la ciudad, tomara el control de la urbe y los territorios colindantes convirtiendo el puerto de Ackis en base para su proyectada campaña de piraterías. Los servicios de inteligencia de la nación isleña actuaron con gran premura, pero no la suficiente como para evitar que los hombres de Guntur, quien sabía dónde y cómo buscar, los localizaran antes de que sus acciones resultaran peligrosas. Los quince agentes del gobierno fueron capturados, y se les desmembró metódicamente en la plaza del mercado junto a quienes les procuraban cobijo y protección una hora antes de dar comienzo a los intercambios diarios de mercancías.

El golpe que supuso para las estructuras del servicio de inteligencia el asesinato de aquellos hombres en Ackis desestabilizó sus actuaciones durante años. Una de sus más importantes labores de aquel tiempo era la de recabar información acerca de los notables de Perak, con el fin de facilitar la extorsión oculta y los regalos por parte del gobierno que ayudarían a la unión de la ciudad con Srivijaya. Pero cuando el General Acawarman comenzó a reunirse con quienes suponía importantes en la ciudad descubrió pronto que la información que le habían proporcionado era de dudosa calidad, cuando no directamente calificable de basura apestosa. Sólo merced a sus grandes dotes –y no sólo diplomáticas, sino también en cuanto a posesiones y barcos de los que hubo de desprenderse– logró que las verdaderas fuerzas vivas de Perak se avinieran a olvidar los descalabros diplomáticos y accedieran al fin a integrarse en el corpus de la Talasocracia.

En el terreno de las inversiones, la mayor parte del tesoro se destinó a la construcción de nuevos barcos de guerra que reemplazaran a los perdidos durante la reciente guerra con el vecino Matarm. En la ciudad de Srivijaya se habilitó toda una nueva zona portuaria en la que se situaron los barcos y las zonas de instrucción, y una selección de los mejores marinos de la Talasocracia integró el núcleo de la nueva flota. Se dispuso que el gran General Sukarno se hiciera cargo del mando de la flota completa de Srivijaya, y desde su puesto en los castillos del puerto se dispuso a reaccionar al menor atisbo de movimiento hostil llegado del mar.
El propio Sumo Sacerdote Adijaya, tras regresar a la capital, se encargó de la puesta a punto de los nuevos marinos sin descuidar sus obligaciones como líder supremo del ejército, manteniéndose a la expectativa por si las negociaciones iniciadas con Matarm se torcieran, aun cuando tal posibilidad pareciera tan remota a causa de la gran diferencia de poderes entre ambos reinos. Pese a las victorias recientes de su enemigo en la última guerra, el Sumo Sacerdote sabía que se plegarían a sus condiciones y negociarían.
Al igual que Adijaya, también el heredero Adjem permaneció atento desde Pajajaran al mando de su ejército, manteniéndose alerta para prevenir un rumbo imprevisto de las negociaciones de paz con Matarm. Pese a la muerte del Príncipe Abimanyu a inicios del año 1086, quien trató infructuosamente de convertir a la verdadera fe a los dirigentes de la región, lo cierto es que Pajajaran sufrió un impresionante aumento de nuevos conversos, y tal variación se notó en los renovados apoyos que los habitantes de la zona dieron al ejército de Adjem; la calidad de los alimentos mejoró notablemente, y el gran estado anímico de los soldados elevó el de por sí importante optimismo del heredero. Abimanyu llegó a desear, en los albores del año 1087, que la ocasión de marchar al combate se presentara pronto.

Quizá lo deseó en voz demasiado alta.

A principios del año 1085, el General Achmed había acudido a la ciudad enemiga de Singhasari para dirigir personalmente las negociaciones de paz con Matarm. El desarrollo de las conversaciones invitaba a creer que los acuerdos se cerrarían con rapidez, aunque ninguno de los dos reinos estaba dispuesto a ceder en demasía ante su vecino. Pronto, los agentes del gobierno que la Talasocracia mantenía en la capital enemiga informaron al General de la partida de los barcos de Matarm, comandados por el famoso Capitán Hutama, en dirección a las Islas del Este. Los saqueos que realizó en aquellas lejanas costas crearon una sensación de impotencia tremenda en el espíritu de Achmed: si el Sumo Sacerdote hubiera previsto una acción ofensiva traicionando a sus enemigos, aprovechando el momento de relajación de Matarm ante el avance de las conversaciones de Paz, las naves de Srivijaya se habrían encontrado un puerto desprotegido y una ciudad a su merced. No tenía más remedio que resignarse y seguir en Singhasari tratando de...

En Agosto del año 1086, el General Achmed conoció en boca del mimísimo rey Matuve, su interlocutor en las conversaciones de paz, que la flota de Hutama había aparecido de improviso en las costas del mar de Mallaca, en el mismo corazón de Srivijaya, y que había atacado y saqueado las regiones de Perak y Kedah. Aquel desgraciado con corona le confesó que eran ellos quienes habían sido traicionados, quienes se habían relajado al confiar en la debilidad de Matarm y su supuesta necesidad de pactar una paz estable. El General Achmed fue hecho prisionero allí mismo, y permaneció durante largos años sin noticias en las mazmorras de la capital de Matarm.

Sin noticias acerca de la enorme guerra marítima que acababa de comenzar en las costas de su país (ver Nf Matarm).

« Última modificación: 09 de Junio de 2006, 11:18:00 am por Uve »
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

Orson Welles.

eneas

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #20 en: 09 de Junio de 2006, 04:46:56 pm »
Emirato Buhwayida de Bagdad
(Mutahid Islam Civilizado Nación Abierta)
Umar, Emir y Protector de Bagdad
Diplomacia: Hahmar F, Abadan +19Yfc, Mosul F

- No debes subestimar el valor de la lealtad hijo mío, pues sin ella no tendrás nada – volvió a repetir Vd.-al-Arman – debes ganarte el corazón de los hombres como ganarías una batalla, con perseverancia y sumo cuidado.
- Pero padre si algún día he de ocupar vuestro puesto, ¿no habrán de ser los demás los que estén a bien conmigo?
- No hijo mío, no funciona así el mundo. Muchos hombres poderosos han caído por pensar como tu. Muchos reinos han caído por culpa de gobernantes cegados por su poder. Ser emir de Bagdad no es ni mucho menos motivo de alegría, ni de gozo, no debes nunca confundirlo con una recompensa, o con un regalo. Ser Emir implica que las vidas de cientos de miles estarán bajo tu responsabilidad.
- Pero padre, no os entiendo, si es tan penoso el poder, ¿porque he de temer que nadie quiera arrebatármelo?
- Umar, los hombres suelen guiarse por sus deseos, no por su razón. Muchos te envidiaran y desearan ocupar tu lugar, pues creerán que solo el poder puede traerles la felicidad. La mayoría de los hombres no están hechos para cargar con el peso de la responsabilidad, pero, sin embargo, desean sus recompensas. Un buen gobernante debe conocer a sus súbditos, debe saber cuales de ellos ansían ocupar su lugar…
- Y entonces hacerlos ejecutar…
- No, la vida de un hombre no se debe tomar a la ligera. Debes conocer a tu enemigo, y asegurarte de tenerlo cerca, pues solo así podrás vigilarle, pero solo debes tomar su vida, cuando sea necesario.
- ¿Y como sabré que es necesario?
- Nunca se sabe con absoluta certeza, pero cuando llegue el momento lo sabrás.


Para Umar, los consejos de su padre siempre tuvieron gran valor, pues era bien conocido en todo el mundo que no había dirigente mas amado por sus súbditos. Esto había hecho mas por ganar el respeto de Umar, que el hecho de que Vd.-al-Arman fuese su padre.

Umar que siempre dedicaba gran parte de su tiempo a ayudar, dialogar, y ante todo a aprender de su padre, se dio cuenta pronto de que al emir le preocupaba cada vez más la sucesión de su hijo. Una y otra vez insistía en repetirle a Umar, que el día que supiese de la muerte de su padre, debía regresar a Bagdad dejando lo que fuese que estuviese haciendo, por importante que pareciese. Pero Umar no deseaba nunca mantener esas conversaciones, pues se había acostumbrado a su cargo, no deseaba perder a su padre.

Una noche de mayo de 1088, Umar que se encontraba en Mosul, junto a su hermano Harun, negociando la anexión de la región, tuvo un sueño que le despertó a altas horas de la noche. Cuando Harun interpelo a su hermano, Umar le confeso que había visto a su padre, sobre los muros de Bagdad, llamándole para que acudiese a su lado.

La intranquilidad fue tal, que Umar se excuso ante los representantes de la región, y abandono Mosul a toda prisa, con dirección a Mesopotamia. Cuando llego a la ciudad de Bagdad, ya entrado el mes de Junio, ya había recibido la noticia de la muerte del Emir.
Umar no se permitió un momento de llanto, y pronto se celebro la ceremonia por la que se convertía oficialmente en Emir de Bagdad, siendo nombrado como emir por el Califa, como marcaba la tradición.

Como Emir, lo primero que hizo Umar fue escribir nuevas órdenes a todos sus generales, y aun a su familia. Umar pedía la bendición de todos los hombres importantes del reino para con su nuevo cargo, así como pedía consejos varios a todos ellos.

Su rapidez y sus cartas funcionaron, y pronto recibió respuesta a sus consultas, y bendiciones de todos los que habían recibido el mensaje. Casi sin quererlo, todos los hombres de relevancia en el emirato, congraciaron así la llegada al trono de Umar.

Durante los meses siguientes, y aun hasta 1089, Umar tomo el relevo de Vd.-al-Arman en todas las labores de estado. La sucesión no tuvo repercusiones en la política del emirato, y la estabilidad se mantuvo.

Las inversiones realizadas en Mesopotamia daban sus frutos, y las fortalezas que habrían de formar el muro oriental del emirato, tal y como lo llamaba su padre, terminaron de construirse bajo la supervisión del nuevo emir.

Incluso las noticias sobre las numerosas misiones diplomáticas que había emprendido Vd. al-Arman, fueron mejores de las que se habían previsto. Quizá era esta la forma en que el señor del Universo bendecía al nuevo emir. Pero aunque jamás se le vio apenado en publico, ni la mayoría de la gente tuvo noticia, Umar lloraba amargamente la muerte de su padre, hasta tal punto que se aislaba en los momentos en que se lo podía permitir, para intentar sentir mas cerca la presencia de Vd. al-Arman.

Ni tan siquiera las hermosas pretendientes que le trajeron (pues la corte se mostraba inquieta ante el estado de viudedad del nuevo emir) pudieron sacarle de su pesar, y amablemente fue rechazándolas una a una.

Las lágrimas de Umar contrastaban con la fortuna que reinaba en el emirato, pero aunque todo pareciese ir bien, el pesar del emir no auguraba nada bueno.

Ajeno a todo esto la ciencia seguía avanzando, y Bagdad trepaba por el largo camino del desarrollo, intentando emular a naciones tan desarrolladas como la cercana Bizancio.
Al menos eso es lo que parecía suceder, pero sin duda no es lo que sucedía. Durante años y con el mecenazgo del antiguo Emir, Abdulabi había sido el consejero de mayor poder de decisión en temas de ciencia, y había tenido consecuencias.

Como herbolario, el ahora anciano consejero no tenía igual, y sus métodos se aplicaban con grandes resultados en muchos lugares del territorio de Bagdad. Pero la realidad es que su absoluta confianza en métodos tradicionales, y soluciones naturales era, a ojos de sus cada vez más numerosos detractores más un obstáculo que una ayuda para el progreso en cualquier campo, y especialmente en la medicina. Tachando de antinaturales y bárbaros muchos de los procedimientos mas habituales que se practicaban en el emirato, la mayor parte de ellos habían sido sustituidos por decreto, por métodos mas “naturales” que en muchos casos tan solo aliviaban si bien no daban lugar a recuperación de algún tipo.
La fortuna vino en 1088 cuando la negativa de Abdulabi a ser tratado por médicos de una herida en un brazo, llevo a tal extremo sus creencias que tan solo utilizo diversos ungüentos y pomadas para sanar. La herida acabo por gangrenarse, y sin un tratamiento satisfactorio, la gangrena se extendió acabando con la vida del herbolario. Eso si, gracias a la maraña de plantas y flores que recubrían su cuerpo, no sufrió dolor alguno.

Fue casi un nuevo nacimiento de la ciencia en el emirato, aunque había sido obstaculizada durante largos años, los cientos de estudiosos del emirato, pudieron a partir de ese momento, recuperar métodos e ideas desechadas durante la oscura etapa de las flores, como la llamaban jocosamente muchos de los hombres de ciencia del emirato.

« Última modificación: 12 de Junio de 2006, 10:49:16 am por eneas »
"Supongo que había que inventar las camas de agua. Ofrecen la posibilidad de beber algo a media noche sin peligro de pisar al gato."

Gm en Lote53

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #21 en: 10 de Junio de 2006, 06:20:54 pm »
Reino de Matarm
(Hinduismo Marítima Nación Abierta)
Matube, Rajá de Matarm
Diplomacia:

"¿Qué es aquello sobre el mar?
Son los triángulos negros del Capitán Humata"
Dicho popular de Srivijaya utilizado para asustar a los niños.


El Gran Matube, Rajá de Matarm, sabía que los ataques recientes realizados por los hombres de Srivijaya sobre el territorio de su reino se repetirían en el tiempo de forma inevitable, por más que lograse firmar una paz con su poderoso vecino o alcanzara un acuerdo con los mismos dioses. El Rajá no podía negar que Srivijaya era demasiado poderoso, que no temía a Matarm y que sus dirigentes se creían en la capacidad de acabar con el pequeño reino isleño en cualquier momento.

Matube sabía qué era lo que necesitaba conseguir para cambiar todas aquellas circunstancias adversas: Matarm debía crecer en tanto Srivijaya disminuía hasta que el reparto de fuerzas fuese homogéneo. Una situación tan utópica como maravillosa.
Lo que no sabía era cómo lograr que se hiciera cierta.

En previsión de nuevos ataques el Raja decidió aumentar la cantidad de soldados del ejército defensivo de Singhasari, reclutando a miles de nuevos guerreros y dedicando parte de los recursos del reino en adquirir el equipamiento necesario para mejorar la efectividad defensiva de Matarm. El propio Rey asumió el peso del entrenamiento intensivo al que se sometió a aquellas nuevas tropas desde Kendiri, al tiempo que se preparaba para recibir al General Achmed de Srivijaya quien sería su interlocutor en las negociaciones de paz que se iniciarían a principios del año 1085.

En Mayo del mismo año, el famoso capitán Humata, un héroe de guerra de gran inteligencia y a quien se tenía por el alma estratégica de la nación, solicitó audiencia con el Rajá. La reunión se celebró aprovechando un descanso en las conversaciones entre el enviado de Srivijaya y el propio Rajá, y se prolongó durante varias horas finalizando cuando el Capitán abandonó a grandes pasos el palacio del Rajá con una enorme sonrisa en los labios.

Cuatro días después, dos flotas abandonaban las islas con muy distintos destinos y dos misiones contrapuestas; por un lado, el Príncipe Tamou acudió al mando de una ligera flota de escoltas hasta Kwangchou para recoger el dinero que el Imperio Song destinaba al vecino Imperio de Khemmer. Que imperios tan poderosos confiaran en los barcos de Matarm complacía enormemente al gran Rajá, y la complacencia no disminuyó pese a no poder realizar la entrega acordada al encontrarse en Kwangchou con la negativa de la administración de Song por falta de efectivo. El Príncipe Tamou se alzó de hombros, visitó las maravillas costeras del continente y regresó a casa para reunirse en Kediri con el Rajá.

La otra flota, enorme y de guerra, partió bajo el mando del Capitán Humata. No sólo era la gran flota de Matarm incluyendo las nuevas tropas entrenadas y los navíos recientemente construidos, sino que también viajaban con el Capitán los mercenarios contratados por el Rajá. La misión de esta gran flota era la de atacar las islas del Este con el fin de recuperar las arcas del reino, terriblemente enflaquecidas tras los esfuerzos de guerra.
Los saqueos realizados en Timor, Sulawasi y Selatan redundaron en importantes beneficios para la flota de Humata, y mientras llegaban las noticias de los ataques a la capital, donde proseguían las conversaciones con Srivijaya, el Capitán se dispuso a realizar su movimiento más osado.

Durante la noche del 23 de Octubre del año  1085, la flota de guerra de Matarm partió en secreto de la pequeña cala que ocupaba en el norte de la isla de Timor. Viajando de noche, pese al riesgo de encallar en las muchas aguas bajas de la zona, o topar con hirientes arrecifes que se multiplicaban a lo largo de todos los mares indonesios, el Capitán Humata logró mantener al resguardo de miradas inoportunas a la flota de ataque durante más de ocho meses, en una acción de habilidad y valentía tan pocas veces igualada a lo largo de la historia que el nombre de Humata habrá de caminar de la mano del gran Gaius Iulius Caesar, quien durante su campaña de las Galias logró mover sus legiones con la velocidad del rayo aprovechando hasta la más fría las noches francesas.

Tras dar un enorme rodeo entre las islas del mar de Mallaca, la flota del Capitán Humata arribó en Julio del año 1086 a su primer objetivo: la región de Perak, en el lejano Oeste de Srivijaya. Los habitantes del lugar vieron llegar a aquella flota fantasma con sorpresa y curiosidad; imaginaban que las velas triangulares con colores oscuros pertenecían a alguno de los grandes Imperios del lejano Norte, y el desembarco de los hombres de Humata fue sencillo y hasta tranquilo, pues incluso recibieron ayuda de quienes habían de ser masacrados horas después.

Al saqueo despiadado sobre la región de Perak le siguió el de Kedah durante el mes de Agosto del mismo año. Para ese entonces los hombres de Srivijaya ya sabían a quién se enfrentaban, y la reacción fue inmediata: el General Sukarno, viejo lobo de mar, partió de la capital Srivijaya al mando de la flota personal del Sumo Sacerdote en dirección al estrecho de Mallaca, donde confiaban en interceptar los navíos piratas de su enemigo.

La flota de Srivijaya no llegó al estrecho hasta iniciado Septiembre de 1086, cuando los barcos del Capitán Humata ya habían desaparecido de la zona. Un mes después, llegan las noticias de los nuevos saqueos en las costas de Mon, región perteneciente al Imperio Khemer y bien defendida por una guarnición de soldados de infantería; los hombres de Khemer, entrenados y atentos, presentaron batalla a la que imaginaban una simple flota de saqueo compuesta por marinos y piratas. Descubrieron demasiado tarde que en el interior de los barcos viajaba un contingente de soldados compuesto por más de 2000 infantes; la derrota de los defensores fue inevitable, dando paso a un inevitable torbellino de saqueos y destrucción.
Los barcos de Srivijaya, alertados de los nuevos ataques en el norte, lograron llegar al mar de Nicobar con rapidez sorprendente, sobre todo a tenor del mayor calado de los barcos de guerra del General Sukarno.

Fue allí donde ambos contendientes se encontraron frente a frente por primera vez, cuando la flota del General trató de cerrar la salida de la bahía a la del Capitán Humata. Por suerte para el héroe de Matarm, los barcos de Srivijaya fueron avistados con la suficiente antelación por los vigías y su flota logró escapar del cerco sin muchas dificultades ayudada de la mayor superficie de sus velas y el menor calado de los barcos. Aunque los barcos de retaguardia de Humata llegaron a intercambiar flechas con los de vanguardia del General Sukarno a corta distancia, toda la flota logró salir de la bahía sin desperfectos ni bajas.

Desde ese momento, una situación que se había iniciado en forma de búsqueda y captura se tornó en caza del gato contra el ratón. La flota más pesada y mejor armada del General Sukarno siguió en la distancia a la ligera y maniobrable del Capitán Humata hasta el estrecho de Selat, cuando, aprovechando la caída de una densa niebla de dos días de duración, el Capitán volvió a dejar atrás a su enemigo en Mayo de 1087.

Teniendo en cuenta lo osado de su movimiento y lo fructífero de sus saqueos, diríase que lo más lógico hubiera sido que Humata regresara a casa en aquel momento para poder preparar la defensa ante el previsible contraataque de Srivijaya. Eso pensó su enemigo, el General Sukarno, quien enfiló proa en dirección sur con intención de volver a la capital cuanto antes para reponer alimentos y preparar la ofensiva.

Pero el Capitán Humata resultó ser mucho más imprevisible y osado de lo que nadie cabría imaginar. Apenas dos meses después, en Julio de 1087, la flota de Matarm reapareció por sorpresa en el Mar de Riouw cayendo con furia desbordada sobre las costas de Jambi. Reaccionando con suma rapidez, las tropas de infantería comandadas por el mismísimo Sumo Sacerdote Adijaya se lanzaron sobre Jambi, para descubrir a su llegada que aquellos infernales saqueadores ya se habían ido.

Sin embargo, cuando el Capitán Humata se dirigía hacia Barat fue al fin detectado e interceptado por la flota de Srivijaya. El combate, esta vez inevitable a causa del irregular movimiento de los vientos con que hubieron de lidiar ambas flotas, se desató a lo largo de la mañana del 4 de Septiembre de 1087. Aunque la mayor parte de las bajas fueron causadas por las saetas, piedras de honda y lanzas incendiarias, varios barcos trabaron combate cerrado y llegaron a abordarse. Al iniciarse la tarde, el viento del oeste volvió a soplar con fuerza y regularidad, y las naves de Humata lograron escapar de nuevo de entre los dedos del General Sukarno con pérdidas apenas relevantes para ninguno de los dos bandos, ya que sólo perdieron un par de barcos por cabeza además de la muerte de un centenar de soldados de Humata a causa del vuelco de su barco producido por un choque inesperado con unas rocas altas. Durante la noche, cuando Humata recibió el parte de bajas, descubrió para su tranquilidad que los hombres muertos en el accidente no eran hombres de Matarm, pues formaban todos parte del contingente mercenario.

Aquel combate, y saberse en inferioridad numérica ante su enemigo, hizo reflexionar a Humata. Si seguía adelante con su campaña de saqueos fulgurantes seguidos por desapariciones igualmente rápidas, quizá no llegase a tiempo a Singhasari para ayudar a repeler la ofensiva de Srivijaya. Antes o después, Sukarno lo interceptaría en un lugar donde no podría beneficiarse de su mayor rapidez y maniobrabilidad, y las pérdidas que su flota sufriría en un combate abierto e igualado serían incalculables y definitivas para el futuro de su nación.
No podía poner en juego toda la estrategia defensiva de Matarm. Y no lo haría.

El treinta de Enero de 1088 la flota del Capitán Humata llegó al fin Singhasari, donde fue recibido como el mayor de los héroes tras desembarcar el enorme botín logrado en aquellos saqueos que harían por siempre famoso el nombre de Humata. Tras recibir la felicitación personal del Rajá Matuve, quien lo cubrió de honores y lo nombró Gran Almirante de Matarm, Humata reestructuró su flota y repuso las bajas desplegando después el ejército en las defensas de Kediri a la espera del enemigo.

Un enemigo que no llegó, pues el heredero del Sumo Sacerdote, el Príncipe Adjem, aunque no deseara con más fuerza otra cosa en el mundo que marchar contra Matarm al mando de todas sus tropas, decidió tras muchas dudas esperar la llegada de los refuerzos del Sumo Sacerdote antes de entrar en un territorio que ya logró repelerlo con asombrosa efectividad cinco años antes.

Pero el tiempo de la venganza estaba cercano. Sí, el tiempo de la sangre y el fuego sobre Matarm llegaría muy pronto.
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #22 en: 11 de Junio de 2006, 07:57:24 am »
Rajputado de Uttar-Pradesh
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Samprati, Rajá de Uttar-Pradesh
Diplomacia: Avanti (F)

La riqueza del Rajputado aumentaba año a año merced a la espléndida gestión del gran Rajá Sampatri quien, pese a la reciente muerte de su padre y la subsiguiente traición injustificable de su propio hermano Hamprit, a quien hubo de asesinar con sus propias manos tras el fallido golpe de estado, gobernaba el país con la calma, frialdad y alegría contenida con que lo haría uno de los Vedas.

En el capítulo de las inversiones, no reparó el Rajá en gastos para poder construir una gran carretera con losetas de piedras exquisitamente decoradas que, a su finalización en el año 1087, unió Kannauj con Jodhpur, finalizando así la magna obra iniciada tantos años atrás y que unió todo el territorio con efectividad a base de aquellas modernas vías sobre las que las carretas circulaban con una facilidad jamás vista antes en el subcontinente indio. Desde Kannauj hasta la capital del Rajputado, la bella ciudad de Mathura, podría viajarse sin dejar de pisar piedras lisas.

Además del oro destinado a la finalización de aquel antiguo proyecto, el Rajá Samprati dedicó importantes partidas del tesoro real en inversiones reducidas por todas las regiones y ciudades del Rajputado, de modo que la confianza que el pueblo sentía hacia su gran Rajá crecía incesante al tiempo que el bienestar general aumentaba año a año.

Con el fin de integrar a la ahora región independiente de Avanti, Samprati decidió emprender una agresiva política de uniones matrimoniales acompañadas de más y más entregas de oro con las que mejorar las estructuras de la región y la calidad de vida de todas las castas.
El matrimonio en 1087 entre el Príncipe Shinto, hermano del Rajá, y una viuda local de 32 años llamada Chandrakanta, celebrada en la región por el propio Samprati y que sirvió de preludio a la coronación del Príncipe como nuevo heredero al Rajputado, encendió de alegría los ánimos del pueblo de Avanti. Un día después, y de manos del nuevo Príncipe Heredero Shinto, se celebró una segunda unión entre la tía del Rajá, Madauhi, de sólo 36 años, con el gran guerrero local Mahudi quien pasó a convertirse por matrimonio en nuevo Príncipe del Rajputado.

Durante los fastos de ambas bodas se finalizó el tramo de la gran carretera de piedra merced al trabajo continuado de los obreros que el Príncipe Shinto había traído junto al cortejo del Rajá a inicios de 1086. Carretera, bodas, inversiones, gastos sin freno en las celebraciones y los muchos e importantes regalos a los nobles locales, lograron que durante el verano del año 1087 la región de Avanti no sólo accediera a cooperar con el Rajputado, sino que se convirtió de pleno derecho en territorio del Rajá y sus habitantes abrazaron la nueva situación política con evidente satisfacción. El éxito de Samprati había superado con mucho sus mejores expectativas.

Tras completar la anexión de Avanti, el Rajá regresó a Uttar-Pradesh donde pasó el resto de su tiempo dirigiendo los asuntos del Rajputado, además de atender con su legendaria amabilidad al Príncipe Sahedra, llegado del Rajputado de Rajput para acercar posiciones con Uttar-Pradesh (ver NF del Rajputado de Rajput). Mientras ambos hombres dialogaban en la capital, en Rajput se hacía lo propio entre el Rajá Mahide y el General Lalitaditya, quien había sido enviado al Rajputado vecino a inicios del año 1085. Aquellas prolongadas relaciones entre los dos rajputados lograron que el estado de relaciones sobrepasara el de simple colaboración para alcanzar la sincera amistad que permitió que se firmara un tratado de Defensa Mutua.

Tras aquel importante éxito el General Lalitaditya se desplazó hasta Tarain, donde trabó relaciones diplomáticas en Dehli con los representantes del otro reino vecino del Rajputado, logrando que a finales del año 1089 ambas naciones pudieran firmar un tratado de No Agresión que, con el tiempo, pudiera convertirse en la primera piedra de una relación cordial y repleta de productivas colaboraciones.

En el invierno del año 1089 la situación parecía inmejorable en los ricos territorios del Rajputado de Uttar-Pradesh. El gran Rajá Samprati había logrado asegurar las fronteras Este y Oeste, y el cordillera Himalaya parecía ser suficiente para contener los problemas que pudieran llegar del Norte.
Pero ninguna situación de alegría y paz se posterga indefinidamente en el tiempo, y Samprati creía estar bien preparado para cuando Brahma decidiera torcer el camino de su Rajputado.
« Última modificación: 11 de Junio de 2006, 08:54:02 am por Uve »
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #23 en: 11 de Junio de 2006, 10:33:39 am »
Imperio Khemmer
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Akritti, Emperatriz de Khemmer.
Diplomacia: Siam (¿?).

La terrible e inesperada negativa de los chinos a prestar el dinero prometido al Imperio, desestabilizó por completo los planes del Emperador Kertas.
Todo hubo de posponerse; la proyectada colonización de las regiones de Surin y Mon tuvo que dejarse para otro momento, y las fuerzas del Imperio no llegaron a desmovilizarse para integrarse entre dichos colonos.

Además del choque que supuso para las arcas del reino la falta de ese dinero tan esperado, las decisiones estratégicas del Emperador fueron vistas con muy malos ojos por parte de las fuerzas vivas del Imperio. La orden de repoblar Siam con fieles al Imperio, cuando en la región vivían seres que hablaban la misma lengua y adoraban a los mismos dioses, por el simple hecho de mejorar las relaciones con Siam fue desaprobada a grandes voces por quienes podían hacerse oír en Khemmer. Una acción tan agresiva, cuando podría alcanzarse el mismo efecto con actuaciones diplomáticas menos dolosas que con el tiempo se mostraban mucho más duraderas, recibió una enorme cantidad de críticas que dejaron al Emperador en delicada situación.

Kertas, acompañado por el General Adik y sin esperar una reacción tan adversa por parte de quienes en teoría más le apoyaban, había tenido al menos la precaución de marchar hasta Siam al frente del ejército para preparar la colonización. Gracias a la presencia de los soldados de Khemmer logró completar su propósito, y en cuanto cerró el tema marchó de inmediato hacia la capital donde se dedicó a vigilar las fronteras del reino al tiempo que supervisaba las acciones religiosas de sus Sacerdotes.

El Príncipe Raganatan, auxiliado por el gran General Vishu, dedicó todo su tiempo en aquel periodo a controlar la entrada y salida de gastos y a mantener la administración en perfecto funcionamiento. Los escasos problemas exteriores parecían propiciar la nueva mirada hacia el interior del Imperio.

Lamentablemente, una nueva sombra apareció a lo lejos en la forma de velas negras triangulares de Matarm, cuando la región de Mon fue atacada de forma inesperada por la nación indonesia y su infausto Capitán Humata. El gran Imperio no podía quedar impávido ante semejante agresión.

Si cinco años atrás parecía que un nuevo sol despuntaba sobre el gran Imperio, ahora resultaba evidente que oscuros tiempos se cernían en el horizonte del Imperio Khemmer.

Tiempos de dolor.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #24 en: 11 de Junio de 2006, 10:35:53 am »
Rajputado de Pala
(Budismo Hindu Civilizado Nación Abierta)
Javedra, Rajá de Pala
Diplomacia:

Tras unos inicios titubeantes, el Rajá Javedra comenzó a ganarse el respeto de los nobles locales y de los mandos del ejército gracias a una política de fortalecimiento interior y continuas inversiones en el ejército y sus estructuras.
Dotando de nuevos mandos contratados en las estepas, las academias de instrucción del arma de Caballería del Rajputado mejoraron con mucho la efectividad de los nuevos efectivos. Con la compra de sementales de raza, Javedra consiguió además que la calidad de los caballos de guerra aumentase considerablemente en pocos años, y su política de incentivos a los nuevos reclutas dio fruto con la incorporación, y posterior entrenamiento intensivo que los llevó a alcanzar el mayor grado de eficacia posible, de casi dos mil jinetes de equipamiento pesado.

El poco tiempo que le dejó libre la administración y el entrenamiento de las nuevas tropas lo ocupó buscando esposa entre los tres centenares de candidatas de ascendencia nobiliaria que se presentaron en Nalanda a lo largo del año 1087 siguiendo el requerimiento real. Escogió al fin a una hermosa mujer de dieciséis años llamada Jayaprabha, delgada de carnes pero con unos ojos verdes absolutamente cautivadores, confiando en que el nombre de su nueva mujer ("Luz de la Victoria") ayudara a sus ejércitos a seguir el sendero del éxito. El matrimonio tuvo lugar a inicios de 1088, y se celebró a lo largo y ancho del Rajputado durante semanas.

Además de la gestión administrativa, el entrenamiento de tropas y los pesados asuntos relacionados con el matrimonio, el Rajá envió representantes hasta el Rajputado de Rajput, donde trabajaron intensamente para mejorar las relaciones entre ambos rajputados.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #25 en: 11 de Junio de 2006, 10:37:19 am »
Reino de Champa
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Sri Manuit, Rey de Champa
Diplomacia:

El fondo del tesoro del Champa fue vaciado en continuadas inversiones en el aparato administrativo del reino y en mejorar las estructuras vitales de la región de Champa. Las muchas contrataciones de nuevos funcionarios, la construcción de edificios donde situarlos junto a la ampliación de los archivos reales trajeron consigo un aumento espectacular en la efectividad de los recaudadores, de los jueces y los legisladores del reino, así como en el ensamblaje interno de todos los estamentos de gobierno. Con aquellos grandes avances Champa podría crecer más rápido y mucho más alto que hasta ahora.

El Heredero, Príncipe Sri Mia-Tuk dirigió todos aquellos cambios estructurales con mano firme desde Vijaya, y dedicó su atención a los pocos problemas que la transición ocasionó a la gobernabilidad de Champa. Entre tanto, el Rey Sri Manuit se desplazó por entre los territorios del reino con el ejército vigilando incesantemente las fronteras. No permitiría que nadie perturbara el momento de paz y prosperidad en que estaba entrando Champa.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #26 en: 12 de Junio de 2006, 08:45:27 am »
El Imperio Ghaznaví
(Chi’i Islam Civilizado Nación Abierta)
Jammal, Emperador de Persia
Diplomacia:

Es curioso cómo dos países separados por tan enorme distancia pueden caer en idéntica locura en un mismo año. A miles de kilómetros del Imperio, un rey europeo decidía ampliar las instalaciones y el tamaño de la más grande ciudad de los católicos, deconstruyendo las murallas para luego, en una decisión inaudita que habría de costarle a su pueblo el control de la urbe, no reconstruirlas al tener en mente una nueva ampliación para varios años después. Ahorro de oro en un tiempo en que lo único que de veras era importante ahorrar era en disgustos, y cuando la inestabilidad y la inseguridad lo capitalizaban todo.

Pues bien, al tiempo que todo aquello ya conocido acontecía en la remota Europa, el Imperio Ghaznavid decidió ampliar tres ciudades, la mismísima capital Kabul, la norteña Balkh, vecina del Sultanato Turco, y la montañosa Peshawar, para lo cual su Emperador ordenó desmontar cuidadosamente las murallas con el fin de emplear sus materiales en las obras de mejoras. Una vez finalizadas esas obras de ampliación, no se levantaron nuevas murallas en ninguna de las tres ciudades.

Pero los motivos de Jammal con aquella suicida actuación eran aún más exóticos que los de su colega europeo: al verse con casi setenta años, en el ocaso de su vida, y saber que su heredero apenas contaba con nueve años el Emperador temía que un fallecimiento inesperado pudiera fragmentar al Imperio entero. Y pensó el buen Jammal que si mantenía desguarnecidas aquellas tres importantes ciudades podría después, quien fuera que hubiera de sucederlo, recuperarlas al asalto con la caballería.

Realmente, la locura es contagiosa en un grado difícilmente comprensible.

Tuvo suerte el Emperador de que en aquellos días no se produjeran invasiones inesperadas por parte de los reinos vecinos, aunque fue imposible evitar que pequeñas bandas de campesinos y salteadores aprovecharan las noches para entrar en las ciudades multiplicándose los asaltos y robos. Y quizá porque su prevención superase largamente lo razonable el Emperador Jammal tuvo que escuchar críticas crecientes que hacían notar el estado de indefensión en que se había dejado a parte de las más importantes ciudades del Imperio; Jammal no había muerto... ¿permanecería la capital sin murallas en tanto el Emperador se mantuviera vivo?

Además de las discutidas ampliaciones, se levantó la nueva ciudad de Herat, en la fuerte región de Ghazni, rodeada por completo de altas cordilleras, y se realizaron importantes mejoras con inversiones, nuevas construcciones de barrios completos y la adquisición de campos en la ciudad de Bandar Abbas.

Arrastrado por la preocupación por la sucesión al trono del Imperio Jammal decidió nombrar regente al General Sadam, con el fin de que a su muerte se encargase de la dirección del Imperio en tanto el joven Mohamed adquiría la edad y experiencia necesaria para poder gobernar y convertirse en Emperador. El nuevo regente, una vez finalizada la ceremonia de su nombramiento, permaneció durante años al lado del Emperador ostentando el mando del ejército para poder tomar el timón del Imperio si fuera necesario. Todas las pesimistas expectativas que sobre su propia vida tenía el paranoico Emperador Jammal se vieron ampliamente desbordadas, pues no sólo no murió en aquellos años, sino que a finales de 1089 estaba sano como una rosa negra del Himalaya.

El resto de nobles con mando del Imperio dedicaron todos sus esfuerzos a la vigilancia de las fronteras; el General Marwan pasó cinco años patrullando las fronteras con el Tíbet, en tanto el General Yahmin, enviado por la nación de Kash, vigilaba sin cesar las fronteras entre ambos reinos.

Entre tanto, el noble General Nedjem viajó hasta la lejana región costera de Surashtra donde pasó varios años reuniéndose con los representantes del reino y el propio Raja de Nasik con el fin de mejorar las relaciones con el Rajputado. Hubo de aguantar los muchos comentarios repletos de incredulidad que hasta tan lejana nación habían llegado en referencia a las extrañas acciones del anciano Emperador.

Tal vez tenían razón los notables del lugar al asegurar que la llegada al trono por parte de Jammal a tan avanzada edad era lo que había perturbado su hasta entonces indiscutido buen juicio. Que el Señor del Universo y Amo del Tiempo guardase al Imperio de la locura de sus dirigentes, se decía el General Nedjem mientras se disponía a regresar a casa.
« Última modificación: 12 de Junio de 2006, 08:53:49 am por Uve »
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #27 en: 12 de Junio de 2006, 09:34:46 am »
Tribu de Sudán
(Pagano Africano Bárbaro Nación Abierta)
Ngoupu "El León", Gran Jefe de las tribus de Sudan
Diplomacia: Hausa (+6Yfc)

Tras la finalización de la guerra que le había dado un reino, el joven Ngoupu, a quien sus hombres llamaban "El León" por su fiereza en el campo de batalla y su determinación inquebrantable al cobrarse una pieza, aun cuando la pieza se llamara Ulake y fuera su propio hermano, decidió dedicar todos los bienes de que disponía el tesoro Sudanés a poner a punto la maquinaria de gobierno y preparar nuevas y poderosas tropas con las que permitirse crecer si lo necesitaban.

Se crearon varios cuerpos completos de caballería muy pesadamente armada a quienes se destinó a los más hábiles jinetes veteranos de la pasada guerra. La efectividad de aquellos hombres en combate sería difícilmente igualada por nadie en toda África.
El resto del dinero se destinó a la contratación de escribas y contables llegados del remoto norte; judíos, cristianos, árabes... tanto daba, mientras supieran contar, leer los dibujos de los blancos y escribirlos después. Las partidas del tesoro destinadas a la corona aumentaron considerablemente, y el alcance de la fuerte mano del Gran Jefe Ngoupu, quien pasó todos aquellos años permaneciendo al frente de la renacida administración, se amplió con mucho.

El Jefe Unuk, fiel guerrero de Ngoupu, pasó muchos meses en la región de Hausa negociando con las tribus locales y hablando a sus jefes de la grandeza y fiereza del gran Ngoupu, quien había matado leones con sus propias manos desnudas y había unido a las tribus de Sudán bajo la sombra de su lanza. La leyenda del Gran Jefe del Sudán creció en la región y ayudó a disipar cada vez más las ya escasas reticencias locales.
Pronto todas las tribus de Hausa abrazarían la causa del joven Ngoupu, el León, aquél que había matado a su hermano para salvar un país.
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #28 en: 12 de Junio de 2006, 10:50:59 am »
Emirato de Dharan
(Sunni Islam Nómada Nación Abierta)
Ibn Amul, Emir de Dharan
Diplomacia:

Años de vida en el desierto habían acostumbrado a los súbditos del emirato a vivir en un constante peregrinaje entre los escasos oasis y zonas cultivadas del reino.

Los escasos asentamientos estables poco a poco fueron quedando abandonados ante la eterna necesidad de movimiento de este pueblo.
Unos pocos hombres con escaso equipo acudieron a Dharan a continuar con la construcción de la ciudad que algún día revitalizaría la economía del emirato. De no haber perdido parte del escaso tesoro real a manos de un complot entre varios consejeros del emirato, la ciudad hubiese avanzado algo más deprisa, pero la fortuna no sonreía al reino.

Hassan murió en 1085, dejando el emirato en manos de su hijo. Esta noticia copio por sorpresa a Ibn Amul quien se encontraba saqueando en busca de comida y dinero los antiguos territorios del Yemen.

La ciudad de Muscat fue rebautizada como Muscadhan.



Emirato de Siria

(Shi'a Islam Civilizado Nación Abierta)
Sigu Ibn Yakub, Emir y Guardián de Siria
Diplomacia: Syria +18 Yfc

Salvo el propio emir, todos los notables del emirato permanecieron en Syria mejorando los lazos del gobierno con la región. Ibn Yakub se dedico por el contrario a entrenar a sus tropas primero, y cuando dispuso de un ejército experimentado en todo tipo de tácticas, gasto casi todos los recursos del emirato en dotar a estos guerreros con el mejor equipamiento de que Siria disponía.

No faltaron pese al enorme presupuesto militar, algunas inversiones en la rica Levant.




Rajputado de Pawar
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Danjedhana,
Diplomacia:

Ampliar las ciudades de Gulbarga y Bidar, conservando sus murallas, y algunas mejoras en Pawar abarcaron el presupuesto y el cometido de los líderes del Rajputado.

El aumento de los funcionarios de la corona repercutió en un mayor control y poder del Raja.
"Supongo que había que inventar las camas de agua. Ofrecen la posibilidad de beber algo a media noche sin peligro de pisar al gato."

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #29 en: 12 de Junio de 2006, 04:10:30 pm »
Principado de Kiev
(Eastern Ortodoxia Civilizado Nación Abierta)
Gran Príncipe Pyotr,
Diplomacia: Kalinin +5 Yfc, Polotsk (ciudad) T, Polovotsy H

La ciudad de Kiev, capital del principado, bullía de actividad. Cientos de obreros construían incesantemente pozos, calzadas y otras mejoras, que redundarían en mayor espacio para los nuevos ciudadanos que llegaban a la ciudad cada día.

Cientos de soldados recorrían las calles de esa misma ciudad, disfrutando de sus permisos y pagas, que rápidamente se convertían en Vodka y fulanas, las dos formas preferidas por los rusos de combatir el frió.

Y en el centro neurálgico de la ciudad, la mansión del Gran Príncipe, con puerta a la plaza del mercado. Y en ella el mismísimo Pyotr, el héroe, el amado guerrero y señor de todos los kievitas. Pero Pyotr no estaba buscando gloria, ni victorias, ni tan siquiera un mal botín. Desde hacia años se dedicaba a luchar contra el tedio, y las cuentas, las leyes, y las interminables audiencias.

El guerrero que habitaba en el Gran Príncipe ansiaba el fragor de la batalla, la sangre de los enemigos caídos y el llanto de sus mujeres. En definitiva ansiaba volver al campo de Batalla, el único lugar donde era realmente feliz.

Alejado de la acción, y encerrado entre paredes de mármol, y alfombras de la lejana Persia, Pyotr recibía noticia tras noticia, como sus planes se iban cumpliendo. La paz que tanto le asfixiaba, era mejor acogida por su gente, y prueba de ello eran las noticias que hablaban de una mayor cohesión entre las regiones que formaban su reino. Cohesión, como si el supiese lo que significaba aquella palabra. Eso era cosa de mujeres y viejos, su lugar debía estar frente a sus hombres, con la espada en la mano y gritando al frente de una masa de guerreros que cargaban contra un enemigo superior en número.

Pero sus afeminados consejeros solo le traían noticias que apenas lograba entender. El duque de no se que, señor de Potlosk, o Polosk, o algo similar, que enviaría tributos anuales. Y para que, si con ese oro ni siquiera le dejaban reclutar mas soldados para lanzarse contra el enemigo, el que fuese.

Pero la suerte cambiaba poco a poco, y pronto Pyotr recibió un mensaje que si entendía claramente. En alguna región perdida, más allá de las fronteras de su reino, un grupo de nobles habían hecho prisionero al Petrov, un hombre estirado y cobarde, como casi todos los que le rodeaban, pero era general del principado, y mejor aun, era la excusa perfecta para romper la monotonía. El Gran Príncipe no podía estar más entusiasmado mientras trataba de encontrar el objetivo de su próxima campaña en el mapa que tenia en el salón real.

Henchido de promesas de gloria y acción, Pyotr comenzó los preparativos a principios de 1089, y antes del verano ya estaba listo para salir, pero entonces llego la mejor de las noticias, al menos para el.

Mercaderes del este traían noticias sobre una nueva horda, asentada a pocos meses de las fronteras del principado. Los planes de Pyotr quedaron momentáneamente cancelados, y sus recursos se invirtieron en saber más acerca de aquella nueva amenaza. Ya habría tiempo de rescatar a Petrov, y quien sabe, quizás el cautiverio le convirtiese en un hombre de verdad.

Mientras los meses que le separaban del invierno pasaban, las noticias se hicieron más y más prometedoras. Aquellos salvajes habían saqueado y masacrado la región de Taman. Y se decía que contaban con decenas de miles de guerreros.
Pyotr gravo el nombre en su mente, Tukeban, Khan de Saraba. Por fin podría tener, una vez más, un enemigo de verdad.



Reino de Borgoña
(Romano Católico Civilizado Nación Abierta)
Jean Paúl,
Diplomacia: Milán EA

En 1085 los nuevos reclutas habían formado una nueva sección del ya cuantioso ejército del reino. Estos soldados se asignaron a la vigilancia de Milán, reforzando las numerosas tropas de Jean Paúl, pues la región era susceptible de ataques por parte de los bárbaros, de los que como el resto de monarcas europeos, Jean Paúl no se fiaba en absoluto. De hecho todas las fuerzas del reino se encontraban en la región, asegurando que esa frontera no haría vulnerable el resto del reino.

Mientras el ejército hacia gala de su preocupación por el territorio, el general Pierre aprovecho el impresionante desfile de tropas para convencer a los nobles de la región de la conveniencia de estar a buenas con Jean Paúl, logrando una gran contribución de la región, al mantenimiento del protector ejercito de Borgoña.

No solo el ejercito creció, sino también la administración de la corona, para mayor eficacia de la hacienda real.

Tristemente una epidemia de Rubéola mato a miles de jóvenes y niños en el reino. El escaso conocimiento de medicina por los mejores estudiosos del reino, no ayudo a detener esta enfermedad, que elimino gran parte de los que hubiesen sido jóvenes trabajadores y soldados en un futuro cercano.
« Última modificación: 14 de Junio de 2006, 08:41:42 am por eneas »
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #30 en: 12 de Junio de 2006, 05:41:59 pm »
Imperio de Polonia
(Romano Católico Civilizado Nación Abierta)
Sergei II,
Diplomacia: Volhynia NT

Cuando Sergei miraba la hermosa región de Poland, no podía imaginarse las bastas extensiones de bosques que un día poblaron aquella provincia. Muchas de las historias con las que se había criado contaban todo tipo de aventuras, batallas, traiciones y asesinatos, que habían sucedido siempre en aquellas salvajes tierras de Poland, pero Poland, la región que el conocía, era un paraíso de tierras cultivadas que en nada se parecía a los territorios que la bordeaban.

Para aumentar aun mas esta hermosura, Sergei II ordeno la construcción de un nuevo molino, y un complejo sistema de acequias que permitiría cultivar las pocas zonas de la región que aun permanecían salvajes. Una vez mas el hombre se imponía sobre la naturaleza.

Como la propia Poland, la nación de Polonia crecía en progresivamente, fortaleciéndose, y su importancia era cada vez mayor en el marco de Europa. Pero como todas las buenas manzanas, Sergei II sabia que en cualquier momento podía aparecer un gusano que la echase a perder.

La amenaza para la prosperidad de Polonia era por suerte común para toda Europa, y se centraba en la persona de Vlad, y su horda de harapientos salvajes. Que se asentasen en Italia no preocupaba a Sergei, pero dudaba de la verdad de las intenciones del Khan, y por ello, cuando los emisarios de Vencel, ofrecieron un tratado para defenderse del Khan, y pidieron la asistencia de los poderosos ejércitos polacos, Sergei II no dudo un momento en enviar un importante contingente bajo el mando del galardonado príncipe Sergei, que compartía con el rey tanto el nombre, como una absoluta carencia de escrúpulos. El único hombre del que el Soberano se fiaba para poner el ejército a su mando.

Así lo hizo, y en 1085 miles de soldados polacos emprendieron el camino hacia Bavaria, donde se reunirían con los delegados del rey Vencel, para defender la región, preparados para el caso de que Vlad no cumpliese sus acuerdos con Severo III.

Sergei II no se equivocaba en absoluto, aunque Vlad no se lanzase contra las fronteras húngaras o polacas, en 1089 llegaron noticias de los incidentes que tenían lugar en Verona. Los emisarios del recientemente autoproclamado rey Nicolás de Venecia, informaron a Sergei de la llegada del enemigo a sus tierras, y suplicaron la ayuda de los polacos para combatir a este enemigo.

Por fortuna el Rey Sergei II, sabia bien lo que hacia al poner el ejercito al mando de su tocayo. El príncipe se negó rotundamente a enviar a sus soldados a defender la ciudad de un usurpador, y clarifico que tampoco hubiesen acudido de pedirlo el mismísimo Carlo Cardiano. Nada tenían los polacos que ver con aquel reino de mercaderes, y nada se les había perdido en Venice.

Mas tarde supo que Vencel también había negado su ayuda al usurpador, lo que tranquilizo los ánimos de la tropa, pues Sergei quila si hubiese acudido de tener que hacerlo junto al rey húngaro. En el invierno de 1089, las tropas de Polonia, perfectamente atendidas por la población de las aldeas cercanas al campamento, se preparo para el invierno, pero sin relajar la guardia. Y así, con una situación aun por definir, termino el año.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #31 en: 13 de Junio de 2006, 09:24:42 am »
Reino de Hungria
(Romano Católico Civilizado Nación Abierta)
Vencel,
Diplomacia: Austria +7 Yfc, Viena A, Carinthia +6 Yfc, Slovakia N/e

Otros muchos narraran los escasos hechos relevantes que ocurrieron durante los últimos años de la década de 1080 a 1090 de nuestro señor, e incluso yo daré, en estas líneas, algún detalle de menor importancia, pero dejadme sin embargo que os cuente aquello que si fue relevante.

En el año 975 de nuestro señor, nació en Gran un joven, a quien se dio el nombre de Vojk. Hijo de Geza, por nacimiento pagano, y por derecho jefe, Vojk fue bautizado a los 10 años, por el Arzobispo Adalberto de Praga, con el nombre con el que pasaría a la historia, Esteban.

Los años pasaron, y el niño se hizo hombre, y en el año 995 contrajo matrimonio con Gisela, hermana del Duque de Bavaria, dos años antes de que la muerte de su padre dejase en sus manos la responsabilidad de miles de almas. Pero no serian tiempos fáciles, pues muchos de aquellos desgraciados, idolatras de falsos dioses y falsas religiones, no captaron la luz que desprendía este gran hombre, y en su locura trataron de oponerse a el.

Y Esteban hubo de combatir contra su propio pueblo, pues no había otra forma de salvarlos, y como eligió el camino correcto, nuestro señor dio fuerza a su brazo, y valor a su corazón, y así encontraron sus enemigos que ninguno de ellos podía derrotarle, pues sus falsos dioses palidecían ante la fe de Esteban.

Y la justicia triunfo, y Esteban ocupo el trono de Hungría. Pero aquel que naciese bajo el nombre de Vojk, sabia que nunca seria el legítimo gobernante de su pueblo, sin ser coronado, y así pidió a un monje de su tribu llamado Ascherik, que acudiese a Roma, pues solo el Papa podría darle en la tierra, la legitimidad que dios le daba en el cielo.

Y Silvestre II recibió a Ascherik en el año 999 de nuestro señor, y escucho de los labios de aquel humilde siervo de dios, sobre las hazañas de Esteban, y sobre como había vencido a sus enemigos, armado solo con su fe y con la fuerza que dios le había dado, y como Esteban deseaba que su pueblo alcanzase algún día su salvación. Y Silvestre II derramo sus lágrimas ante la firmeza de la fe, y la compasión de aquel enviado del señor que quería salvar a los pobres desgraciados paganos procedentes del este.

Así fue como San Silvestre II pidió que se crease una corona digna de un rey, de un buen cristiano, y de un salvador. Y allí, en las forjas de la ciudad santa, fue donde se fraguo la corona que habría de ceñir Esteban y toda su estirpe, y fue el propio Silvestre II quien con motivo del nacimiento de Jesús corono en el año 1.000 a Esteban quien desde entonces seria conocido como Rey Esteban I de Hungría.
Los años pasaron, y ya no tenemos a este gran hombre entre nosotros, pero si recordamos su obra, como trajo la salvación a su pueblo, cuido de los pobres, e incluso llego a disfrazarse para conocer de primera mano el sufrimiento de su pueblo, y así poder combatirlo.

Pero la muerte no es sino su recompensa, pues ahora se encuentra junto a nuestro señor, y para que el mundo aprenda de sus obras, su santidad el papa Severo III declaro que el Rey Esteban I de Hungría, seria conocido para la posteridad como San Esteban, y que su Sepulcro seria objeto de peregrinación, y que su imagen se incluiría en todas las iglesias de Hungría, junto a otros hombres santos como el, para recordar a su pueblo, al mejor hombre que había nacido jamás en aquellas tierras.

Así hablo Severo III en 1085, y por la gracia de Dios así se hizo.

Muchas cosas mas ocurrieron en el reino, algunas buenas, como el mayor entendimiento entre los hombres de Austria, Viena y Carinthia, y otras desafortunadas, como la muerte de la princesa Violant, o del noble Víctor, e incluso la aparición de paganos en la región de Carpathia, ninguna de todas estas cosas pudo importunar el mas importante evento, la beatificación de San Esteban, y la estipulación del aniversario de su muerte como un día para celebrar y recordar a este gran hombre.


Extracto de la obra “Crónicas de Severo III” escrito por el Cardenal Roberto Fuster.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #32 en: 13 de Junio de 2006, 04:02:12 pm »
Imperio Bizantino
(Ortodoxia Oriental Civilizado Nación Abierta)
Esteban, Emperador de Bizancio
Diplomacia: Pamphyla PT, Capadocia PT, Lazica T.

Desde que Mauricio escribiese el “Strategicom” en el siglo VI jamás ningún emperador había dado gran importancia a la infantería. La obra “Táctica”, escrita por el emperador Leo VI, hacia el 900, había venido a actualizar una misma política militar, pero hasta entonces la caballería del imperio seguía siendo el núcleo de cualquier ejercito.

Esteban, era un hombre respetuoso con las tradiciones, pero las recientes batallas vividas por el imperio, si bien le habían convencido de la razón que contenían aquellos textos, también habían mostrado que la infantería no debía ser subestimada, pues no solo apoyaban los flancos de la caballería, sino que constituían en si misma una fuerza versátil capaz de luchar en cualquier terreno en condiciones similares.

El resultado de estas ideas fue un ligero cambio en la política militar imperial, y en 1086 el emperador Esteban comenzó a remodelar la infantería bizantina.

El poder de la caballería era bien conocido, y en base a contrarrestar la caballería enemiga, el equipamiento básico de la infantería pesada cambio. La cota de mallas se mantuvo, pero las lanzas que portaban los guerreros imperiales se cambiaron por otras más largas y resistentes. No servirían para lanzarse, pero facilitarían el combate contra unidades de caballería. El hacha, arma habitual del ejército bizantino, fue sustituida casi totalmente por la espada, que si bien era menos destructiva, ganaba versatilidad, permitiendo mayor soltura a quien la empuñaba. Los arcos se dejaron de lado en las tropas pesadas, y en su lugar aumento el tamaño de los escudos. También las unidades ligeras sufrieron cambios de esta índole, aunque primando la velocidad y la distancia sobre cualquier otro requisito.

El tiempo diría si la remodelación tendría el efecto esperado por el emperador.

Pese al titánico esfuerzo de la administración imperial por cumplir los planes del emperador en materia militar, el dinero del imperio no se agotaba, y así se acometieron numerosos proyectos y planes, como la ampliación de Adrianople, o el aumento de la flota.

Había tanto que hacer en Constantinopla, que Esteban requirió de la ayuda de algunos de sus hombres de confianza para administrar el imperio, pero aun en medio de tanto ajetreo, no descuido el imperio ni por un instante.

El príncipe Miguel, al mando de un ejercito, y llevando como segundo al renombrado general Iván Ducas, acudió a la ciudad de Atenas preparado para asediar la polis de ser necesario. Por fortuna los eficientes agentes del imperio evitaron esta molestia al príncipe, al detener con rapidez en 1087 a los cabecillas de los rebeldes que se habían levantado contra el imperio, y tras someter a los que les habían seguido, sin excesiva dificultad, la ciudad regreso al redil Bizantino.

No ocurriría lo mismo en el este, donde el príncipe Juan, junto con 8.000 catafractas, trato de convencer de buenas maneras a las gentes de Pamphyla, de que regresasen al imperio. Pero aquella gente había roto sus lazos con el imperio, y unos pocos meses no sanarían el daño. Los gobernantes de Pamphyla ofrecieron a Juan libre derecho de paso, y le hicieron promesas de futuros acuerdos, pero las órdenes del emperador fueron claras al encargarle la misión. Todos los gobernantes y nobles de la región, que se opusieron a regresar al imperio fueron ejecutados por las fuerzas del príncipe. Pero el sentimiento de independencia había arraigado en aquellas gentes, y la sangre de sus lideres solo sirvió para acrecentar el odio hacia el imperio. Juan se vio obligado a someter la provincia por la fuerza.

Las noticias que llegaban de Pamphyla fueron tomadas con precaución en Capadocia, pues eran difíciles de creer, pero también razón para temer. Que el emperador prefiriese someter por la fuerza antes que dialogar, era algo nuevo para la mayoría de sus súbditos, y no podían dar crédito a lo que se rumoreaba había sucedido en la región vecina. Mal escogieron los habitantes de Capadocia al no creer las historias, pues al poco de iniciar las negociaciones, cuando quedo claro que los mandamases de la región comenzarían con el tira y afloja, para obtener ventajas a cambio de su regreso al imperio. Como dije fue un error, pues Juan ya había probado la sangre, y no mostró ninguna contemplación cuando ordeno a sus guerreros hacer en la región lo mismo que en Pamphyla.

Finalmente llego a la región de Lazica, y aunque apenas si pretendía negociar, encontró los ánimos de los lugareños mucho mas suaves que en las regiones de las que venia, y cuando se le ofreció un acuerdo por el que la región entregaría la mitad de sus impuestos a las arcas imperiales, decidió aceptarlo en lugar de provocar mas desolación y malestar entre aquellas gentes.

Mientras la sangre corría en el este, la capital parecía tranquila, aunque en las oscuras mazmorras bajo el palacio del emperador, la situación era mucho mas tensa.

El traidor general Procopio, había muerto por causas naturales en 1088, al menos todo lo naturales que podían ser en semejantes circunstancias, pues perdido su antiguo rango, era tratado como cualquier ladrón o delincuente, en una celda húmeda, mal ventilada, y con comida que era mejor tragar rápido y no pensar en su origen.

Sin embargo el problema que preocupaba a los consejeros de Esteban era otro, y también tenia nombre propio. Crisafio Petrion, general, héroe. Ejecutar a Crisafio parecía una medida en exceso impopular en un momento en que la estabilidad del imperio no era todo lo fuerte que gustaría, y convertir al hombre en un mártir podía ser mas un problema que una solución. Finalmente, en 1089, la orden que se entrego a los guardias del traidor, no fue la ejecución. Del puño y letra de Constantino, la orden fue enviar al traidor a Creta, donde habría de vivir recogido en un monasterio de la isla, apartado de sus antiguas riquezas y su poder, hasta el día en que rindiese cuentas al señor por sus argucias.

Esteban tomo la única decisión que su corazón pudo tomar, pues no podía olvidar quien era el hombre al que mandaba el exilio, y nunca hubiese podido cargar con el peso de su muerte.

Pero la vida del emperador no solo se componía de decisiones difíciles. En 1086, Esteban había mantenido largas conversaciones por medio de mensajeros con el pontífice católico Severo III. Esteban conocía perfectamente las intenciones del ingles, y las aprobaba, al menos en gran medida, y por esta razón accedió a dar un ejemplo en su persona a su pueblo, para acercar aun más las dos vertientes del cristianismo europeo.

Esteban acepto la oferta de matrimonio que le traslado Severo III, y se acordó que en 1089 tomaría como esposa a una católica, que no se convertiría a la ortodoxia, sino que seguiría siendo católica una vez casada con el emperador. Para este gesto, Severo III había aconsejado que no eligiese a una mujer de excesivo rango, pues demostraría a la vez unión y humildad. La elegida aceptada por Esteban fue la hija de un conde germano, hermano del cardenal Schellenberg. La joven, tenia 13 años en aquel entonces, y por esta razón se acordó que el matrimonio se celebraría en 1089, cuando la joven hubiese cumplido los 17.

Esteban estaba un tanto preocupado, pues ni había visto, ni por supuesto había hablado con la que seria su esposa, a la que habría de conocer el mismo día de la boda, y cuando en el verano de 1089, la joven llego escoltada por una guardia de honor formada por los soldados de la sangre de cristo que servían a Severo, las preocupaciones del emperador aumentaron, pues la joven acudió a la ciudad completamente cubierta, y ni tan solo se podía adivinar a través de sus atuendos su figura, cuanto menos su rostro.

Hay sacrificios que uno debe hacer, y Esteban se hizo a la idea de disfrutar fuera de palacio, y cumplir después en sus aposentos con la poco agraciada joven que le habían elegido.

La ceremonia fue realizada por dos sacerdotes, el patriarca de Constantinopla, y el cardenal enviado por Roma, que oficiaron una única ceremonia, y sin hacer distinción entre el uno y el otro. Pero cuando a Esteban le dijeron la temible frase de “puede besar a la novia”, con un nudo en el estomago y haciendo de tripas corazón, descubrió el velo de la afortunada quedando perplejo. La joven era en verdad hermosa, aunque no tanto como pareció a los ojos del emperador, pero eran tales las ideas e imágenes que su mente había formado, que el ver a aquella joven rubia, de ojos verdes, y tez pálida, fue como ver a la mujer mas hermosa del mundo.

El emperador se caso, el pueblo lo celebro, y aquella misma noche, el emperador lo celebro aun mas, pero en la intimidad.
« Última modificación: 16 de Junio de 2006, 11:40:03 am por eneas »
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« Respuesta #33 en: 14 de Junio de 2006, 08:40:39 am »
Reino de Butan
(Budismo Chino Civilizado Nación Abierta)
Liu Woo,
Diplomacia: Nanling C

Liu Woo recibió en 1085 el envió de ayuda de Song, que mandaba animales y arroz para ayudar a alimentar a la hambrienta población. Pero no solo de arroz vive el hombre, y sabiendo que sus recursos eran limitados, Liu Woo decidió guardarlos para promover construcciones y mejoras en un futuro próximo.

Acompañado siempre del leal general Fen Lao, Liu Woo acudió a Nanling con la esperanza de que la región accediese a formar parte del reino, pero sus habilidades diplomáticas, dejaban mucho que desear, y las de Fen Lao no eran mejores. Tras más de cuatro años, Liu Woo a duras penas logro que se le reconociese el derecho a tener pretensiones sobre la región, aunque los gobernadores de la misma no querían oír mucho del monarca.



Assam

(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Harshapala,
Diplomacia:

Los terribles incendios que se propagaron por las regiones de Samatata y Arakan durante 1086, matando a centenares y destruyendo aldeas y otros bienes, fueron acogidos con la misma pasividad que los gobernantes del Rajputado mostraron ante todo lo demás.

(SIN TURNO)



Emirato de Kash
(Sunni Islam Civilizado Nación Abierta)
Amir Asim, Emir de Kash, siervo de Persia
Diplomacia:

Kash contaba al fin con una capital, pero seguía siendo una nación inmensamente pobre. Hasta la ultima moneda que se recaudo, se guardo para poder invertirla en un futuro cercano.



Rajputado de Pagan
(Budismo Hindú Civilizado Nación Abierta)
Regente Mabbiz,
Diplomacia: Pegu +1Yfc

Las inversiones que Mabbiz dedico a contratar funcionarios, alguaciles y recaudadores de impuesto tuvieron su efecto, y pronto la dirección del rey se hizo menos necesaria.

También las mejoras construidas en la región de Ava tuvieron el efecto de mejorar la situación económica de los súbditos que allí Vivian, y repercutieron por tanto en mayores impuestos y mejores cosechas.

El regente, junto con Karbiz Baj, su hombre de confianza, viajaron en 1085 a Pegu, donde sus esfuerzos combinados no lograron a penas ninguna reacción por parte de los súbditos de la región, que seguían viendo al rajputado como los invasores, el tiempo tardaba en curar las heridas.

El mayor problema durante estos años fue la presencia del terrible pirata indonesio que saqueaba mercantes a diestro y siniestro frente a las mismas costas del rajputado. La solución pensaban muchos mercaderes y marineros, tendría que venir pronto, pues la situación estaba perjudicando enormemente el comercio.

Por ultimo, en 1089, cuando el joven Raja cumplió la edad de 15 años, muchos en la corte comenzaron a preocuparse. El joven era ya un hombre maduro, y la excusa de su juventud pronto no serviría a Mabbiz quien parecía haberle cogido el gusto al poder. En el invierno de 1089 todo el rajputado sabia que se avecinaban tiempos tempestuosos.


Reino de Albain
(Romano Católico Civilizado Nación Abierta)
Colum,
Diplomacia:

El pleno de la corte escocesa se dedico en exclusiva a gobernar y administrar el reino, mientras Colum, dirigía tanto esta labor como las escasas inversiones de Lothian, con las que se pretendía reparar parte del daño hecho por los noruegos diez años atrás.

El dinero de la iglesia se uso en gran parte para pagar los tributos debidos a Inglaterra, y aunque la corona inglesa enviase ayuda en forma de alimentos al pequeño reino, muchos en la corte comenzaron a desaprobar las circunstancias del tratado con el vecino reino, pues los tributos eran demasiado cuantiosos para permitir que el reino creciese.



Reino de Ghana
(Africana Pagan Bárbaro Nación Abierta)
Mumbaka,
Diplomacia: Khalem A

La extensión y expansión sudanesa, tenía a Mumbaka preocupado. Si bien su vecino prometía paz, sus actos de los últimos años presagiaban lo contrario.

Con el ánimo de fortalecer el reino frente a lo que viniese, Mumbaka invirtió gran parte del presupuesto en traer a los escasos mercenarios cordobeses que accedieron a viajar tan al sur. Estos pocos hombres no eran suficiente para cambiar la disciplina y las tácticas del ejercito de Ghana, pero con el tiempo esperaba Mumbaka que otros se les unirían.

A parte de esto, también dirigió personalmente una campaña de 1 año para mejorar el equipamiento de la mayor parte del ejercito ghanés, y siguió una política de bodas y nombramientos con el propósito de hacerse rodear de mas hombres leales que pudiesen librarle de trabajo y le permitiesen mantenerse alerta frente a posibles ataques exteriores.

Mumbaka era un gran guerrero, pero jamás había logrado derrotar a su hermano pequeño Nzimbu en los numerosos combates de entrenamiento que habían realizado, por esta razón descargo sobre los hombros del joven la responsabilidad de sucederle en el trono.

Además entrego al general Mobuto la mano de su hermana Amaru, concediéndole como dote el rango de príncipe, y poniéndole a cargo de la administración.

Sin embargo la medida mas sorprendente fue la de aceptar como su nueva mano derecha al jovencísimo guerrero Enzane, de 13 años, que en 1085 compitió con muchos otros para llegar a convertirse en el hombre de confianza de Mumbaka, y lo logro.

Enzane había demostrado un equilibrio y una gran habilidad en todas las tareas que para probar a los candidatos había ideado Mumbaka, y por ello fue enviado a Khalem, como prueba definitiva para confirmar su nombramiento.

Enzane era un hábil diplomático, pero su juventud le hizo creer que ganaría muchos puntos con el jefe de Khalem pidiendo en matrimonio a su joven hija. Por supuesto no fue así, pero pese al mal comienzo de su estancia en la región, Enzane pronto demostró su ímpetu, pues dedico cinco años a estar en la región, y no dejo un solo día de acudir ante el jefe. Fue cansino, tanto que finalmente el señor de Khalem accedió a firmar una alianza con Mumbaka por la que la región colaboraría económica y militarmente con el reino.

Y aun fue más cansino para obtener la mano de la hija del jefe, cosa que logro finalmente, contrayendo matrimonio con ella en 1089. Los años en la región le hicieron madurar, y pronto Mumbaka ratifico su nombramiento, impresionado por su tenacidad.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #34 en: 14 de Junio de 2006, 05:20:13 pm »
LA GUERRA ORIENTAL

Nota: Lleva a la confusión las referencias al reino de Liao, y al Khanato de Liao. Cabe decir que el Khanato de Liao es uno de los khanatos que se encuentran bajo el mando del Khan de Liao, mientras que el reino de Liao ahora civilizado, tiene su origen y su nombre en la región de Liao, de donde proviene el Khan de Liao Issik Kul. Las referencias al Gran Khan por tanto no deben entenderse como referencias a Issik Kul, sino a su señor, el Gran Khan de Kerait.

En el invierno de 1084, Qassar supo que el junto con los casi 15.000 guerreros de las numerosas tribus unidas a Liao, acudirían junto a su señor Issik Kul a la lejana región de Yun.

Como la mayoría de los guerreros, dedico el resto del invierno a prepararse para los años que vendrían, es decir, a injerir grandes cantidades de alcohol y asegurar su descendencia con un buen numero de mujeres que le proporcionasen hijos sanos y fuertes.

Cuando los meses mas duros del invierno pasaron, y las tropas estuvieran listas, Qassar partió junto al resto de guerreros y habitantes de la estepa hacia el sureste. La marcha comenzó en Marzo de 1085, y aunque sabían que habrían de caminar una distancia enorme, y que no llegarían a su destino hasta bien entrado el verano, tanto Qassar como sus compañeros se sentían animados por las promesas de botines y riquezas que había hecho Issik Kul cuando les informara de sus intenciones.

Qassar era un hombre alto y regio, de oscuros cabellos que caían rebeldes enmarcando su joven rostro, y aunque apenas contaba 15 inviernos, era hábil y diestro con la espada, lo que le había ganado el respeto entre muchos de los guerreros de su clan. Y pese a que Qassar nunca había visto a Kul de cerca, sentía un gran respeto por el, pues se decía que no había nadie capaz de hacerle frente en el combate, con o sin armas, aunque nadie lo diría por su aspecto. Issik Kul era mucho mas bajo de la media, y no tan corpulento como la mayoría de los compañeros de Qassar, pero había algo en su mirada que helaba la sangre de quienes se atrevían a plantarle cara.

Durante cuatro largos meses el gigantesco contingente avanzo y avanzo, hasta llegar a Yun en los últimos días del mes de Julio. Qassar había esperado encontrarse con los guerreros de Garrochan, pues ansiaba entrar en combate, pero esto no sucedió, y llegaron hasta la frontera de Yun sin conflictos ni retrasos. Fue en esos días cuando Qassar vio por primera vez a los guerreros del reino de Liao. Sabia que en su origen aquellos hombres habían nacido en el mismo lugar que el, y que tiempo atrás habían tomado las tierras que ahora ocupaban, pero también sabia como todos sus compañeros que los guerreros del rey Yelu habían perdido hacia mucho tiempo su bravura y coraje, y que ahora se parecían tanto a los débiles chinos del sur, que era difícil diferenciarlos.

Pese a esta opinión, Qassar se vio impresionado por los pocos guerreros con los que se encontraron. Aquellos hombres llevaban ropas similares, y todos llevaban unos mismos símbolos gravados en sus escudos. Aquellos detalles llamaban mucho la atención del joven, pues el como todos sus compañeros, se bestia con las pieles de los animales que el mismo cazaba, y llevaba consigo las armas que había heredado de su padre, y que eran distintas a las de cualquier otro.

El grupo se detuvo a una orden de su líder, como si este les controlase, y permanecieron firmes detrás de el. El hombre que les lideraba, cuyo nombre supo mas tarde Qassar que era de Zhu Wen, saludo amablemente a Issik Kul, y aunque los pormenores no llegaron al joven, supo que aquellos guerreros acababan de tomar Yun, para ofrecérsela a Issik Kul, pues se rumoreaba que el Gran Khan de Kerait había ofrecido al rey de Liao que se fuesen de aquellas tierras, y así evitasen la muerte.
Evidentemente el rey Yelu había aceptado aquella oferta, y ahora sus soldados besaban las sandalias de Issik Kul con aquel gesto. Los bárbaros siguieron su camino, y Qassar vio alejarse a los guerreros uniformados.

En los primeros días de Agosto de 1085, comenzó la buena vida para Qassar y sus compañeros, encargados de proteger a las mujeres y niños, mientras hacían de aquellas tierras su nuevo hogar. El joven guerrero pudo saquear a su antojo, con la excusa de que tomaba lo que era suyo, y pocos de los nativos de Yun se resistieron, pues bien sabían que la muerte les aguardaría de hacerlo.

Durante los siguientes meses, la vida fue una fiesta para Qassar, comer y beber hasta hartarse, e ir de aldea en aldea, cogiendo lo que quería, y matando a los pocos que osaban oponerse. Pero en la mayoría de los casos no tuvo ni que sacar la espada, aquellos hombres, eran tan cobardes, que ni tan solo se enfrentaban a el mientras se llevaba a sus esposas o hijas para desahogar sus instintos.

La buena vida se prorrogo hasta Julio de 1086, y por las noticias que llegaban, lo mismo ocurría al norte, en Hsuing’un, donde los guerreros de Chitin habían colonizado la región del mismo modo que habían hecho los guerreros de Issik Kul en Yun.

Con la moral muy alta por tantos meses de libertinaje, Qassar emprendió gustoso el camino hacia Bao Ding, cuando Issik Kul lo ordeno, y en Octubre llegaron a la región, donde los habitantes decían pertenecer al gran Imperio Song. Qassar había oído numerosas historias sobre el imperio Song, y ninguna le hacia merecedor del apelativo “Gran”.

Si el joven bárbaro se había sentido impresionado por la actitud de los guerreros de Liao, no paso lo mismo en este lugar. Los soldados del imperio iban todos uniformados, portaban estandartes y lanzas, pero un sencillo vistazo dejo claro que aquellos hombres no constituían ninguna amenaza para los bravos guerreros de las estepas. Su aspecto famélico, y desaliñado contrastaba con los uniformes, dándoles un aspecto mas patético que solemne.

Pese a que muchos de los hombres de Issik deseaban actuar en Bao Ding como habían hecho en Yun, Issik Kul lo prohibió, y el mismo mato con su diestra espada a los dos primeros guerreros que trataron de violar a una provinciana.

Qassar sabia que aquellas gentes les dejaban pasar por aquel territorio porque sus dirigentes habían pactado con el Gran Khan, y por ello Issik Kul respetaba sus vidas y sus casas. Los guerreros y los refugiados que les acompañaban pasaron el crudo invierno a la intemperie, pues Issik Kul los reunió en un valle alejado de las aldeas de la región para evitar contratiempos.

Pero ni el miedo ni el respeto pudieron evitar que como muchos otros Qassar se ausentase del campamento con algunos amigos, para acudir a las granjas que encontraban mas alejadas de cualquier poblado, y disfrutasen de lo que allí encontrasen. Pese a las violaciones y robos, se puede considerar que la estancia de los guerreros en territorio chino fue apacible.

En Marzo de 1087 Qassar y sus compañeros volvieron a ponerse en movimiento. Saber que se dirigían a la provincia de Lu’an donde volverían a disfrutar como habían hecho en Yun, animo el paso de los guerreros nómadas, que deseaban abandonar Bao Ding para volver a disfrutar del libertinaje.

En Abril de 1087 Qassar junto con algunos guerreros fue enviado a la vanguardia. Las tropas de Issik Kul se encontraban en la frontera de Lu’an, y el Khan de Liao, excesivamente cauto en opinión de sus hombres, deseaba que los exploradores asegurasen que todo seguía bien.

El grupo de Qassar cruzo la frontera el 5 de Abril, y durante 2 días y 2 noches exploraron la zona. Regresaron sin señales de ningún enemigo, y con muestras de lo que les aguardaba a los demás, pues el segundo día habían llegado a una aldea donde abandonándose a sus instintos, habían tomado un adelanto de lo que les esperaba en los próximos días.

Qassar supo mas tarde que de los muchos grupos enviados, algunos no habían vuelto, pero sin duda se estaban aplicando a la tarea de saquear alguna aldea alejada, y habían olvidado regresar. Los ánimos del ejército seguían altos, y cada vez más deseosos de llegar a la primera aldea, y abandonarse al pillaje como hacían los malditos bastardos que habían aprovechado sus labores de exploración para ser los primeros.

Sin embargo pronto descubriría Qassar, como los demás, que la suerte de los desaparecidos no había sido la que todos creían.

No bien llevaban los hombres de Issik Kul dos días en Lu’an, cuando el grupo de Qassar encontró el primer poblado. Con la avidez que solo muestran los bárbaros de las estepas, los guerreros se lanzaron hacia la aldea para comenzar la rapiña. Las puertas y ventanas estaban cerradas, y las calles vacías. Sin duda los habitantes de la zona habían recibido el aviso, y se escondían ahora intentando salvarse de su destino. Bueno pensaba el joven, al menos seria mas divertido tener que buscar, que ver y coger.

El guerrero avanzo confiado junto a sus compañeros, y cuando llegaron a las primeras casas, las encontraron vacías. Los aldeanos debían haberse ido con sus pertenencias, pero no podían haberse llevado todo, así que Qassar se dirigió al centro de la aldea junto con otros guerreros, pues en el centro seguramente se encontrarían las casas más ricas.

Cuando Qassar oyó los primeros gritos, pensó que alguno de los guerreros había encontrado ha algún rezagado y daba buena cuenta de él, pero pronto descubrió su error. Qassar se encontraba junto con dos hombres tirando abajo la puerta de la que parecía la casa de un tendero, cuando vio al primer soldado enemigo. El hombre había salido de su escondite en una casa vecina, y cargaba hacia el con su lanza en ristre. Qassar centro su mirada en su objetivo, y como un tigre salto hacia un lado mientras con la espada golpeaba la lanza del guerrero chino, que se partió con un crujido. Desarmado, el soldado vestido de verde trato de alejarse de Qassar, pero este lo alcanzo en un par de zancadas, y lo degolló de un certero golpe. En los segundos que habían transcurrido Qassar a penas si se había percatado de lo que ocurría a su alrededor, pero ahora, libre de su rival, pudo darse cuenta de que se encontraba rodeado de guerreros con el emblema del imperio. Todo el pueblo era un hervidero de soldados vestidos de verde, que superaban al menos en 5 veces a los guerreros bárbaros.
Haciendo girar su espada sobre su cabeza, Qassar se abrió paso hacia el lugar donde cuatro de sus compañeros combatían contra más de una docena de soldados.

En su camino desparramo el estomago de un soldado y corto el brazo de otro, pero pronto nuevos soldados aparecían para ocupar el lugar de los caídos.

Uno a uno los guerreros nómadas junto a él fueron muertos o heridos de gravedad, y Qassar se vio de nuevo solo. Las lanzas enemigas cortaban el aire a escasa distancia de su cuerpo, y algunas llegaron a causarle heridas superficiales, pero en el fragor de la batalla el joven de diecisiete años ni se di cuenta. Los guerreros enemigos trataban de cerrarle el paso, y le empujaban hacia una de las cabañas. Qassar sabia que era una ratonera, pero no podía escapar en ninguna dirección, en un intento desesperado, se lanzo contra dos de los soldados enemigos, matando a uno con su arma, peor no pudo evitar la lanza del segundo que se le clavo en el costado, y Qassar cayó a tierra sangrando profusamente.

Sobre como Qassar escapo a aquella masacre, ni el mismo llego a saberlo. Sin duda sus enemigos debieron creerle muerto, y al abandonarle junto a sus compañeros, permitieron que el joven escapase al recuperar la consciencia.

De cualquier manera, Qassar escapo de la aldea, y regreso tan rápido como pudo en busca de Issik Kul. Al encontrarle, le informo de la trampa, pero el Khan de Liao no se sorprendió, pues noticias similares habían llegado de los escasos supervivientes de muchos de los grupos que habían asaltado la región.

El imperio les había engañado, y ahora junto con Liao, presentaban frente común a sus tropas. Gran parte de los guerreros de Issik Kul habían perecido en emboscadas similares por toda la región, pero el Khan de Liao no se iba a dejar vencer con tanta facilidad. Durante tres días y tres noches reagrupo a sus hombres, y trato de salvar a cuantos pudo. Qassar participo en una batalla en una de las numerosas aldeas de la región, en la que la súbita aparición de los guerreros de Issik Kul frustro la trampa tendida a otra de las partidas de guerra del Khan. Al terminar el día, la ciudad quedo adornada con las cabezas de mas de 300 soldados imperiales clavadas en sus propias lanzas alrededor del poblado.

Qassar ahora luchaba a caballo. Las numerosas bajas sufridas habían diezmado la caballería nómada, y ahora muchos de los guerreros que habían llegado a pie, luchaban sobre los lomos de los jamelgos de sus compañeros caídos.

Tras reagrupar a todos los hombres de que pudo, Issik Kul supo que las perdidas eran de mas de 5.000 guerreros hasta el momento, aunque muchos se fueran heridos o hombres obligados a huir. Sin embargo no contaba con tiempo para buscarlos a todos, debía asestar un golpe al enemigo cuanto antes.

El joven Qassar sabía como el propio Khan y todos sus guerreros, que sin el factor sorpresa la situación no hubiese sido la actual, pues nadie podia parar a los numerosos y brutales guerreros de Liao. Así que nadie se inmuto cuando recibieron la orden de buscar y aniquilar a todos los enemigos que había en Lu’an, pese a desconocer su numero.

Qassar fue enviado al frente de un destacamento de jinetes en busca de los puestos enemigos, y durante la siguiente semana una tras otra fueron destruidas todas las fortificaciones que se encontraron en la región. Los nómadas fueron especialmente brutales, no solo matando a todos los que se encontraban, sino cometiendo actos de una barbarie tal, que las palabras eran insuficientes para describir el horror causado.

Poco a poco los guerreros del Khan avanzaron, arrasando todo a su paso, hasta la mañana se acercaba el final del mes de Mayo de 1087, cuando una noche, los grupos de guardias que vigilaban en torno al campamento nómada, comenzaron a dar voces de alarma. Faltaban aun varias horas para el amanecer, pero incluso con la poca luz de las estrellas, Qassar pudo ver que la llanura en la que se encontraban estaba completamente rodeada por miles de guerreros de Song y el reino de Liao. Jamás en su vida Qassar había visto a tantos guerreros juntos, había decenas de miles, por lo menos 6 u 7 enemigos por cada uno de los guerreros de Issik Kul.

Con una calma sobrenatural, los guerreros del imperio y del rey Yelu aguardaron el amanecer, y con los primeros rayos de luz pudo el joven observar los numerosos estandartes que portaban. Uno de los guerreros que se encontraba junto a el, mucho mas mayor que Qassar, que había participado en numerosas batalla antes de esta, llamo la atención de todos sobre uno de los estandartes que portaba el enemigo. “Ese es el estandarte del mismísimo emperador”

Cuando en los años venideros Qassar contó a sus hijos lo que sucedió aquel día, jamás fue capaz de hacerles ver la grandeza de aquella batalla. No importaba como se explicase, pues difícilmente podían nadie que no hubiese estado allí, imaginar tal numero de guerreros y la gran matanza que aquel día vieron las tierras de Lu’an.

Los guerreros de Issik Kul, totalmente rodeados y ampliamente superados en número, no pudieron aprovecharse de ninguna de las numerosas ventajas que ofrecia su amplia caballería. Los nómadas cargaron contra el enemigo con valor, y sin demasiados esfuerzos lograron una y otra vez romper la moral de los regimientos chinos, que sin apenas combatir se retiraban a las primeras bajas, pero cada vez que uno de los regimientos se retiraba, dos mas lo sustituian.

Qassar, que estuvo entre los que lucharon con la poderosa caballería de Liao, jamas volvio a pensar en aquellos guerreros como afeminados o cobardes. Los hombres del rey Yelu lucharon con tal habilidad, que no solo derrotaron una y otra vez a las tropas del Khan, sino que inflingieron diez veces las bajas que sufrieron.

La batalla se prolongo durante varias horas, hasta que hacia el medio día, cansados y desalentados, Issik Kul no logro mantener a sus hombres mas tiempo bajo su mando, y los barbaros que aun podian correr, comenzaron una desesperada carrera hacia Bao Ding. La carga desesperada de los guerreros nómadas permitio que muchos escapasen al batirse en retirada varios miles de guerreros chinos, pero muchos mas fueron los que cayeron perseguidos por las fuerzas del rey de Liao.

Qassar logro escapar en el reducido grupo que huyo en último lugar, junto a Issik Kul, y a principios de Junio llegaron a la frontera de Bao Ding, tras tres días de incansable persecución por parte del enemigo.

En Bao Ding, tratando de mantenerse alejado de las fuerzas imperiales que vigilaban la región, Issik Kul trato de reagrupar a sus guerreros, pero fueron encontrados por Zhu Wen y sus guerreros. Qassar se arrepintió de no haberles dado muerte cuando dos años atrás los encontrasen en Yun, pues Zhu Wen y sus hombres aniquilaron a los escasos supervivientes, e hirieron de gravedad al Khan de Liao.

Solo Qassar, que en un acto heroico logro rescatar al Khan de los enemigos que trataban de rematarlo, y una docena de guerreros mas, lograron salir de Bao Ding con vida. Todos los hombres que habían huido de Lu’an fueron cazados como bestias por Zhu Wen y sus guerreros, y Issik Kul junto a los supervivientes, se vieron obligados a seguir corriendo hasta que se sintieron a salvo de nuevo en Kerait.
« Última modificación: 15 de Junio de 2006, 08:31:34 am por eneas »
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #35 en: 15 de Junio de 2006, 04:37:40 pm »
LA GUERRA ORIENTAL II (desde las filas del imperio)

1.085 fue un año de gran agitación en el imperio. Los mensajeros imperiales recorrieron el Huang ho portando mensajes y ordenes selladas por el emperador Liu Swang, y todo se hizo con la mayor discreción.

Liu Swang se había enfrentado ya a los bárbaros de Gaochan, y sabia bien que los salvajes de Kerait no debían ser muy distintos. Esto era un enorme problema para el emperador, pues sabia que sus ejércitos, aunque increíblemente numerosos, no contaban con guerreros bien adiestrados y capaces de hacer frente a las feroces bestias del Khanato. El emperador solo podía recurrir al ingenio, y sin duda ese era el poder mas importante del imperio, ahí radicaba su fuerza.

Durante todo el año 1085 los ejércitos imperiales se movieron con rapidez, hasta la región de Lu’an, que había sido liberada por los guerreros del reino de Liao en Junio.
El mismo Liu Swang tomo consigo gran parte del tesoro imperial con el que adquirió equipamiento y herramientas que traslado consigo hasta dicha región.

En Julio, el emperador llego a la región, a la que hasta septiembre seguirían llegando refuerzos, y una vez allí, con el obligado beneplácito del rey Yelu comenzó la ardua tarea de construir las numerosas fortificaciones que habrían de defender la región. Por supuesto estas obras militares no gustaron a la población, pero pese a ello nadie las discutió, por mucha que fuese la incomodidad de tener un puesto armado lleno de soldados junto a la aldea, mayor seria tener un bárbaro suelto en casa. Esto motivo que las aldeas de la región pese a sus reticencias accediesen a proveer tanto a las tropas como a las guarniciones de las numerosas fortificaciones con mano de obra y suministros. Las diferencias culturales se dejaron a un lado ante la amenaza comun, y Liu Swang incluso construyo una fortaleza. Mas de 10.000 soldados de las fuerzas chinas dejaron sus puestos en la infantería imperial para tomar posiciones en las nuevas fortificaciones.

Cuando todo termino, en el mes de Mayo de 1086, la región de Lu’an estaba tan protegida, que ni un insecto hubiese podido atravesarla sin ser interceptado. Las tropas del rey Yelu eran muy numerosas, pero el Imperio había juntado a más de 70.000 guerreros.

Después de Mayo llego el verano, y al acabar seguía sin haber señales del enemigo. Las noticias hablaban de lo acontecido en Yun, así que el emperador sabía que la hora se acercaba.

1.086 llego a su fin, y en 1087 se recibieron noticias del paso de las tropas de Kerait por Bao Ding, la primera mala noticia. Los enormes esfuerzos de Liu Swang por reconstruir la muralla en Lu’an resultaron inútiles, si el enemigo venia desde Bao Ding sus tropas tendrían que luchar en campo abierto.

El rey Yelu, quien no era un cobarde, se reunió varias veces con el emperador, Yelu sabia que las fuerzas del imperio no eran especialmente virtuosas en el arte del combate, y creía que aun estaban a tiempo de retirarse y encontrar un momento mejor para librar la batalla, pero Liu seguía extrañamente tranquilo, y la razón de su tranquilidad era sencillamente el ingenio, pues Liu no había dejado ningún detalle al azar, si la muralla no servia, sus agentes si servirían, y es que los servicios secretos del imperio habían llevado a cabo, y seguían llevando a cabo una labor que nadie salvo el propio Liu conocía, y esta labor no era sino la de ocultar el ejercito del emperador.

Ocultar a mas de 70.000 guerreros puede parecer imposible, pero los agentes del emperador, eran suficientemente eficaces para lograrlo y además con una absoluta eficacia y una evidente falta de escrúpulos. En primer lugar se aseguraron de que las aldeas fronterizas no tuviesen comunicación con el resto de la región, así por mucho que llegase la avanzadilla enemiga, difícilmente obtendría información de quienes no sabían nada, y cuando las partidas de guerra del Khan Issik Kul entraron en la región, los agentes del imperio se aseguraron de acabar con todas aquellas patrullas que se acercasen a las posiciones desde donde aguardaba el imperio.

La falta de disciplina de los nómadas facilito la tarea, y eso bien lo sabían los agentes de Liu, pues Issik Kul no se sorprendería de que sus hombres no se presentasen en el momento acordado, bien conocida era la sed de saquear de los bárbaros. Así lograron que el Khan entrase en la región confiando en que ningún peligro acechaba a sus hombres, he incluso comenzaron a tomar la región los plebeyos que acompañaban a las tropas. Si es cierto que cientos de habitantes de la región sufrieron los abusos e incluso la muerte a manos de los bárbaros, pero fue un precio pequeño. El fin justifico ampliamente los métodos, cuando tras descubrir la trampa el ejército invasor, ya importantemente diezmado, los agentes del imperio facilitaron la localización del enemigo, y permitieron que las fuerzas conjuntas de Song y Liao los rodeasen y masacrasen sin compasión.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #36 en: 16 de Junio de 2006, 08:21:24 am »
Imperio del Japón
(Shintoismo Civilizado Nación Abierta)
Shirakawa, Emperador de Japón
Diplomacia: Akita (P +15Yfc), Kanto (A)

Que al conocido como Kyōgoku dono, el Kampaku Fujiwara no Morozane, se le tenía por un hombre torpe por los más notables del Japón era algo conocido por el pueblo, y una realidad de la que se hacían chanzas desde años atrás. Se comentaba que había sido él quien estropeara completamente los esfuerzos diplomáticos del gran General Minamoto no Yoshiie en Kanto, en los primeros años ochenta, así como que sus intervenciones en la pasada guerra contra Dai Viet siempre fueron desafortunadas e improductivas.

A principios del año 1085, el Emperador Shirakawa decidió conceder una oportunidad al líder de los Fujiwara dentro de la corte imperial enviándolo hasta Dai Viet junto al resto del pago acordado por el rescate del General Masakado. No prestaba mucha atención el Emperador a las maledicencias que sobre el General Fujiwara no Morozane se murmuraban a sus oídos desde que había accedido al trono del gran Vaja-Sanjo mediado el año 1082; sabía bien que su padre siempre confió en los Fujiwara, que el clan –en tiempos recientes, el más importante del Japón– había servido con fidelidad y eficacia y que merced a esos servicios los Fujiwara alcanzaron la situación de preeminencia de la que gozaban en la corte. El General Morozane no parecía un hombre hábil, pero no podía condenarlo al ostracismo por el simple hecho de que se hubiera convertido en un chiste andante en todo el territorio del Japón, lo que, teniendo en cuenta lo poco dado a los chistes del pueblo del Sol Naciente, era mucho decir.

El viaje hasta Thang Long fue largo, pero sin mayor relevancia: el dinero se entregó, y el General Morozane regresó a las islas a tiempo de completar el encargo del Emperador, quien le había ordenado desplazarse hasta la región de Yamaguchi para mejorar el estado de relaciones con los jefes locales.
Durante tres años, el notablemente torpe representante de los Fujiwara trabajó sin descanso en la importante región, situada entre dos mares y que contenía la portuaria ciudad de Shimonoseki. Sin descanso, y sin dejar descansar: a finales del año 1090, los representantes locales enviaron bando al Emperador suplicándole que, por lo que más quisiera bajo el sol, destinase al insufrible y notoriamente torpe Morozane Fujiwara a realizar labores diplomáticas donde el sol se oculta bajo el mar antes de que alguno de los guerreros locales decidiera eliminar el peso de su torpeza sobre el mundo para alivio de los nobles de Yamaguchi.
Su fracaso había sido total; el Emperador Shirakawa, quien en principio entró en furia ante el desplante de los líderes de la región hubo de calmarse y redirigir el objetivo de su furia hacia Morozane cuando le informaron con pelos y detalles de sus increíbles desplantes repletos de inconsciencia, de sus regalos monstruosos y faltos de todo gusto a las mujeres de los Jefes y de los muchos detalles que incidían en su ineficacia proverbial. Y aunque no lo manifestara públicamente, fue en aquellos días cuando el Emperador decidió el cercano destino de Kyōgoku dono, el Kampaku Fujiwara no Morozane.
Aquel fracaso marcó el declive definitivo del clan Fujiwara en el Imperio.

Afortunadamente, la desgracia de los Fujiwara iba de la mano de la ventura de la política interna del Japón, así como de su desarrollo estructural. Además de la construcción de una inmensa flota de poderosos barcos de guerra, todos ellos de un calado jamás visto en los mares de Asia –y cuyas tripulaciones se constituyeron en gran medida a partir de numerosas reasignaciones de varios batallones de infantería–, se comenzaron las labores de cultivo en la región de Nigata tras un esfuerzo enorme de los trabajadores del lugar, quienes durante meses talaron árboles y alisaron colinas con el fin de adecuar la orografía de Nigata a las nuevas exigencias agrarias.

Los jefes de los clanes importantes dedicaron gran parte de su tiempo a trabajar en favor de su Emperador. El General Taira pasó casi cinco años en la norteña región de Akita, logrando mejorar enormemente las relaciones entre los Jefes locales y su Majestad Imperial. También Malak, el fiel mercenario, trabajó duro para pagar su deuda de vida al hijo del gran Vaja-Sanjo, el Emperador que le había liberado de su cautiverio; con un enorme esfuerzo físico, pues Malak había enfermado de gravedad durante su estancia en las cárceles Dai Viet, el mercenario pasó cuatro años en Kanto trabajando sin descanso y logrando que las relaciones entre los nobles de la región central del Imperio y el propio Emperador mejorasen de forma palpable, demostrando una vez más que un mercenario podía trabajar diplomáticamente mejor que el más grande de los Generales. Sobre todo si el general en cuestión era el famoso a su pesar Fujiwara no Morozane.
Tras concluir su labor con éxito y conseguir la firma del tratado que reflejaba aquellas nuevas relaciones entre Kanto y el Imperio, Malak se retiró a descansar a Tokio aquejado de un terrible cansancio. Apenas una semana después de la firma del tratado, murió entre fiebres y delirios en absoluta soledad.

Poco antes de la muerte de Malak, la hermana del Emperador Shirakawa contrajo matrimonio en Kanto con Takeda, quien recibió el título de Príncipe de Kanto tras la ceremonia. Con toda probabilidad, aquella boda (sugerida por el propio Malak al Emperador) contribuyó en mucho a la feliz firma del tratado entre los nobles de la región –satisfechos al ver a uno de los suyos en lo más alto de la corte– y la gran nación del Japón.
A raíz de aquel enlace real se produjo un suceso extraño que se registró como algo especial en todos los libros de historia de la época; un grupo de comerciantes que realizaban la ruta Nagoya-Tokio, durante las celebraciones posteriores a la boda mientras consumían Sake caliente en una casa de apuestas, decidieron, en ese común acuerdo habitual en quienes hace tiempo que dejaron de estar borrachos para pasar a ese estado místico en el que todo parece posible, costear la construcción de una carretera asfaltada en mármoles y el mejor granito que uniera ambas ciudades en honor a la pareja recién casada, al Emperador Shirakawa y hasta en el de los niños que la hermana de su alteza Imperial pudiera concebir en el futuro.
La carretera, construida finalmente con excelentes losas de piedra (cuando el vapor del Sake se esfumó, a todos les pareció adecuado eliminar el mármol de la ecuación), fue finalizada mediado el año 1090. Para su construcción se empleó dinero privado, trabajadores privados y hasta ingenieros privados, y el Emperador recibió las noticias como un signo de ventura que aplaudía sus decisiones recientes. En especial, la que se refería al reflotamiento y potenciación de la centenaria Secta Tendai, proyecto en el que había invertido cinco años de tiempo y que habría de facilitar la propagación del shintoismo además de fortalecer el esqueleto de la nación ante intrusiones blasfemas llegadas del continente (ver NF "El renacimiento de los Tendai").

En el aspecto militar, lo más destacado de aquellos primeros años de gobierno del Emperador Shirakawa fue la corta guerra naval contra Koryo. El recientemente liberado Príncipe Masakado Soma partió comandando una flota de guerra compuesta por unos treinta buques en dirección a la región de Kogurto y la ciudad de Kaiching con la intención de saquear la zona y bloquear el puerto.
Pero los japoneses, una vez más, habían subestimado la fuerza del enemigo y el poder de su flota: poco tiempo después de vislumbrar el puerto de Kaiching la flota defensiva koreana salió al paso de los barcos del Príncipe Soma. Eran muchos más, y estaban mucho mejor equipados de lo que los mandos Imperiales habían imaginado en una nación de miserables pedigüeños como aquellos. El general koreano Fo Wu Leng, al mando de la flota, atacó a Masakado Soma hundiendo a más de la mitad de las embarcaciones japonesas en una batalla de fugaz duración, obligando a los mandos enemigos a retirarse con rapidez. El correctivo recibido fue tremendo, y desde Tokio el Emperador Shirakawa comenzó a pensar en si debía replantearse la política naval de la nación tras haber perdido con una diferencia de pocos años dos batallas definitivas con reinos pobres habitados por seres inferiores a la gran raza japonesa. Algo no funcionaba bien en la marina Imperial. Y debería remediarse de inmediato.

El resto de nobles y generales permanecieron a la expectativa al mando de sus ejércitos: el Heredero Kagugyo, desde la región de Yamaguchi; el nuevo Príncipe Takeda, a la defensa de Aichi con un pequeño contingente Imperial; y el gran Seii-tay-shogun ó as Hachimantarou Minamoto no Yoshiie, del poderoso clan de los Minamoto, al mando de la nueva flota pesada Imperial permaneció patrullando todo aquellos años el mar de Tsunima a la espera de piratas o presencia enemiga, sin apenas entrar en combate más allá de pequeños escarceos con barcos ligeros de saqueadores piratas que fueron hundidos sin la menor compasión.
« Última modificación: 16 de Junio de 2006, 08:52:36 am por Uve »
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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« Respuesta #37 en: 16 de Junio de 2006, 08:24:54 am »
El Renacimiento de los Tendai

"Todas las cosas son al tiempo irreales de manera absoluta y reales de forma provisional"
Budismo Tendai


La secta Tendai era ya centenaria cuando el Emperador del Japón Shirakawa decidió devolverles el esplendor perdido con el correr de los años. La secta, originaria de China pero cuyo mayor desarrollo se había producido en las islas del Japón, basaba su proceder en el Sutra del Loto que rezaba que todo bajo el sol es vacuo, provisional, y carece de realidad esencial por sí mismo.
Llegados al Japón a principios del siglo IX de manos del monje Saicho, la secta sufrió persecuciones terribles en territorio chino que la debilitaron hasta la extenuación en el continente, donde desapareció casi por completo. En el Japón se instaló cerca del monte Hiei, en las proximidades de Kioto, y recibió más adelante incorporaciones a su budismo de base de parte de la escuela Zen y el budismo esotérico.

Aunque su expansión en el Japón fue rápida tras recibir en el año 823 la aprobación imperial, la Secta entró en declive con los años y su existencia en Japón estaba en serio peligro cuando el Emperador se fijó en aquellos pacíficos monjes budistas que promulgaban la síntesis con el Sintoísmo.
Shirakawa sabía de la existencia de peligros heréticos en el continente, e intuía que algún enemigo ignoto trabajaba desde las sombras en la China contra los intereses sintoístas. Sabía que la capacidad defensiva de los fieles en el Japón ante ataques perpetrados por un enemigo invisible era baja, o prácticamente nula. Y Shirakawa no iba a permitir que el cerezo fuese marchitado por ningún parásito.

Ya a principios del año 1085 el Emperador tomó contacto con los representantes de la Secta en Tokio. Prometió inversiones, la cesión de edificios imperiales y la promulgación de leyes que beneficiarían a los Tendai a cambio de su fidelidad e implicación absoluta con la causa.
A partir de 1086, ya con la secta renacida y realizadas inyecciones económicas en todos sus ámbitos, el Emperador decretó la creación de los Sohei, monjes armados de gran destreza en el combate con armas y sin ellas y a los que se destinó a la defensa de los representantes pacíficos de la Secta y a la lucha activa contra las agresiones externas. El entrenamiento que recibían desde niños los Sohei los convertían en guerreros de elite de tremenda efectividad, y aunque alguno se dio al bandidaje llevado por la soberbia nacida de su habilidad extrema, la mayor parte de ellos comenzaron a ser vistos como leyendas andantes.

Al mando de los Tendai fue situado el monje Saicho, un Sohei de especiales dotes diplomáticas que estaba en completa sintonía con el Emperador. Su renacer sería difícil y lento, pero Saicho confiaba en que la fuerza de los Tendai sería la fuerza del Japón en los años venideros.

Su vida y su corazón empeñaba en ello.
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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« Respuesta #38 en: 16 de Junio de 2006, 08:48:00 am »
Reino de Koryo
(Budismo Chino Civilizado Nación Abierta)
Mao Leng, Rey de Koryo
Diplomacia:

Los años transcurrían con excesiva calma en los territorios del Reino de Koryo, y el Rey Mao Leng sabía que toda calma precede a una gran tempestad.
En su política de prevención que había fortalecido al reino notablemente en los últimos años, el Rey decretó el reclutamiento de nuevos jinetes para mejorar la capacidad ofensiva del ejército, además de realizar inversiones militares en la adquisición de volúmenes y volúmenes de compendios de estrategia llegados de todo el mundo, así como en más y más dotaciones económicas destinadas a la administración y la corona.

A raíz de aquellas inversiones, la influencia y fuerza del Rey y lo que representaba se multiplicó en Koryo, modificándose el tipo de gobierno hacia una centralización de los diversos poderes sobre la Corona. También el alcance de los hombres del Rey se amplió con las inversiones, y la capacidad de gobernar territorios lejanos de la capital mejoró con mucho.

En el año 1087, el Rey Mao Leng coronó a su hijo Shen Sho como nuevo heredero al trono. Poco después de la coronación, el mismo Rey partió hacia Anshan al mando de más de 9000 soldados en respuesta a los rumores que hablaban de la llegada a sus territorios de la terrible horda de bárbaros de Kerait. Imaginaba el Rey que, de ser cierta la aparición de aquella horda en las lejanas regiones del oeste, el enemigo que apareciera ante sus fronteras bien podía ser la misma horda, bien alguna nación empujada por la aparición de los bárbaros. Pero tras dos años de tensa espera, a la vista de que el ataque no se produciría el rey regresó a Koguryo.

En cuanto a los demás asuntos internos del reino, lo más destacable de aquel tiempo fueron las inversiones en agricultura desarrolladas en la región de Silla, que mejoraron notablemente los ya extensos cultivos de la región. Los fieles líderes de Koryo se dedicaron bien a mantener la cohesión interna, como el Príncipe Fo Wu Leng, quien pasó la mayor parte de su tiempo administrando el tesoro Real hasta que hubo de salir al encuentro de la flota Japonesa (ver NF Imperio del Japón), bien a defender el territorio real como hizo el General Ieng Kiong, quien tras viajar a Mantap con motivo de convertir a los dirigentes de la región al Budismo logrando éxitos parciales, se mantuvo alerta tras las fronteras del Reino al mando de su ejército.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #39 en: 16 de Junio de 2006, 09:07:01 am »
Emirato de Túnez
(Shii Islam Civilizado Nación Abierta)
Imad al’Dim, Emir de Túnez.
Diplomacia: Kabilya (F)

Los últimos años de la década de los 80 de la Era Vulgar continuaron siendo tiempos felices y repletos de paz en los vastos territorios del Emir de Túnez Imad al'Dim.
Numerosas inversiones se dedicaron a mejorar el estado de la ciudad de Mahidia, capital del Emirato, así como en la ampliación de las fortalezas y murallas defensivas en toda la región de Tunisia, dirigidas por el propio Emir quien dedicó su atención a la defensa de la región durante casi cinco años apoyado por el heredero al trono del Emirato, el Príncipe Jamil Masud y durante un breve periodo de tiempo por el General Ghassan, quien tras llegar a la región de Tunisia al mando de su ejército murió tras una terrible indigestión por dátiles en mal estado a finales del año 1087.

El otro gran líder del Emirato, el general Zayed, pasó más de tres años en la región de Kabilya negociando con éxito un nuevo acuerdo con los jefes locales, acuerdo que se firmó mediado el año 1088 de la Era Vulgar y que integró sin fisuras a la región en el cuerpo fuerte de territorios del Emirato.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #40 en: 16 de Junio de 2006, 11:11:09 am »
LA GUERRA ORIENTAL (parte final)

Mientras en el sur comenzaba a desarrollarse los eventos que llevarían a la aniquilación de los guerreros del Khan de Liao, el príncipe Feng tuvo una escasa participación en ellos. Feng había liberado en Abril de 1085 la región de Liao-Tung, y tras llegar allí Yelu en Mayo, había entregado a su rey el mando del ejército. En Junio Yelu marcho hacia Lu’an, mientras que Feng acudió a la ciudad de Chin-Chou.

Feng era un gran diplomático, y dedicado a su tarea durante dos años, esperaba lograr que los gobernantes de la ciudad viesen la necesidad de formar un frente común con el resto del reino. Durante el 1.086, las noticias del expolio en Hsuing Nu, ayudaron a Feng a lograr que la ciudad mostrase su predisposición a ayudar al rey Yelu, pero entonces llego el Khan de Chitin a Liao-Tung, y el consejo de la ciudad, presento ante Yelu la propuesta de tratado. La ciudad ofrecería un general y numerosas tropas al rey para librarse de los bárbaros. Sin embargo el acuerdo no llegaría a firmarse, pues cuando el consejo ofreció rubricar el documento, con un ejercito ya reclutado, y un valiente noble al frente dispuesto a servir al rey Yelu, pidieron a Feng que les informase de la llegada del ejercito de Liao, para coordinar el ataque para liberar Liao-Tung, y Feng se vio forzado a admitir que los hombres de Yelu no vendrían. Sabedor de que no podía revelar la situación del ejercito real en Lu’an, trato de explicar que se preparaba una campaña contra Kerait, que seria el inicio de la liberación de todo el reino, pero la reacción del consejo no fue otra que retirar su oferta, su tratado y sus tropas, y dijeron a Feng, que la ciudad de Chin-Chou ayudaría a Yelu, cuando Yelu ayudase a la ciudad.

Aunque Feng se mantuvo durante muchos meses más en la ciudad tratando de convencer a los gobernantes de que existía un plan para vencer a Kerait, su negativa a revelar los detalles del mismo impidió que ningún acercamiento fuese posible.

En Junio de 1087 los ánimos estaban muy caldeados, y Feng, temiendo que el consejo decidiese entregarle al Khanato como parte de un trato, decidió abandonar la ciudad.


Reino de Liao
(Budismo Chino Civilizado Nación Abierta)
Yelu Yanxi,
Diplomacia: Manchou NT, Harbin NT, Chin-Chou N/e, Parhae NT

La llegada de la horda, que amenazaba con destruir todo el reino habían obligado a Yelu a reclutar a todos los hombres disponibles, desde los más jóvenes, hasta los más viejos, para nutrir las filas de su perdido ejército. La necesidad había puesto a ancianos sobre los lomos de los caballos de guerra de Liao, y a niños al frente de tropas recién reclutadas. Esto también afecto a los máximos responsables, y dirigentes del reino, y así fue como Shangu tomo el lugar de uno del traidor que se había alzado contra Yelu, convirtiéndose así en uno de los hombres más importantes del reino.

A sus 17 años, el joven noble no había visto más armas que las expuestas en la residencia de su padre, y su habilidad de luchar y dirigir un ejército era cuanto menos precaria. Pero Yelu no era un loco, y no pensaba poner a cargo de este hombre ni uno solo de sus escasos y valiosos soldados. En la misma ceremonia en la que shangu fue nombrado para su cargo, recibió la misión que le tenia encomendada el rey de Liao, y que le mantendría alejado de la corte durante mas de cinco años.

Shangu no estaba ni mucho menos preparado para su largo viaje, su imagen no era la de un hombre curtido, sino por el contrario era un joven delgado mas bien alto, que vestía largas ropas de seda, y acostumbraba a viajar con varios criados para que se encargasen de sus cabellos, sus manos, y en conjunto de su higiene personal. Si en algún momento uno de los antepasados del joven había logrado destacarse por su valentía, o su habilidad para ganar el rango de noble, este valor se había perdido en las siguientes generaciones.

Sentado en su carromato, tirado por dos caballos, y con media docena de sirvientes que seguían de cerca el vehiculo, pronto comenzó su viaje, que atravesando la inhóspita región de Shangtu, le llevaría hasta la provincia de Manchou en Agosto de 1085. Durante dos años dedico su tiempo a reunirse con los jefes de los clanes locales, pero sus vestimentas y su aspecto no acompañaba a sus palabras. El joven se hubiese defendido bien entre gente civilizada, pero aquellos hombres, eran tan bárbaros como la horda que pretendía el joven que le ayudasen a combatir.

En Junio de 1087, desesperanzado, el joven noble apenas había logrado acordar que los distintos clanes de la región, siempre en lucha entre si mismos, respetasen las vidas de los viajeros procedentes de Liao. Cuando pocos meses después llego a la provincia de Harbin, supo tras reunirse con el jefe del mas importante de los clanes de la región, que no obtendría mucho tampoco en su estancia, pues el hombre, un bárbaro monstruosamente grande y peludo, lo recibió pidiéndole una sola razón, para que sus hombres luchasen del lado de Liao. Shangu hablo y hablo, expuso razones políticas e históricas, hablo de un enemigo común, y del futuro, pero cuando por fin callo, la única respuesta del guerrero fue “¿tendrá mi pueblo derecho a las ricas tierras del sur? Porque eso es sin duda lo que nos ofrecerá el Gran Khan, ¿podéis mejorar su oferta?”

Del mismo modo que en Manchou, Shangu logro que los habitantes de Harbin accediesen a permitir el paso a los ejércitos y viajeros de liao, pero ningún otro tipo de ayuda fue ofrecida por aquellos hombres hoscos.

Pese a que el curso de los acontecimientos pareciese desfavorable al reino, o quizá por esa misma razón, tanto por las regiones ocupadas de Hsuing Nu, y Liao-Tung, como en la aun libre Lu’an, numerosos aldeanos, comenzaron a alzar sus voces pidiendo a sus vecinos y amigos que resistiesen al invasor. La gente se refugio en sus creencias, y numerosos grupos de fanáticos comenzaron a asaltar pequeñas caravanas o asentamientos nómadas, aunque con escaso éxito.

Solo y sin ejército se vio en una región ocupada por el enemigo. La mayoría de las aldeas que tan bien conocía el príncipe, estaba ahora habitadas por bárbaros que habían despojado de sus pertenencias a los antiguos propietarios, y tampoco los suyos le prestaron ayuda, pues abandonados por su rey, a punto estuvieron de capturar al príncipe, para venderlo al enemigo por algo de comida.

Disfrazado de mendigo Feng logro milagrosamente escapar de la arrasada provincia, pero su viaje le hizo ver la situación terrible a la que su pueblo se veía sometido. Despojados de todos sus bienes, los antes orgullosos habitantes de Liao-Tung, ahora luchaban por un mendrugo de pan, o una verdura podrida, mientras los bárbaros los trataban como perros.

Tras abandonar la región, llego a Parhae, pero pese a que la suerte salvo su pescuezo, no acompaño sus acciones, y pronto la región de Parhae expreso su deseo de mantenerse neutral, accediendo tan solo a permitir el paso de unos y otros por sus tierras, pero sin prometer nada mas a Feng. El príncipe viajo hasta la ciudad de Shen-hua-cheng, que aun se mantenía leal al rey Yelu, y fue allí donde recibió las primeras noticias de lo ocurrido en Lu’an, pero lejos de satisfacción, se mostró preocupado, y pronto envió mensajeros hasta Lu’an. El fin del Khan Issik Kul no era una gran noticia, pues el Khan de Chitin era tanto o mas poderoso, y el rumor de que el Gran Khan de Kerait volvería pronto del norte con refuerzos, aguaban la frágil victoria del reino, convirtiéndola en poco importante. Lo peor estaba aun por venir.



"Supongo que había que inventar las camas de agua. Ofrecen la posibilidad de beber algo a media noche sin peligro de pisar al gato."

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #41 en: 16 de Junio de 2006, 04:33:37 pm »
Iglesia Copta Cristiana
(Cristianos Coptos Civilizado Primacía)
Pedro II, Sumo Sacerdote de Cristo Nuestro Señor
Diplomacia: Axum (Ab), Atbara (Ch), Adulis (Ab)

"Ascender por lo que un día fue la senda del Calvario hasta el monte del Cráneo resultaba muy difícil con el terrible barrizal en que se había convertido la Ciudad Santa de todos los cristianos en aquel día de Mayo de 1086. El hombre que lo intentaba, pese a los tropezones y resbalones, pese a que su bastón de cedro apenas lograba hacer mejor apoyo que sus pies cansados, era de piel blancuzca y portaba al cuello un enorme rosario del que pendía una cruz de madera barnizada. No parecía muy alto, aunque se encorvaba sobre su espalda a causa del peso del abultado hato que acarreaba sujeto a su hombro derecho; el cabello era oscuro como una noche sin luna, largo y apretado sobre la piel a causa del agua que caía incesante sobre los desafortunados peregrinos que no tenían con qué pagarse un refugio techado, y sus ojos, ocultos bajo las rendijas que apenas dejaban abiertas los párpados con el fin de protegerse de la lluvia, eran claros y brillantes. Se llamaba Andrew, era miembro de la familia real húngara y un ferviente creyente en el Cristo salvador que alumbraba a los dirigentes de su país desde los tiempos del rey Esteban. Y aunque se había insistido en que hiciera la peregrinación en compañía de una guardia de honor, el príncipe Andrew prefirió hacerse a los caminos en soledad. No entendía una peregrinación en cualquier otro término.

Una hora después Andrew engullía con avidez una sopa caliente de ajo y pan en la pequeña iglesia levantada en las cercanías del Santo Sepulcro, parcialmente reconstruido en el lejano siglo VII merced al socorro del Patriarca de Alexandría tras los incendios que lo asolaron pocos años antes. Hoy día el Santo Lugar estaba parcialmente abandonado, aunque recibía visitas casi a diario y un grupo de monjes Ortodoxos lo cuidaba y aseaba cada semana.
El príncipe Andrew se había quemado la garganta al poco de recibir el cuenco de madera vaciada en que habían depositado su sopa, pero el hambre era más fuerte que la prevención y siguió comiendo y comiendo sin cesar. El pan con que acompañaba la sopa estaba seco, pero tampoco lo notó.

–¿Príncipe Andrew?

La voz, a su espalda, preguntó en latín. Podía comprenderlo, aunque lo hablaba con mucha dificultad; lo peor era saber que alguien podía reconocerlo tan lejos de casa, cuando apenas el Emir de Siria y el Abad de los monjes ortodoxos sabían de su presencia en la ciudad donde había muerto Jesús. Andrew cerró los ojos y siguió comiendo, tratando de ignorar al hombre que a sus espaldas aguardaba cualquier tipo de respuesta.

–¿Sois el Príncipe Andrew, de Hungría...?
–Soy –Andrew arrancó un nuevo trozo de pan y se lo llevó a la boca.
–Loado sea el Señor. Al fin os he encontrado...
–Sí, me habéis encontrado. –El Príncipe se volvió. El hombre que le encaraba era bajo, muy moreno de piel y de carnes chupadas como las de un cordero muerto diez años atrás. Parecía un sacerdote, y sus ropas estaban manchadas y mojadas por el barro y el agua de lluvia. –¿Quién sois, y qué quiere de mí un sacerdote de la Iglesia?
–Mi nombre es Josué. Y aunque soy sacerdote, no lo soy de vuestra iglesia. Vengo de más allá de Egipto, del reino cristiano de Funj. Y os quiero a vos."



Los primeros años de mando de la Iglesia Copta por parte de Pedro II fueron dedicados a seguir la senda marcada por su antecesor, el añorado Pedro I. El nuevo Santo Padre se dio a los caminos y, haciendo uso de los pocos recursos con que se contaba en la Iglesia, se dedicó a hacerla crecer con la formación de las primeras infraestructuras en la región de Atbara, así como en el incremento de las existentes en Axum y Adulis. También destinó una fuerte inversión en la construcción del Archivo Religioso de Adefa, para lo cual se levantó un gran edificio cercano a la basílica de Pedro y se adquirieron gran cantidad de códices cristianos en Europa.

También se trabajó intensamente en labores evangelizadoras, y el Obispo Juan se desplazó hasta Kamey comandando una importante comitiva de misioneros que de inmediato comenzaron a trabajar acercando la fe en Cristo a los musulmanes de la ciudad y del resto de la región de Danakil. Por desgracia, aquellas gentes trabajadoras que habían aceptado la tutela del reino de Funj no parecían tan dispuestas a cambiar su fe en aquel a quien llaman "Alá" ni las doctrinas de su profeta Mahoma por aquella extraña religión que promulgaba la vida y martirio de un hijo directo de Dios. Todos los esfuerzos resultaron infructuosos, y el Obispo Juan hubo de regresar a Adulis terriblemente decepcionado por su fracaso.

La buena noticia llegó de la mano del Padre Josué, enviado por el Santo Padre hasta Jerusalem a la búsqueda del príncipe Húngaro propuesto por el Rey Vencel tras escuchar la súplica de Pedro. Pocos años atrás el Santo Padre había tomado contacto con el Papa Severo III, a quien solicitó ayuda para poder recibir en su seno la ayuda y la fuerza de príncipes europeos. Temiendo abusar de la nueva confianza que ambos cultos cristianos se tenían, el Santo Padre le preguntó a su homólogo católico si el espíritu de sus recientes reformas, en las que se afirmaba que catolicismo, ortodoxia e iglesia Copta eran hermanas en la fe e iguales a los ojos de Dios, permitiría que líderes católicos pudieran socorrer a la Iglesia Copta ingresando en su aristocracia clerical como hasta poco tiempo atrás sucediera en la Iglesia de Roma. Severo III, contrario a la práctica de la Simonía hasta el punto de condenar su uso y abuso tradicional en la iglesia Católica, pareció comprender el estado de emergencia en que se encontraba el Primado Pedro II y le dio carta blanca para contactar con alguna casa real europea para recibir la ayuda de sus herederos en tanto la situación en el reino africano siguiera siendo crítica.
Tras varias cartas cruzadas a lo largo de los meses con el Rey de Hungría, el Rey consintió en que su hijo Andrew fuese consultado por los representantes de la Iglesia Copta aprovechando su estancia en Jerusalem, a donde había partido un año atrás en peregrinación. Si el Príncipe Andrew accedía, el Rey Vencel aceptaría su decisión siempre que no trajera represalias por parte de Roma –algo que, según Pedro II, no ocurriría por contarse también con la aceptación del Papa.

Andrew recibió la extraña propuesta con absoluta incredulidad. ¿Un reino cristiano en África? ¿Era aquello posible? Cuando el Padre Josué le informó de la situación geográfica de Funj, de sus complicadas relaciones con los países musulmanes de la zona y de la petición del Santo Padre de que ingresara al servicio de la iglesia Copta en calidad de heredero al Pontificado, al Príncipe Andrew se le acumularon las dudas y la incertidumbre; por un lado, sentía una enorme curiosidad por aquellos coptos cristianos, una necesidad de ayudar a un pueblo que, según parecía, estaba pasando momentos difíciles con los vecinos infieles. Por otro, temía las consecuencias que su abrazo de aquel culto cristiano pudiera acarrear a su alma si Roma decidía excomulgarlo, así como la tragedia que tal circunstancia acarrearía a su familia. Pero cuando supo que tanto su padre el Rey Vencel como el propio Papa Severo aprobaban aquella tremenda aventura, no quedó lugar para las dudas y, tras despedirse del Señor en la capilla cercana al Santo Sepulcró, emprendió viaje hacia el reino de Funj.

A su llegada, Andrew se encontró con un país de fantasía absolutamente mágico, repleto de animales exóticos, edificios extraños y hombres morenos de lengua incomprensible. El recibimiento por parte del Santo Padre fue magnífico, y pronto se encontró rodeado de libros y maestros que le mostraron las diferencias existentes entre su culto Católico y el Copto. Pronto comprendió que la esencia de ambas religiones era la misma, y que no traicionaba sus creencias en Dios Salvador si seguía el nuevo credo: las diferencias eran de orden cultural, comprensibles a tenor de la enorme distancia entre su país de origen y aquel extraordinario lugar, así como en la lengua y en la distribución de los elementos en el rito de la Santa Misa, y le sorprendió descubrir que el Santo Padre era heredero del Patriarca de Alejandría, quien tras el sínodo obligado por la ocupación islámica se desplazó hacia el sur siguiendo el curso del Nilo.

En Noviembre del año 1089, el Príncipe Andrew fue aceptado oficialmente dentro de la Iglesia Copta y nombrado Obispo en ceremonia oficiada por el Santo Padre en Aksum. Su labor apenas había comenzado, pero por su sangre húngara que la llevaría hasta el final.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #42 en: 16 de Junio de 2006, 04:37:37 pm »
Gaochan
(Budismo Chino Nómada Nación Abierta)
Kemal,
Diplomacia:

Kemal, oculto bajo unas pieles, estaba aterrorizado. Dos de los guerreros registraban el interior de la cabaña a pocos metros de el, y sabia que si le encontraban le deparaba el mismo destino que a sus padres y hermanos, cuyos gritos aun seguía oyendo pese a que hacia bastante que habían terminado.

Pero los hombres no le encontraron, pues algo distrajo su atención en el exterior. Ambos salieron de la cabaña, y Kemal haciendo acopio de todo su valor, que no era poco para un niño de seis años, salio tan silenciosamente como pudo de su escondite, y se asomo por la ventana para ver que ocurría.

En la oscuridad, Kemal vio una figura que avanzaba hacia la cabaña, se trataba de un hombre robusto, que caminaba junto a su montura. El hombre se acerco a los dos guerreros, y cruzaron unas palabras. Kemal no atino a oír lo que se decía, pero de pronto uno de los guerreros, se lanzo con las manos desnudas a golpear al recién llegado, y este, con una rapidez que apenas pudo captar el niño, le atravesó el estomago con una daga. El segundo guerrero desenvaino su espada, pero no pudo hacer nada mas, pues un diestro movimiento de su rival, lanzo la daga que fue a atravesar su ojo derecho.


Kemal jamás se había separado del gran Uzbek, desde que este salvase su vida en 1060. Recordaba con meridiana claridad aquella noche en la que dos guerreros de un clan rival mataron a toda su familia, y también recordaba como Uzbek, acabo con ellos, y luego le encontró, y le llevo consigo. Durante muchos años Kemal busco venganza, y Uzbek le enseño a combatir, le llevo como escudero, y 8 años mas tarde le dio armas y le convirtió en uno de sus guerreros.

Kemal nunca se vengo de los miembros del clan que destruyo su universo, pues con el paso de los años, llego a comprender el sueño y el objetivo de Uzbek, y desde entonces lucho con todas sus fuerzas por ese objetivo. Los clanes de la estepa mataban y morían por las miserias de sus tierras, faltos de un líder fuerte. Uzbek acabo convirtiéndose en ese líder, uniendo bajo su mando a numerosos clanes, con un objetivo común, la prosperidad, y durante todo el proceso Kemal lucho por Uzbek, y para evitar que jamás se cometiesen las atrocidades como las que sufrió su familia mas de 20 años atrás.

Los últimos años fueron buenos, pero ahora el destino de Gaochan volvía a truncarse ante la unión de los traicioneros chinos, y sus aliados de Liao. Uzbek ordeno a Kemal que se asegurase de que hasta el ultimo de sus jinetes abandonase sus pesadas armaduras y bardas, en Enero de 1085, y así pertrechados, haciendo gala del aguante nómada, comenzaron su retirada de Yun en Febrero.

Uzbek había llegado a un acuerdo con el Khan de Kerait, lo que les permitiría cruzar por las tierras dominadas por el otro Khan, pero pese a ello cuanto antes lo hiciesen mejor, pues los nómadas son imprevisibles, y quien mejor que un nómada para saberlo.

Cuando atravesaron la región de Kin, encontraron al ejército de Zhu Wen, pero Uzbek dio orden de continuar, y sus hombres contuvieron su rabia y siguieron su camino.

Durante dos largos años corrieron por los territorios de Xi Xia, y después por los territorios neutrales al sur del reino. La fortuna quiso que no encontrasen enemigos, y que muchos guerreros se les unieran en tierras de Xi Xia, hartos de aguantar a los estirados gobernantes del reino.

El 25 de Octubre de 1087, a cuatro días de la frontera con la región imperial de Chiennan, Uzbek cayó de su caballo. En un suspiro Kemal estaba a su lado, y le ayudo a levantarse, pero el Khan apenas pudo incorporarse ni con su ayuda.

Inmediatamente Kemal asumió temporalmente el mando y ordeno que se preparase el campamento. El Khan fue llevado a una tienda, y atendido por varias mujeres. Pero la medicina no era un lujo que los nómadas se pudiesen permitir, y tras tres días con fiebre y escalofríos Uzbek murió.

Kemal no estaba preparado para la muerte del hombre al que había seguido toda su vida, y durante varios días se quedo paralizado, temiendo que el sueño de Uzbek se perdiese cuando los guerreros sin un cabecilla se dispersasen o comenzasen las luchas por dominar a los demás, pero al cabo de los días, el campamento seguía montado, y los guerreros de Gaochan se dedicaban a cazar y recolectar preparándose para los meses de invierno.

Sin darse ni cuenta, Kemal llevaba más de una semana al mando de la horda, y finalmente comprendió que los hombres le seguirían como habían seguido a Uzbek. El sueño no había muerto.

Tras el invierno de 1087, 35.000 guerreros liderados por Kemal, atravesaron la frontera, y en Marzo de 1088 fueron interceptados por el general Zhihe, una de las marionetas del emperador chino.

Pese a que los guerreros de Zhihe lucharon con gran valor, la realidad era que aquellos 10.000 hombres no podían detener a la horda, pese a las numerosas fortificaciones de la región. Pese a que los guerreros de Kemal no persiguieron al enemigo, ni tampoco pretendían mas que obligarles a retirarse, al final la furia y el deseo de venganza se impusieron, para Junio, no quedaba un solo soldado con vida, e incluso el general Zhihe había muerto bajo las lanzas de los bárbaros.

Tras reagrupar a sus tropas en Mayo de 1088, Kemal se entrego a un único objetivo, la masacre. Durante los meses siguientes y aun hasta noviembre de 1089, los guerreros de Kemal destruyeron y robaron todo lo que encontraron a su paso, sembrando la muerte y la destrucción por las regiones de Szechwan, Hubei, Hupei y Hunan.

En noviembre de 1089, acampados en Kienchou, Kemal repartió el botín entre sus hombres, lo que fue motivo de celebración, pero para sorpresa de Kemal, la celebración fue para agradecer el botín al Khan, y por primera vez fue Kemal consciente de que el Khan era el.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #43 en: 17 de Junio de 2006, 07:28:23 am »
Reino de León
(Romano Católico Civilizado Nación Abierta)
Antonio, Rey de León por la gracia de Dios.
Diplomacia:

Aunque Antonio, Rey de León, había continuado caminando por la senda trazada por su padre, el gran Rey Alfonso, y las inversiones en infraestructuras proseguían sin descanso, la corte se mostraba preocupaba ante su aparente e improductiva sequedad; aunque yacía cada noche con su esposa, pasaban los años y la gracia reproductora con que parecía haber dotado el Señor a su padre Alfonso no acababa de trasladarse a su hijo. Pasaban los años, y la corte seguía sin heredero.

Si bien Antonio estaba profundamente preocupado por ello, el Rey no se permitió descuidar sus obligaciones y trabajó sin descanso para continuar la gran obra civil en que su padre había embarcado al pequeño reino cristiano. Los tramos de carretera entre Zamora y Salamanca finalizaron al fin en el año 1088, al tiempo que comenzaban los que unirían la capital, Zamora, con la ciudad de La Coruña.

Uno de los grandes sucesos de aquel tiempo afectaron precisamente a la ciudad de La Coruña; tanto los nobles de la ciudad como los representantes entre los comerciantes y los habitantes realizaban constantes salidas hasta la cercana colina del Campo de la Estrella, donde el obispo de Iria Flavia, Teodorico, descubriera en el año del Señor de 835 la tumba del Apóstol San Yago el Grande, el buen hermano de San Juan. La iglesia levantada sobre la tumba llevaba años recibiendo visitantes llegados sobre todo del norte de la península ibérica, y en los últimos años también venidos de Francia y Borgoña. Aquella pequeña iglesia, que fuera destruida en el año del Señor de 997 por los moros quienes, posiblemente iluminados por Dios nuestro Señor, decidieron respetar las Santas Reliquias del Apóstol, había sido reconstruida con la mayor de las modestias merced a las aportaciones de pobres y ricos de toda Galicia convirtiéndose en basílica pocos años atrás; en ella reposaban los restos mortales del gran Rey Alfonso, guardando por siempre al Apóstol San Yago.

La construcción de la vía empedrada que algún día conectaría La Coruña con Francia y que facilitaría el acceso y llegada de nuevos peregrinos a la iglesia de San Yago impulsó a los líderes de la ciudad portuaria a solicitar a su Alteza real Don Antonio un cambio de nombre que facilitara en el futuro que la ciudad se convirtiera en meta final para todos aquellos viajeros, en refugio y casa, en objetivo y lugar de merecido reposo para quienes finalizaban su largo viaje para ver el cofre con los restos del Apóstol. A finales de Mayo del año del Señor de 1089 el Rey Antonio accedió a que se realizara el cambio de nombre, y el proceso burocrático que se desencadenó finalizó durante la primera semana de Julio. El 25 de Julio se realizó la ceremonia oficial que celebraría el nuevo nombre de la ciudad, conocida en el mundo a partir de ese momento como Santiago de Compostela. Las festividades de prolongaron durante más de dos semanas, e importantes personalidades cristianas religiosas y civiles de toda la península, además del mismo Rey y hasta un representante llegado del Califato de Córdoba, las presidieron y disfrutaron arrastrados por la gran alegría que inundó todo León.

Además de la atención puesta sobre la ciudad de Santiago por parte de la corte, también la capital Zamora recibió inversiones que mejoraron su funcionamiento interno gracias al levantamiento de nuevas plazas para mercados diarios, establos para las ferias del ganado anuales y otras infraestructuras. La región sureña de Salamanca fue igualmente revitalizada con suaves inyecciones económicas, preparándola para el futuro en que habría de convertirse en centro de comercio merced a los nuevos caminos que acercarían mucho más León con su poderoso vecino del Sur.

Mientras el Conde Fernando se dedicaba a administrar el tesoro real, el Rey Antonio dividió sus atenciones entre las muchas obras civiles, la vigilancia de las fronteras auxiliado por el Príncipe Eduardo y el General Carlos, y las recepciones semanales dispensadas al General cordobés Bassam, enviado por el Hâjib con el fin de mejorar el estado de relaciones entre ambos reinos peninsulares (ver NF Califato de Córdoba); el general musulmán permaneció varios años en territorio leonés, participando con evidente alegría incluso de los actos de celebración motivados por el cambio de nombre de la ciudad gallega de Santiago.
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #44 en: 17 de Junio de 2006, 07:52:27 am »
Lanza de Al'Mansur
Iusuf, Qá'idun de la at-Tariqa.
Diplomacia: Córdoba (H), Balansiyya (H)

Bismillahi ar-rahmani ar-rahim.
En el nombre de Allah, el clemente y misericordioso, el único, el Eterno, el que no ha engendrado ni ha sido engendrado, el que no tiene igual.

Los primeros años del camino del Qá'idun Iusuf en pos de alzar la Tariqa de la Lamza de Al'Mansur habían sido difíciles. Todo el trabajo de Iusuf parecía estéril; los nobles de las regiones y ciudades cordobesas no parecían ver con buenos ojos la aparición de aquellos nuevos religiosos armados, o quizá no comprendieran los motivos que impulsaran al Califa a dar vida a la Tariqa. El caso es que no logró durante años financiación ni alcanzó a captar la atención de quienes podían ceder sus terrenos y edificios a la Lanza con el fin de facilitar su necesario crecimiento.

Pero Iusuf había aprendido mucho. Accediendo directamente al Gran Califa y a su Hâjib, logró que las más altas instancias del califato dejaran caer ante los nobles la conveniencia de ayudar al Qá'idun Iusuf en su labor, y lo bien que se vería en la corte el apoyo abierto a la orden y las inversiones que propiciaran su expansión. Y de repente las puertas que permanecieron cerradas durante cinco largos años se abrieron para Iusuf y los suyos.

En el año 1087 de la Era Vulgar, el Qá'idun logró establecer varias casas de la orden en la región de Córdoba. Pocos meses después de llegar a la región de Valencia, alcanzó igualmente éxito en sus negociaciones y nuevas casas cuarteles de la Lanza se habilitaron en el interior de la portuaria Balansiyya, un punto de apoyo de vital importancia que ayudaría a incrementar en el futuro los ingresos de la orden merced al comercio con las potencias extranjeras. No tuvo el mismo éxito al tratar de llevar los cuarteles de la Tariqa al resto de la región de Valencia, pero su ánimo no disminuiría tras el pequeño fracaso. Él había nacido para perseverar.

La ampliación del alcance de los órganos de gobierno de la orden fue el gran logro de aquellos años. Iusuf había invertido grandes cantidades de dinero en su empeño, contratando sin cesar a contables y funcionarios del califato, comprando veloces caballos para los nuevos correos armados de la Tariqa y seleccionando a los mejores jinetes de entre sus muhayidin para cabalgarlos. Pero no sólo a los asuntos relacionados con la Orden dedicó su tiempo el Qa'idun, pues en los inicios del año 1086 se casó en la Gran Mezquita de Al'Mansur con la hermosa princesa fatimí Negma, quien le daría dos hijos varones en sus primeros y productivos dos años de matrimonio.

El Señor del Universo y el Tiempo velaba por el Qa'idun Iusuf y alumbraba su camino con luz clara y firme. No le decepcionaría.

"En el nombre de Allah, el clemente, el misericordioso. Dirígenos por el camino correcto, el camino de los agraciados, y no por el camino de los que han incurrido en tu ira, el de los extraviados."
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« Última modificación: 18 de Junio de 2006, 02:09:53 pm por Uve »
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #45 en: 17 de Junio de 2006, 08:17:21 am »
Emirato de Castilla
(Sunni Islam Civilizado Nación Abierta)
Aramei, Emir de Castilla.
Diplomacia:

Tras su accidentado acceso al trono del Emirato, el Emir Aramei sabía que debía hacer cuanto estuviera en su mano por recuperar el apoyo y tutela del Califato de Córdoba. Viajar de la mano de los cordobeses, protegidos por su alargada sombra, había permitido al pequeño Emirato crecer a un ritmo continuado y vertiginoso... todo lo cual se había visto en peligro después de la fugaz guerra civil que le había dado el trono.

Por todo ello, decidió viajar hasta la capital del Califato para trabajar intensamente en la mejora de las relaciones diplomáticas entre los dos estados, con la intención de recuperar un punto de acuerdo cercano al existente antes de la guerra civil. Y en Qurtuba pasó cinco largos años de encuentros con el Hâjib Abi Amir; con el tiempo, Aramei recuperaría la confianza perdida y los apoyos del Califato.
No sólo el Emir realizó contactos internacionales en pos de mejorar las relaciones con los reinos peninsulares: el Príncipe Alberto Ibn Shiba viajó a Barcelona y pasó allí varios años tratando de establecer nuevos puntos de encuentro con el rey catalán. La extraña apatía que había inundado al reino cristiano impidió que el Príncipe Alberto alcanzara grandes resultados en su labor.

Además de sus labores de estado, el Emir ordenó la construcción de varios nuevos mercantes que realizarían las rutas mediterráneas desde Valencia. Las pérdidas sufridas a causa del Príncipe Pirata fueron tanto más importantes para el Emirato por cuanto la cantidad de sus barcos era mucho menor que las de otros reinos; si la situación se alargaba muchos más años, el antiguo Príncipe cordobés se convertiría en el gran ogro para los Castellanos.

También se construyeron en aquellos años copiosas fortificaciones, atalayas y murallas en Castilla la Nueva –defendida por el ejército del Heredero Abd Hakkim auxiliado por su fiel General Samuh– y Zaragoza, además de completarse la construcción de las murallas defensivas de la ciudad de Burgos. Tanto Zaragoza como Sarakusta recibieron fuertes inversiones y la ciudad de Balansiyya fue ampliada, permitiendo que sus instalaciones portuarias pudieran albergar muchos más mercantes que antaño.
En el nombre de Allah, el clemente y misericordioso, el único, el Eterno, el que no ha engendrado ni ha sido engendrado, el que no tiene igual.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #46 en: 17 de Junio de 2006, 09:56:24 am »
Imperio Song
(Budismo Chino Civilizado Nación Abierta)
Liu Fang,
Diplomacia:

Tao Chung nació y creció en la región de Tangchou. Hijo de una familia adinerada, recibió los mejores maestros y los mejores estudios a los que cualquiera en todo el imperio pudiese aspirar.

Con solo 15 años acudió a Kaifeng, donde pasaría 6 largos años estudiando con los mejores maestros, muchos de los cuales eran los asesores de los sucesivos emperadores que gobernaron durante la última década. Desde joven, Tao había mostrado gran interés por la religión, para regocijo de sus padres, que esperaban que algún día el joven, quizá pudiese aspirar a algún cargo en la administración imperial, pues sentía autentica devoción tanto por la religión, como por el imperio. Pero sus años en la capital del imperio, alteraron la perspectiva que el joven tenia del imperio.

Debilitado a lo largo de los años, la realidad del imperio no era la que Tao había imaginando estudiando historia, y esto le llevo a pensar que algo no cuadraba bien, que algo había afectado al desarrollo del imperio, perjudicándole y arrastrándole hacia un periodo de decadencia. En 1082 Tao descubrió a Confucio. Esto puede resultar chocante, pero hasta aquel momento Tao había aprendido las lecciones de Confucio sin haber leído a Confucio, sino una visión sobre el confucianismo que era la mayoritariamente aceptada. Pero para Tao, este descubrimiento fue un punto y aparte en su espiritualidad. Tras varios años dedicado casi en exclusiva al estudio de este sabio, y poco a poco fue descubriendo que aunque de forma en algunos casos somera, el budismo provinente del tibet había afectado a la visión del confucianismo de su pueblo. Ciertamente ambas religiones eran extremadamente compatibles, pero en opinión del joven que ya contaba 21 años, la influencia budista había restado importancia a los pilares fundamentales del Confucianismo. La fidelidad, que junto con la compasión constituyan los pilares básicos del pensamiento confuciano, había perdido fuerza, frente a la propia compasión, y a otros conceptos. Los ejemplos, aunque demasiado rebuscados para la mayoría, eran muchos en opinión de Tao, y en 1084 decidió consagrar su vida a reparar el “daño” que el budismo había hecho al imperio.

No era una tarea fácil lograr que la gente olvidase una parte de su religión, pero si en 1084 y 1085 no logro a penas ser escuchado, en 1086 ante las noticias del asentamiento de Kerait en el norte, y la platica de Tao respecto a que solo la absoluta fidelidad al emperador podía salvarles de los nómadas, comenzaron a tener mayor acogida. El confucianismo que enseñaba Tao partía de una interpretación radical por la que toda vida pertenecía al emperador, y solo siguiendo los planes del emperador podía la vida encontrar su sentido en el cosmos.

Sea como fuere, en 1089 Tao ya había formado una pequeña comunidad en su región de nacimiento, y comenzaba a pensar en que el numero de sus seguidores aumentase.

Pese al crecimiento de este grupo, su presencia paso mayormente desapercibida al emperador, pues su atención estaba ya centrada en los asuntos que a raíz del ataque de Kerait y Gaochan sacudían el imperio. Además la tensión posterior a la batalla de Lu’an por la que el rey Yelu y el propio emperador a punto habían estado de acabar enfrentados, exigía que por la salud de las relaciones entre ambas naciones, el emperador dedicase su atención a recuperar la confianza de Liao, y viceversa.

Y es que a veces la codicia de los hombres les lleva a hacer disparates, y cuando tras las batallas contra la horda, los soldados del imperio hicieron prisioneros a cerca de 30.000 personas para que sirviesen como esclavos al emperador, el rey Yelu quiso su parte, mas de ninguna forma se la concedería Liu. A juicio del emperador, ya se podía dar por bien pagado aquel mequetrefe habiendo sido salvado por el ejército imperial.

Por fortuna Yelu finalmente retrocedió, y olvido sus pretensiones, probablemente por que no se debe morder la mano de quien te alimenta, o quizá, porque el ejercito chino era demasiado numeroso para que Liao se plantease seriamente combatir por el botín de guerra.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #47 en: 18 de Junio de 2006, 06:04:29 am »
Califato Ummayid de Córdoba
(Sunni Islam Civilizado Nación Abierta)
Abi Amir, Hajib de Córdoba.
Diplomacia:


Desde el punto de vista de las potencias exteriores, tal vez la guerra civil acaecida en Castilla años atrás podía transmitir la sensación de que el Califato se había debilitado con la pérdida de facto de su reino vasallo; pero para el Hâjib Abi Amir, aquel problema inesperado acabó acarreando tan sólo aspectos positivos para Córdoba. No era porque el nuevo Emir se hubiera apresurado a llamar a sus puertas solicitando la recuperación de los tratados anteriores, o porque con la guerra civil –y en tanto no se firmase un nuevo acuerdo– las obligaciones económicas y hasta militares para con el Emirato se hubieran diluido reduciendo así costes. No porque el mismo Emir decidiera pasar varios años en la capital, mostrando su decisión firme de reanudar las relaciones bilaterales en el mismo punto donde quedaron, o porque se hubiera concertado y llevado a cabo un matrimonio entre el heredero legítimo al Emirato, el ahora Príncipe cordobés Andrés Ibn Mosul, y la ahora miembro de la familia real castellana, la viuda del anterior Emir de Castilla, Salma, primera hija del Hâjib con María de Montfort y que permitiría recuperar con rapidez aquello que el Hâjib decidiera recuperar. No. Lo cierto es que lo que Córdoba había ganado de forma incontestable era un gran líder para el Califato en la persona del joven Andrés.

Tras llegar al Califato en calidad de refugiado, el hijo del anterior Emir de Castilla había recibido trato de alteza real hasta que el Hâjib decretó su nombramiento como Príncipe una vez arreglado el matrimonio con su hija Salma. Lejos de rebelarse o exigir medidas contra el actual Emir, el traidor Aramei, Andrés aceptó la nueva situación con estoicismo y entereza dedicándose en cuerpo y alma al servicio del Califa. Una vez finalizado el enlace con Salma concertado por el Hâjib, y agradecido por no tener que compartir habitaciones o banquetes con el Emir Aramei –quien pretendía pasar cinco años en Qurtuba por razones de estado–, Andrés Ibn Mosul partió hacia Cheliff desde donde tomó la dirección de las obras de construcción de una nueva ciudad portuaria, que fue inaugurada pocos meses después con el nombre de Orán. Acabada la parte compleja de su labor en Cheliff, el Príncipe partió de inmediato hasta Sebta para asumir el control de la evacuación de la ciudad para cuando llegaran los barcos venecianos; con los ceutíes embarcados en los cargueros cordobeses, Andrés cruzó el estrecho e hizo tierra en la pequeña región de Geb al-Tarik, lugar donde fundó la ciudad de Al Fath utilizando a los desplazados ceutíes como trabajadores primero y colonos después. Todo aquello en sólo cinco años; o incluso menos, pues tuvo tiempo de llegarse tras la fundación de Al Fath hasta la región de Ishbiliya donde se reencontró con su nueva esposa y pudo dedicarse al descanso.
Si en algo había variado la situación interna cordobesa tras la guerra civil castellana era en el nombramiento de aquel heredero despojado como príncipe del califato. El Hâjib Abi Amir se sonreía tras los rezos diarios pensando que, en verdad, Allah es grande.

Aquellos años fueron muy fértiles para el cuerpo del califato. Desde su puesto en la capital, el Hâjib permaneció al control del gran barco cordobés auspiciando las enormes inversiones en las regiones de Granada –que fueron acompañadas de un notable incremento de las defensas para bien proteger el esfuerzo dispensado a la región– o la misma Qurtuba.
Además de los tramos de carreteras realizados de común acuerdo con el nuevo Rey Leonés (ver NF de León), se realizaron obras de ampliación de los antiguos caminos utilizados por los correos del califato entre las ciudades de Ishbiliya y Qurtuba, trabajos que finalizaron con la feliz consecución del proyecto y el levantamiento de una nueva carretera de piedra que, en sus tramos más anchos, permitiría el paso de hasta tres carretas situadas una junto a la otra. Aquella carretera se finalizó merced al trabajo de los desplazados habitantes de Sebta, utilizando gran parte del equipamiento evacuado de la que hasta entonces fuera ciudad cordobesa.

El Heredero al trono del Hâjib, el Príncipe Sulayman, pasó aquellos años controlando el flujo de dinero que entraba en Granada y evitando que se desviase hacia intereses particulares con el fin de que todas las obras previstas para la región finalizasen sin contratiempos. Sin desatender sus obligaciones con el ejército defensivo de Granada, para lo que fue asistido por el General Ahmed Mamuti, el Heredero cumplió eficazmente con sus obligaciones.
Los otros líderes del Califato llevaron a cabo sus órdenes con semejante nivel de eficacia; aunque el General Bassam parecía entregado a las muchas diversiones que el reino norteño de León ofrecía, trabajó intensamente en aquellos cinco años para acercar aún más las posturas entre ambos reinos (ver NF de León); el también General Girgis, al mando de las defensas andaluzas y con el soporte del capitán mercenario Amis Mahmud, supervisó la defensa de la ciudad del Ishbiliya ante posibles ataques o saqueos que, por ventura, tantos años atrás habían quedado en el recuerdo. Y el noble feudal Aben-Bartal vigiló sus territorios fronterizos en Idjil sin encontrar problemas de importancia durante cinco años.

Del recordado Príncipe Yahya, salido del Califato tantos años atrás, se supo que llegó hasta Bagdag para desplazarse después a la ciudad Santa de Jerusalem. Años más tarde llegó a la hermosa y remota Constantinopla, donde vivió en el incógnito y la más profunda soledad haciéndose pasar por un simple plebeyo para evitar problemas con las autoridades bizantinas y, finalmente, ya en el invierno del año 1089 de la Edad Vulgar, arribó en barco mercante hasta la ciudad portuaria de Palermo, donde se dispuso a descansar un tiempo antes de ponerse de nuevo en contacto con su padre, el Hâjib, quien feliz desde Qurtuba recibió las noticias del regreso de su hijo pródigo dando gracias al Señor del Universo por los muchos bienes que destinaba a su familia y al califato entero.

Sin duda, se decía agradecido el buen Abi Amir, el Califato Ummayid de Córdoba iba bien. Muy bien.
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #48 en: 18 de Junio de 2006, 06:39:42 am »
Reino de Dinamarca
(Romano Católico Civilizado Nación Abierta)
Hrolf, Rey de Dinamarca, Rey de Suecia
Diplomacia: Smaland (Ea), Gotland (T)

Hrolf, Rey de los daneses y llamado "El Grande" por sus generales y capitanes, pudo al fin disfrutar de un largo periodo de paz en las fronteras de su antaño temido y poderoso reino. La larga Guerra del Norte, felizmente finalizada años atrás, había dejado tras su paso dos reinos desolados y empobrecidos que deberían trabajar muy en profundidad antes de poder levantarse tan fuertes como en los viejos días. Y para ello trabajó el Rey, viajando sin cesar para mejorar las relaciones entre sus regiones y ciudades y el propio reino, destinando inversiones y enviando líderes a los reinos cercanos para asegurar la paz en las fronteras, controlando el flujo del dinero del tesoro para no perder una sola pieza de oro en el camino hasta su destino.

Una vez recibido el oro enviado por su Santidad el Papa Severo III, el Rey pudo ordenar la construcción de la ciudad de Hedebey, en Smaland. El levantamiento de aquella ciudad, pagada por Severo III para paliar en la medida de lo posible los daños de la guerra, contribuyó decisivamente a la mejora de los tratados con los jefes de los clanes locales cuya dirección asumía el poderoso Ottar, Señor de Smaland.
Cuando el heredero Príncipe Gunnar llegó a la región acompañado del General Asgeir, tras finalizar un viaje al Sacro Imperio Romano Germano donde logró firmar un tratado de cooperación entre fronteras con su nuevo Emperador, lo hizo acompañado de la hermosísima Ingeborg, quien fue ofrecida a Ottar en matrimonio.
Boda y ciudad, más las promesas de un futuro próspero para la gran nación danesa y todos los hombres y mujeres que componían el reino, lograron que los jefes de Smaland accediesen a incrementar sus aportaciones a la corona con la firma de nuevos tratados de cooperación.
También el General Thorberg dedicó todo su tiempo a realizar intensos contactos diplomáticos con los jefes locales de Gotland, mejorando notablemente las relaciones entre la región y el reino para alegría del Rey Hrolf y de las arcas del Tesoro real.

No fue tan afortunado el esfuerzo del propio Rey en Halland. El recuerdo de las atrocidades de la guerra, aún reciente, hacía aconsejable para todos que se dejasen las cosas como estaban durante unos años; pero Hrolf necesitaba sentir que podía confiar en aquellas gentes cuanto antes, y él mismo dirigió las labores diplomáticas en la región recién adquirida con la intención de mejorar los tratados con sus líderes locales. Llegó a casar a uno de los suyos, el barbilampiño y quinceañero Knut Hrolfsen, con toda una mujer de anchas caderas, turgentes pechos y 22 años de edad de la nobleza local, además de hacerse ayudar por el fiel Príncipe Swein. Tras años de esfuerzos, y pese a las advertencias de todos sus consejeros, el Rey hubo de reconocer que nada cambiaría en Halland para bien por el momento y detuvo los contactos para evitar males mayores.

Años de paz y controlado crecimiento y prosperidad para el Reino de Dinamarca era cuanto había pedido al Crucificado el Rey Hrolf. Todo se le había concedido, aunque a costa de ver la sangre inundar poco a poco los ojos de sus generales y capitanes de Drakkar. La nación recuperaba su fuerza, contaba con un nuevo aliado en el hermano reino de Noruega y Hrolf podía sentir cómo los hombres habían visto renacer la tensión y la anticipación por lo que, esperaban, estaría por venir.

Pronto.

Muy pronto.

?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #49 en: 19 de Junio de 2006, 03:14:14 pm »
Califato Fatimí
(Chi’i Islam Civilizado Nación Abierta)
Yuhanna Habbib, Califa Fatimí
Diplomacia: Asir (C)


Cuando pocos años atrás las tropas del Gran Califa Yuhanna Habbib asediaron y conquistaron la ciudad de Sa’na, en el Yemen, no sólo se tomó cuanto de valor allí había sino que se hicieron miles de esclavos de entre la población de la ciudad.
Yuhanna quedó plenamente satisfecho por la conquista; se dieron nuevas tierras al gran general Saqr Anwar y se concedieron todo tipo de prebendas a los oficiales del ejército.

La esclavitud de aquellos miles de fieles era de todo punto intolerable.

Tras ordenar el ajusticiamiento de varios soldados por haber iniciado las ventas de esclavos bajo manga, el califato liberó a los prisioneros y les permitió abandonar sus tierras. No todos lo hicieron, ya que algunos decidieron permanecer en el califato para buscar un nuevo futuro en el país de quienes les habían dejado sin país. Quizá Egipto y Alexandría, dos regiones que al fin se iban recuperando del desastre de la peste, fueran buenos destinos para quienes ya no tenían casa.

Con todo, la campaña del Yemen no había acabado tras el incidente de la esclavización de aquellos miles de Sunnies. El General Saqr Anwar, tras dedicar varios meses a atacar y saquear la región de Sheba, regresó al Yemen con la intención de convertir la nueva región del califato a la verdadera fe Chií. Siempre había sido un hombre de acción, y sabía ver sus oportunidades llegar en cuanto asomaban: aguardar allí años hasta que los esfuerzos diplomáticos y los misioneros alcanzaran frutos positivos le haría perder un tiempo precioso. Sin mayores preámbulos, y con la fuerza que le daba su fe inquebrantable en el Señor del Universo y en su propia espada de acero, el General Saqr Anwar convirtió la región entera en cuestión de meses haciendo lo propio con la sureña Aden. Una cosa era permitir que se esclavizaran hermanos musulmanes, y otra muy distinta dejar que las nuevas regiones sunníes se mostraran rebeldes por culpa de discrepancias religiosas con la doctrina oficial cuando la solución era tan sencilla.

Siguiendo con su política religiosa, el Gran Califa envió hacia la isla de Malta y la región del Jordán, perteneciente al Emirato de Siria, una multitud de misioneros y hombres de fe con el fin de hacer crecer la fe Chií entre sus habitantes. Los trabajos duraron años; y fueron años empleados en balde, pues tanto los hombres del Jordán como los de Malta permanecieron fieles a sus respectivas religiones sunní y cristiana ortodoxa. No sólo fracasaron los enviados por el Califa, sino que en la pequeña isla mediterránea el número de cristianos ortodoxos aumentó espectacularmente.
Por fortuna, la noticia de que el Gran Jefe de Kanem-Bornu había accedido a adoptar la verdadera fe del Profeta palió en parte el disgusto que sufriera Yuhanna con los fracasos en Siria y Malta. En agradecimiento, el Gran Califa envió fastuosos regalos a los jefes del país sureño que ayudaron a convencer sin género de dudas a los más reticentes.

Pero no todo fueron acciones destinadas al aumento de los fieles chiíes dentro y fuera del territorio del Califato. Fueron años de gran incremento del aparato militar fatimí; se construyeron fortalezas y atalayas, líneas de contención y murallas en las regiones de Faiyum y Mansura; se cerró por completo el cerco de murallas alrededor de la ciudad de Alejandría; y, sobre todo, se reclutaron miles de nuevos jinetes con el fin de engrosar las filas del arma de caballería.
Sin dejar de mantenerse desde Faiyum al frente de la administración y de cuanto se relacionaba con los órganos de gobierno, el Gran Califa ordenó a su heredero, el Príncipe Al-Mustafa, el control de la defensa de la región corazón del Califato, en tanto el general Humam Nazim protegía la costa mediterránea desde los cuarteles de Egipto y el capitán Mercenario Menelao protegían Mansura con sus compañías blancas. La vigilancia del Golfo de Chipre quedó al mando del General Bisth Khalid y su flota.

Con las fronteras aseguradas y en permanente situación de vigilancia, el resto de líderes del Califato cumplieron con eficiencia sus cometidos. El Príncipe Sumhadan llevó a la princesa Negma hasta Córdoba, donde habría de contraer matrimonio con el Qa'idun de la orden sunní de la Lanza de Al'Mansur (ver NF de la Lanza de Al'Mansur), y luego regresó para finalizar viaje en Faiyum. El también General Fajr Negm viajó hasta la región de Asir, bisagra entre las regiones tradicionales del Califato y las nuevas posesiones del Yemen, con la intención de atraer a sus habitantes hacia la esfera Fatimí; logró que los líderes locales reconocieran algunos derechos por parte del Califato, pero ni siquiera accedieron a permitir el paso a los ejércitos de Yuhanna. Tras el limitado éxito en Asir, el General se desplazó hasta Petra donde vio llegar el invierno de 1089.

Con el gran esfuerzo dedicado al aparato militar del país, las inversiones en la región de Egipto o la venta de cereales y comida a la nación de Venecia casi pasaron desapercibidas, al igual que las rapiñas del Príncipe Pirata. Los años de tensión a causa de la crisis producida con el reino cristiano de Funj atraían toda la atención de la corte y los súbditos del Gran Yuhanna Habbib (ver NF del Reino Copto de Funj).

En Noviembre de 1089, el poderoso Califa recibió los primeros reportes sobre la gigantesca empresa acometida en sus tierras, el canal de Suez, un canal que permitiría el comercio entre el Mediterráneo y el golfo Pérsico una vez acabado. La obra llevaría muchos años de construirse, y Yuhanna no abrigaba demasiadas esperanzas de que terminase mientras el viviese, menos en estos momentos, en las que las noticias de Venecia, quien patrocinaba la construcción, dejaban claro que el proyecto seria abandonado momentáneamente por asuntos mas urgentes para la corte.
« Última modificación: 20 de Junio de 2006, 03:27:52 pm por eneas »
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #50 en: 19 de Junio de 2006, 05:32:20 pm »
Reino de Kanem-Bornu
(Pagano Africano Bárbaro Nación Abierta)
Butaiyin, Rey de Kanem-Bornu
Diplomacia: Nupe (C)

Butaiyin, emulando al Gran Jefe del Sudán, había decidido variar el tipo de gobierno de su Reino desviando más y más poderes hacia la corona. Después de mejorar las infraestructuras de la región de Kanen Bornu, el Rey dedicó enormes inversiones a todo el aparato administrativo y de gestión, destinadas tanto a la adquisición de terrenos donde situar casas de gobernadores locales como a la contratación de escribas y matemáticos llegados del Califato Fatimí, el reino se encontraba mucho mejor preparado para afrontar los retos del futuro. Otras cantidades económicas se dispusieron para la mejora de las academias militares, la adquisición de mejor material en el norte y la compra de manuales de táctica y estrategia junto a los sabios dotados del don de la interpretación de los dibujos para traducirlos a la lengua de los hombres. La inversión militar se acompañó de una importante labor de alistamiento de nuevas tropas.

Mientras el Rey Butaiyin II se centraba en controlar el avance de los cambios en la gobernabilidad, el Príncipe Anuckma pasó cinco largos años viajando al mando del ejército vigilando sin cesar las fronteras. El General Bixo, entretanto, se desplazó hasta la lejana región de Nupe donde trató de acercar a los jefes tribales locales a las posiciones del reino. Apenas alcanzó a acordar pequeños compromisos verbales que ni siquiera incluían el permiso para el paso de las tropas de Kanem Bornu; sin perder más tiempo, dejó la región a finales de 1088 y pasó el siguiente año en Sudán realizando labores diplomáticas.

Años tranquilos, a no ser por la terrible muerte de la esposa del Rey Butaiyin cuando dio a luz a su segundo varón, y tercer hijo, tras un parto difícil que no fue alumbrado por los dioses. El niño fue el más hermoso que jamás había sido visto en todo el reino, y cuentan las parteras que lo cuidaron y atendieron durante sus dos primeros años de vida que los ojos de la criatura eran de un sorprendente tono azulado del color del mismo cielo.
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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« Respuesta #51 en: 20 de Junio de 2006, 07:41:33 am »
Reino de Xi Xia
(Budismo Civilizado Nación Abierta)
Xixia Chongzong, Li Ch'ien-shun
Diplomacia:

Si construir fuese tan sencillo como poner una piedra encima de otra, nuestras murallas llegarían al cielo, pero debéis saber, mi señor, que aun disponiendo del material, del presupuesto, y de la mano de obra, no se puede levantar aquello que no es posible sostener

Estas fueron las palabras con las que se expreso Xian Nantze, arquitecto real de la corte, cuando Xixia Chongzong anuncio sus planes. Estas fueron las palabras que le costaron la cabeza.

Pero pese a que en su ira, el rey de Xi Xia ejecutase al pobre arquitecto, al fin y al cabo, hubo de reconocer que el hombre tenía razón. Por mucho que el rey tuviese los recursos para construir enormes e infranqueables murallas en la capital del reino, y en la nueva Fortaleza de Wu Hai, lo cierto es que nadie sabia como construir una muralla infranqueable en el reino. Quizá mayores inversiones en el desarrollo de las técnicas de asedio y defensa permitiesen hacer algo al respecto, pero por el momento resulto imposible cumplir las ordenes del rey, con o sin decapitaciones.

Mientras el Xixia Chongzong resolvía sus diferencias con sus consejeros, los ejércitos del reino se preparaban para la llegada de Gaochan y Kerait. El primero era tan peligroso como un tigre herido, y al no tener nada que perder, era el más peligroso de ambos. Sin embargo en su preocupación, el rey Li decidió aglutinar todos sus ejércitos en los territorios mas importantes del reino, las provincias mas ricas, permitiendo que la horda de Uzbek Khan recorriese impunemente los territorios fronterizos del reino (ver NF Gaochan).
"Supongo que había que inventar las camas de agua. Ofrecen la posibilidad de beber algo a media noche sin peligro de pisar al gato."

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« Respuesta #52 en: 20 de Junio de 2006, 03:19:40 pm »
Tribus de Kerait
(Nestoriano Cristianismo Nómada Nación Abierta)
Soloiew Khan "El que Cabalga la Desgracia", Gran Khan de Kerait, Señor de las Estepas.
Diplomacia:

Soloiew Khan, tomo el mando de la mayor parte de su ejército, dejando al Khan de Liao y al Khan de Chittin para que ocupasen los territorios de Liao con grupos mas reducidos. Si esto fue o no un error, el tiempo lo diría, pero de momento esta decisión costo las vidas de los 15.000 guerreros que acompañaban a Issik Kul.

Por su parte, el Gran Khan, comenzó su viaje en 1085, recorriendo las tierras de los clanes del norte que aun no estaban bajo su mando. Su recorrido le llevo a través de las tierras de Wudan, Shangtu, Parhae, Mudan, Suifenhe, Sikhote, Kunghari y Wusuli, y salvo en Wudan en todas ellas logro aumentar las filas de su ejercito. Pero la fortuna no le acompañaría mucho más tiempo.

Cuando el inmenso ejercito de Kerait llego a las tierras de Jilin, dominadas por el Clan Borte, un poderoso guerrero, llamado Qudhe, había reunido los clanes menores de Jilin bajo su mando, y aunque aun no se consideraba lo suficientemente fuerte para lanzarse en busca de mejores territorios, si se consideraba capaz de plantar cara a “el que cabalga la desgracia”. En un principio, los guerreros de Qudhe se lanzaron contra el enemigo en cuanto las tropas extranjeras pisaron sus tierras, pero tras 2 semanas de enfrentamientos, las bajas en el ejército nativo eran numerosas, mientras el enemigo a penas perdió más de un millar de guerreros.

Qudhe consciente al fin de que sus tácticas y su conocimiento del terreno, no serian suficientes para vencer a su rival, acabo por tomar la decisión de permitir el paso a aquellos intrusos, aunque sin que ni uno solo de sus guerreros se uniese al contingente.

Tras Jilin, el Gran Khan pudo recuperar las bajas sufridas en Sungari, y de haberse cumplido sus planes, aun hubiese reforzado más su ejército, pero si en Jilin los planes se torcieron un tanto, en ningún momento podía el Gran Khan imaginar lo que le aguardaba en la inhóspita región de Heliokang.

Thugradjin, a semejanza que el Khan de Jilin, había unificado a todas las tribus de la región, pero a diferencia de Qudhe, Thugradjin contaba con un ejército del tamaño del que lideraba el Khan de Kerait.

Thugradjin había oído rumores de las intenciones de aquel que se llamaba a si mismo Gran Khan, y sus guerreros armados y pertrechados para hacer frente a “el que cabalga la desgracia”, aguardaban junto a Thugradjin cerca de la frontera, mientras decenas de pequeñas partidas de guerra vigilaban los territorios por los que habría de llegar, necesariamente, el enemigo.

Cuando el ejercito de Kerait llego, el Soloiew Khan se aproximo hacia Thugradjin con animo de dialogar, pues creía que bien de una u otra forma podría lograr que aquellos guerreros pasasen a estar bajo su mando, pero el Khan de Heliokang, se negó a escucharle, y tan solo le dijo “Sois libre de huir, pero si ponéis un solo pie en mis tierras, pagareis por la osadía”.

Furibundo el orgulloso Khan de Kerait, desoyó las amenazas de su rival, y dio la orden de cargar contra el contingente enemigo, pero las fuerzas de Heliokang, además de numerosas, combatían en su propio terreno, y previendo la llegada del enemigo, Thugradjin había situado a sus guerreros en lo alto de una colina, aprovechando la altura, los defensores lanzaron miles de flechas contra su enemigo, causando numerosas bajas antes si quiera de comenzar el combate. Kerait hubo de retirarse, pero no estaba vencido.

Durante los tres días siguientes el Gran Khan trato de entrar en la región por distintos lugares, pero inexorablemente sus hombres caían en emboscadas, o eran rechazados por los guerreros de Thugradjin. Finalmente en una de las emboscadas, sus guerreros quedaron atrapados entre dos frentes, y fueron masacrados por el enemigo. El Khan de Kerait se vio obligado a retroceder, y regresar a Sungari, donde tras reagrupar a sus guerreros descubrió que las bajas ascendían a mas de 5.000 hombres. El Gran Khan de Kerait se entendió entonces, que Heliokang se estaba preparando para una gran migración, y que en pocos años no solo seria una amenaza para las naciones civilizadas del sur, sino para sus propias ambiciones.

Desde lo alto de una colina, Thugradjin observaba a su enemigo retirarse vencido de sus tierras, y acompañando el comentario de estruendosas carcajadas dijo a sus hombres “después de todo, el Gran Khan no es tan grande”
« Última modificación: 20 de Junio de 2006, 04:10:10 pm por eneas »
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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #53 en: 20 de Junio de 2006, 03:32:41 pm »
Reino de Chola
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Rajendra III, Raja de Chola.
Diplomacia: Polonaruwa (T).


Mahadma, el Príncipe, el Amado de Vishnú, el que Ahogó a la Serpiente, el de Las Muchas Vidas, tuvo una gran muerte.
Tras un viaje a las islas del sur y llegar a la ciudad de Polonaruwa, el Apuesto Mahadma, el de Las Muchas Vidas, fue recibido por los líderes de la ciudad entre grandes honores. Reunido con ellos durante meses, siempre auxiliado por su fiel general Kanaresi, alcanzó a mejorar perceptiblemente el estado de relaciones entre el Rajputado y la ciudad, y mucho más lo habrían hecho si los Vedas hubieran permitido que el Amado de Vishnú viera un último invierno.
Pero no era aquél su gran Destino en esta vida; el diecisiete de julio de 1088, una joven fue aplastada por unas vigas podridas que cedieron sobre ella, precipitando además la carga que soportaban en un pequeño almacén privado de la tienda donde se produjo el accidente. Quiso el gran Brahma que en el momento de la tragedia pasara por allí el Príncipe Mahadma en su palanquín. Tras bajar a toda prisa y exigir el concurso de sus porteadores, el Príncipe arriesgó su vida al adentrarse entre los escombros con la intención de rescatar a la joven.
Y lo consiguió.
Y Vishnú quiso que la joven no hubiera sufrido daños.
Y Brahma que fuera muy hermosa.
Y quizá fue cosa de todos los Vedas que la muchacha decidiera premiar a su salvador ofreciéndole sus muchos encantos con sorprendente habilidad durante varias semanas.

La Enfermedad del Amor, la que comienza en la Espada de Brahma, se llevó al Amado de Vishnú en tan sólo cuatro semanas. Mahmada perdió la consciencia el 19 de agosto de 1088 entre los vapores de los inciensos y del vino, sonriendo y feliz sin ya sentir el ardiente calor que lo devoraba por dentro. Murió cuatro días más tarde, apenas una semana después de la hermosa joven a la que salvó de entre los escombros para su propia desgracia.


Pareciera que aquellos años habían devuelto la cordura al Rajá Rajendra III, El Tocado de los Dioses. Sus primeras acciones, tras los extraños errores cometidos durante los años 1083 y 1084, fueron las de ampliar las ciudades de Seilania, Bandar y Chalendry, además de decretar toda suerte de inversiones en las regiones de Vengi y Madurai. Sin dejar de atender a los muchos asuntos de gobierno que lo ocupaban por completo, también destinó parte del tesoro del rajputado a la mejora de todo el ejército, tanto en lo que respecta al reclutamiento de nuevos jinetes y unidades de asedio como a la ampliación de cuarteles y la puesta a punto de las estrategias de sus diferentes armas, para lo cuál se contrataron profesores y sabios llegados del lejano Este. El Heredero Mowgli, sin abandonar demasiado tiempo al Rajá por si volvía a mostrar comportamientos incomprensibles, dedicó su tiempo a administrar el tesoro y a controlar la salida de las inversiones.

Al Príncipe Apu se le encargó el cometido de viajar a la ciudad de Polonaruwa con el fin de convertir a las esencias del hinduismo a los líderes locales. Su cohorte de brahmines trabajaron duro con los nobles de la ciudad, y obtuvo un éxito parcial pero esperanzador. También el buen general Manjula dedicó sus esfuerzos a hacer lo propio en Kalinga; tras haber trabajado a los vaisya durante los últimos años con gran paciencia, el general envió a los brahmines ya experimentados para que trataran con la clase dominante, con resultados parejos a los alcanzados en Polonaruwa.

Pero por más que el inicio del lustro invitara a creer en la recuperada cordura del gran Rajá Rajendra III, nadie duda de que cuando uno de los hombres es escogido y tocado por los Vedas, permanece tocado por ellos para siempre.
En el año 1086, el general Mapeti recibió sus órdenes que lo enviaban a Golconda donde debería intensificar las relaciones diplomáticas con los dirigentes de la ciudad. El general, tras llegar a la ciudad, comprobó que las relaciones ya eran de todo punto inmejorables; la clase noble de Golconda pasó un año y medio agasajando al representante del Rajá sin saber muy bien qué hacer. Mapeti, por su parte, se resignó a su buena fortuna y pasó aquel año y medio ingiriendo todo lo ingerible, hasta que murió en septiembre de 1087 tras pasar la mejor época de su vida.

También le sorprendió al noble Anantapurna las órdenes que para él dispuso el Rajá, quien le envió hasta sus propias tierras con el fin de que se encargara de la administración del lugar y gobernase la región. Anantapurna no podía ocuparse de controlar los asuntos de estado del Rajputado, y menos aún en sus propias tierras; lo que sí podía hacer era disfrutar de la caza con sus amigos, a quienes no veía en mucho tiempo.
Y a la caza se dedicó durante cinco largos años de felicidad.
Cazó mucho.

La suerte del noble Bathalapalli fue dispar; se le dio la autonomía a su nuevo reino, conquistado por culpa de una de las extrañas disposiciones del Tocado por los Dioses. La nueva nación (conocida como rajputado de Kakatiya) se formó con las regiones de Kosala y Golconda se le entregan también, y a cambio el noble Batalapalli cedió al Rajputado de Chola la región de Kalinga (que era suya por diplomacia el turno pasado). El aspecto negativo del asunto fue que la región de Kosala acabó por rebelarse e independizarse en 1089 pues el aparato de control del nuevo estado aún no era lo suficientemente estable ni se había desarrollado lo bastante como para poder controlar a los nobles de la región.
« Última modificación: 20 de Junio de 2006, 06:20:21 pm por Uve »
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #54 en: 21 de Junio de 2006, 06:41:57 am »
Reino de Tarain
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Tatyardanhana II, Señor de Tarain
Diplomacia:

Tú eras. Y cuando la llama subterránea Rompa su prisión y devore la forma, Todavía serás Tú, como eras antes,  Sin sufrir cambio alguno cuando el tiempo no exista.

¡Oh, inteligencia infinita, divina Eternidad!


Continuando con la labor de ampliación de su Reino emprendida años atrás, el Señor Tatyardanhana II ordenó la finalización de las obras ya comenzadas que unirían dos pequeñas aldeas cercanas entre sí en la nueva ciudad portuaria de Jatpur, en la región de Jats.
Con los recursos ahorrados en los últimos tiempos, el Señor Tatyardanhana pudo trabajar en los caminos tradicionales que unían Delhi con Culcat, dándoles forma, estableciendo posadas en los lindes, aplastando la tierra, arrancando matojos y ampliando su ancho en las zonas más agrestes. Aquel nuevo camino facilitaría el tránsito entre las dos ciudades más importantes del Reino.

Desde la capital, el Rey dedicó gran parte de su atención a la administración y a atender al representante de Uttar Pradesh, nación con la que al final del año 1089 se firmó un importante tratado de no agresión que comprometería a ambos asegurando sus fronteras comunes.

Pero lo más grande, la más importante labor emprendida por el Señor Tatyardanhana y sus brahmines, fue la redacción de gran texto sagrado de Las Siete Eternidades, o Rig Veda. Aquel libro contenía los pilares esenciales de la doctrina Hindú, hablaba de los Vedas y de sus orígenes y de cuanto se podría esperar de un fiel.
Y el Señor de Tarain ordenó que los habitantes del Reino lo aprendieran, leyéndolo quienes supieran leer, atendiendo las explicaciones de los Brahmines quienes no, y estudiándolo en profundidad todos ellos.

Y a ello se aplicaron los súbditos del Señor Tatyardanhana II. Desde el más humilde de los labriegos hasta el más poderoso de los Príncipes.
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

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Re: Newsfax Turno 17 (1085-1089)
« Respuesta #55 en: 21 de Junio de 2006, 10:34:45 am »
Reino de Nan Zhao (sin turno)
(Budismo Chino Civilizado Nación Abierta)
Hang Yen,
Diplomacia:

La cacería y los banquetes se sucedieron en el reino, que hacia gala de una opulencia como si no hubiera mañana. Las fronteras se mantuvieron seguras, y Hang Yen gobernó sin sobresaltos a sus súbditos.
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« Respuesta #56 en: 21 de Junio de 2006, 02:35:04 pm »
Rajputado de Nasik
(Hinduismo Marítima Nación Abierta)
Bohja, Rajá de Nasik.
Diplomacia: Surashtra (+4Yfc)

Cuando la noticia de la inesperada desaparición del Rajá Vatsaraja en el mar de Bab-al-Mandab, entre 1080 y 1083 a causa de las terribles tormentas que durante años asolaron la zona llegaron a la capital del Rajputado, la conmoción aturdió al reino durante años (ver NF Rajputado de Nasik turno 16). Su hijo y nuevo Rajá, el Príncipe Bohja, aunque asumió los planes inmediatos de su padre había quedado tan conmocionado como el resto de sus súbditos y apenas dio muestra de actividad real hasta inicios del año 1085, cuando se decretó la construcción de la ciudad portuaria en la lejana isla de Socrota que había impulsado al Rajá desaparecido a salir a mar abierto asumiendo un gran peligro.
Las obras de la ciudad, construida por los colonos supervivientes, por los nuevos enrolados en la fantástica aventura y por los muchos esclavos africanos capturados en Kilwa, finalizaron en 1087. El Rajá Bhoja le dio por nombre Vatsarajapur, en memoria de su padre fallecido.


El nuevo Rajá Bhoja, tras ordenar la construcción de una impresionante fortaleza en Nasik y el reclutamiento y entrenamiento de muchos nuevos jinetes (así como la construcción de varios barcos de transporte), viajó casi en los inicios de 1085 hasta Surashtra donde permaneció durante cinco largos años. En compañía de los líderes locales, el Rajá pasó casi todo su tiempo trabajando con la intención de mejorar las relaciones entre región y Rajputado. Utilizando la valiosa información que le facilitaron sus servicios de inteligencia, los hombres del Rajá pudieron colmar de regalos y presentes maravillosos a los notables del lugar, facilitando con mucho la labor de Bhoja. Por ello no fue de extrañar que a finales del año 1089 fueran firmados tratados entre ambos que superaban con creces el nivel de cooperación de los anteriores. Fue aquella su primera labor como Rajá, y quedó ampliamente satisfecho de los resultados alcanzados.

Entre tanto, el Príncipe Mahendapala viajó por el mar con la intención de explorar la ruta a las Maldivas. Cuando descubrió barcos mercantes y de transportes por aquel enorme pedazo de mar que le demostraban que la ruta estaba ya más que explorada, encaminó sus pasos (y la dirección de los barcos bajo sus pies) hasta el inexplorado Monsoon Drift.
Inexplorado por Nasik, claro está, porque también allí encontró decenas de barcos de transporte de línea que le hicieron ver que los Vedas no alumbraban su misión. Convencido de que no alcanzaría a realizar nada productivo en aquellos años, decidió regresar con su flota de exploración hasta Daman, donde se encontró con el Capitán Vinayakapala, quien permanecía en la ciudad portuaria al mando de la flota de guerra del Rajputado a la expectativa tras haber comandado la flota de materiales y colonos hasta la isla de Socrota.

Por último, el General Kishore, quien fue transportado por Vinayakapala para dejarlo al frente de las labores de construcción, dejó a sus mercenarios en la nueva ciudad de Vatsarajapur a modo de guarnición. Vinayakapala le llevó después hasta el puerto de Baroda, y de ahí emprendió el camino a pie hasta la Ciudad Santa de Kalanjara con la intención de ganarse el respeto de las gentes del Rajputado a causa de su interesada devoción. Cuando regresó poco después a casa descubrió que la cercanía hasta la Ciudad Santa y el hecho de que fuera bien conocido su interés real tras la peregrinación habían hecho que su viaje fuera por completo en balde.
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« Respuesta #57 en: 21 de Junio de 2006, 02:38:17 pm »
Hermandad de Ismail
(Chi’i Islam Civilizado Orden Religioso-Militar)
Príncipe Abu Tamil Ma’ad Al-Mustansir, Imam de la at-Tariqa.
Diplomacia: Suway (H), Egipto (H), El Cairo (n/a)


Bismillahi ar-rahmani ar-rahim. Ashhaduan la illaha illa Allah. Ashhadu anna Muhammadan Rasulullah.

El gran Imam Abu Tamil Ma’ad Al-Mustansir siguió trabajando incesantemente, con una dedicación y ferocidad que sobrepasaba los límites humanos, durante todo el año 1085 de la Era Vulgar y gran parte del siguiente en el empeño de construir una Tariqa fuerte que se perpetuara en el futuro en la defensa de la Umma sin necesidad del apoyo constante del Gran Califa Yuhanna Habbib.

Invirtiendo todos los exiguos ahorros de la orden en casi todos los campos posibles, el Imam logró mejorar manifiestamente tanto la capacidad organizativa como de alcance, lo cuál permitiría que en el futuro cercano la Tariqa pudiera llegar más y más lejos.
Con aquel controlado crecimiento de la Hermandad de Ismail aparecieron, casi como si fueran consecuencia de él, muchos grandes hombres que ingresaron en los aparatos de control de la Tariqa Chi'í. Entre ellos destacaba Ahmed, un joven general del califato que se había sentido tan impresionado por la poderosa figura del antiguo príncipe Al Mustansir como por sus proclamas; Ahmed no tardó en formar parte del núcleo fuerte de la Hermandad.

Y pronto, llegó mucho más lejos de lo que jamás hubiera esperado.

Durante el mes de Mayo del año 1080 de la Ta'rij mawlid al-Sayyid al-Masih, y tras completar con éxito las fundaciones de cuarteles y casas de la orden en las regiones de Suway y Egipto, Al Mustansir enfermaba de terrible agotamiento siendo llevado de inmediato hasta la capital del Califato. Nada pudo hacerse por recuperar aquel cuerpo que había dado hasta el último aliento de su alma por la causa, y el Imam Abu Tamil Ma’ad Al Mustansir murió el seis de Junio entre los calores de la fiebre ardiente que sacudía su castigado caparazón mortal.

La incertidumbre recorrió el espinazo de todos los hombres que formaban parte de la Tariqa; desde los escribas hasta los adiestradores de caballos, desde los mozos de cuadras hasta los más expertos guerreros, ninguno había reconocido nunca a otro líder que no fuera el gran Al Mustansir. ¿Tenía sentido seguir adelante, cuando parecía que ya no había cabeza para dirigir el aún pequeño cuerpo de la Hermandad?
En ese estado de confusión apareció la figura del general Ahmed, la mano derecha de Al Mustansir durante apenas unos meses. Ahmed apeló a la responsabilidad de aquellos hombres que habían dejado todo atrás para poder participar del sueño que prometiera el Príncipe muerto. La Hermandad de Ismail no podía morir con él, puesto que de aquel modo todos ellos habrían fracasado. Y Allah y su doctrina, aquello que defendían los Ismailitas, estaban muy por encima de los hombres y los nombres. Y cuando uno de los nombres muriera, otro lo reemplazaría.

En el año 1086 de la Era Vulgar, Ahmed se alzó con el control indiscutido de la at'Tariqa. La Hermandad tenía un nuevo líder.

Pero el sueño era el mismo.
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« Respuesta #58 en: 21 de Junio de 2006, 04:00:24 pm »
Rajputado de Punjab (Sin Turno)
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Rajyavardhana, Rajá de Punjab
Diplomacia:

La calma del rajputado se contagio a sus gobernantes que dedicaron estos años a tareas intrascendentes y generalmente poco fructíferas.



Dai Viet
(Budismo Chino Civilizado Nación Abierta)
Chea Sim, Señor de Dai Viet
Diplomacia:

Con las fronteras vigiladas ante la posibilidad de nuevos ataques del Imperio Khemmer, Chea Sim pudo dedicarse por entero a dirigir su pequeña pero poderosa nación.

Cientos de herreros fueron contratados para experimentar con nuevas aleaciones que permitiesen forjar armas y armaduras más resistentes, aunque de momento la búsqueda fue infructuosa.

En Thang Long, cientos de jóvenes nobles fueron reclutados para unirse a las filas del ejército, en forma de unidades de caballería, y asignados a los numerosos grupos que defendían los territorios de Dai Viet y Annam.

Por ultimo, el Príncipe Ieng Moul estreno su recientemente adquirida flota viajando hasta Japón, aunque el viaje fue infructuoso, pues cuando llego a reclamar el dinero prometido, fue informado de que el envió ya se había realizado.
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