A pesar de los convulsos tiempos que nos ha tocado vivir hemos podido recopilar algunos documentos de interés para vuestro disfrute y deleite. En primer lugar, exponemos un extracto de las actas del Consejo de Ancianos de la disputa mantenida en el mismo entre los partidarios de Sardanápalo y los del nuevo Rey. El interlocutor es un integrante del Consejo, considerado portavoz del grupo pro-Dermineista:

Se defiende en esta augusta asamblea la inocencia del Rey Sardándalo. Se apela con ostentosos aspavientos a conceder el beneficio de la duda. ¿Duda? ¿Qué duda? ¿Acaso el mensajero no ha sido claro? ¿Acaso no relató ante todos nosotros cómo el Rey abandonó el campamento, rumbo desconocido, sin compañía y sin dar razón de su destino? ¿Dónde está Sardándalo? ¿Cuándo va a volver? ¿Qué ha motivado su marcha? A ninguna de estas preguntas podemos responder. Pero los indicios son claros. Y Myl-Ablos no puede vivir sin Rey. Sardándalo abandonó a sus hombres, abandonó a su pueblo. Ningún hijo de los Dioses tendría ese comportamiento. Sardándalo sin duda ha perdido el favor divino. Sardándalo ha traicionado a su pueblo. Por eso nosotros exigimos que esta asamblea le declare traidor y le despoje de sus atributos Reales. Para nosotros Sardándalo no es ya Rey de los atlantes.

[...]

¿Sardanápalo? En efecto es el heredero al trono. ¿Pero da la talla para semejante responsabilidad? ¿Es algo más que un pelele situado en ese puesto por su influencia entre el vulgo? Mi colega, que en estos momentos se indigna por mis palabras, ha defendido fervorosamente el mantenimiento del canal sucesorio. ¿No se dan cuenta, colegas Consejeros, que Sardanápalo fue designado como sucesor por el mismo hombre que esta Cámara ha declarado como traidor? En nuestra opinión este simple hecho le desacredita total y absolutamente como monarca. ¿Quién entonces dirigirá nuestros destinos? ¿Sobre quién ha de recaer la pesada tarea de gobernar en el trono de Myl-Ablos? ¿Quién es el hombre de Real linaje que puede reclamar la Corona? Nosotros no lo dudamos. El mejor hombre es aquel que más lo merece. Repudiado y humillado por el antiguo Rey, sobre él debe recaer el honor. Nadie posee sangre Real más pura por sus venas, nadie está tocado por las divinidades como él. Nos referimos al legítimo heredero del Trono, hermano del traidor Sardanápalo. Él guiará nuestro camino. Él conducirá a Myl-Ablos hacia un esplendor nunca antes conocido. Él garantizará un futuro de grandeza y prosperidad en vez de obsesionarse con un pasado ya extinto. Este Consejo debe asumir su responsabilidad. Debemos garantizar el mejor gobierno de nuestro pueblo. Hoy nos convertimos en blanco de todas las miradas. Hoy se juzga nuestra actuación. Hoy, no podemos errar."

Igualmente, nos complacemos en presentarle un pequeño extracto del discurso de coronación del nuevo monarca, así como una espectacular imagen de nuestro nuevo Señor, captada con complejos rituales arcanos.

Mi hermano hablaba siempre de la pasada gloria del pueblo atlante. De la grandiosidad y fastuosidad de la Ciudad de las Mil Cúpulas. Le obsesionaba el pasado. Igual que a la gran mayoría de los atlantes. Cenizas. Obsesionados por cenizas. No podemos hipotecar nuestro futuro por los avatares del pasado. Es cierto que hoy somos lo que somos porque otros antes que nosotros fueron lo que fueron. Pero no es menos cierto que mañana otros serán lo que sean por lo que nosotros seamos ahora. Esa es nuestra responsabilidad. Y tenemos que pensar en hacerlo lo mejor posible para darles la oportunidad de alcanzar su bienestar. Mi reinado no buscará la pasada gloria atlante.¡Buscará la futura gloria atlante! [Aplausos y vítores]

Y como muestra de este espíritu de cambio, como ejemplo de lo que debe ser una regeneración de nuestra conciencia colectiva a todos los niveles, mi reinado comenzará con un gesto. Dicta la tradición que todos los Reyes que se sienten en el trono de Myl-Ablos, así como sus herederos, deberán portar un nombre que proclame su divinidad. De ahí que todos usen la raíz Sard- o Sardan-. Esto es así desde tiempos inmemoriales. Por mis venas corre sangre de los Dioses. Y desde ahora me siento en el trono de Myl-Ablos. Mas no proclamaré por medio de mi nombre mi divinidad. Que sean mis actos quienes lo hagan. Por eso reinaré bajo el nombre de Dermineista (*), porque mi misión es servir a la raza atlante. [aplausos continuados]

Y crearé así un linaje de servidores, que actuarán regidos únicamente por su deber y obligaciones para con la raza atlante. Por eso Sardanápalo dejará de ser príncipe heredero. Porque no representa el espíritu de la nueva Myl-Ablos. Pero aún así se trata de un noble, válido para la vida pública, inmerso en una difícil búsqueda. No seré yo quien niegue sus méritos. Sardanápalo no reinará. Pero desde mañana mismo, y sí él acepta cuando retorne, esperemos que pronto y exitosamente, de su búsqueda, será el General en Jefe de los ejércitos atlantes. ¡Para la gloria de Myl-Ablos! [aplausos] [...]

Finalizan al fin los días de incertidumbre. Llegado ha el momento de pasar página. Hoy terminan las palabras, las discusiones, los debates, los enfrentamientos. Mañana llega el momento de empezar a trabajar. Todos juntos. Para conseguir esas metas que todos deseamos. Y hacedlo con la tranquilidad y la confianza de saber que en Myl-Ablos hay Rey."
(*)Dermineista = servidor divino. En atlante antiguo, el "dermo" era el soldado raso del ejército. Esa posición era de un cierto prestigio entre el pueblo, ya que se consideraba que el soldado realizaba un gran servicio a la raza atlante. De ahí que la raíz de la palabra derivase hacia palabras como "dermisto" (servidor), "dermisti" (servir) o "dermistates" (servicio). El sufijo "eista" hace referencia a las divinidades, no a ninguna en concreto, sino a lo que representan, a su significado último. (nota del Traductor)

El relato minotauro está en la sección del concurso II de relatos en el foro.