Autor Tema: Resumen histórico de las Polis  (Leído 31554 veces)

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Vlad_Asen

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Resumen histórico de las Polis
« en: 28 de Noviembre de 2006, 07:49:15 pm »
Historia de las Polis

Polis (en griego πολις, poleis πολεις en plural) era la denominación dada a las ciudades estado de la antigua Grecia, surgidos desde la Época Oscura hasta la dominación romana.

Polis se denominaba a la ciudad y al territorio que ella reclamaba para sí. Tenían un gran nivel de autarquía, si bien no del todo, lo que les garantizaba libertad y autonomía política. No existía oposición entre lo urbano y lo rural, ni existían relaciones de dependencia; muchos residentes urbanos vivían de las rentas del campo, al igual que la gran mayoría de los aristócratas.

El centro político-administrativo-social de la polis era la Acrópolis, donde se encontraba el templo, la Gerusía, el ágora y los edificios civiles. El ágora era la plaza pública y mercado permanente. Rodeaba a la ciudad un anillo rural, en donde se cultivaba lo necesario para la supervivencia de la polis.
El tamaño de la polis era variado pero generalmente son de poca extensión. Como extremos se podían encontrar a Atenas con 2.600 km², y en isla de Ceos de 173 km² había 4 polis.

Las polis griegas eran ciudades-estado totalmente independientes. Tras la desaparición de la civilización micénica los griegos formaron pequeñas comunidades, que evolucionaron en el siglo VIII adC, y se convirtieron en ciudades. Estas ciudades se conocieron con el nombre de "ciudades-estado" o polis. A diferencia de las ciudades de los grandes imperios (Mesopotamia, Egipto, Persia), que estaban organizadas alrededor del palacio real y del templo, el centro de la polis lo constituía el ágora, un espacio abierto donde los ciudadanos acudían para comerciar y para intercambiar ideas. En el ágora tiene lugar la vida política de la polis, y en ella surge también la filosofía griega.

El aspecto orográfico de Grecia hizo que las polis se situaran en su gran mayoría en territorios costeros de difícil acceso y en valles que estaban rodeados por montañas.

Las polis se constituyeron como una unidad política, social y económica de Grecia, pero si bien compartían una lengua, religión común, lazos culturales y una identidad racial e intelectual que exhibían con orgullo, los habitantes de estas ciudades no pudieron fundar un estado unificado. Existía una gran rivalidad entre las diferentes polis, consideraban que el reducido tamaño de cada una era lo más idóneo para practicar una adecuada política.

Todas las polis, independientemente de la época o lugar, presentan algunos elementos comunes:

Extensión territorial reducida que permite que sus habitantes se conozcan entre sí. Salvo Atenas, Esparta, Siracusa o Cirene, las polis griegas se reducen a una aglomeración urbana y un pequeño valle cultivable con algunos pastos.

Independencia económica (autarquía). La polis tiene que ser capaz de producir lo suficiente para alimentar a su población.

Independencia política (autonomía). La polis no puede estar sometida a otra ciudad ni a poder extranjero ninguno.

Estructura social formada por ciudadanos, portadores de derechos, y esclavos sin derechos.

Espíritu cívico, respeto por la ley y participación de los ciudadanos en los asuntos de la comunidad.

Un embrión de historia con una leyenda de fundación.

Un culto religioso común.
« Última modificación: 28 de Noviembre de 2006, 07:52:53 pm por Vlad_Asen »
"Las revoluciones no se exportan, las hacen los pueblos"

Fidel

Vlad_Asen

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Re: Resumen histórico de las Polis
« Respuesta #1 en: 30 de Noviembre de 2006, 10:55:46 pm »
La guerra. En los habituales conflictos entre las ciudades griegas, casi todo obedecía a un ritual preestablecido que se repetía siempre de forma rutinaria. Las batallas entre las distintas ciudades griegas eran rápidas (apenas una mañana) y las campañas rara vez se prolongaban más allá de unas pocas semanas. No existían, por tanto, grandes problemas de avituallamiento, ni se precisaba una logística sofisticada. Las guerras solían tener lugar en el verano, justo antes de las cosechas. Así existía la posibilidad de conquistar las cosechas del enemigo, mientras las propias ya estaban aseguradas.

Se elegía el campo de batalla de mutuo acuerdo, de manera que no diera ventaja a ninguna de las partes. Antes de la batalla solían realizarse sacrificios a los dioses pidiendo de ellos apoyo, valor y fortuna en el combate. Luego ambas formaciones se colocaban una frente a otra y avanzaban, primero lentamente y luego a paso ligero. Se evitaba por todos los medios romper la formación, ni los escudos se separaban unos de otros. El ejército espartano avanzaba siempre en silencio y los únicos murmullos que salían de sus movimientos eran los producidos por las fricciones entre los escudos de bronce; este sonido casi insonoro, unido a la música austera de la flauta causaba una honda impresión en quienes no lo habían oído jamás. Era frecuente, en otras ciudades griegas, que el avance fuera acompañado por gritos de guerra, tambores y trompetas y salves a los dioses de la guerra.

Iniciado el combate, se trataba de que la totalidad de la falange presionara colectivamente. Las bajas producidas eran cubiertas con los soldados situados inmediatamente detrás. Los flancos estaban cerrados por tropas auxiliares (jabalineros, honderos) y se tendía solamente al ataque frontal. Las maniobras de envolvimiento y los ataques laterales apenas fueron utilizados. Se sabe, eso sí, que las falanges no avanzaban de manera completamente rectilínea. El peso del escudo, situado a la izquierda, les hacía adquirir una tendencia natural a avanzar hacia la derecha para compensar ese peso. Solamente existían dos posibilidades en la batalla. O bien se rompía el frente en el centro, o en los flancos. A medida que se perforaba el centro de la formación o una de sus alas, se trataba solamente de evitar que la brecha fuera taponada y conseguir una especie de efecto dominó en el cual el soldado enemigo muerto dejaba el flanco derecho de su compañero desprotegido y, a su vez, pasaba a ser vulnerable. Primero se combatía con la lanza y cuando la proximidad de las fuerzas enfrentadas la hacía inhábil para combatir, se desenfundaban las espadas que sobresalían entre las filas de escudos. La bajas podían llegar –y frecuentemente llegaban- al 15% de los efectivos entre los derrotados y al 5% entre los vencedores. Concluido el choque se construía un monumento a la batalla, habitualmente una torre de madera decorada con las armas y estandartes de los enemigos caídos. Mientras, ambas partes retiraban a sus muertos y realizaban sacrificios a los dioses.

No existen los ejércitos profesionales y permanentes. En caso de necesidad estos son reclutados en el momento. Solamente esparta mantiene una rígida disciplina militar entre sus habitantes masculinos, que se ve reflejada en la calidad de sus falanges. Los hoplitas (infantería pesada) son el núcleo de la falange. Está formada completamente por ciudadanos libres de la ciudad que cobran un sueldo diario simbólico y que deben comprarse sus propias armas, sustento y pagar el sueldo de sus escuderos o llevarse sus propios esclavos para que los atiendan en batalla. Servir en el ejército era un deber ciudadano y causa de mucha honra.

La caballería se fue incorporando progresivamente a la táctica falangista. La influencia de la caballería persa desde la batalla de Platea, hizo a los griegos incorporar jinetes al combate, si bien de manera poco importante. Nunca llegó la caballería a ser el elemento principal del ejército heleno, debido quizás a la escasez de pastos del paisaje griego, que no permitía mantener una cabaña caballar suficiente. Cuando se utilizaba, la caballería estaba dividida en tres cuerpos, llamados catafracta, griega y tarentina. Esta última era la más irregular y ligera, y se componía de arqueros o flecheros a caballo. La división cuantitativa no está clara: parece ser que existían tagmas de cuatrocientos caballos y drongos de dos mil, e ilas o escuadrones de sesenta y cuatro caballos al mando de un ilarca. Cuatro ilas componían la tarentinarquia, cuatro de estas la hiparquía o ephiparquia, y cuatro de éstas la epitagma de cuatro mil noventa y seis caballos, en correlación con la falange de infantería.
"Las revoluciones no se exportan, las hacen los pueblos"

Fidel