Estos años duros nos han obligado a tomar decisiones difíciles. En nuestra cultura estan la predicación y la meditación del cuerpo y del alma. Nosotros no queríamos esta guerra.
Como todo el mundo sabe, ya hace años que Sirvajiya atacó sin justificación a Matarm, robándole regiones y saqueando otras. Estos años recientes, Sirvajiya quiso someter al yugo del vasallaje a mi reino, a cambio de "permitirnos" vivir. Yo, Humata, jamás me someteré a ningún hombre.
Este ataque era necesario, porque en las negociaciones con Sirvajiya, el Sumo Sacerdote jamás quiso negociar de igual a igual. Sus mensajeros siempre llegaban cargados de aires de superioridad y hablaban con tono amenazante a mi persona. Este ataque demuestra a Sirvajiya que la guerra con Matarm no le conviene. Así pues, les invitamos a hablar de la paz, de una paz entre iguales.
En cuanto a Khemer, lamentamos mucho haber atacado sus tierras... pero dí ordenes explícitas a mis hombres, que si se descubría cualquier artimaña en la misión que se nos encomendó, y accedimos a cumplir con escasa gratificación, se realizase esa acción, a modo preventivo.
Espero que Sirvajiya entienda ahora que si se deja llevar por el odio, nada bueno acontecerá a ninguna de las dos naciones... y que le conviene negociar de verdad.
Matuve, Rey de Matarm