Extracto del turno Nómadas:

Los gritos se oían desde toda la ciudad, era sabido de todos que los servidores se caracterizaban por tener 3 brazos, pero no se sabia que tenían una voz tan poderosa. Realmente lo que le tenían que estar haciendo a ese desgraciado debía de ser horroroso, pero es que también infiltrarse en la ciudad en época de tensión militar era casi como un suicidio. Estoy hablando de "Todoloquierosaberperonosenada", el espía Servidor que tuvo la feliz idea de meterse en este antro que llamamos Cugdeon. Yo soy Milo, "el apuntador". En realidad, no soy ningún apuntador de ningún teatro (empezando porque aquí no hay teatro), pero me dieron ese apodo cuando me descubrieron copiando para mi maestro una reunión del Consejo Superior (donde se reúnen los peces gordos de Cugdeon dos veces por ciclo para hacer un análisis de los hechos). Mi maestro, un banquero adinerado, quería saber si le habían descubierto un fraude que había echo y acabo ejecutado en la plaza mayor. Por cierto, no le habían descubierto. A mi me contrataron para dar acta de todos los consejos y aquí estoy, esperando a que Marthin, nuestro gran y supremo gobernador (como se hace llamar él), vuelba del "interrogatorio" del Servidor. El consejo lo componen Marthin Khan, Gotrex (el hermano de Marthin y jefe de los exploradores), Hark, aunque casi nunca asiste debido a sus viajes, los representantes de la "burguesía" (si se puede llamar asi a los cuatro terratenientes que nos explotan), los representantes del pueblo (unos pocos "untados" hasta la frente para mantener al "populacho" feliz), un tío que anunciaba todo pero que no tenia nombre y a mi con mis pergaminos.

Por fin llega el jefe, dos horas, dos malditas horas torturando al pobre espía.

-Muy bien, que comience la sesión. Primer punto del día, el intruso servidor.-El que hablaba era el tío sin nombre.

Estaba claro que ese era el primer punto del día, era noticia en todos los territorios.

-Que pase el acusado.-anuncio el sin nombre.

Entraron dos soldados gigantes y después otros dos. No conseguí ver, hasta que estuvieron a mi altura, al espía que estaba entre los cuatro, se le notaba descompuesto, le faltaba algo. Claro, ¡el tercer brazo!, se lo habían arrancado. Si no fuese por su cara destrozada y por sus harapos rasgados y llenos de sangre parecería un humano cualquiera.

-Muy bien consejeros, ¿qué hacemos con el?- pregunto Marthin.

-¡Quemarlo! -¡Ahorcarlo! -¡Tirarlo a los tiburones!- a este ultimo se le quedo todo el consejo mirándolo. Normal, ¿tiburones?, ¿de donde se iban a sacar tiburones? A todo esto el espía tenia una cara horrorosa, no se sabia si de la tortura o de las cosas que se estaban diciendo allí. -¡NO!, no se le ejecutara, ya he llegado a un acuerdo con su pueblo.- A pesar de intentar de que todos los consejeros tuviesen voz y voto Marthin hacia lo que le daba la gana sin tener en cuenta nada ni nadie.- Irá con Gotrex a su ciudad natal y entablaremos conversaciones con los Servidores. Algunos consejeros murmuraron y otros sonrieron pensando en los posibles beneficios. Eran carroñeros natos. A Gotrex le pareció que tenia que hacer de niñera y se mosqueó. La cara del espía era una viva imagen del alivio.

-Segundo punto del día, misiones de exploración.-Otra vez el sin nombre.

-Hark, quiero que vayas al Sur y me digas que hay por ahí, esta vez vete solo, no quiero que te lleves ninguna puta contigo.- Hark se caracterizaba por tener un grifo de montura y era objeto de admiraciones y de envidias. También era un borracho y un mujeriego empedernido.

-Gotrex dile a tus exploradores que descubran desde donde vino el carromato orco. Eso sucios bichos verdes no pasaran por mis territorios asi como asi. -Gotrex asintió malhumorado por su misión.

-Eh, tu. Maldita sea, despertad a ese. ¡Ya era hora!, que estas en el consejo no en la cama. Consigue manufacturas en el mercado interno y que sean baratas, no me importa si son "made by orcos" o "made by elfos" (era su forma de determinar la calidad, no hace falta decir cuales son las buenas).

-Señor- Ahora el que hablaba era un consejero burgués- Andamos escasos de BO, tendríamos que subir los impuestos.

-Muy bien, subiré los impuestos.- al consejero burgués se le puso una cara de feliz inimaginable, seguramente tendría algún chanchullo por ahí - Tu el apuntador, prepárame el discurso para dar a los ciudadano, acuérdate de echar la culpa de la subida a ese cretino. -La cara de feliz del consejero se esfumó. - ¿alguna proposición más?.

Silencio.

-Perfecto, yo me iré a buscar otra mascota como Hark - estaba claro que le envidia le devoraba por dentro.- Hasta el consejo que viene. - Dio un saludo y se fue, tal como era típico en él.

En mi opinión estos consejos deberían llamarse discursos ya que el único que habla es Marthin.

Ahora me voy a casa que tengo la mano dolorida de escribir.

Saludos, Milo.

Diario de Milo, 13 luna del vigésimo quinto año. Consejo superior.


Extracto del turno Saurio:

La estancia olía a rancio y podrido, mal iluminada y peor ventilada, y los pergaminos y libros que se agolpaban en las paredes habían sufrido el natural proceso de descomposición con el que Seth aprovecha la esencia de las cosas, para que estas sirvan como principio de las que están por venir. Pero a pesar de ser conocedor de que todo está en los designios divinos de Seth, Ophyx no pudo sino lamentarse por tan gran pérdida. A sus pies se encontraban los vestigios de lo que podía ser una fuente de información inigualable sobre los antiguos saurios que poblaban jdneru3fwx71 antes de la llegada de esta, la Quinta Era.

El hallazgo mientras se realizaban las obras necesarias para la construcción de la muralla que defendía la ciudad sauria de lo que parecía ser una antigua biblioteca había llenado de esperanza a los eruditos, tanto arcanos como mundanos, de encontrar pistas sobre el antiguo imperio saurio. Sin embargo, la selva, siempre acogedora para los saurios, no lo era tanto para las obras escritas, y su acción se había dejado notar con el paso del tiempo, rompiendo las recias paredes y dejando así que se filtrara la humedad.

Ophyx lamentaba todo esto, pero poco se podía hacer contra el inexorable paso del tiempo, por lo que decidió acelerar su paso y dirigirse al foco de luz que brillaba en el fondo de la estancia. La luz era proyectada por un gran farol con varias capuchas que permitían el paso de esta según interesara, y aprovechando la luminosidad, varios saurios de una avanzada edad, reconocibles por la pérdida de lustre en sus escamas, estaban agachados mientras se dedicaban a investigar varios legajos que al parecer se habían salvado de la acción del clima.

- Honorables ancianos - carraspeó Ophyx - Me han llegado noticias de que requerían mi presencia sin tardanza.

- Ahhhh, joven señor Ophyx - dijo el mas anciano de los eruditos, levantándose entre un chasquido de huesos proveniente de su cuerpo, que le provocó un ligero rictus de dolor - ya no soy el joven y flexible explorador de antaño, y mi cuerpo se resiente de ello. Sin embargo creo que lo que hemos encontrado merece que halla dejado mis baños termales para dejar mi espinazo mas quebrado que los dientes de un dragón.

- ¿Si? ¿Es cierto? ¿Habéis encontrado algo entre todos estos antiguos papeles?

- Vaya que si hemos encontrado algo. Es una pena que la mayoría de estos textos estén echados a perder para siempre, pues hemos descubierto que esta es una Sala de Registros, donde todos los maestros bibliotecarios dejaban constancia de lo acontecido en cada ciclo que les tocó vivir. Es todavía un poco prematuro para confirmarlo, pero al parecer en estos libros hay referencias sobre el que pudo ser el último destino conocido de la Armadura de Crocodile.

- ¿Crocodile? - preguntó un desconcertado Ophys - No recuerdo que la Crónica de Meraska recoja a ningún Crocodile.

- Parece que debí insistir un poco mas mientras te impartía clases de Historia, joven señor Ophyx. Crocodile fue uno de los últimos generales de Meraska antes de que esta cayera definitivamente durante los cataclismos que significaron el cambio de Era. No hay muchos registros sobre él, pero si sobre su fabulosa armadura, hecha con las pieles de los mas poderosos cocodrilos de los pantanos salobres. De hecho, muchos piensan que su verdadero nombre no era Cocodrile, sino otro que aún desconocen, y que adquirió este sobrenombre tras aparecer investido en dicha armadura.

- De su armadura - continuó el anciano saurio - se dice que es capaz de proteger a su usuario de la mayoría de golpes, resistir contra efectos elementales diversos, adoptar la fuerza y resistencia de un cocodrilo, inmunidad contra venenos, e incluso se dice que era capaz de invocar la forma terrenal de Sagrash, el Padre Al´Seth de los Cocodrilos. Tiene forma de peto, con protecciones para los hombros que adoptan la forma de cabezas de cocodrilos, gorguera de oro laminado, sendos brazales de refinados metales y en vez de casco tiene una túnica protectora cogida por una diadema donde está inscrito el símbolo de Seth.

- Parece ser una armadura de increíble poder, respetable anciano, pero dudo que algo así esté esperando que alguien la vaya a recoger entre los restos de alguna ciudad de Meraska, y muchos menos que haya un cartel que anuncie donde está - dijo Ophyx - y mucho menos que todo lo que se dice de ella sea real.

- Veo que al menos no perdisteis vuestra innata incredulidad a pesar de mis enseñanzas, joven señor.

- Tan sólo recalco el hecho que de ser yo el dueño de tan fabulosa armadura la llevaría siempre conmigo hasta caer en combate y no la dejaría en cualquier lugar, por muy protegido que estuviera, para que alguien la encontrara. Además es bien sabido que con el tiempo, las historias, si no se recogen de manera fiable por escrito empiezan a adquirir otras hechuras, y donde antes hubo un hecho fortuito en un duro combate, pasados los ciclos adquiere hecho de heroica hazaña.

- Es verdad que tienen certeza vuestras afirmaciones, pero hay algo mas. Al parecer Crocodile tuvo una visión que le instó a dejar la armadura en algo conocido como el Hogar de Seth, un templo de eremitas dedicados a la oración y el estudio de los textos sagrados. Según estos escritos, el objetivo era reforzar los poderes de la armadura mediante la intervención del mismo Seth, o quizás recibió conocimiento del fin de la Era y decidió dejarla en un lugar sagrado donde estaría a buen recaudo, antes de partir hacia su muerte.

- Reflexionad sobre lo que os he dicho joven señor - continuó el anciano - Ya se han enviado noticias a la corte en Varania y nuestro bienamado rey Reptis ha decidido que partáis a la búsqueda de dicha armadura.

- Pero... ¡Nadie sabe donde está! Podría llevarme ciclos y ciclos buscando sin encontrar nada...

- No os preocupéis, creemos que el Hogar de Seth se encuentra en lo que antaño fue la Isla de Meraska, tan sólo hay que indagar al respecto. Además - dijo mientras cogía un pergamino de la mesa, bastante nuevo en comparación con el resto de papeles de la sala - el Sumo Sacerdote Surtak ha estado ayunando y pidiendo a Seth que le mostrara donde se hallaba la armadura. Aquí tienes lo que obtuvo. Creo que te será de utilidad -

Ophyx abrió el pergamino y leyó detenidamente lo que ponía. No era un texto fácil de leer, pues las visiones están compuestas principalmente por sensaciones y fugaces visiones, a veces con sentido y otras sin él, por lo que transcribirlo al papel resultaba complicado.

- Bueno - comentó a la par que doblaba y guardaba el texto bajo su peto - Si Seth y Reptis el elegido de Seth entre los saurios creen necesario que vuelva a traer la Armadura de Crocodile entre nosotros, no veo entonces necesidad alguna de discutir. Es voluntad de Seth y esta se hará realidad. Seguid con vuestro trabajo viejo maestro, pues sin duda es una de las labores mas sagradas. Parto ya, no demoro mi salida. Que Seth os proteja bajo su capucha -

- Que su protección también os abarque mi joven señor -

Ophyx se volvió y se encaminó hacia la salida de la sala. Donde antes había malos augurios de podredumbre y decadencia, ahora brillaba la luz de la esperanza. Pronto volvería a verse la Armadura de Crocodile sobre la faz de Klaskan... Gloria eterna al pueblo elegido...