Autor Tema: Un polizonte, un bar.  (Leído 4421 veces)

0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.

Uve

  • Mago
  • ***
  • Mensajes: 2055
    • Ver Perfil
Un polizonte, un bar.
« en: 01 de Octubre de 2006, 07:37:40 am »
((Escrito por el jugador, apenas se han editado los guiones de diálogo y pequeños problemas. Seguimos))

"Mike apuró el último sorbo de su vaso de Bourbon y le hizo seña al camarero para que cobrase del billete de la barra. Había estado toda la noche dándole vueltas al maldito asunto del hombre volador y su atropello. Esa era su forma de trabajar: darle vueltas a las evidencias como en una centrifugadora e ir viendo como encajaban las cosas el azar. Esto siempre abría vías de investigación interesantes.

Mike tenía claro que la gente por sí sola no vuela, o que al menos sólo lo hace por un rato y en un sentido inevitablemente descendente. El mayor impedimento para continuar haciéndolo de manera indefinida acostumbra a ser el suelo. Además el instinto del teniente le decía que ninguno de los interrogados mentía de manera consciente y, aunque no acostumbraba a dar al instinto más valor del que merece, en esta ocasión decidió incluir aquel pálpito suyo entre las demasiado escasas evidencias.

Recogió el cambio de la barra y se dirigió al servicio de caballeros mientras cavilaba. Siempre cabía la posibilidad de que los testigos tuviesen una visión equivocada de la realidad, que se hubieran confundido en lo que vieron; pero había piezas en todo este rompecabezas que encajaban de varias formas diferentes, y su experiencia le decía que debería seguir centrifugando.

El hecho de que un hombre joven se convierta en un hombre viejo en pleno vuelo tampoco dejaba espacio para mucho más de dos hipótesis si das por hecho que eso es imposible. O los testimonios no se correspondían con lo sucedido, o se trataba de dos hombres distintos. Mike sacudió las últimas gotas de su parte del cuerpo favorita y la devolvió a su sitio. “Esto es como la realidad”, pensó. A veces a la realidad le da por gotear y entonces hay que ayudarla un poco para que se aclare. Un par de meneos bastan; tampoco hay que exagerar llamando a un fontanero.

Mike salió a la calle e instintivamente alzó la cabeza hacia los rascacielos. Aún quedaba el tema del chico volador. Tal vez se tratara de alguna moda entre los jóvenes, algún deporte urbano de riesgo que mezclara de alguna manera parapentes y equipo de escalada. La gente joven tiene una cierta inclinación hacia la estupidez. Pero bueno, en cualquier caso ese era un tema a resolver más adelante. Ahora lo que necesitaba eran más piezas para meter en su peculiar lavadora intelectual, y la hipótesis de dos cuerpos no era descabellada. Se pondría en contacto con los equipos forenses por si se diera el caso de algún otro fiambre que encajara en todo esto.

–Hola guapo. ¿Hacia dónde vas tan sólo? –Era una voz de mujer muy joven la que lo interrumpía. Mike la examinó de arriba abajo. Su cerebro se perdía en sus cavilaciones a medida que su flujo sanguíneo se redistribuía hacia otros órganos de su cuerpo.

–¿Crees que es posible que una persona joven se convierta en anciana en unos segundos? -le preguntó Mike como absorto, sin esperar contestación.

–Cariño –respondió la mujer acariciando su mejilla–, por cincuenta dólares yo me convierto en lo que tú quieras."
?En Italia, durante 30 a?os de dominaci?n de los Borgia, hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel ?ngel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor, fraternidad y 500 a?os de democracia y paz ?Y qu? nos ofrecieron? El reloj de cuco?.

Orson Welles.