INTRODUCCION:El calor de la tarde era exagerado. Algunos habían venido de muy lejos, el día anterior, y apenas si habían tenido tiempo de descansar unas horas en un lujoso hotel de Jerusalén. Una tarjeta en cada cuarto les indicó que debían estar listos a las 6am en la entrada del hotel. Habían pensado que a esa hora sería fácil ubicar a las otras personas que viajarían con ellos, pero la entrada de un grupo de turistas europeos y un par de buses que salían de excursión hacían prácticamente imposible identificar a nadie más en el lobby. Uno a uno, un hombre robusto y canoso de aproximadamente 60 años, con barba prominente y aspecto de académico, los fue abordando e indicándoles que lo acompañaran al transporte que los esperaba en la entrada.
Sin presentarse demasiado, el hombre se refirió a la expedición como un asunto de máxima importancia que se debía mantener en absoluto secreto, al menos por ahora. Seguidamente, comenzó a hacer una exposición de tipo más académico, mientras el transporte comenzaba el penoso descenso por el desierto, hacia uno de los valles más calientes del mundo. El sol comenzó a golpearlos con más intensidad.
- “La Media Luna Fértil fue uno de los centros donde se desarrolló la civilización: durante miles de años, decenas de culturas crearon y adquirieron conocimientos tan avanzados, que aún hoy en día son un misterio para nosotros. Ciudades enteras arrasadas, una población tras otra, construida sobre las anteriores, han dejado su huella en la zona; los escombros de diferentes culturas se amontonaron unos sobre otros a lo largo de generaciones y generaciones, escondiendo a nuestros ojos los misterios y verdades de cada uno. Aquí pueden ser encontrados vestigios de las culturas del periodo neolítico, hitita, egipcia, caldea, filistea, cananita, hebrea, romana, griega, nabatea, bizantina, musulmana, cruzada, otomana, inglesa…”
- Disculpe doctor… y el lugar al que vamos, ¿a que época pertenece? ¿O qué culturas incluye?
- Pues… verás, es algo que no hemos revelado hasta ahora a ninguno de los participantes en este proyecto, pues como ya se les explicó cuando fueron elegidos, debe ser mantenido en suma reserva… la existencia de este lugar y su contenido siguen siendo secretos y no pensamos hacerlos públicos hasta tanto no se avance en la investigación.
- Si bueno, pero nosotros somos el grupo que va a trabajar allí… considero justo que…
- Disculpe que le interrumpa señorita, pero el tema está cerrado por ahora y la información será entregada a ustedes cuando lo consideremos oportuno. De momento, solamente decirles que deben mantener absoluta reserva y para evitar que se filtre cualquier información, nos instalaremos en un campamento acondicionado junto al lugar de la excavación. No tendrán acceso a ningún teléfono, fax o conexiones a internet, aunque podrán usar la computadora para registrar los avances del proyecto. Tampoco sobra que les diga que no hay allí medios de transporte, excepto aquellos provistos por nosotros mismos…
El silencio cayó sobre el grupo. Se notaba en sus caras el descontento ante lo que acababan de oír, pero más o menos esperaban algo así. Todo el proceso de selección, la comunicación y el viaje mismo, se habían realizado de manera muy misteriosa. No era claro ni siquiera si el proyecto estaba auspiciado por el gobierno, por alguna universidad o por algún grupo privado. Hasta ahora, todos lo conocían exclusivamente como "Proyecto Fénix", pero desconocían quién lo patrocinaba, dónde estaba la excavación (excepto la muy general descripción de “el desierto de Judea”) ni quiénes conformaban el grupo. Al menos la paga era buena, y el adelanto bastante prometedor. Simplemente los habían reunido en un hotel de Jerusalén y desde allí ahora viajaban hacia el lugar donde estarían quién sabe por cuánto tiempo. Ni siquiera sabían cuál era el criterio de selección, aunque suponían que era su excelencia como estudiantes de arqueología y como profesionales.
No habían cruzado más que un par de palabras, y ya se percibía alguna tensión en el ambiente…
Un pequeño recorrido por la zona bajo un sol abrasador, una breve visita a la excavación con algunas explicaciones sobre el equipo, y el largo día terminó en el campamento. La noche era fría, pero sabían que el sol durante el día podía ser mortal. Todos aquí eran muy profesionales, indudablemente, pero el descontento por el velo de misterio se hacía evidente, sin que el hombre que los dirigía aportara bajo ninguna circunstancia información que pudieran considerar de alguna ayuda para comprender su situación actual.
Al día siguiente comenzaron a trabajar antes del amanecer en una de las cuevas, varios metros bajo tierra, con un difícil acceso en el que tuvieron que ayudarse con sogas. El lugar era enorme y llevaría mucho tiempo cubrirlo, puesto que el sistema de túneles guardaba muchos cuartos, parte de ellos secretos. Las sorpresas esperaban en todos los rincones. A mediodía, cuando salieron, el sol les quemaba el rostro y el aire caliente del desierto traía un silencio aterrador. Se encontraban muy alejados de cualquier lugar habitado. Un par de horas más tarde, afectados por el calor y la sed, reanudaron el trabajo.
Pero algo salió mal… terriblemente mal… algo para lo cual nadie estaba preparado. Y nadie acudió en su ayuda: ninguna mano amiga arrojó las cuerdas necesarias para salir de allí. Estaban solos y tendrían que valerse por sí mismos. La pesadilla recién comenzaba…