Respuesta del hâjib de Cordoba, que Alah, El Que Todo Lo Ve, guie su mano, a las palabras del obispo de Roma:
Roma no desea la paz. Cordoba le ha ofrecido a Roma un pacto para mantener relaciones pacíficas. El Papado lo ha rechazado. Eso no es desear la paz, eso es rechazar la paz.
Roma dice que seguirá con la misma política de siempre. Esa política ha sido de constante hostilidad hacia Cordoba, como demuestra el último acto hostil del obispo de Roma contra los musulmanes: el bloqueo comercial.
Lo que ha mantenido la paz ha sido la prudencia y contención de los gobernantes de Cordoba ante la hostilidad del obispo de Roma. Si Cordoba hubiera respondido al Papado con su misma moneda, con hostilidad e ingerencias, no hubiera habido esos 100 años de paz.
El actual obispo de Roma se escuda en la actitud hostil y belicosa de sus antecesores, como el famoso Papa Negro, para rechazar el pacto. El obispo de Roma prefiere seguir con esa política de hostilidad y agresión en lugar de buscar la paz. Como no tiene argumentos para rechazar la generosísima oferta de Cordoba, se excusa en que Roma siempre ha hecho lo mismo. Como si la hostilidad de sus antecesores justificara su propia hostilidad.
Dado que el obispo de Roma entiende la prudencia y la paciencia de Cordoba como debilidad, el hâjib Faisal, que Alah el Todopoderoso proteja, ha decidido dejar claro que no es así. Por eso proclama que:
- La política de Cordoba de permitir la libre actuación de Roma en la península y de que Cordoba no actuara fuera de la península siempre ha sido una política seguida voluntariamente por los gobernantes de Cordoba, con la esperanza de que los soberanos cristianos y el obispo de Roma vieran la sabiduría de esa política y la adoptaran como propia.
- El obispo de Roma actual, como sus antecesores, rechaza la política de paz y colaboración ofrecida por Cordoba. Siendo así, no tiene porqué esperar que la política de Cordoba siga siendo igual de generosa y tolerante como lo ha sido hasta ahora.
- El hâjib entiende que la agresividad del obispo de Roma no tiene porqué ser compartida por los soberanos cristianos. Es por eso que extiende su oferta de paz y amistad a cualquier soberano cristiano que lo desee, a pesar de la oposición y hostilidad del obispo de Roma.
Cualquier soberano cristiano que desee mantener buenas relaciones con Cordoba y sus vasallos siempre encontrará tendida la mano del hâjib en gesto de paz y amistad. Los que prefieran seguir la línea hostil y belicista del Papado deberán atenerse a las consecuencias de su elección.
Hammad, representante del hâjib de Cordoba
