Extracto del turno Saurio:

Relatos del Imperio Meraska (80 ciclos antes de la Caída)

"El comodoro Siluro contemplaba la bahía de Meraska con el despuntar del día. Este se había presentado despejado, y con un ligero viento desde tierra que pronto inflaría las velas que se estaban desplegando en la flota sauria. El mar estaba tranquilo, sin olas, como si la aparición del sol sobre lontananza lo hubiera cogido desprevenido, todavía durmiendo mientras descansaba de la furia desatada el día anterior sobre toda la costa.

Fruto de esa furia numerosos restos de diversa índole salpicaban la placida superficie marítima: plantas, toneles, cuerdas. y numerosas planchas de madera provenientes de los barcos de los Reinos Fronterizos Humanos que habían estado poniendo bajo asedio marítimo a la capital sauria. Durante varios días, el número de barcos humanos había estado creciendo sin parar, pero hoy la vista se presentaba despejada.

- Ilusos - pensó Siluro - ¿Cómo podían creer esos mamíferos de blanda piel que podrían siquiera amenazar a la capital?. Su falta de cautela y el ardor propio de los seres de sangre caliente les había jugado una mala pasada. Con el grueso de la flota sauria en el otro extremo del imperio, consolidando sus fronteras orientales, habían pensado que era el momento de atacar al pueblo saurio antes de que este decidiera ampliar sus fronteras occidentales.

Su retorcido pensamiento les había hecho creer que los saurios no cumplirían su palabra de paz, que sentaba las fronteras para con los humanos. A Siluro, al igual que al resto del pueblo saurio, le dolía esto mas que nada, pues para ellos la palabra dada es vida, cumpliéndola hasta la muerte. Por ello, cuando la flota humana se acercó a Meraska, exigiendo la rendición sauria, bajo una supuesta traición, tanto él como el resto de la población estallaron en cólera.

Por supuesto, Meraska no se rindió ante las exigencias humanas, y el insulto que estos habían proferido sobre ellos, acusándolos de perjuros, les azuzó para resistir el empuje del asalto inicial de los humanos contra las posiciones fortificadas que daban acceso a la bahía de Meraska.

Durante días, el cielo se cubrió de flechas y bolas impregnadas de aceite ardiendo. Los fuegos a un lado y a otro de las fortificaciones eran numerosos, tanto que la misma noche parecía haberse convertido en día. El suelo se empapó tanto por la sangre derramada que incluso la tierra que rodeaba a la ciudad imperial se reblandeció, convirtiéndose por momentos en un pantano donde se embarrancaban las obras de asedio humanas, al igual que las mismas tropas de infantería.

Los números parecían decantarse a favor de los humanos, más numerosos ya que por todos es conocida la prolífica fecundidad que tienen estos, pero el coraje de los saurios al defender la sacrosanta capital de su imperio contrarrestaba esta ventaja a la espera de que llegara la flota sauria a la cual se le había mandado aviso.

Un día tras otro el combate continuaba, y la falta de noticias desde Oriente angustiaba a los saurios. La esperanza se iba poco a poco perdiendo. hasta ayer.

En las últimas horas de la tarde del día anterior se divisó una vela en el horizonte. ¡La Armada Sauria! Sólo habían transcurrido 12 días desde que se les mandó aviso, por lo Siluro comprendió que su pronta llegada significaba que habían estado forzando la marcha con los galeotes, lo que podría ponerles en desventaja con la flota humana, mas fresca.

Los humanos dejaron de asaltar las defensas de tierra firme y empezaron a embarcarse en sus barcos, confiados en tomar al abordaje los navíos saurios. La flota humana adoptó una posición en semiluna, esperando encerrar a los saurios y al cerrar filas, abordar los barcos, aprovechando el cansancio natural de los saurios tras varios días de marchas forzadas a los remos.

Pero no contaban con dos cosas. La existencia de una pequeña flota en el puerto de Meraska y con que las plegarias a Surtak y Twillus habían tenido éxito, llenando de tanto poder arcano a los sacerdotes y magos del poder que sus cabezas parecían resplandecer.

 



El día daba sus últimos coletazos cuando la trampa humana se cerró sobre la flota sauria, compuesta por numerosas tortugas y alguna que otra galera. Los barcos iban poco a poco cerrando filas. Fue entonces cuando Siluro mandó a su flota, rebosante de marineros para engrosar las defensas de la flota sitiada así como una gran cantidad de toneles sellados, que saliera de puerto aprovechando unos vientos generados mágicamente mientras algunos elementalistas rompían una pequeña parte del cerco gastando sus últimas bolas de fuego. Aprovechando esa ruptura en las líneas y la rapidez de su salida, ambas flotas saurias se unieron en un solo bloque. Los humanos no eran capaces de ver que el fin estaba cerca para ellos.

Pronto los toneles revelaron su contenido: ¡sangre!, mientras eran vertidos al agua. A la par que el mar se teñía de rojo alrededor de la flota sauria, esa sangre fue espesando las aguas convirtiéndolas en una densa capa que dificultaba los movimientos de los barcos enemigos, mientras que los navíos saurios libres de la roja atadura, volvían a romper el bloqueo por el punto abierto anteriormente, aunque esta vez tuvieron que soportar una abrumadora lluvia de fuego que llevó a varios barcos a reunirse con Shalarra, la señora de los Lechos y madre de Absablo.

Los vientos que al principio habían empujado la flotilla sauria desde Meraska, iban adquiriendo progresivamente una mayor velocidad y unas espesas nubes negras iban confluyendo hacia la aprisionada flota humana. Algunos barcos que se encontraban en los límites exteriores del cerco, pudieron liberarse y huyeron hacia las costas humanas, previendo lo que se les caía encima. Los saurios, por el contrario, capaces de moverse por el rojo mar se aproximaban cada vez mas a la seguridad de la bahía de Meraska gracias a la nueva fuerza para los remos que había traído Siluro, mientras que las olas iban creciendo en tamaño y fuerza, hundiendo los barcos mas ligeros de los humanos.

Cuando la primera tortuga sauria entró en puerto, las olas eran ya de mas de 3 metros y era tanto el griterío de los humanos ante la visión de las mortales fuerzas desencadenadas por los saurios que incluso ahogaban el estallido de los truenos. El grueso de la flota sauria entró a tiempo en Meraska cuando el poder elemental de la tormenta se liberó de sus ataduras y comenzó su labor destructiva.

Esa noche, cientos de barcos humanos repletos de tripulantes y tropas de infantería se hundieron frente a la bahía de Meraska, mientras que solo se perdieron unas decenas de barcos saurios..

- Pero esas perdidas serán una nimiedad comparado con nuestra venganza - pensó Siluro mientras subía a bordo de su barco insignia: El Dragón de Meraska , una gran tortuga capaz de albergar hasta varias piezas de artillería, prodigio de la ingeniería.

- ¡Saurios! ¡Desplegad las velas! ¡Soltad los cabos de amarre! Hoy llevaremos mas pesar a los humanos.. - rugió la garganta de Siluro. La justa retribución estaba cercana.

La Flota del Dolor: Reflexiones del Comodoro Siluro

 


Extracto del turno de Enanos2:

El ejército enano es conocido, y reconocido, por múltiples razas como un ejercito bien organizado. Esta fama no es desmerecida y entre otros múltiples factores se sustenta en una compleja pero a la vez muy útil organización y definición de escalas y mandos. El presente documento trata de aclarar y diferenciar cada uno de los escalafones del ejército enano con objeto de evitar mas controversias.

Lo primero es indicar que en el ejército de tierra enano existen tres armas diferenciadas. El Arma del Hacha, que lo componen la unidades de milicia e infantería, el Arma de la Flecha que lo componen las unidades de arqueros y ballesteros, el Arma de la Lanza que la componen los lanceros.

Empezando por los niveles mas bajos se determinan rangos bien diferenciados.

Por parte de el arma del hacha (soldados que portan hachas) están los soldados milicianos y los soldados infantes que conforman las unidades de milicia e infantería básicas en todo ejercito enano. Estos tipos de soldados son el escalafón mas bajo y mas numeroso de los ejércitos enanos. El nombre de ambos tipos de soldados en la noble lengua de los enanos es "Kazak-Dawi" y "Kazak-Dawi-Azul-Klad" Literalmente el significado es "Enano de guerra" y "Enano de guerra robusto y acorazado".

Por parte del Arma de la flecha están los conocidos simplemente por Arqueros y Ballesteros o "Karhel-Um" y "Têsba-Um" cuya traducción es literal.

En el Arma de la Lanza están por su lado los conocidos como "Jer-Tal" que es una abreviación de "Jer-Her-Tazha-Dawi-Dora-Tal" que significa "Enano que con lanza se enfrenta al enemigo".

Debido a que las palabras enanas son de por si complejas para otras razas todos estos tipos de soldados son comúnmente conocidos como los Kazak-Um (Los de la guerra) cuya traducción mas aproximada con otros ejércitos seria soldado raso.

Si bien todos estos tipos de soldados ostentan un grado militar de mismo trato su composición por castas suele ser diferente. Si bien esta diferenciación de castas no es de por si una obligación la costumbre ha llevado a dicha diferenciación.

Las unidades de soldados milicianos suelen estar en su mayoría formados por miembros de las castas mas técnicas como son Elaboradores y Conseguidotes y suelen ser mas hábiles en el uso de armas de asedio y artefactos de guerra de cuyo uso se encargan.

Por el contrario los soldados rasos suelen provenir de castas cuyo trabajo se calificaría como mas físico. Mineros y Túneladores suelen formar estas unidades.

Los arqueros y ballesteros son principalmente miembros de la casta de los Viajeros ya que su costumbre de utilizar arcos para la caza les hace idóneos para estos puestos.

En cambio la tradición marca que el arma de lanceros sea habitualmente compuesta por Canteros. El origen exacto de esta costumbre se desconoce pero se sabe que desde hace miles de ciclos los Canteros tienen como símbolo una lanza y un martillo.

Señalar que también la costumbre, y la lógica, marca que en todos los tipos de unidades de las diferentes armas se disponga de miembros de la casta de los Conseguidotes para las necesarias labores de intendencia. Este puesto conocido como en otros ejércitos como Furriel se denomina en lengua enana como Karker-Mêl o "Aquel que busca y encuentra".

Todas arma del ejercito de los enanos cuenta siempre entre sus miembros de los Khrum-Dawi o "Enano que toca tambor de guerra" y no solo se dedican a portar los clásicos tambores de guerra, ya que otros enanos portan tambien tambores de guerra, si no en su responsabilidad cae el uso del cuerno de batalla, vital para la comunicación entre las partes de un ejercito enano. Estos serian conocidos en otros ejercitos como Cornetas

Cada aproximadamente diez soldados rasos o diez Kazak-Um (puede variar entre 5 y 15) con su furriel y su corneta conforman un escuadrón, que es una errónea traducción de Eska-Drut-Âllon que significa "Grupo a cargo del que sobresale", el cual dirige un cabo o Ällon-Bin que significa "El que destaca del grupo". El cabo o Ällon-Bin es a su vez diferenciado entre milicias e infantería dándose los cargos parejos de Ällon-Bin-Kazak y Ällon-Bin-Klad cuyos significados son "El de la guerra que destaca sobre el grupo" y "El acorazado que destaca sobre el grupo".

Los puestos de cabo o Ällon-Bin son muy respetados por el pueblo Enano, incluso en casos mas que otros rangos superiores. Esto es asi ya que los cabos enanos no solo tienen la obligación del mando, si no que son miembros que participan directamente en el combate. Sus cuerpos suelen mostrar más de una herida que lo demuestra y hay pocas cosas que haga un enano atractivo a ojos de una Enana que una cicatriz bien hermosa. Conocido es el dicho de "Cuídate de cicatrices y enanas celosas" que hace referencia a este hecho.

Cada tres Escuadrones o tres Eskaer-Drut-Âllon se conforma una sección llamada Durin-Krebal o "Los que acompañan a Durin" en honor a un legendario Enano. Esta la unidad mínima indivisible en combate del ejército enano.

Estas secciones, que serian las análogas a las denominadas unidades del resto de los ejércitos y que no se debe confundir con la unidad enana que mas adelante se explica, se conforman de aproximadamente entre 20 y 40 Enanos. Cada sección esta dirigida por un Af-Er-Krek, conocido en lengua común por su similitud fonética como Alferez (si bien ya se ha explicado públicamente que difiere tanto de significado como de procedencia de los ejércitos humanos) cuyo significado es "El que manda dos veces" haciendo referencia a que manda sobre el cabo y los soldados.

Normalmente tres secciones conforman una unidad o Jût-Qsa-Stok-Toês cuyo significado es "Aquellos que son agrupados para golpear". Cada unidad enana estará dirigida normalmente por dos mandos. Un teniente o Ril-Rik-Dawi que significa "Señor Enano que porta el hacha" y un capitán cuyo titulo es Ril-Rik-Dawi-Rhum que significa "El que tiene mando sobre el Señor Enano que porta el hacha". Señalar que estos puestos son considerados y tratados civilmente como miembros de la baja nobleza cuya composición y estratificación podrá ser analizada en otro tratado. Solo apuntar que es de uso común denominar a los nobles Enanos Rik-Dawi o Rik-Khâza.

La posterior organización del ejercito difiere según sea el volumen de este. Si bien se ha dicho que entre tres y cinco secciones conforman una unidad del ejercito enano si este es en extremo numeroso se pueden optar por dos clasicas soluciones.

La primera, y mas común, es formar estas unidades con números superiores de secciones que nunca exceda de las seis, siendo estas secciones de 10 soldados siempre. A estas unidades mayores se les otorga un numero variable de tenientes y capitanes dependiendo de su volumen y se les añade un mando superior denominado muy ingeniosamente Ril-Rik-Dawi-Rhum-Rhum, que obviamente significa "El que tiene el mando sobre el que tienen el mando sobre el Señor que porta el hacha" y que en lengua común seria un comandante. Estas unidades de mayor tamaño son conocidas como Jût-Qsa-Stok-Dart que significa "Muchos que son agrupados para golpear"

La segunda solución es formar con aproximadamente dos veces tres unidades una division o Drabo-Kit que significa literalmente "Ejercito pequeño". Esta división seria dirigida por un Coronel o Rhum-Bastâl cuyo significado aproximado es "El que tiene mas poder que muchos". Un ejercito muy numeroso seria formado por tantas divisiones como fuesen menester.

Por ultimo todo ejercito enano que se conforme con un mínimo de una división o una unidad deberá tener un mando conocido como General o Uzbad-Bastâl, que significa "Señor de la Batalla". Señalar que aunque en su rango aparece el titulo de Uzbad este no es usado para dirigirse a los generales. El único cuyo trato es de Uzbad, o mas exactamente "Mi buen Uzbad" es al Dawi-Khuzûd-Uzbad o Señor de los Dos Enanos (ya que Dawi y Khuzûd significan ambas Enano) que seria el análogo al Rey de otras razas. Un general o Uzbad-Bastal tendrá por lo tanto el trato de excelencia o Er-Kat que significa "gloria y poder" y su único superior seria el Rey.

Con objeto de clarificar todos estos términos se adjunta unas tablas que intentan resumir la organización de un ejercito enano. En este punto cabe destacar la imcompetencia del master para subir dichas tablas con lo cual ha decidido deleitar a los lectores con un ameno turno de batalla de un héroe de Enanos2:

Tras una larga noche Meldar se despertó, abrió un ojo, y tras dejar a gusto sus intestinos con un larga y placentera evacuación de gases, decidió que era hora de continuar su camino.

La noche anterior había andado y andado hasta altas horas de la madrugada sin saber muy bien a donde se dirigía. Estaba en unas montañas y se sentía muy a gusto con el camino, cosa que le hizo perder la noción del tiempo. Prácticamente a oscuras, tras pasar un cerro y ya algo cansado y dolorido, se encontró para su sorpresa una llanura de mullida hierva que se le antojo perfecta para pasar la noche.

Esa mañana Meldar no tenía ni la mas remota idea de donde narices se había metido. De buen seguro que de haberlo sabido o bien no habría dormido allí o habría venido acompañado de unos cuantos cientos de camaradas dotados de hachas y martillos de guerra.

Cuando Meldar se levanto escucho un lejano rugido. Como era normal pensó que sus tripas volvían a pedir su ración de pan de los Enanos. Con el segundo rugido le extraño no sentir la normal sensación de sus tripas que siempre acompañaban a esos ruidos. El tercer rugido le mosqueo algo más. No solo por el ruido, si no sobre todo por que en un día totalmente soleado y en una llanura sin árboles no sabia por que el solo, y una buena zona de su alrededor, se encontraban en sombra.

No muy convencido de lo que iba a encontrar miro hacia arriba, y lo que vio le hizo volver a mirar hacia abajo para ponerse los pantalones a toda velocidad. Si ese bicho le pillaba al menos que lo hiciera de una forma digna.

Por lo que había visto en grabados y murales encima de el se encontraba un genuino ejemplar de Dragón Azul. Y a la vista del color de sus ojos y el sonido de sus rugidos no es que estuviera de buen humor precisamente.

Meldar sopeso sus opciones. Por un lado escapar del Dragon podría ser una complicada tarea. No había ninguna garantía de le alcanzara mientras sus piernas le intentaban sacar de allí. Por otro lado enfrentarse a ese bicho no es que fuese algo que le apeteciera mucho antes de desayunar.

Desgraciadamente no contaba con todo el día para tomar una decisión. El clásico sistema de análisis de situación, ideado en la antigüedad por uno de sus antepasado, llamado el método "Kon-Sult-Orc" no es que fuera el mas idóneo en este momento. Por un lado ni disponía de pluma, ni de pergamino y mucho menos podría establecer un adecuado ritmo de reuniones con el Dragon para analizar los pros y los contras de cada una de las decisiones.

Por ello opto por el sistema Express de toma de decisiones. Este sistema era un legado familiar. Su padre se lo había enseñado a el, a este su padre, a este su padre y así sucesivamente hasta una el primer Hacha de Piedra que se recuerda.

Se agacho, cogió una pequeña flor y empezó "Le ataco, no le ataco, le ataco, no le ataco .." 11 pétalos mas adelante termino "Le ataco". Bueno, este sistema había funcionado durante generaciones, y aunque no le convencía en exceso, su padre y todos los padres anteriores habían tenido la posibilidad de contarle el método a sus hijos. Algo tendría que tener que al menos no provocaba desastres.

Meldar cogió el hacha de guerra que le había prestado Keldar y miro hacia donde se dirigía el dragón. Se encontraba en la otra punta de la explanada lanzando sus amenazantes rugidos. Según recordaba Meldar los dragones tenían la capacidad de atacar con su aliento y habitualmente este era extremadamente calido por lo que opto por deshacerse de elementos metálicos de su casaca que pudieran ponerse al rojo vivo.

Según había aprendido de pequeño los Dragones Azules eran los mas "pequeños" de su especie. Quisiera ver ahora al listo que había calificado a estos dragones como "pequeños". Si por pequeño se puede definir a una montaña de unos 20 metros que vuela, pues si, este debería ser "pequeño".

Meldar estrujo su cerebro intentando recordar como eran estos bichos. Sabia que eran astutos, pero el Azul era el menos astuto de todos, o algo así. Meldar se maldijo así mismo por fumarse las clases del colegio, ya sabia el que tarde o temprano le iban a pasar factura. Solo esperaba que su profesor de Alimañas, Bestias y Bichos no tuviera que hablar en su funeral. Bueno, su nivel de inteligencia decidió apartarlo. Se quedaría con que era un bicho astuto.

Que mas recordaba .. ¡Si!. Los Azules atacaban sobre todo mordisco y ambas garras. De eso estaba seguro. Curioso, ¿por que se acordaba de eso?. Pero el caso es que se acordaba, bueno, pues habrá que evitar que le muerda o le rebane de un zarpazo.

Lo que no recordaba del colegio, pero era obvio al ver al bicho allí a lo lejos mirándole con esa carita de pocos amigos, es que la cola del dragón era también una zona peligrosa. Incluso sentado y apoyado solo por sus cuartos traseros no paraba de moverse de un lado a otro con una velocidad endiablada. A buen seguro que un casual encuentro con la cola de ese bicho tendría un efecto mas demoledor que el que te golpearan el pecho con un martillo.

Meldar unió toda esta información en su cabeza e ideo un rápido plan de combate. Por un lado debería intentar en la medida de lo posible mantenerse en el flanco de la bestia. Con el ala lo máximo que haría seria abanicarle y la verdad que con los calores que le estaban entrando esto podría ser hasta agradable. El dragón se movía con agilidad por lo que atacarle a lo loco no parecía la mejor opción. Debería dejarle la iniciativa, esperar las embestidas de la bestia e intentar esquivarlas para así que fuese el dragón el que dejara sus defensas bajas. Sabia que no tendría muchas opciones de golpear por lo que cuando lo hiciera debería estar seguro de ello. Cuando el dragón le lanzara uno de sus mordiscos y fallara (cosa que esperaba ocurriera con frecuencia. Lo de fallar, claro esta no lo de que le lanzara sus mordiscos) le golpearía en la cabeza con toda su fuerza con el Martillo de guerra de Keldar.

Se le presentaba una dura mañana y un curioso combate con una bestia que hasta hace solo unos minutos había llegado a pensar que ya solo existían en las leyendas. Esperaba que nadie viese el combate, hasta cierto punto ver a un enano saltando como un loco intentando esquivar las acometidas de un dragón mientras buscaba dar unos pocos golpes certeros se podría asemejar mas a una actuación de comediantes callejeros que a un duelo épico bajo el sol.

Pero era la situación que le había tocado vivir y la afrontaba con decisión. De todas formas Meldar nunca había tenido instintos suicidas por lo que si el combate se tornaba en exceso desfavorable Meldar intentaría lo que el denomina "un ataque hacia atrás" y pondría pies en polvorosa antes de perder la vida.

Meldar se ajusto su jubón de cuero, tomo el Martillo con ambas manos y se acerco con cautela hacia lo que era un sorprendido Dragon. Al menos el primer paso había sido favorable para el, seguía vivo. Esperaba poder contar el mismo el final del combate a sus hijos.