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Amparada por la luz del Ojo de la Luna, decides continuar adelante con tu búsqueda. Si en algún lugar hay información sobre los Redencionistas será aqui y prefieres agotar tus posibilidades antes de dar la búsqueda por terminada.
Te acercas a un arcón que hay en la parte posterior de la sección, protegido por todo tipo de símbolos mágicos cuyo principal objetivo es mantener a la gente alejada de él. Con sumo cuidado abres el arcón y te encuentras pedazos de libros, paginas arrancadas, pergaminos quemados y libros descuadernados. Evidentemente, este es el material que ha sido censurado por fuerza del contenido de todos los libros de la biblioteca. La información es confusa, muchas veces entrecortada, pero al hurgar entre la masa de papeles y pergaminos te das cuenta que no gratuitamente todo ese material ha sido concentrado y apilado allí. el tiempo se pasa volando mientras ojeas materiales de épocas muy diversas que hablan sobre todo tipo de temas prohibidos, por lo que das gracias a los Dioses por haberte hecho fuerte y evitar que la vista de tales infamias y herejías envenene tu mente y tu corazón. En algún momento también te planteas la posibilidad que el Ojo de la Luna te esté dando fuerzas renovadas para resistir las atrocidades que ves pero rápidamente dejar correr la idea.
El tiempo pasa volando entre el caos de infromación hasta que por fin encuentras algún material que te pueda ser de ayuda. En general, todos los textos representan fragmentos muy limitados con piezas de información que ya conoces en las que se presenta a los Redencionistas como un grupo rebelde que aboga por la igualdad entre todas las razas, entre hombres y mujeres, y por la convivencia de todos juntos. Sus normas y costumbres no parecen ser conocidas en esta parte del Imperio y la información se te antoja poco útil. Comprendes que para poder atacar el mal debes conocerlo de cerca, pero no puedes evitar que un escalofrío te recorra el cuerpo cuando consideras el tener que regresar al caos de Cluxambuqua.
Cuando casi te das por vencida en tu búsqueda de neuva información, reparas en un par de hojas arrancadas de un libro que se encuentran casi al fondo del arcón. Reconoces la caligrafía de la Hermana Caliz y sigues leyendo el texto que antes hubieras encontrado en la biblioteca:
" Aunque debo agradecer a los Dioses poder compartir mis conocimientos en este tratado, debo advertir al lector que dicha información ha sido recopilada con gran dolor y sufrimiento después de una amarga experiencia en tierras de Cluxuambuqua, donde hemos perdido a una de nuestras almas más piadosas en misión expresa de más altos ministerios. Durante el viaje al que hago mención pudimos conocer de cerca no sólo las extrañas expresiones... Ildivo, quien contaba con algunos años al servicio del Emperador... su mente corrompida por las ideas de la Hermandad de las Cuatro Razas, de la cual se hizo miembro durante... Más adelante, comenzó a reflejar en sus obras extrañas simbologías que se atribuyen al pensamiento... "El Arquitecto", como era llamado por los demás miembros de la Hermandad, nos comentó en persona el significado de aquellos símbolos en las paredes de la Aduana... el martillo, la cuerda, el anillo y la pluma, los símbolos representativos de las cuatro razas incorporados en un único signo que representaba a la Hermandad toda y a su proyecto... las cosmovisiones de cada raza reflejadas en cada una de las paredes del recinto, exponiendo al visitante casual en su ignorancia a la corrupción de su alma... nuestra piadosa hermana Pétula encontró en dicho recinto... Nunca sabremos si su mente se corrompió al contacto con aquella peculiar construcción o si su alma estaba ya preparada a la corrupción en virtud de su pasado... o tal vez los acontecimientos en dicho viaje... Habiendo arribado al Imperio de nuevo dimos cuenta de la información al Emperador, quien tomando cartas en el asunto... la más pesada condena a Ildivo, salvando así mas almas... Nunca sabremos, sin embargo, qué oscuras fuerzas impidieron al Emperador terminar la tarea con la destrucción del edificio de la Aduana... rebeliones sangrientas... masacres en Cluxambuqua y sus alrededores... el alto precio que se debió pagar por la paz en la región... marcaron una nueva etapa en la historia del Imperio... se rumora que las fuerzas oscuras han regresado bajo la forma de un nuevo grupo, Los Redencionistas, del cual desafortunadamente no se tiene mayor conocimiento hasta hoy... venganza por la muerte de Ildivo, la promesa de una nueva era... igualdad entre razas y sexos... Quieran los Dioses que pronto la sabiduría retorne al Emperador y se haga cargo de dicho grupo, antes que sea demasiado tarde. "
Tus pensamientos comienzan a divagar sobre tu anterior viaje a Cluxambuqua y el encuentro que allí tuviste con la Hermana Caliz. En cierta forma, piensas, fue ese encuentro el que salvó tu alma de la perdición y te permitió encontrar la paz en esta Abadía, despues de muchos años de trasegar por el mundo sin rumbo. No puedes evitar sentirte abrumada por los recuerdos de aquel lugar, las palabras de Ildivo, tus propios encuentros con la Hermandad...
Las lágrimas cubren tu rostro mientras devuelves todo al arcón y lo cierras sin tanto cuidado. La luz del amanecer se comienza a colar por las ventanas y comprendes que ya no tienes nada más que hacer aquí. En ese momento, unos fuertes golpes que parecen venir de la biblioteca misma te sacan de tu abstracción, mientras te escondes tras un estante casi vacío y reparas en un sobre que se encuentra en el piso y un libro abierto que llama tu atención.
Si decides esperar a que cesen los golpes y tomar el sobre,
ve a la sección 9Si por el contrario, el libro te parece más importante,
ve a la sección 25Si los recuerdos de Cluxambuqua te abruman demasiado y sientes que te desmoronas anímicamente,
ve a la sección 13