Extracto del turno Orcos2:

Desgraciadamente el turno orcos2 roleado revela demasiado de dicha raza y no puede sacarse extracto alguno.


Extracto de turno humanos2:

En la gran sala donde el Emperador y sus ministros (y secretarios y ayudantes de estos) en pleno, deliberaban sobre la gestión del presente ciclo a comenzar, había mucha tensión. No sólo estaba el Consejo de Gobierno reunido, sino también la Alta Corte.

El cansancio se podía respirar en el aire. El Emperador se encontraba en su amplio sillón, con dolor de espalda y apretándose con los dedos sus ojos para bajar la tensión del cansancio en ellos, y tratar de hacer descansar un poco su mente.

Han estado deliberando de muchas cosas, por mucho tiempo. Tantas obligaciones y acontecimientos que atender. Tan pocos recursos para poder hacerlo. Entre los diversos temas se había tocado varías veces el del presupuesto para el presente ciclo, sin llegar aún a que el Emperador decidiera definitivamente.
Una pequeña conversación había al fondo, en la puerta custodiada del gran salón, que no fue percibida por nadie, pues todos se encontraban ocupados en algo.

Al final, el corpulento soldado que se encontraba en la puerta, perteneciente a la Guardia Imperial, y con cierto rango para mandar a otros soldados, decide presentarla; anunciando que es una mensajera que viene de parte del embajador Kremmer, en las tierras de la Horda de Liksau. Tuvo que elevar bastante su fuerte voz para poder imponerse al barullo de los diversos ministros y secretarios discutiendo sus diversas ideas de lo que había que hacer.

Al ser escuchado, el silencio se hizo en la sala, pues se esperaba ese comunicado. El emperador dejó sus ojos, levantó el rostro e hizo una seña para que la dejaran entrar.

Todos los presentes se sorprendieron de la mensajera. Una joven muchacha, bastante delgada, que había que prestarle bastante atención para darse cuenta que era una mujer y no un muchacho. El embajador la usaba porque era muy ágil, rápida y tenía una resistencia al cansancio insuperable; además de ser terca como una mula, lo que hacía que hasta ahora nunca hubiese fallado una misión. El Emperador ya había oído de ella y le gustaba la idea. Estaba vestida de manera común, especialmente común para que los espías no sospecharan. Tanto así que le costó mucho pasar por las diversas alcabalas de guardias del palacio, con todo y que tenía un salvoconducto especial. El Emperador pensó que de vez en cuando la pediría prestada al embajador para ciertas misiones.

El comunicado donde se indicaba la respuesta de Liksau le fue leído a todos, y las reacciones fueron inmediatas.

El emperador soltó una carcajada y dijo que "este tipo no se cansa de pedir"; pero los demás ministros y secretarios no les dio tanta gracia. La noticia llegó en un momento que no estaban para bromas, precisamente.

El Ministro del Tesoro, Bienes y los Dineros, que nunca estuvo de acuerdo con las donaciones a este pueblo, al cual no considera nación, dijo que esto era inaudito, ¿cómo podían atreverse a pedir una ciudad?. El Ministro de las Artes y Costumbres gritó que eso era un insulto a nuestra nación y civilización. El Ministro de la Guerra dijo que ellos no habían demostrado hasta ahora su valía ni lealtad como para que se justificara tales peticiones, y mencionó que a nuestros soldados no les caería mal ejercitarse un poco con los nómadas. Los comentarios siguieron por las diversas personas que había en el recinto; el Jefe de los Ministros dijo que si se creían acaso que eran ellos los que nos protegían a nosotros; el Consejero Imperial dijo cínicamente que si no habrían entendido bien el mensaje que el Emperador había mandado en el ciclo pasado; otras personalidades que si mas bien no habían querido entenderlo; que debíamos invadirlos para darles una lección, decían otros; tributos nos deberían estar pagando ellos gritaba uno; que esto era una afrenta y demás.

El Emperador estaba cayado observando las reacciones hasta que levanto el Cetro Imperial con lo que todo el mundo se cayó la boca de inmediato.

- No es para tanto -dijo- Pero como que es cierto que se ha mal interpretado nuestra benevolencia. Parece que Liksau no logró entender nuestro último mensaje, y habrá que aclarárcelo mejor y mostrarle sus límites.
- Ministro -dirigió la mirada al Ministro de Guerra- Nuevamente, nuestros muchachos caminarán un poco.


Extracto del turno humanos3:

Se cierra la pesada puerta de la muralla, acaba de llegar Darloc que es recibido con evidentes muestras de alegría por su amigo de infancia Tanic de Pinat, Señor de la Fortaleza del bosque de Laguedoc, y aunque el protocolo por el rango de ambos indica una presentación por heraldos y una farragosa ceremonia introductoria, ambos héroes se dan un fuerte abrazo entre risas y jocosas observaciones sobre las incipientes canas que se adivinan en sus sienes, y sin mas prolegómenos pasan al comedor donde en esos momentos están a punto de servir un suculento asado a base de pavos salvajes de los vecinos bosques.

Lord Alexandre y Andronicos se levantan para dar la bienvenida al recién llegado, a quien le hacen un montón de preguntas, teniendo que imponerse Tanic, como anfitrión, para dejar los asuntos serios para después de comer, así que los cuatro no tardan en hacerle los honores a la mesa, alabando la calidad de la bodega, el grog de crianza de Tanic es famoso en toda la nación, y en ningún otro sitio se puede encontrar, según las malas lenguas le abastece un viejo orco que una vez al mes se acerca a la fortaleza con una carreta tirada por un gran lobo tuerto, efectuando trueque de grog por carne y cuero, y que tozudamente se niega a comerciar con nadie que no sea de Laguedoc.

Finalizada la pitanza pasan todos a la sala del Consejo, sobre una gran mesa de madera de encina ovalada se encuentran abiertos los mapas de las tierras recién exploradas, pero antes de decidir las acciones a efectuar pasan revista a las novedades que las últimas acciones han revelado.

Inicia Andrinicus con su informe sobre las provincias que tenia el encargo de estudiar, informa que por el tipo de vegetación no corresponden a jungla propiamente dicha, sino a antiguos manglares con una apreciable fertilidad, por lo que no sería descabellado el pensar en poblarlas en un futuro próximo, que por lo demás no ha observado ninguna peculiaridad.

Lord Alexander presenta los mapas de las nuevas tierras conocidas confeccionados por la unidad de exploradores y por él mismo, estos mapas muestran dos extensas regiones boscosas, al parecer deshabitadas, pero no completan la posible área de visión de la fortaleza, así que la misión esta aun inconclusa, considerando necesario llegar a los dos territorios de visión para máxima efectividad de de la misma, Tanic insiste en la necesidad de poder observar el máximo de territorio con vistas a poder reaccionar a tiempo ante cualquier eventualidad.

Llegado el turno a Darloc, este pasa a relatar su peripecia, como al explorar la cordillera hacia el X como encontró un paso que la atraviesa, con gran cantidad de huellas de carretas, por donde avanzando tomando precauciones para evitarse sorpresas, descubrió una fortaleza orca que cerraba el paso de lado a lado sirviendo de control y defensa del mismo, mientras hacía recuento de sus defensas no pudo evitar que uno de los vigías le viese y diese la voz de alarma. El interés de quienes le escuchaban iba en aumento, mientras Darloc proseguía informando que aunque se le presento la ocasión de tomar la fortaleza, recordando las antiguas leyendas sobre la alianzas entre orcos y humanos, cuando juntos se sublevaron contra los insectos opresores, y que como hermanos se habían separado, y no existiendo ninguna instrucción del Senado referente a hacer la guerra a los orcos, tras dejar un mensaje de saludo, se retiró a la espera de que el Senado tome una decisión al respecto.


Extracto de enanos2 con la historia de Targen:

En su infancia Targen no fue un Enano que pareciera destacar en nada en especial. Sus padres le animaron en todo tipo de actividades que el joven e inquieto Targen emprendía. Si bien no era un joven falto de talentos tampoco parecía destacar en exceso en ningún juego o estudios en particular. Lo único que le caracterizaba algo por encima de sus compañeros era su capacidad de esfuerzo y perseverancia.

Pero los padres de Targen , Griztor y Seladane, aun confiaban en la visión que el oráculo tuvo la noche de su nacimiento. Las palabras habían sido claras. “De vosotros ha nacido un ser excepcional, vuestro hijo será uno de los elegidos y nadie como el representara mejor el corazón de nuestro pueblo”. Estas palabras habían guiado a Gritor y Seladane desde que Targen era pequeño. Intentaron educarle como a un sabio pero Targen no demostró apego especial por lo libros. Le animaron a probar las armas, y si bien Targen sabía defenderse, no demostró ninguna especial capacidad en ninguna. En los deportes solo demostró ciertas cualidades en aquellos que exigían un esfuerzo continuado, pero esto tenia su explicación.

Lo único que a Targen realmente le atraía era pasear por el monte. Desde muy pequeño sus largas salidas por las montañas cercanas a su humilde hogar traían de cabeza a sus padres y habían forjado en el una capacidad de resistencia notable. De vez en cuando Targen recordaba como de joven, y antes de su accidente, era capaz de recorrer durante días enormes distancias. Pensaba en como, bajo sus ahora lisiadas piernas, pasaban como en un ciclo sin fin montañas y valles. Como había seguido a las aves en sus migraciones. Como era capaz de seguir el sendero marcado por las manadas de caballos salvajes. Como era incluso mas rápido que muchos de los animales a los que día y noche perseguía.

Para los padres de Targen el accidente que lisio a su único hijo fue un golpe del que casi no se recobraron. Aquel día era lluvioso, Targen estaba como casi siempre solo vagando por las montañas. Quería ver como un águila alimentaba a sus polluelos y para ello escaló hasta un saliente cercano al nido. Mientras con calma observaba la belleza de los animales no notó que por su espalda se le aproximaba algo. Solo cuando la sombra le ocultó el sol Targen se dio la vuelta. Allí lo vio por primera vez, la belleza de aquel ser mitológico no tenia igual. Un increíble Pegaso estaba a sus espaldas observándolo al igual que el hacia con el águila. Durante unos segundos se miraron y cuando Targen intento estirar el brazo para tocarle este se asusto. A la vez que el Pegaso levantaba el vuelo, el sol, oculto tras el Pegaso hasta ese momento, cegó durante unos desgraciados segundos a Targen. Este en su intento de alcanzar al Pegaso, y cegado temporalmente por el sol, tropezó con una roca y sin poder evitarlo cayo por un barranco. Solo tras cuatro días de búsqueda fue localizado con ambas piernas fracturadas y casi muerto.

Targen tardo meses en recuperarse. Poco a poco su gran fuerza de voluntad fue prevaleciendo sobre otros sentimientos. Los médicos no dieron nunca muchas esperanzas a los padres de Targen y casi ninguno consideraba posible este volviera a andar. Poco a poco Targen fue demostrando que su determinación y coraje podrían salvar cualquier obstáculo. El día que consigo por fin ponerse en pie los médicos pensaron que eso ya era un gran logro y que a lo mejor seria capaz de pequeños desplazamientos en su hogar que mitigaran su invalidez. Pero el continuo esfuerzo hizo que no solo llegase a ser capaz de moverse dentro de su casa si no que con el tiempo y poco a poco volvió a, con lentitud, pasear por las montañas que tanto apreciaba. Y en su corazón estaba volver a encontrase con aquel Pegaso que solo durante unos fatídicos segundos había conseguido ver.

Los padres de Targen estuvieron a su lado en todo momento, y si bien no intentaron compadecerse delante de el, en sus ojos era obvia su tristeza y dolor. Targen era querido por todos. Siempre había sido un joven dispuesto a ayudar en aquello que podía y no se recordaba que nunca de su boca hubiera salido una queja ni reproche. Incluso en los momentos mas difíciles siempre tenia una sonrisa, un chiste o una anécdota que contar a las innumerables visitas que durante su convalecencia fueron a verle. Podría decirse, sin negar a la verdad, que era el, y no al revés como hubiera sido lo lógico, el que animaba a sus amigos y familiares.

Targen creció, sus lesiones nunca curaron del todo, pero con la ayuda de un simple cayado era capaz de, poco a poco, recorrer grandes distancias. Paso muchos ciclos visitando las montañas donde había visto el Pegaso. Si alguien pasaba por aquellos parajes era normal ver a Targen sentado, en las alturas, mirando al cielo. El mismo casi pensó que nunca mas volvería ver a aquel bello ser. Pero una tarde de invierno en que el viento rugía con inusitada fuerza, y la nieve parecía querer cubrir para siempre las montañas, Targen perdió el sendero de tan bien conocía. No sabia como, y no era capaz de explicárselo, pero por un error se desvió de su ruta.

Cuando parecía que por segunda vez el destino le deparaba unos de sus negros avatares halló, la verdad mas por suerte que por otro motivo, una escondida gruta donde refugiarse. La entrada de la gruta estaba oculta tras una formación rocosa que hacia que incluso a corta distancia fuera prácticamente invisible a la vista incluso para un Enano.

En la gruta encontró al que a partir de aquel momento habría de ser su mas fiel compañero. Al fondo, tumbado y adormilado, un Pegaso blanco descansaba. Targen, entumecido por el frió, se acerco a el poco a poco. Sus pasos vacilantes, tanto por su cansancio como por su evidente cojera, hicieron mas ruido del que el deseaba y el Pegaso levanto su majestuosa cabeza y le miro. Sus ojos tenían el color que adquiere el sol al atardecer. Tiempo después Targen relato a sus padres que la mirada del Pegaso, llamado Hieilen, solo podría describirse como que “abrasaba con un gelido manto el alma”.

Poco a poco, vacilante al principio y mas decidido después, Targen se fue aproximando mas a Hieilen. Sin miedo Targen se recostó a su lado y cansado durmió hasta el fin de la tormenta.

Cuando Targen regreso a su casa no dijo nada en un principio de su hallazgo. Siempre que Targen podía se ausentaba para visitar a su nuevo amigo. Era feliz viendo al Pegaso surcar el aire y con el tiempo se gano su confianza.

Tras muchas visitas un día, y de improviso, el Pegaso le habló. Su voz no era normal, llegaba directamente al corazón de Targen, y si bien para otro hubieran parecido simples relinchos de una bestia para Targen eran claras y transparentes palabras.

Con esta voz, que no lo era, Hieilen dijo “ Mi nombre es Hieilen. Durante tiempo con el viento he observado. Tu pueblo excava la roca y mira poco las nubes. Tu recorrías las montañas y seguías las águilas. Muerto pensé que estabas y las lágrimas que no tengo regaron vuestras cosechas. He mirado en ti y en tu corazón no hay maldad. Tiempo que sin compañero estoy y en mi grupa el cielo puedes cabalgar”

Targen asombrado se acerco al Pegaso que se había echado al suelo. Monto sobre su lomo y ahí empezó una larga amistad que el tiempo no borraría. Hieilen alzo el vuelo y se alejo el reino de los Enanos. Sus regresos al reino de los Dos Enanos fueron esporádicos y únicamente se le veía cuando visitaba a sus padres. Tras la muerte de estos no se le volvió a ver por tantos ciclos que su recuerdo casi se borró.

Ahora y sin conocer el motivo Targen ha regresado. Ya no es el joven lisiado que antaño vagaba por las montañas. Su fama y reputación le ha precedido. Las noticias de su llegada han corrido como los torrentes de las montañas y su historia y coraje es narrada en todos los lugares públicos del Reino de los Dos Enanos. Los rumores dicen que lidero una horda de Pegasos en el norte luchando contra Engendros. También se cuenta que venció a Quimeras, Minotauros Salvajes y Mánticoras. Algunos apuntan a que el cayado de Targen se lo dio una Sílfide y que con el puede obrar grandes hechizos. Pero lo único que de verdad se sabe de Targen, que no afirma ni desmiente los rumores, es que solo es un Enano de buen corazón con un gran amigo.


Extracto del turno de Servidores:


Foto de nuestro nuevo mago, Juan Tamariz.

Todo se precipita en la fortaleza, los oficiales ordenan a las tropas servidoras tener en perfecto estado de revistas las armas, los mozos limpian las armaduras, hasta dejarlas brillantes como el oro. El propio Telón (sastre servidor) termina los últimos detalles de las ropas de Suarsenaje.

La decoración de la fortaleza es sencilla, banderas adornan las murallas, todo parece mas limpio e incluso han bañado a pluto (nombre cariñoso del lobo), por el interior de las murallas, los infantes y las milicias, marcan el paso en un ensayo general.

Los cocineros, sacan de las despensas los dragones, parecen estar en buen estado, pese al tiempo que llevan en sal. Todo parece estar preparado a falta de los invitados, cuando un viejo servidor que atentamente observaba todo, levantando la mano, hace que todos los presentes se paren y tras pensar durante un corto espacio de tiempo habla…………

Nosotros sabemos donde están ellos, pero ¿ellos saben donde estamos nosotros?, la pregunta parece despertar a los presentes y un murmullo se oye en la sala. Rápidamente Suarsenaje toma la decisión……Iré a su encuentro.

Se abren las puertas por primera vez en el día de la fortaleza, el ruido ya no molesta a los presentes, están acostumbrados al rugir de las abrazaderas .Cuando pasa por debajo de la torre existente en lo alto del bastidor de la puerta, pluto aúlla en señal de la libertad que perdió, el día que su amo lo libero de la trampa en la cual yacía, esperando su muerte. El lobo, animal agradecido donde los haya, no se separa de su señor ni en las inconfesables noches de luna llena, cuando la vil llamada de los lobos orcos hace presagiar una noche de cacería.

A pocos metros del Gran Duelista, van en formación 1 unidad de arqueros y 1 de infantes, sé dirigen al encuentro del presumible gran guerrero.

Caminan al amanecer desde la posición X al sur, hacia la posición Y, donde debería ser localizado ya e/los ser que esperamos. Tras los saludos de rigor, regresamos a nuestra fortaleza por el mismo camino andado.

Ya esta todo preparado, se divisa a lo lejos las tropas que regresan del encuentro con el/los loquesea, suenan los tambores y trompetas, según se pasa el portalón de la entrada, a la derecha, un gran dragón es volteado en una gran barra de hierro que atraviesa su cuerpo, está sostenida sobre 4 enormes palos que sirven de base a la barra, que hace girar el cuerpo ya medio asado de tal bicho.

Pasan las horas, en la grata compañía de nuestro nuevo “amigo”entre akuna-matata y akuna-matata ,hacemos lalalalala