Extracto del turno Saurio:

LA FÁBULA DEL HUMANO Y LA SÍLFIDE

Hace mucho, mucho, mucho tiempo, durante la Primera Época de Klaskan, había un príncipe humano que vivía a la orilla del mar, en una paradisíaca isla, llena de maravillas naturales y rodeado de lujo y sirvientes.

El príncipe siempre había disfrutado del emplazamiento de su palacio, pues su mayor ansia era navegar. Raro era el día que no se embarcaba para hacer algún tipo de viaje, de mayor o menor duración, y llenos tenía sus almacenes de regalos y presentes obtenidos en sus viajes, así como numerosos modelos de embarcaciones con las que recorría el ancho mar.

Sin embargo, el príncipe no era feliz. Es verdad que navegar era su mayor placer, pero ya no encontraba aliciente alguno en su actividad, pues no tenía parangón entre los habitantes de Klaskan y ningún accidente geográfico presentaba ya ninguna dificultad para su increíble habilidad al timón. Se aburría... y suspiraba de envidia ante la vista de las enormes ballenas, los ágiles delfines y los temibles tiburones, pues en verdad de ellos era el reino de las profundidades marinas.

Inventó mil y un artefactos para desplazarse por debajo de la superficie del mar, pero ninguna le llenaba completamente... Invirtió montañas y montañas de oro, empobreciendo a su país y sus habitantes, y poco a poco fue convirtiéndose en un tirano cruel y resentido.

Un día hizo traer ante sí al mago de la Corte y le ordenó satisfacer su mas íntimo deseo. Sin embargo el mago no tenía poder para ello y tras numerosos intentos fallidos fue mandado ajusticiar, ya que si no es capaz de satisfacer a su señor, ¿para que sirve entonces un mago?. Justo cuando se encaminaba al cadalso, el mago se jugó su última carta y le dijo a su señor que si capturaba una sílfide con sus propias manos, esta se vería obligada a concederle cualquier deseo que pidiera.

Dicho y hecho, el príncipe se encaminó a lo mas profundo del bosque en busca de una sílfide y durante días estuvo al acecho, buscando entre la maleza el menor signo de la presencia de una de estas mágicas criaturas. Pero ninguna se dejaba atrapar fácilmente... por lo que siguió y siguió, elaborando trampas cada vez mas brutales, que en vez de capturar a una sílfide lo que hacía era matarla.

Tanta fue la crueldad demostrada por el príncipe que al final, la Señora de las Hadas, se presentó ante él y se dejó atrapar... preguntándole cual era su deseo..

- Deseo..... Deseo poder vivir bajo el agua como las criaturas marinas -

Su deseo le fue concedido e ipso facto se dirigió al mar, nadando y respirando bajo el agua. Cuando, cansado por tanto ajetreo, decidió volver a su palacio, algo había cambiado, pues todo el mundo se apartaba de su camino, pero no por temor, sino porque no podían aguantar las carcajadas!!!

Furioso llegó a las puertas de su palacio y se encontró con que los guardias no le dejaban paso por mucho que porfiara ser su señor, hasta que cansados, estos le amenazaron con sus alabardas y le instaron a que se fuera, ya que su señor no era ningún feo mutante.

- ¿Feo mutante? ¿Cómo era posible eso si su belleza era conocida en todo el Reino? - se preguntaba el príncipe, y no fue hasta que vio su reflejo en la coraza de uno de los guardias cuando se dio cuenta de los efectos de su deseo...

 

Ya no era un hombre... era una mezcla de pez y hombre, horrendo, monstruosamente feo... del cual todos se reían... por lo que salió corriendo y se dirigió al mar llorando y lamentando su suerte.

Dicen algunos que vieron a una Sílfide aparecer en ese momento para decir unas palabras mientras salía corriendo el príncipe: "Quien gana un regalo por sangre no gana un regalo sino un castigo".

Algunos cuentan que este fue el origen del pueblo atlante, pero eso sólo Surtak lo sabe...

Extraído de "1001 Fábulas para contar en las charcas"


Extracto de turno humanos3:

De los Libros de la Casa de Darloc:

Libro segundo: Donde se habla de la infancia y primera juventud de Darloc

En los primeros cinco años de Darloc, hasta el encuentro con Mel_El_Que_Se_Dec, nada especial pasó en la vida del niño, lo único a resaltar es que crecía sano y fuerte, a pesar de haber sido criado con leche de cabra, y que no enfermo ni una sola vez. En la aldea de Alfach todos lo consideraban como hijo de Betac y Dotera, ya se habían olvidado los rumores que corrieron cuando la pareja regreso con un recién nacido, incluso ya eran bien vistos, pues habían cumplido con su obligación de procrear, aunque solo fuera un niño en vez de los 6 o 7 habituales.

Cuando cumplió los cinco años pudo Darloc empezar a moverse con cierta libertad por la aldea, junto con los demás niños, y era curioso observar como sin peleas ni disputas imponía su criterio, y aunque nunca aceptó ser el capitán de los niños, estos siempre recurrían a él para que dirimiese las diferencias y arbitrase en los juegos de combates, y aunque el episodio del perro que ocurrió en Pinat no fue conocido en Alfach, incluso en el mismo Pinat la mayoría lo ignoraban, pues la vergüenza de los presentes les impedía hablar del tema, sin embargo los niños de ambas aldeas sabían que Darloc tenia especial "magia" con los animales, pues solía rescatar a gatos acorralados por perros, y pajarillos y lagartijas capturados por gatos, y todo esto sin sufrir ninguna agresión. En aquella época cambiaron las costumbres de los niños en ambas aldeas, en vez de dedicarse a cazar matando a los pequeños animales que tenían el descuido de ponerse a su alcance, ahora se dedicaban a capturarlos vivos, y tras observarlos o bien los retenían como mascotas, o bien los volvían a dejar en libertad.

Al cumplir Darloc los siete años ya pudo salir de la aldea, entonces se le planteo el problema de tener que elegir, pues los niños de siete a diez años de Alfach y de Pinat formaban "ejércitos" que se disputaban el territorio que se extiende entre ambas aldeas, especialmente el bosquecillo de la Fuente del Lobo, para los demás era sencillo, cada uno se integraba en la pandilla de su respectiva aldea, pero Darloc vivía en ambas, y aunque la mayor parte del tiempo residía en Alfach, constaba para todos como nacido en Pinat, de forma que ambos bandos reclamaban su presencia, y a la vez en ambos surgían recelos, pero Darloc rehusó incorporarse a ninguno de los bandos, no solo eso, sino que formo un grupo a su alrededor con niños de ambos pueblos, se proclamo "Rey de la Fuente del Lobo", y mando mensajeros a los capitanes de las dos pandillas que se presentaran al día siguiente a su presencia, ni que decir que ambos montaron en cólera, su autoridad ganada tras muchas peleas se ponía en duda, así que convocaron a sus pandillas y fueron a buscar al rebelde.

Cuando llegaron al bosquecillo se encontraron con Darloc, sus fieles, unos 15 niños en total, y todos los perros da ambas aldeas que formaban un circulo alrededor del insurgente, cuarenta venían de Pinat a las ordenes de Tanic, y 38 de Alfach comandados por Sev, y aunque sus respectivas tropas se amilanaron ante los perros, ambos capitanes sobreponiéndose a la situación y tras parlamentar entre ellos se dirigieron a Darloc exigiéndole que decidiera a que capitán reconocía para recibir del mismo el castigo por su rebelión, a esto contesto Darloc que a ninguno reconocía como señor, que a ambos desafiaba a singular pelea, si ganaba Darloc se le reconocería su independencia y predominio, si perdía ante cualquiera de los dos se sometería al vencedor, como la capitanía se ganaba y perdía por peleas individuales ambos tuvieron que aceptar. Primero peleo con Tani, y esa pelea fue al estilo de lucha, donde ambos contrincantes se enfrentan solo con las manos, y vence el que primero pone a su oponente de espaldas en el suelo, aquí la mayor agilidad de Darloc se impuso, y cuando ya Tani estaba agotado fue fácilmente vencido. Sev le permitió un descanso para que se recuperara, al fin y al cabo se consideraba primo de Darloc, pues su madre Mela era hermana de Betac, pero pasado un tiempo prudencial se enfrentaron ambos primos, esta vez el desafio era a puñetazos, según las reglas de los niños, no se admitían golpes ni en el vientre ni en la cara, y aunque a pesar de ello ambos acabaron con un ojo amoratado, la cuestión es que venció Darloc, aunque este siempre pensó que Sev se dejo vencer, seguramente en agradecimiento a que Darloc le había conseguido un cachorro de lince que tenia ahora como mascota. De esta manera gano Darloc su derecho a no someterse y a mantener la independencia, no terminaron ahí las peleas entre ambas pandillas, pero en ellas no intervenía nunca Darloc, que se unía indistintamente a una u otra cuando se constituían partidas de caza de supuestos monstruos, y en ese caso era él quien dirigía la partida.

El invierno correspondiente al noveno año resultó ser mucho más crudo de lo habitual, los viejos del lugar miraban con preocupación a las cumbres nevadas de Sierra Mart. Pasaban las semanas sin iniciarse el deshielo, las heladas nocturnas se repetían a diario y las reservas de alimento estaban llegando a su fin, en esto una noche canto la teja del lobo (es una teja de forma especial situada en determinado ángulo, y que el viento hace sonar cuando sopla con la intensidad adecuada y en la dirección correcta), al día siguiente todos los hombres de la aldea empezaron a reforzar puertas, ventanales y cualquier resquicio de acceso a cabañas, a los animales se les introducía en las viviendas por la noche y durante el día se prohibió que los niños salieran de la aldea, las mujeres iban en grupo a la fuente a por agua acompañadas por mozos armados con trancas y útiles de campo, y todo el mundo se recogía antes del anochecer.

Pasaron unos días sin que ocurriera nada especial, y entonces cambio la dirección del viento, empezó el deshielo y con el se relajo la tensión en la aldea, pronto los niños fueron tomándose cada vez mas libertades, de manera que en una semana ya volvían a recorrer los alrededores y reanudar su guerra perpetua con los niños de las aldeas próximas. La Fuente del Lobo, el pequeño reino de Darloc era zona neutral, y allí Tani de Pinat explico a todos lo que había pasado, sus padres le habían explicado que cuando sonaba la teja del lobo era porque estos bajaban de la sierra a las aldeas y devoraban a todo ser vivo que encontraban a su paso, por eso las precauciones especiales que se tomaban en todas las aldeas, pero que por fortuna solo fue una falsa alarma. No se sabe de quien partió la idea, pero la cuestión es que al día siguiente de todas las aldeas partían expediciones de niños a la caza del lobo, por supuesto sin decir nada en sus casas, solo Darloc y sus quince no fueron, pues estaban reconstruyendo su "fortaleza", una especie de muro de apenas un metro de alto hecho de piedras y ramas, y que el rigor del invierno había dañado.

Era ya media tarde, se acercaba la hora de emprender el regreso a casa, pues estaban a una hora de camino por atajos, de improviso Darloc se quedo rígido, decidió dejar lo que estaban haciendo, ordenar a sus soldados que fueran directamente a sus aldeas y hecho a correr en dirección al bosque, sus amigos lejos de obedecedle fueron detrás aunque conservando cierta distancia, así pudieron escuchar primero los gritos, era la pandilla de Sev, luego conforme se fueron acercando pudieron verles, estaban encaramados en lo alto de un grupo de árboles, algunos estaban tan alto que las finas ramas en los que se sujetaban amenazaban romperse, provocando mas gritos de pánico, bajo un enorme lobo iba de un árbol a otro, como cuidando su despensa para los próximos días, en esto vieron como llegó Darloc que al darse cuenta del animal freno en seco su carrera, pero el lobo ya lo había visto, apenas veinte pasos los separaban, el animal debió pensar que era ya hora de merendar, la cuestión es que se levanto y fijando la vista en el niño empezó a dirigirse a él. Darloc no era precisamente miedoso, pero poco podría un niño de nueve años con una bestia que era mas alta que él, seguramente se trataba de un gran lobo, así que empezó a recular hasta que su espalda choco con el tronco de una gran encina, su cabeza bullía pensando como escapar, pero el animal ya estaba casi encima, en ese momento empezaron a ocurrir lo que los niños llamaron magia, la encina pareció cobrar vida, sus ramas empezaron a moverse por si mismas, sus hojas empezaron a brillar, de entre sus raíces surgió el espectro de una hermosa mujer, en su mano derecha llevaba una espada, en la izquierda un escudo redondo, el lobo al verla se detuvo, en esos momentos Darloc, recordando un episodio anterior se hecho para delante diciendo "plácata", y entonces el lobo agacho la cabeza, bajo el rabo en señal de sometimiento y dando media vuelta desapareció en la espesura.

Cuando los niños volvieron a casa contaron todo lo que habían visto, lo que llevo a ser castigados por mentirosos, si bien se sospechaba que existían lobos en la sierra, desde luego no eran de los grandes, además, ¿Dónde se había visto eso de que los árboles se movían como si tuvieran vida, o que surgieran fantasmas del suelo?. Este episodio marco el liderazgo ya indiscutible de Darloc en ambas aldeas, solo cuando Sev explico con lujo de detalles el lugar donde había ocurrido la aventura del lobo empezó Betac a dar crédito al asunto, era la encina donde había enterrado años antes a la madre del niño, pero nada comento con nadie por entonces.

Al cumplir diez años empieza el periodo de aprendizaje de oficio, asi que en el siguiente otoño Darloc en vez de quedarse en Pinat acompaño a Betac en sus tareas al bosque. Esta temporada se alargara algo mas de lo habitual, pues el adulto además de tener que hacer todo el trabajo tienen que entrenar al niño, y aunque Darloc ya sabe caminar por el bosque sin dejar huellas, fruto de sus juegos, aprende rápido a eliminar las de los asnos, tiene que memorizar el punto de partida y al llegar al círculo de piedra ser capaz de trazar una ruta de ida y vuelta sin pasar dos veces por el mismo sitio, a esto le sigue el uso del hacha, con una pequeña que Betac a cuidado de poner roma en evitación de accidentes, luego cuando demuestra ya cierta maestría se afila y empiezan las practicas de tala, poco mas aprende el primer año, Betac no tiene prisa, y además Darloc se pasa horas observando el monumento de piedra pues las extrañas señales escritas sobre ellas parecen fascinarle.

Con once años aprende a diferenciar que ramas deben cortarse y por donde, de forma que en vez de perjudicar al árbol este crezca fuerte y frondoso, aprende también a reconocer frutos, bayas, hongos y hiervas tanto comestibles como medicinales y venenosos, el bosque va perdiendo sus secretos para el muchacho, ya seria capaz de ganarse la vida como herbolario, o como curandero, incluso alimentarse del bosque, aunque su destino parece ser que será el de carbonero, mientras tanto el circulo rocoso sigue centrando su interés y resistiéndose a su curiosidad.

Con doce años aprende la técnica de amontonar correctamente la madera, cubrirla con tierra, establecer la ventilación correcta y mantener el fuego controlado. Del bosque aprende a interpretar sus lenguajes, no solamente reconoce huellas y rastros, sino que incluso empieza a ser capaz de adelantar acontecimientos climáticos, solo el circulo de Pe_Dra sigue siendo un completo misterio.

A los trece años ya hace su propia tala y su propias carboneras, supervisado por Betac, que no encuentra fallo que reprocharle, así que ese año irá también al mercado de la ciudad a vender su carbón, el proceso de aprendizaje esta llegando a su fin, pronto estará preparado para independizarse si ese es su deseo.

Cumplidos catorce llega el momento de la fiesta del "Paso", de dejar de ser considerado menor, en esta fiesta, celebrada en el solsticio de verano, todos los muchachos que ya tienen catorce años adquieren la condición de "con voz" y por tanto tienen derecho a opinar en los consejos de familia y de aldea, aunque las decisiones solo las toman los ancianos. La fiesta empieza con un desfile de los muchachos ataviados con una túnica larga, a continuación y tras pasar por toda la aldea, en la plaza central tiene lugar el combate, pelea cuya única regla es no causar daños irreversibles, y que gana el que pone a su oponente de espaldas en el suelo, luego se efectúa un concurso de destreza, consistente en fabricar a partir de recursos naturales (ramas, cortezas de árbol, fibras vegetales y piedras) un arco y diez flechas, de ellas cinco se disparan en competición de distancia y las otras cinco en competición de puntería, finaliza la mañana con la imposición de manos del padre sobre el muchacho, después se celebra un banquete comunal que dura hasta la noche, noche que tienen que permanecer de guardia sin poder entrar en casa, de meditación y de toma de conciencia, o de fiesta..., cada uno será responsable de sus actos a partir de ese día.

Pasada la fiesta, Darloc comunica a sus padres que es su deseo que, en cuando vayan al bosque en el siguiente otoño, el construirse una choza y quedarse un tiempo junto a la construcción, pues intuye que en ella encontrará su destino, por su parte Betac le relata su encuentro en el bosque, y Dotea que esta segura que su hijo no ha nacido para ser carbonero, le anima.


Extracto del turno trogg:

LAS CRONICAS DE ISHALOM BROS

CAPITULO I. EL MAL DE LA MALEZA

La cara de Urkill reflejaba mas asombro que la de su primo Zerbal Lix.

- ¿Es él, el que dicen habla con las bestias? - pregunto UrKill a su pariente.

- Si, eso parece. Comentan que se crió entre las bestias salvajes, abandonado por los suyos porque portaba "el mal de la maleza".

Urkill se incorporo un poco mas de entre los fardos amontonados por los guerreros trogg para aprestarse al largo viaje hacia el oeste. Quería ver mas de cerca si le era posible al nuevo y extraño héroe Trogg, pero si salía de debajo de las sacas, seguramente este le vería y a lo mejor ordenaba a su bestia alada que lo engullera, ups.

- ¿El mal de la maleza, que mal es ese? - Inquirió Urkill

- El mal de la maleza hermano es el mal de la soledad, lo peor que le puede pasar a un trogg. Dicen que cuando un niño-insecto trogg nace y no se reúne con los suyos es que tiene el mal de la maleza. Todos los niños Trogg tendemos a estar unos con otros, a entrar en las castas y trabajar unidos para mejorar como raza y como individuos. Ese trogg que ves ahí nunca tuvo casta ni " Killia"*, y sus padres quizás atemorizados por ser rechazados por los suyos, lo abandonaron a morir o vivir con su soledad, en la espesura, allí donde crece la maleza. La maleza hermano es la hierba mala, que sangra a los árboles robustos o a los campos cultivados, como la maleza, un trogg que no se une a los suyos acaba por causar el mal entre ellos por eso se les aísla. Lo raro es que haya vuelto para ayudarnos..., normalmente mueren debido a la juventud con que se les abandona.

Urkill miraba a su primo realmente sorprendido de lo que sabia. El primo de Urkill era un trogg de la casta mentalista, pero aun así no conocía que estos supieran tanto de la vida privada de los héroes Trogg, de las leyendas vivientes y menos de uno que acababa de presentarse ante los de su raza de nuevo. Él en cambio era un bracero mas, aunque en estos últimos tiempo gracias a la ayuda de su primo, había conseguido entrar a formar parte de aquellos que llevaba el palanquín del antiguo emperador, Ig Suzail.

- Primo...mmmm, sino es indiscreción, ¿cómo sabes tanto de ese extraño trogg?

- No hace mucho, Urkill, estuve en la Torre de magia de nuestro emperador, antes de que los orcos la destruyeran y allí fui seleccionado entre muy pocos para entrar como aprendiz de mago al servicio de nuestro amo. Pero la mala fortuna no quiso que me escogieran finalmente, allí hoy hablar del héroe de la maleza, al parecer se había presentado ante el emperador ofreciendo su ayuda, y sorprendió a propios y extraños.

- Ahhhhh, no me habías contado nada de esto primo, lo mantenías en secreto eh? Que pillo eres - Urkill se asomo un poco mas y vio al Héroe Trogg como acababa de enfundarse una robusta espada al cinto y un arco de hueso de Jik* a la espalda, largo como un trogg adulto. En ese momento vio como de reojo el héroe miraba hacia su dirección y Urkill asustado dio un traspié cayendo al suelo y arrastrando con él alguna saca- ¡¡Ahhh me ha visto primo, ajjj vendrá a por mí y me cortara en dos con su espada¡- dijo atemorizado.

- ¡Ven aquí zoquete¡, - le dijo su primo - No temas, no te matará, por suerte tienes mas ocupaciones y problemas que matar a todo aquel que le mira como si fuera un bicho raro.... Posiblemente nuestro nuevo señor Artaj Limba tenga para el alguna importante misión pues en estos tiempos ningún héroe Trogg debe faltar a ayudar a su raza, nos enfrentamos a la extinción... sin esclavos, sin nuestra amada ciudad, será difícil comenzar más allá de donde la alargada sombra orca llega.

- Mas negra es la otra sombra primo, mas negra y maligna, ¿Viste lo que ocurrió con los orcos y sus wargos? Fueron consumidos por...

- Chsstt¡¡ no hables mas de ello Urkill, no lo pronuncies pues no es un orco o bestia lo que habita ahora en las ruinas de piedra y hueso, es un mal que siente y cuya mente todos los trogg de nuestra casta presentimos incluso a kilómetros de distancia. No hables de él porque lo sabrá, ven alejémonos de aquí ya hemos visto suficiente.

Urkill noto por primera vez temor en la voz de su primo y se mantuvo en silencio, pensando que pensamientos horribles debía soportar para hablar con la voz tomada.

Cuando los Trogg se retiraban de entre las carretas, vieron como el héroe trogg montaba en la bestia alada, con cara de águila y cuerpo de León, para alzar el vuelo hacia el frente de la larga comitiva. El aspecto de dicha criatura ya de por sí impresionante llamaba enormemente la atención entre los trogg, que no recordaban de animales que les ayudaran en sus tareas, ni militares ni civiles. La rareza de dicha visión, provocaba inquietud y gran curiosidad en el pueblo trogg. El plumaje esplendoroso de la bestia, fue realzado por el aleteo que predecía al majestuoso vuelo. Con sus mas de 6 metros de envergadura, era realmente una fuerza de la naturaleza lo que estaban viendo.

Urkill y su primo se incorporaron a la comitiva que estaba a punto de salir de TroggHeimm con un destino ciertamente incierto...La muchedumbre Trogg aunque nerviosa por el inicio de tan extraño viaje, no rompía la formación y se juntaban unos con otros en sus respectivas castas, exceptuando los Trogg guerreros que a lo largo de toda la fila tomaban posiciones para proteger la comitiva

Ishalom Bros veía en el peregrinar de los suyos, un reflejo de su pasado cuando el mismo viajaba indeciso por parajes inhóspitos buscando para el un lugar en el mundo. Su montura, Calbura, de nuevo remontaba el vuelo. Había sido herida durante la batalla en Troggheimm e Ishalom hizo lo posible por cuidarla y que de nuevo la fortaleza llegara a sus poderosos miembros. Aunque pareciera extraño, ella era la única que comprendía la naturaleza de este trogg al que sus congéneres atribuían el mal de la maleza, solo para despreciar una diferencia que seguramente había surgido en multitud de ocasiones en la raza trogg, pero rechazada porque podría poner en peligro la estabilidad de su sociedad; En definitiva la individualidad, negada a muchos y reservada solo a unos pocos...los héroes.

La caravana llevaría un paso lento, pensó Ishalom. Como un meandro de río, serpenteaba en el camino de salida de Troggheimm Oeste. Se elevo casi 100 metros mas y desde allí pudo observar la Torre Vigía del Oeste, ostentosa, que delimitaba las fronteras del Imperio Trogg, como una lanza clavada en la llanura, avisando a aquellos que llegaban. Pensó en encaminarse hacia allí con Calbura y esperar a que los trogg limitados a arrastrarse por la superficie llegaran, pero pronto tomo en cuenta las palabras de Artaj. Un trogg curioso ese Artaj, pensaba Ishalom, de palabras duras o tranquilas según necesitara el momento. No sabia como definirlo pero veía que ese hombre quizás traería nuevos aires a la civilización de sus padres.

La palabra "padres".., flotaba en el aire mientras Calbura planeaba sobre Troggheimm. Este noto como su amigo y héroe por un momento abandono las riendas del vuelo y decidió planear durante un tiempo para dejar a Ishalom sumirse en sus pensamientos... Aun humeaban varios edificios, entre ellos el palacio. Detrás de sus murallas se había escondido la flor y nata de los Trogg, allí había pervivido una cultura ancestral, pero como todo se acaba, para bien o para mal. Como los padres que abandonan a sus hijos, los trogg deberían abandonar su ciudad y dejar atrás el pasado, por veces triste por veces glorioso.

Ishalom llevaba días pensando en ello, en buscar quizás a sus parientes entre las castas trogg en la capital. Se pregunto si los suyos después de tanto tiempo desearían verle o saber de él, o incluso si lo reconocerían. ¿O era él el que no quería saber nada de ellos?. Calbura noto el agitado pensamiento de Ishalom que paro bruscamente el vuelo sobre la ciudad con un fuerte tirón de la rienda, así que decidió posarse sobre un minarete cercano. Notaba que su amigo Trogg llevaba días agitado desde que había encontrado y tratado con los de su raza. Sus instintos le decían que Ishalom estaría mejor sin los suyos, pero notaba que la curiosidad de ishalom superaba su propio instinto de supervivencia, de bienestar...

Después de observar la capital trogg desde el aire, Ishalom anoto en su mente todo lo visto. Granjas orcas que empezaban a tomar forma en el paisaje de la arquitectura trogg, como hongos al pie de un árbol. Se distinguía claramente como los orcos echaban abajo edificios trogg para aprovechar la poca madera usada en los mismos. Las caras de los orcos reflejaban el malestar ante lo poco que podían aprovechar de entre las ruinas trogg, y de alguna manera Ishalom se alegraba, no sabia el motivo pero una sonrisa se dejo entrever entre sus mandíbulas oblicuas.

Hizo varias pasadas a baja altura pero los orcos estaban bien aleccionados por su líder y no tomaron acciones hostiles ante su cercanía, aparte de alguna piedra mal lanzada por algún orco furibundo a causa del mucho trabajo que le estaba cayendo encima con tanta obra. Mas lejos, observo la sombra. Allí el paraje estaba continuamente azotado por un viento malsano e incluso notaba el pestilente olor desde la distancia. Sus sentidos agudizados le decían que en el interior de la Sombra no podía haber nada bueno. Había visto días atrás a Artaj entrar en ella y salir con vida...pero aun así le era extraña la naturaleza de la misma. Solo veía como un tenue remolino agitaba los nubarrones que asolaban el cielo y preñaban el aire de muerte y oscuridad. Decidió no acercarse mas y partió rumbo a la punta de lanza de la comitiva.

Al acercarse, observo el palanquín del antiguo emperador cerrado por cortinajes a su fina vista, y el nutrido grupo que acompaña a Artaj Limba. El tal Artaj se había rodeado de un nutrido grupo de Troggs seleccionados de entre los mas avezados mentalistas, guerreros y demás variopintas castas y tomaba sus decisiones escuchando primero ese pequeño corro de voces. Extraña manera de hacer las cosas pensó Ishalom, pues mientras combatió al lado del antiguo emperador este tomaba decisiones sin escuchar a nadie, llevado solo por su intuición, conocimientos o saben las montañas exactamente que. Él mismo fue escuchado por Artaj sobre la mejor manera de emprender el viaje al oeste y sortear las dificultades de montañas y bosques, y le consta que tomo nota precisa de sus consejos.

Al llegar, algunos Trogg se apartaron sorprendidos aun por la extraña montura de Ishalom y por poco el palanquín de Ig Suzail, sino fuera porque la obediencia y temor al que fuera el líder Trogg era superior a ver a la bestia alada tan de cerca, cae al suelo. Calbura al posarse soltó un graznido atronador, le contentaba enormemente el ver como los trogg se asustaban de su llegada, se sentía fuerte entre estos trogg, muy diferentes de su amigo Ishalom.

Isahlom descabalgo de un salto y se acerco al grupo de Artaj, los trogg abrieron paso y escucharon las nuevas del Héroe Trogg.

- La ciudad esta siendo tomada poco a poco por los orcos Artaj son como la lluvia al caer sobre tierra seca, pronto no quedara nada de vuestra hermosa ciudad y la cubrirán con sus maquinas. Ya plantan sus cosechas y esquilman vuestros edificios y tesoros, les ha faltado tiempo para tomar lo que no era suyo.

Isahlom vio como Artaj ante las nuevas se giro al grupo de "consejeros" y comento con ellos los azarosos acontecimientos. Ishalom, después de indicar con detalle lo que observo en su vuelo, se sentó sobre una roca desnuda y comió un pudín de arañas que llevaba en su zurrón. Vio, mientras masticaba, como Artaj hablaba de manera pausada con un Trogg de aspecto algo diferente a los demás. Llevaba una túnica carmesí, hecha de fino junco, que cubría su cuerpo insectoide y unos brazales de hueso policromados en dorado decoraban sus antebrazos en intrincadas formas romboidales. Una ferronier de plata gruesa adornaba su cráneo antenado que se agitaban en su conversación con Artaj. Después de la platica, este trogg partió hacia un grupo de viaje variopinto y se partió hacia el sur. Llevaba consigo una carreta de provisiones y diversos enseres. La verdad no era una comitiva realmente llamativa, los colores predominantes en la misma eran el tono pardo y un verde deslucido acompañados del típico color óseo de la estructura de la carreta, nadie diría que iban de parte del nuevo señor de los trogg, sea cual fuere su destino.

Ishalom apuro el pudin y se encamino a hablar con Artaj.

. Me voy artaj, me encamino a la Torre que poseéis en el oeste. Aquí ya no hago nada- la voz de Ishalom era de hastío.

- Esta bien, si algo de lo que ves llama tu atención, háznoslo saber, cualquier nueva es bienvenida- Artaj puso su mano sobre el hombro quitinoso de ishalom. Este no entendió el gesto, ¿de confianza quizás? ¿Esperaba algo de él?

- Muy bien, lo haré - No supo decir otra cosa y aturdido por la situación Ishalim monto en Calbura. Empezó en suaves remolinos a ascender hasta que, tomando ya cierta altura, se encamino llevado por los vientos otoñales hacia los limites del Imperio Trogg...

 

FIN CAPITULO I

KILLIA* Es la unidad familiar más pequeña de la civilización Trogg. La forman solamente los padres biológicos del niño Trogg y los llamados "Tutores de Casta", que arremolinan a su alrededor aproximadamente a 10 nacidos y sus respectivos padres. El Tutor de casta se encarga de guiar a los nacidos a aquella tarea, a lo largo del aprendizaje, que mejor podrá ayudar a la comunidad trogg.

JIK* El Jik es un animal de aspecto de velociraptor, que depreda en terrenos de llanuras. Su espina dorsal, en muchas ocasiones, es usada por los armeros trogg para complementar la saliva que producen y que usan para construir armas y armaduras y hacer así más estable y duro el objeto creado. Los arcos de Jik son habituales debido a la facilidad que tienen para ser tensados.


Extracto del turno de Orcos:

 

SANGRE Y GROG

Después de haber estado dando vueltas por las colinas sin rumbo definido ni objetivo a la vista, Daôn y sus chicoz llegaron a un altozano que se erguía sobre la desembocadura de un río. Al otro lado se intuía la espesura de un bosque denso, pero junto al río unas edificaciones eran perfectamente visibles desde el otero donde los Orcos satisfaccían su curiosidad observando lo que desde allí les parecía una ciudad.

Por fin una población donde refrescarnos -gruñó Dâón- bajemos y busquemos un lugar donde nos sirvan un buen trago de Grog. Mataría por un buen trago de Grog. - Y sin más comenzó a bajar la colina hacia la ciudad junto al río-.

Demonios -rezongó uno de sus chicoz siguiendo sus pasos- Desde que perdimos a Brût, esta exploración se ha vuelto de lo más insoportable.

Y tanto -respondió otro-. Como que era él quien llevaba el Grog.

Pero debemos reconocer -contestó un tercero- es que nos reímos mucho con Brût.

Se llevó todo el mérito de haber sido el primero en descubrir aquel territorio con lava -habló el primero-, ¿recordáis como gritaba?. "Que me quemo¡¡¡ Que me quemo¡¡¡ adyudadme malnacidos". Juas Juas Juas. Sólo de pensarlo me parto de la risa.

Tampoco es para reírle la gracia, el muy jodío se empeñó en no lanzarnos el Grog hasta que le ayudarámos a salir del charco de lava que había pisado. Siempre fue un egoísta y un amigo de los taponez. -Sentenció el tercero-

El se cayó solito dentro de la lava, pues que salga él solito. Pero el Grog era de todos y no tenía derecho a hacer que se quemara con él, desde luego que a mí también me pareció un acto muy egoísta. -Contestó el segundo-.

Se hizo el silencio mientras se iban acercando a la ciudad. Finalmente se encontraron frente a la ciudad al otro lado del río. Era una ciudad enorme sin amurrallar, de altos edificios con cúpulas doradas y torres esbeltas. De piedras blancas y rosadas, desde donde se encontraban veían perfectamente amplias arboledas con fuentes cantarinas y estatuas de las que manaba agua. Un puente de dos arcos con balaustres blancos y adoquines multicolores unía ambos lados del río y hacia él se encaminaron los intrépidos exploradores.

¿Qué mierda de sitio se supone que es esto? -Rezongó Dâón- Desde luego que no es tapona esta ciudad, ni siquiera los taponez son tan cursis.

Y cómo apesta joder -respondió uno de sus chicoz cuando les llegó el suave perfume a rosas, jazminez y almizcle-. Es repugnante.

Este sitio es abobinable, no me extrañaría que fuese creación de algún demonio del Arallu que se haya personado en el mismísimo Klaskan. ¿Oís esta música endemoniada? Hace que mis instintos asesinos se adormezcan.

Desde todos lados llegaba un suave murmullo musical, cítaras, flautas, liras, mandolinas y castañuelas se confundían en una bella melodía de fondo y un coro de voces infantiles cantaban a la primavera.. -Creo que hemos llegado en medio de un ritual demoníaco -Susurró Dâón- Nosotros a lo que hemos venido, busquemos un buen antro donde nos sirvan Grog y seguimos con nuestras exploraciones-.

El centinela Atlante tenía la mente en blanco. Su concentración era tal que podía navegar por el Nirvana concentrándose en las zonas Feng-Shui de su área de exploración, no había ninguna presencia extraña por los alrededores. pero . esto que es?. De repente todo el matiz violáceo que recorría su mente se ennegreció, intrusos. ¿Pero que?.

Abrió los ojos como quien sale de un mal sueño para encontrarse de frente con un grupo de . Puaj, Orcos. Orcos aquí, pero como han llegado hasta la bella Atlanz?. Se restregó los ojos incrédulo a lo que veía.

Usted perdone. ehm. ser extraño. ¿Sabe si hay algun Antro, Cuchitril o taberna en la ciudad?. -Daôn intentó mostrar su lado amable tal y como la experiencia de tantas exploraciones le había enseñado a hacer ante un aborigen cuando intentaba entrar en una ciudad. Siempre daba mejores resultados que sacar su cimitarra y dedicarse a dar tajos a diestro y siniestro, con el tiempo había comprobado que esta actitud no era agradecida ni bien entendida por los habitantes de las ciudades extrañas.

El ser extraño no era ni tapón ni orejotaz, aunque se asemejaba a estos últimos por la palidez de su piel. Sin embargo tenían una extraña escamación por todo el cuerpo, su ojos eran ovalados y de color amarillo meao, y sus manos tenían una telilla entre los dedos como las patas de los patos. Nota para cultos: (cuando Dâon pensó en las patas de los patos hacía referencia a las extremidades inferiores de estos ánades no a sus hembras).

AAAHH, Orcos, Orcos en la ciudad. Sálvese quien pueda nos atacan los Orcos.Los centinelas primero¡¡¡. Y desapareció corriendo en la ciudad dejando atrás un escudo de latón ricamente adornado y una lanza muy curiosa con tres puntas.

Qué extraño -Dijo Dâón mientras desenvainaba su cimitarra, por si los taponez como siempre acostumbraba a decir-

Sí que es extraño señor, este armamento es de muy poca calidad. Aunque este escudo tan bonito podría servir como plato, seguro que a mi mamá le encantará como regalo -dijo despreocupadamente mientras metía el escudo abandonado en su bolsa de viaje-

Los cinco Orcos entraron en la ciudad cimitarra en mano. A lo lejos les llegó un murmullo extraño sobre el fondo musical, poco a poco la música se fue apagando y sobre ella se elevó un griterío que se fue acercando hasta ellos para convertirse en una muchedumbre de seres como el vigilante que habían visto apostado, ejem.. adormilado, junto a la puerta de la ciudad. Un grupo heterogéneo de hombres, mujeres y niños con bultos y cajas sobre la cabeza corrían hacia la puerta en dirección hacia los Orcos. Daôn y sus acompañantes agarraron sus cimitarras dispuestos a vender cara su vida.

Orcos¡¡¡, Nos invaden¡¡¡, Sálvese quien pueda¡¡¡. La muchedumbre dando alaridos de terror abandonó la ciudad dejando atrás un silencio sepulcral. Los Orcos continuaron avanzando con enorme sorpresa esperando que de un momento a otro se les echara encima la guarnición de la ciudad.

Al poco llegaron a una amplia plaza en cuyo centro una fuente que haría las delicias de cualquier orejotaz lanzaba al aire chorros de agua espumosa y cantarina.

Mirad -gritó uno de los Orcos- aquí podremos refrescarnos y quitarnos el polvo del camino.

Yo me echaré agua por encima -Dijo Dâon- pero me niego a beber esta agua. Parece que tiene extraños efectos secundarios.

Los Orcos se quitaron sus botas de hierro e introdujeron sus patas en el estanque al que caía el agua de la fuente. Unos peces dorados correteaban entre sus pies. -Ahhh- exclamaron de placer los Orcos. El agua empezó a ponerse de color chocolate, un extraño humillo de color oscuro empezó a burbujear y los peces dorados se colocaron panza arriba y se dejaron morir.

Están ricos estos pezcaos -Dijo un Orco masticando uno de los peces- sólo falta un poco de Grog para bajar las raspas.

Al otro lado de la plaza se oyó un grito espeluznante. Un ser extraño se tiró manos a la cabeza -Sacrilegio¡¡¡ sacrilegio¡¡¡, han contaminado el estanque sagrado y están devorando los peces de Atlantis, es el fin del mundo¡¡¡, es el fin del mundo¡¡¡- . Los Orcos miraron extrañados al otro lado de la plaza sin dejar de masticar. De una puerta ricamente decorada sobre la que colgaba un cartel de letras fosforitas que decía: "Drag Atlanz Club". Tiraron los peces se calzaron sus botas de hierro y allí se dirigieron los Orcos con un solo pensamiento en su calabazo. "Grog, Grog, Grog, Grog".

Un murmullo de "ooohh" "mmmm", y un desmayo en una de las esquinas recibió a los Orcos en el interior del Antro-club. Sin disimular pero visiblemente incómodos se encaminaron a la barra del establecimiento donde les esperaba un camarero (o tal vez una), con la cara extrañamente pintarrajeada, las uñas largas y una enorme peluca de color rubio-anaranjado que le llegaba hasta la cintura.

Hola guapos, qué queréis tomar?.

Un buen barril de Grog para cada uno -susurró Dâon visiblemente preocupado por la confianza que mostraba el camarero- ¿Qué ciudad es ésta y quienes sois vosotros? -preguntó movido por la curiosidad-.

El camarero comenzó a servir un extraño mejunje en unas jarras grandes.

Esta ciudad es Atlanz, una colonia Atlante en tierra firme. Todos nosotros pertenecemos a la raza submarina de los Atlantes, antigua como la historia del mundo.

Mientras oía esto observó a su alrededor, todos tenían más o menos una pinta como la del camarero. Pelos largos y de colorines, uñas grandes y pintadas, la cara pintarrajeada y sus labios embadurnados en un color rojo sangre. Todos iban sobre unos zapatos-elevadores del tamaño de un barril de Grog, que hacía que al caminar parecieran patos mareados. Esta gente debe guardar las cosas en sitios altos porque parece que necesiten zapatos escaleras -pensó Dâón-.

El camarero había terminado de servir las bebidas y se inclinó hacia el hombro de Dâón. - Orcos. había oído hablar de vosotros. ¿Es cierto que sois rudos y sudorosos?, y que os encanta luchar en batallas y que sois sangrientos. ooh.mmm..- se lamió su labio inferior en una mueca que asqueó al pobre Dâón-.

Sí, bueno. siempre han circulado muchas leyendas sobre nosotros, pero casi todo son exageraciones. - Se metió un trago de la bebida entre pecho y espalda, primero sintió un escalofrío y luego una sensación de náusea.- Pero qué demonios es esto, que mierda me has servido?- Y agarró al camarero por el cuello y lo atrajo hasta su cara-

Oooh. ya veo que no eres nada pasivo, me gusta. -inquirió el otro sonriendo-

Has intentado envenenarme -Gruñó Dâón furioso- te mataré y esparciré tus tripas por esta ciudad siniestra. - y comenzó a estrujarle el cuello-.

Esto no es veneno -habló uno de los pezcaos desde un ricón- Es zumo de alga, con pulpa de frutas y nectar de flores recolectados por colibrís, es muy bueno y tiene muchos antioxidantes y vitaminas y .

Aaarggg ¡¡¡. Todos los Orcos comenzaron a escupir y tiraron sus vasos lo más lejos posible. -Zumo de frutas- Estos traidores han intentado envenenarnos. Sacaron sus cimitarras al grito de "A por ellos".

Los clientes del establecimiento que hasta ahora se habían mantenido al margen de la conversación saltaron hacia ellos quitándose la ropa y dando gemidos. -A mí primero, a mí primero-. Los Orcos extrañados retrocedieron hacia la puerta. Dâón soltó al camarero que comenzó a gritar. "Sigue¡¡¡ sigue¡¡¡".

Una vez en la plaza nuevamente Daôn miró a su alrededor, del Club comenzó a salir un grupo de pezcaos y desde otros lados de la plaza empezaban a aparecer pequeños grupos de tímidos pezcaos. -Esta gente está endemoniada, sólo cabe replegarse con cautela y pasar a una táctica de defensa activa, volvamos hacia las puertas de la ciudad-. Lentamente con las cimitarras en la mano avanzaron hacia el río.

Una puerta se abrió y del interior surgió una voz -No me violéis, no me violéis-

Desde una de las ventanas surgió una figura femenina. -Mirad chicas, machos de verdad.-. Más figuras comenzaron a asomarse a las ventanas. -Chicoz- murmuró Dâón- apretad el paso que la cosa se pone fea.

Al poco enfilaron la calle que llegaba hasta las puertas de la ciudad, tras ellos una multitud de histéricas e histéricos corría tras ellos. Los Orcos atravesaron un parque pisoteando las plantas y rompiendo los esquejes recién plantados. Al llegar a la puerta enfilaron el puente y lo atravesaron sin mirar hacia atrás. Allí la salida apresurada de los habitantes había sembrado el camino de maletas, bolsas y cajas abandonadas en la huída apresurada.

Uno de los chicos exclamó -Esta bolsa está llena de oro-. -Esta otra también- gritó otro. -Aquí hay una caja llena de joyas y alhajas-.

Dâón frenó su trote y se volvió hacia los bultos abandonados. -Ehm, bueno, supongo que podemos esperar un poco y llevarnos algo de valor, recojed todo lo que veáis de valor-.

Al otro lado, a las puertas de la ciudad un grupo de pezcaos agitaban pañuelos a modo de despedida. -volved pronto-, -no nos olvidéis- -Ehh, que las copas hay que pagarlas-.

Desde luego que a esta gente no les sienta bien vivir en la superficie, parecen un grupo de elfos locos. -Decía un Orco que arrastraba un enorme cofre, mientras echaba una última mirada a la ciudad-.

Y que lo digas -Respondió Dâón- ¿Cómo se puede vivir en una ciudad sin Grog?. Es normal que se hayan vuelto locos.

DIAS MAS TARDE, EN Maus-Shakutarbîk

Y luego. aparecieron más de 100 guardias por la esquina de la fortaleza. Estábamos rodeados, pero aún así no nos rendimos y decidimos pagar caras nuestras vidas. Lanzamos tajos a diestro y siniestro, pateamos sus culos de escamas, y luchando conseguimos abrirnos paso hasta el lugar donde guardaban el tesoro.. - Relataba uno de los Orcos-

..Custodiado por unos enormes Elementales de Agua... -Continuó otro de los Orcos-

Dâón, visiblemente afectado por el Grog asentía y sonreía a todos lados mientras oía las felicitaciones de todos sus amigos en el Cuchitril del campamento de la Horda. Pero el Héroe que había saqueado una ciudad Atlante con sólo 4 escoltas estaba triste.

Pobre Brût, era un valiente, él sólo consiguió abatir a la mitad de la guardia antes de caer moribundo bajo una lluvia de flechas. Sólo le dio tiempo a decir: "Dâón. tú siempre fuiste mi amigo, por eso te doy la parte del botín que me corresponda". Y yo a pesar de que su viuda lo reclame. no puedo hacerle un feo y romper el último deseo de un camarada muerto.

© 2004. By Karnak.

 


Pezcao Atlante según un dibujo realizado por tapón hábil bajo la decripción del valiente Dâón.

 


El horripilante Club Atlante (Extraído del "catálogo de bares de ambiente de Atlantz Siti").