Autor Tema: Carta abierta al mundo de los cuerdos  (Leído 4035 veces)

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AZ

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Carta abierta al mundo de los cuerdos
« en: 13 de Enero de 2006, 05:56:33 pm »
Carta abierta al mundo de los cuerdos

Hace mucho tiempo, en otro foro perdido en las nieblas de la red y cuyo nombre ya casi no es ni un recuerdo en mi maltrecha memoria, un viejo amigo de “La Logia de la T” abrió un foro similar a éste, así que debería ser a él a quien culparais de cuanto aquí suceda.
 
Desgraciadamente aquel prometedor joven, abrumado entonces por las verdades que aquellos párrafos escritos a modo de juego dejaban entrever, aquel querido amigo argentino de origen vasco, Tulio Gaitoriaga, fue internado en la “Residencia ‘Gregor Notlam’ para el estudio de las desviaciones severas de la conducta” de Buenos Aires.

Pero disculpadme. Dejad que os cuente las cosas en el orden en que sucedieron. Todo aquello comenzó como un entretenimiento estúpido, en el que jóvenes con absurdas aspiraciones literarias iban a exponer abiertamente su mediocridad en una suerte de “Juego Literario”, en el que irían narrando en público (en diferentes hilos que irían creando para ello) sus supuestas indagaciones acerca del paradero de un libro mil veces catalogado como inexistente, y cuyo imaginario contenido pretendía ser capaz de hacer enloquecer con sus revelaciones: El Necronomicón.

Pero en mitad de esta ficción en la que muchos visitantes del foro se animaron a colaborar, pues no existía más regla que escribir el primer disparate pseudoaterrador o misterioso que le viniese a cada uno a la cabeza, ni más obligación que escribir cuando a cada cual le viniese en gana, en medio de todo esto, digo, comenzaron a suceder cosas.

Y disculpadme de nuevo, pues me sorprendo adelantándoos hechos que no debierais conocer más que por la propia voluntad de vuestra curiosidad, pues tal es la abrumadora responsabilidad de sacarlos a la luz.

Así que sólo os revelaré cómo en su comienzo, el organizador de aquel primer juego pretendió dotar a su ingeniosa ficción de un halo de credibilidad y realismo, asegurando (¿tal vez en serio?) que aquella forma de investigar lo oculto de una manera pública era el único modo de compartir información de los horrores que tenían lugar en la trastienda de aquello que se cuenta en los libros de historia, de ciencias,  o en los periódicos, y que nunca aparece impreso en ellos. Cualquier otro modo de comunicación supuestamente privado o inviolable, llamadas telefónicas, mensajes a teléfonos móviles, emails cifrados, o el uso del correo postal tradicional, todo ello permanecía vigilado y bajo el control de esas mismas fuerzas en cuya naturaleza pretendían ahondar sus investigaciones.

Y el tiempo le dio la razón, pero llevando incluso más allá sus oscuras sospechas, pues todo aquel recubrimiento de ficción con que se intentó ocultar las investigaciones no sirvió de mucho. Esto terminamos comprobándolo, ¡Oh, desgracia!, en nuestras carnes y en la de algunos de nuestros más allegados.

Sería mi deseo que, cuanto aquí se escribiese, todo lo que aquí se hablare, quedara en nada más que un entrañable homenaje en forma de breves narraciones (tal vez interrelacionadas) para aquellos que perdieron su cordura o algo más en aquel primer juego de entonces. Pero temo que no sea así. No puedo hacer más, pues, que dedicar cuanto aquí se fabule o cuanto aquí se descubra, a la memoria de aquellos desaparecidos y al valor descerebrado de quienes habrán de hacerlo.

Habrá quien escriba en este foro compartiendo con nosotros pruebas de los aterradores  horrores cósmicos, producto de estudiar antiguos manuscritos para desentrañar de estos las abominaciones latentes en la historia lejana de la humanidad. Habrá también sin duda quien encuentre su aportación a la descarnada Verdad en las noticias del periódico del día.

Habrá quien escriba en este foro narrando mentiras o ingeniosas ficciones, queriendo con ello sacar brillo a su ego o hacerse confundir con uno de esos bufones televisivos en boga. Pero habrá también quien creyendo mentir, no haga más que cumplir los oscuros designios de una fuerza impía, anterior a toda su estirpe que habrá de sobrevivir también a su progenie. Pues si hay algo eterno es el Horror.

Así pues, os dejo entreabierta esta puerta a lo desconocido para que la crucéis, ingenuos, hasta donde creáis que podéis soportar. Sin más, el foro es vuestro.

Y también, por siempre vuestro,
Aitor Zarauzamendi (AZ)
Aun no llovio que no parase.