Extracto del turno Orcos2:

Quinta Luna del decimoquinto ciclo – Cabo del Miedo
Todos están inquietos, los lobos resoplan y nosotros sabemos que hoy la sangre cubrirá el Cabo del Miedo. El día de hoy será recordado por nuestros hijos. Y así se lo hice saber a mis hermanos.

“Hoy, una nueva hoja de la historia escribimos. Nuestros hijos contarán la noche de hoy como la noche que el Cabo del Miedo tembló bajo los pies de la Horda. Hoy libraremos a la Horda de un peligroso enemigo, protegeremos a nuestras familias y podremos emprender la mayor gesta jamás pensada.

Desenfundad Hijos del Cielo, pues hoy no caerá sobre nuestras cabezas. Dejad que la noche escuche vuestros gritos y recordad a todos quién somos. Somos los guerreros de la Horda, somos el trueno que llega desde el cielo para destruir a sus enemigos. ¡Somos la muerte!

Dejad que la sangre tiña de rojo el Cabo del Miedo. Dejad que vuestras hojas se alimenten una vez más para la gloria de la Horda y de sus valerosos guerreros. Demostrad a todos quién manda y hacedles pedir clemencia.

Se rieron de nuestra generosa oferta de alianza y ahora pagarán. Nadie se ríe de la Horda, nadie se ríe de los Hijos del Cielo. Y ahora… ¡que corra la sangre!”


Extracto del turno Nómada:

Biografía de Jarlaxe

Capitulo 1:

Bien señores, la historia que les voy a contar empezó, hace ahora unos..., esperen que haga cuentas: tres por dos cinco, me llevo siete y le sumo los tres años bisiestos, esto hacen...¡veinticinco!, eso es esta historia empezó hace veinticinco años, justo cuando yo nací... bueno, eso es normal porque es mi vida pero da igual porque no me acuerdo de ese momento, asi que cogeremos el hilo de mi vida a los 6 años. Mejor a los 10 años porque tuve un golpe y no me acuerdo ni de los 6 años.

Bueno, la cuestión es que yo tenia 10 años y había ingresado el la escuela de “Fruguarth etl Ghroingh wirk Daswing et bhelmegun” que en draconiano viene a ser como..., da igual, consecuencias del golpe. En fin, que estaba en esa escuela estudiando lo que estudiaba la gente de mi edad, economía, lenguas, criaturas, números, más criaturas, magia, muchas más criaturas, etc. Lo de las criaturas era una fobia del dire, pero eso también da igual. En la escuela tenia tres amigos (había un cuarto, pero probamos un hechizo fallido con él y...), estos se llamaban Lej´Masoj, un futuro hechicero de poca monta; Iklinya, la única mujer y la única elfa en la escuela, tenia la fascínate (o maldita, según quien lo dijese) habilidad de hacer levitar los objetos; y por ultimo estaba Banesh, un gigante (en el sentido metafórico de la palabra) que salía adelante gracias a su gran fuerza. Los tres estábamos en primer curso y teníamos los mismos años (aunque Iklinya aparentase menos), en la escuela los cuatro soñábamos lo que seriamos en el futuro, Lej quería ser un gran hechicero reconocido universalmente, Iklinya soñaba con dirigir a su propio país de elfos en el bosque (pá variar un poco de escenario) y a Banesh le entusiasmaba ser un paladín de gran prestigio que defendiese el bien. A mi sin embargo me hubiese gustado ser un carpintero, mi padre era el jefe del gremio y a mi me parecía lo mejor del mundo.

Los días pasaban sin poder hacer nada más interesante que pescar, claro que eso era bastante interesante, ya que Banesh tiraba una piedra al río y cuando los peces venían asustados hacia nosotros Iklinya los sacaba mediante la levitación, pero eso tampoco importa para nuestra historia. La cuestión es que llegamos a los 15 años en estas condiciones. Pero un día, cuando teníamos 15 años (que casualidad, ¿no?) llegó a la escuela un nuevo profesor que nos daría clases de “criaturas A” (la versión fácil de la asignatura, ya que los alumnos de cursos altos hacían “criaturas B”), el tipo tenia un aspecto elegante y caminaba de una forma muy extraña por lo que cuando llegó se oyó un “mirad es un picha-elfo” en la clase y todos nos comenzamos a reír, todos menos Iklinya que hizo levitar una silla y la soltó justo encima del interventor. El profesor resulto ser muy agradable y yo avancé mucho con su ayuda, es más, mi avance llegó a tal nivel que me empezaron a interesar las criaturas más allá de los pergaminos de texto, y fui con el profe, que se llamaba Brugar, a verlas en su entorno natural: el zoo de la ciudad. Más tarde me enteraría que ese no era su entorno natural, pero es que encontrarlas por el bosque o la montaña era muy difícil.

A Lej y a Banesh les extrañaba mi interés, pero Iklinya decía que muchos elfos adoraban a un dios de la naturaleza, mi interés no llegaba a tanto ya que para que yo rezase a un dios, el dios tendría primero que ganarse mi confianza. Por lo visto, lo de las religiones era al revés, pero a mi me daba igual.

Cuando terminó el curso escolar, Brugar me convenció para acompañarle a una excursión a una montaña cercana, yo convencí a mis tres amigos. Cogimos lo imprescindible para una excursión de este tipo, nuestras espadas de juguete con las que simulábamos combates entre nosotros, el tirachinas y demás cosas para divertirnos en el campo. Brugar por su parte se cargó con un montón de tonterías, cuerdas, sacos de dormir, provisiones para varios días, etc. Nosotros no sabíamos que entendía el profe por “un paseo por el campo”.

Y una mierda “paseo por el campo”, la excursión resultó ser una escalada en toda regla. Lej no sabia para que utilizar las cuerdas, si para subir por la montaña o para ahorcarse y ahorrarse el esfuerzo, Banesh decidió por el dándole un capón que le hizo olvidar todo el esfuerzo. El profe no resulto ser un gran caminante, cada poco paraba sudando hasta por la nariz. Al final, seguimos adelante sin él debido, principalmente, a que cogió una cagalera como un dragón por comer unas bayas de un arbusto con el fin de enseñarnos el poder de la naturaleza.

Cuando llegamos a la cima, gracias, sobretodo, a la levitación de Iklinya que nos ayudaba a subir, nos encontramos con que, en vez de terminar en pico como todas las montañas, terminaba con una pequeña meseta que presentaba un paisaje yermo y vació que nos desilusionó bastante. Bueno, bastante es decir más bien poco, Banesh empezó a cortar arbustos (si, los de las bayas) con su espada de madera para ahogar su furia, Iklinya empezó a despotricar contra toda la familia del profe, luego contra todos los dioses que conocía y por ultimo en todas nuestras madres. Cuando terminó, propuso explorar un poco la meseta para aprovechar el haber subido hasta allí, yo estaba de acuerdo y Banesh también, ya que había terminado con los arbustos de la zona donde estábamos; a Lej le tuvimos que despertar ya que se había dormido del cansancio.

Toda la meseta era igual a excepción de una pequeña sima y como no habíamos subido hasta allí para volver con las manos vacías (aunque Lej opinara que si), descendimos con las cuerdas por la sima para ver que había dentro. Hay que matizar lo de descender con las cuerdas ya que Lej se quedó arriba “vigilando”, Iklinya bajó levitando y a Banesh se le rompió la cuerda por lo que solo yo baje por la cuerda, pero eso, como muchas otras cosas, da igual.

La sima resultó ser un túnel que descendía en circulo y nosotros, siguiendo nuestro espíritu aventurero, encendimos las antorchas y bajamos por él. Cuando llegamos al final el túnel se abría en una gran caverna que extrañamente estaba iluminada por un extraño brillo y donde se sentía un extraño olor a azufre (elemento fundamental en todo lugar mágico) y a otros elementos, en resumen, todo el lugar era muy extraño. De repente una gran luz nos reflejó y cuando pudimos recuperarnos los tres amigos nos quedamos encantados. Todavía estábamos encantados cuando llegó Lej gritando- Pero que os pasa, lleváis aquí dentro una eternidad, ¿os habéis montado una orgía y... –entonces el también quedó encantado, y no era extraño ya que delante nuestro se alzaba un gran palacio-castillo-templo (no lo sabría definir muy bien) blanco, que se parecía a la capilla de nuestro pueblo pero a lo bestia, tenia cuatro torres encima de la fachada principal y una gran puerta en el centro de esta, no había ventanas (es normal, tampoco había paisajes a los que mirar) pero la fachada estaba llena de grabados de grandes héroes y leyendas (eso lo sabríamos después). Al cabo de un rato, con nosotros todavía encantados, las grandes puertas del palacio-castillo-templo se empezaron abrir y una gran luz, proveniente del interior, nos cegó por segunda vez en el día (eso me jodió más que estornudar meando). Cuando esto se pasó pensamos que saldría un gigante (por lo menos) de dentro, asi que cuando lo hizo un viejo decrepito nos decepciono un poco bastante. Cuando el viejo llegó hasta nosotros empezó a hablar con una voz profunda –Siento que hable asi, pero aquí hace frio y estoy afónico –el viejo sacó un Verters Original de una bolsa, se lo metió en la boca y al cabo de un rato hablo otra vez, esta vez con una voz más normal:

-Bien jovencitos, ¿cómo habéis llegado hasta aquí?- preguntó con los brazos en jarra.

Banesh respondió con voz temblorosa por la impresión de todo lo sucedido –Había un sima y... nosotros...las cuerdas...el túnel...y aquí...

-Vale, chaval, tranquilo no te voy a comer, podría pero no es el caso –una mancha de liquido salió de la entrepierna de Lej.- no se como habrá sido posible, normalmente esa entrada esta disimulada por un hechizo muy poderoso. Debe haber ocurrido un desfase mágico, eso explicaría muchas cosas.

El viejo se giró y empezó a andar, pero de repente se acordó de nosotros y dijo- ¿venís o no?

Cuando llegamos al pie de las grandes puertas, la luz del interior del palacio-castillo-templo todavía nos cegaba.

-Esto es una de las cosas que no entendíamos- comento el viejo- normalmente esto está más oscuro que la boca de un troll y nos pasamos el día utilizando hechizos de luz, pero hoy nos hemos levantado con esta molesta luz saliendo de las paredes, ¿nos os parece extraño? –A nosotros nos parecía todo muy extraño asi que una cosa más no le dimos importancia.

El “hall” del palacio-castillo-templo era inmenso y por él corrían personas de muchas razas observando las paredes y algunos objetos que parecían moverse con vida propia, casi todas esas personas movían la cabeza incrédulos ante el espectáculo. El viejo nos condujo por un pasillo donde ya no brillaba la luz y entramos en un despacho. Era una habitación grande, pero estaba tan llena de pergaminos que no nos podíamos movernos. El viejo cuando vio esto exclamó- Esto es el colmo, ¿qué hacen todos mis pergaminos tirados por ahí?- Entonces sacó una especia de varita, entonó una salmodia suavemente mientras movía la varita e inmediatamente todos los pergaminos volaron hasta unos libros que había debajo de la montaña y se organizaron perfectamente. – Poner los libros en esas estanterías y sentaros por favor.- Dijo el viejo tranquilamente mientras se sentaba en un sillón de la, ahora mucho más espaciada, sala. Nosotros no nos atrevimos siquiera a replicar por lo que obedecimos.

Cuando terminamos (bueno, cuando terminaron Banesh e Iklinya, porque Lej y yo no movimos ni un ápice) nos sentamos en una sillas que había en un rincón y el viejo comenzó su interrogatorio:

-Muy bien, ¿cómo os llamáis?, ¿por qué subisteis la montaña?, ¿cómo bajasteis la sima?, ¿por qué ese chico tiene los pantalones mojados?, ¿qué día es hoy?, ¿qué hacéis aquí y quienes sois vosotros?... –dicho esto nosotros nos miramos preguntándonos que hacer y el viejo nos respondió por nosotros- Lo siento, es que a veces pierdo el hilo de una conversación y no se lo que estoy diciendo. ¿quiénes sois y porque subisteis, y luego bajasteis, hasta aquí?

Esta vez fui yo quien respondí- el es Banesh, ella Iklinya, él es Lej y yo soy Jarlaxe; subimos aquí en una excursión con nuestro profesor Brugar pero el se tubo que ir porque comió unas bayas y...

-¿y?

-Bueno, tuvo “problemas intestinales”.

-¿qué tipo de problemas intestinales?

-bueno...esto...le dio una cagalera.

Dicho esto el viejo estalló en una sonora carcajada golpeando con el puño la mesa.

-Lo siento, es que conozco a Brugar y me ha hecho gracia que todavía no conozca las plantas de la zona.

-¿conoces a Brugar?

-Si, es nuestro representante fuera de aquí y si os llevó de excursión por esta montaña es que sois unos posibles alumnos de esta escuela.

-Claro, entiendo.- respondí yo antes de entender lo que decía. Cuando lo entendí exclamé- ¿qué?

-Pues eso, Brugar se encarga de seleccionar posibles futuros magos entre los jóvenes de esta zona y esta visto que lo ha hecho bien ya que aprecio gran fuerza mágica en vosotros. Bueno, en el grandullón no, pero tranquilo aquí hay gente que te gustará.

Ninguno de los cuatro podíamos creernos lo que este tipo nos estaba diciendo, ¿alumnos de una escuela de magia?, ¿Brugar un hechicero?, ¿Lej con incontinencia?. Al final, y después de avisar a nuestros padres, estuvimos yendo casi todos los días al palacio-castillo-templo, para acabar viviendo allí. Al cabo de un tiempo, el desfase mágico cesó impidiéndonos salir de allí nunca hasta que el viejo nos enseño como hacerlo.


El viejo se llamaba Fruguarth y nos daba clase a los tres. Digo tres porque Banesh, en vez de estudiar magia, conoció a un ex-paladín retirado (y con razón debido a sus más de cien años) que le enseño la técnica base de la lucha y el código de honor de los paladines (eso si que era una tontería como un dragón). Mientras nosotros pasamos de aburrirnos estudiando historia del reino a aburrirnos estudiando historia de la magia, según los hechiceros, algo fundamental para poder hacer los hechizos (las mismas tonterías, distintos profesores). Cuando ya estuvimos un poco avanzados empezamos con trucos fáciles: abrir y cerrar puertas, el hechizo de luz (tan importante en el palacio-castillo-templo) y mover objetos pequeños, este ultimo se le daba muy bien a Iklinya debido a su levitación. A Brugar lo vimos varias veces más, pero viajaba mucho, seguramente buscando más primos como nosotros que llevar a la escuela.

Cuando el instructor de Banesh muriese a causa (aunque Banesh lo negase) de un susto por la espalda de este. Nuestro amigo viajó hasta un templo de paladines, a limpiar, supongo, porque lo del código ese aplicado en Banesh no lo acababa yo de ver muy bien, pero eso, como la mayoría de los pequeños detalles, no importa para nuestra historia. Nosotros ya teníamos por esos tiempos veinte añitos (en realidad eran más pero, como los hechiceros vieron que no mejorábamos, nos aplicaron hechizos de rejuvenecimiento para tener unos años más para practicar). Por fin llegó el PMI (Prueba de Magia e Ilusionismo), el examen teórico lo aprobamos todos ya que algún alumno durmió al profe (o se durmió el solo, no se sabe con seguridad) con un hechizo y todos copiamos como orcos. En el practico me toco reducir a un troll, para ello hice un hechizo de intercambio y puse al profesor en mi lugar. No saqué la mejor nota pero me aprobaron (alegaron que al menos instinto de supervivencia tenia). Iklinya fue más sutil, con su hechizo de levitación tiró al profe encima de troll y esto quedó reducido en un santiamén. Por ultimo Lej le tiró un hechizo de terror pero falló y salió corriendo, como el troll no entendió lo que pasaba y no atacó a Lej, le aprobaron. Por fin con veinte años (si, hubo más rejuvenecimientos) los tres amigos teníamos el titulo de magos.

Nota para el dios: Cualquier parecido con la realidad es casualidad, la historia es ficticia por lo que no es de extrañar que Jarlaxe no sepa ni la mitad de los hechizos que aquí se nombran ni que la historia de Lej no coincida con la que hice en su momento. Por lo demás, el resto de los personajes, asi como los lugares aquí mencionados existen de verdad y andan deambulando por todo Faerum.