Autor Tema: Secciones del Librojuego I  (Leído 23211 veces)

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AZ

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Secciones del Librojuego I
« en: 09 de Septiembre de 2006, 06:47:51 pm »
Este hilo debe contener únicamente las secciones del libro que se vayan escribiendo. Cada autor las irá añadiendo a medida que las cree, sin necesidad de que sigan ningún orden en concreto, indicando claramente al comienzo del mensaje de qué número de sección se trata.

Cualquier mensaje que no sea una sección, o cualquier sección que no cumpla los requisitos para considerarla válida (secciones caducadas, numero máximo de secciones excedido, ...) será eliminado de aquí.

Índice de Secciones según su estado:

NOTA: Hemos cambiado la manera de resevar secciones descentralizando el proceso, de manera que no haya que enviar mensaje de petición al administrador, sino que valdrá simplemente con crear un mensaje en este mismo hilo, que puede estar inicialmente vacío a excepción de que debe contener el número de sección que representa. De esta manera no habrá que estar pendiente del visto bueno del administrador si este esta ausente. Por supuesto, si ya existe un mensaje para una sección creado por otro autor, no se podrá crear esa misma sección. El primero que llega, pa él. Al administrador actualizará los enlaces y el grafo a medida que se vaya conectando.

Es posible que alguna sección no esté presente en el foro, pero esté en su índice marcada como bloqueada (color negro). Estas secciones deben respetarse, porque estarán bloqueadas por razones diversas.


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ESTADO DE LAS SECCIONES:
                                                                                                   


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LEYENDA: (+info)
    Secciones Libres
    Secciones Libres "Referenciadas"
    Secciones Reservadas
    Secciones Terminadas
    Secciones Huérfanas

« Última modificación: 25 de Octubre de 2006, 11:01:31 am por AZ »
Aun no llovio que no parase.

AZ

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #1 en: 13 de Septiembre de 2006, 01:44:55 pm »
Listado de Autores y sus secciones asociadas:

Autor  Secciones
RaulINTRODUCCIÓN
AZ1,7,22, 40
Mariano4
Martin3,10, 5, 8, 19
Pablo d.l.I.13,2,16,18
Ariadna20,9,33
Teppic6
Ivo44
Salsbury25,101,34
--
« Última modificación: 25 de Octubre de 2006, 11:02:34 am por AZ »
Aun no llovio que no parase.

AZ

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #2 en: 13 de Septiembre de 2006, 01:50:23 pm »
Listado de secciones y sus modificaciones:

Sección  Titulo y Modificaciones
Cavilaciones en la celda de la protagonista.
Investigaciones en la Biblioteca
Tomas las "hierbas medicinales" y duermes. Amanece, te encuentras a Agatha. Te da el puñal y dos monedas.
Primer encuentro con la muda hermana Ágata. Te da un puñal y dos monedas de oro.
Avisas a Rigmenda y partes en mula. Puedes acampar en cueva.
Sigues a Agata hasta "su celda". Te escupe y caes dormida.
Preguntas en la cocina. Regla de Pétula.
Desconfías de la carta. Partes y te refucias en unas cuevas. Ves un jinete negro.
Carta de Sir Manuel de Duván
Sala prohibida de la biblioteca. Consigues el Ojo de Luna.
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Disquisiciones paranoicas sobre como marcharte.
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Estado de euforia. Abres la puerta y es Rigmenda.
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Agredes a Rigmenda con el puñal. La acusas de que la carta sea falsa. Te da el santo y seña de la hermandad.
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Te desmoronas psicologicamente y te quedas en tu celda.
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Te pones en marcha sin más dilación, dejando atrás la abadía.
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Los margenes hablan.
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En que la protagonista descubre en la seccion prohibida nueva y reveladora informacion sobre los Redencionistas y se revela al lector una posible relacion de estos con el personaje.
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Los lobos te matan. FIN.
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« Última modificación: 11 de Octubre de 2006, 05:09:23 am por Salsbury Deth »
Aun no llovio que no parase.

AZ

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #3 en: 18 de Septiembre de 2006, 06:25:55 pm »
INTRODUCCIÓN

Querida hermana,

No me andaré con rodeos: atendiendo a la diligencia y buen hacer de vuestros servicios en el pasado, os he elegido para una misión de extrema importancia. Como sin duda sabréis, la ciudad de Cluxambuqua, sita en la frontera con los Bosques Oscuros, se ha declarado independiente y ha establecido una “comuna popular”. Creemos que una peligrosa secta herética está detrás de todo y, debido a razones que no os incumben, el Emperador prefiere no intervenir directamente para sofocar la rebelión. Por suerte, el odio racial entre las diversas etnias que habitan la urbe hace muy inestable el gobierno del autoproclamado “Consejo popular”, presidido por un joven comerciante elfo que creemos lidera en secreto la secta. Según parece, los herejes tienen en sus manos una antiquísima reliquia cuya naturaleza se ignora . Piensan utilizarla la próxima luna llena en un horrendo ritual que, de tener éxito, desatará terribles fuerzas primigenias, oscuros poderes ahora dormidos. Vuestra misión será sustraer dicha reliquia y entregarla a la Santa Inquisición para que ésta asuma el poder en la ciudad y destruya a los malvados, restableciendo el orden y la autoridad imperial.

Nunca he sido partidaria de las amenazas, pero huelga decir que tras el reciente descubrimiento de vuestros escarceos con cierto alegre fauno (por no hablar de los preparados “medicinales” hallados en vuestra celda u otros escándalos pasados) no estáis en condiciones de negaros a nada. Además, puedo garantizaros que las más altas instancias de nuestra Orden, así como destacadas personalidades muy cercanas a la persona del Emperador, tienen su mirada puesta con atención en Cluxambuqua y sabrán recompensar un éxito como es debido.

Partiréis al amanecer, haciéndoos pasar por una peregrina de camino a las Montañas Sagradas.

Quedad con los Dioses.

La Abadesa

Ve al 1
« Última modificación: 22 de Septiembre de 2006, 03:00:49 pm por AZ »
Aun no llovio que no parase.

AZ

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #4 en: 22 de Septiembre de 2006, 02:53:54 pm »
1

No cabe duda, es el sello de la abadesa. Ha pasado mucho tiempo desde tu último servicio a la Corona Imperial, y muchas imágenes acuden a tu mente mientras doblas la carta y te la guardas.

Piensas en lo mucho que habrá cambiado Cluxambuqua desde tu última visita allí años atrás, y sonríes recordando la forma apresurada en la que hubiste de abandonar la ciudad en aquella ocasión, con tus hábitos ocultos bajo las ropas de una cabaretera. Ya entonces era aquella una ciudad conflictiva y con cierto desapego a La Tradición, y por lo que parece este sentimiento no ha hecho sino ir a más.

Te sacas las lentes y las dejas sobre la mesilla mientras cierras los ojos. Llevas entonces tu mano a la nariz justo entre ellos, haciendo una ligera presión para tratar de calmar el dolor de cabeza que de un tiempo a esta parte te asalta cada vez con más frecuencia.

Recapacitas sobre todo lo que esta carta significa, y sobre qué hacer al respecto.

Sabes que no tienes posibilidad alguna de hablar con la abadesa a quién su cargo obliga a vivir incomunicada en el Sacristorio, la torre más alta de la Abadía, y desde donde gobierna esta mediante misivas y oración. Únicamente podrías hacerle llegar un escrito que sin duda no sería respondido antes del amanecer, y retrasar tu partida más allá de lo que te indica en su carta resultaría en verdad algo poco saludable.

Podrías echarte a descansar todo lo que puedas antes del duro viaje que te espera, porque sabes que la experiencia acumulada en tus aventuras del pasado no servirá para paliar el paso de los años ni para ayudarte a caminar por esa nieve que ya comienza a caer. Con un poco de mala suerte los augurios que anuncian una fuerte tormenta de nieve en los próximos días no estarán errados.

Claro que en lugar de descansar tal vez podrías aprovechar el poco tiempo que te queda para hacer alguna indagación por el monasterio. Su biblioteca es abrumadora, no sólo por la cantidad de libros que allí hay sino también por su variada procedencia y contenido. Sin embargo sabes que en la entrada, dentro de su vitrina, reconocerás la silueta del Fauno al que un día conociste en su forma más carnal, y a quién la justicia que los hombres imparten en nombre de los dioses sentenció no ha mucho a cambiar la vida de sus entrañas por serrín. Y pasar por allí nunca es un trago agradable para ti, que ya antes odiabas la taxidermia.

Tal vez en las cocinas puedas averiguar algo también, con la cháchara de las hermanas. Como reza el dicho popular Zurcorcoalenco “Chismes y cazuelas, si cocinas los cuelas”.

Otra opción sería ponerse en marcha de inmediato, para tratar de evitar que la tormenta te alcance en las yermas tierras que rodean la abadía. Un poco más allá el terreno es montañoso y al menos te será más fácil encontrar cobijo entre sus cuevas en caso de necesidad.

La elección en cualquier caso es sólo tuya.

Si decides que antes de ponerte en marcha lo mejor es intentar relajarte un poco con ayuda de alguno de tus “preparados medicinales” en espera del amanecer, ve al 3

Si decides hacer algunas indagaciones por el monasterio antes de tu marcha, ve al 4

Si decides partir de inmediato dado lo urgente de la situación y del temporal que se avecina, ve al 5
« Última modificación: 23 de Septiembre de 2006, 06:00:16 pm por AZ »
Aun no llovio que no parase.

AZ

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #5 en: 22 de Septiembre de 2006, 05:00:53 pm »
4
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NOTA DE AZ: Esta sección debería haberla publicado su autor (Mariano), que me envió este contenido, para poder modificarla cuando él quisiera. La publico yo aquí en espera de que cuando vuelva él publique su propio mensaje, y pueda yo eliminar este.

La versión oficial de esta sección AQUI.


[spoiler]Suspiras. Sería una tontería marchar sin prepararse bien, piensas. Te levantas y guardas la carta en tu sosten y tus lentes en un bolsillo del hábito. Echas un vistazo a la celda. Solo un jergón, una mesa con una lampara de manteca y unos legajos de papel. Sonries pensando que tendrás que abandonar a su suerte el doble fondo del suelo, tan útil. Ahí guardas algunas sustancias que te traerían problemas dentro de la abadía y que te sacarán de muchos apuros fuera de ella. Ya harás tu equipaje luego, piensas.

Sales echando el cerrojo con la llave que cuelga de tu cuello. La abadía es una construcción oscura de granito. En los sotanos se encuentran las celdas de las internas, la bodega y los calabozos. Tus pasos resuenan mientras piensas que debes hacer.

Crees que es una buena idea pasarte por la cocina por provisiones. Annah te pasaría cualquier cosa solo por un poco de "polvo de alegría". Tu voz interior te recuerda que en la biblioteca puedes encontrar mapas que te ayuden en la misión, pero te llevaría tiempo. De repente sientes como algo te agarra por el hombro y gritas asustada. Es Ágata, la monja que hizo un voto de silencio en su juventud. Su arrugada cara parece estar angustiada y tira con ansiedad de tu hábito.

- ¿Qué ocurre, hermana?

La anciana saca una tabla de entre sus ropas y empieza a escribir. "Ten cuidado en tu misión. Quiero ayudarte", te enseña. Viendo tu sorpresa, sonríe monstrando sus desnudas encías. "Lo sé todo sobre el emperador" añade. Ágata te muestra solo un segundo el mensaje y empieza a frotar con ansiedad la tabla con un trapo sucio. Parece como si una horrible blasfemia estuviera escrita ahí.

La miras asombrada. No te explicas como aquella mujer conoce la misión con tanto detalle. Era para las hermanas solo una sombra que pasaba los días rezando en el templo. Su interés por ayudarte te hace dudar. Realmente no conoces a esa monja. ¿Que se propone?. Aun esta frotando la pizarra que le sirve para comunicarse, como si no hubiera nada más importante en el mundo. Te acercas a ella y le susurras

- ¿Qué sabes sobre su Majestad que deba conocer?

Ella sonríe monstrandote de nuevo sus encías, pero no escribe nada. Sientes pesado algo caer en tus bolsillos. Miras y ves dos monedas de oro y un pequeño puñal. Preguntas a la monja porque te los ha dado, pero ella solo sonríe de nuevo. Os miraís un par de segundos. Entonces ella guarda su tablón y se aleja en dirrección a las celdas sin despedirse.

¿Qué será lo más conveniente?

Si es seguir a Ágata para que te dé más detalles sobre el emperador y la misión y de paso averiguar como puede estar al tanto de  ese tipo de conocimientos; ve a la sección 6

Si es dirigirte hacia la biblioteca en busca de mapas o cualquier información útil antes de que las encargadas cierren la puerta de acceso al resto de la comunidad; ve a la sección 2

Sí es subir hasta las cocinas a proponer un intercambio a Annah, conseguir provisiones extras para tus pociones y de paso interrogarla sobre la monja muda; ve a la sección 7[/spoiler]
« Última modificación: 23 de Septiembre de 2006, 08:14:49 pm por AZ »
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Martin

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #6 en: 22 de Septiembre de 2006, 11:46:42 pm »
3

Decides tumbarte en el camastro de tu celda e intentar dormir un poco. Aunque no ha sido de los dias más ajetreados, la edad comienza a pasar factura y tus miembros estan entumecidos. Ademas está la misión, por una parte seria abandonar la rutina del convento y salir, como en los viejos tiempos, de aventuras; pero, para que desengañarse, si trabajar un huerto y acudir a las misas te dejan en este estado, ¿como piensas robar una reliquia a una secta y quedarte tan tranquila?. Demasiados problemas y demasiadas decisiones, lo que no te permite dormir por lo que abres el doble fondo del suelo y sacas lo que otras monjas llaman el "polvo de la alegria", para ti no es tal sino más bien una forma de alejarse de los problemas de la vida cotidiana. Abres un odre que contiene agua y la viertes en un pequeño cuento que tienes en el cajon de la mesilla, tras calentarlo en el fuego durante unos minutos echas un pellizco de la extraña infusión y esperas a que se disuelva. Cuando tomas la bebida te entra el conocido sueño que tantas veces te ha aliviado y acabas dormida con una sonrisa en la boca.
 Te despiertan las campanadas que anuncian los maitines te levantas y acudes a la capilla con movimientos sistematicos fruto de tantos años haciendo lo mismo. En el desayuno meditas sobre tu situación y decides que esta es tu unica opurtinidad de abandonar esta vida, al menos por un tiempo. Cuando te levantas decides ignorar algunas tareas y te diriges a tu celda a por tus cosas. Si hay que emprender la marcha, es mejor cuanto antes.

Una vez con tu fardo a cuestas te diriges al despacho de la monja mayor Rigmenda para explicar el asunto de la carta y partir hacia Cluxambuqua pero por el camino te encuentras a Ágata, una monja que hizo voto de silencio cuando era joven. Esta, sin darte ninguna explicación y con un claro gesto de culpabilidad en el semblante, introduce en tus bolsillos un par de monedas de oro y un puñal, tras lo cual se marcha corriendo por un pasillo como alma que lleva el diablo.

El extraño comportamiento de la monja te descoloca ya que siempre ha sido una mujer de caracter afable y tranquilo. Comienzas a pensar en las implicaciones de este gesto y no sabes que hacer.

Si deseas emprender la marcha cuanto antes, ve a la sección 22.

Si, por el contrario, piensas que todo esto es una locura y prefieres quedarte en el convento, ve a la sección 20.

Si crees que Ágata sabe algo que tu no sabes, ve a la sección 6.

Si crees que es Rigmenda la que tiene que contarte algo o darte algun consejo, ve a la sección 30.
« Última modificación: 04 de Octubre de 2006, 10:19:29 am por Ariadna »
-Nosotros los orcos nunca perdemos una batalla, si ganamos, ganamos; si morimos, no cuenta como derrota y si huimos, siempre se puede volber a intentar.

-Tu deber no es morir por tu pais, es hacer que tus enemigos mueran por el suyo.

                                         :jawa:

Ariadna

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #7 en: 23 de Septiembre de 2006, 10:17:12 am »
20

El extraño comportamiento de tu compañera de claustro, tus articulaciones algo adoloridas por el frío y la incesante nieve cayendo, logran minar tu decisión de acatar las órdenes de la Abadesa. Vuelves a tu celda mientras las imágenes del pasado te abruman y decides que tal vez no sea tan buena idea regresar a Cluxambuqua: después de todo, tu última visita dejó profundas huellas en tu memoria que nunca has podido borrar y aquella herida en el hombro que constantemente te recuerda el por qué te quedaste hace años en la abadía.

Al llegar a tu celda te sientes abrumada por los años y rompes en un llanto silencioso y melancólico. Sabes que no tienes escapatoria, que si no partes en tu misión posiblemente no llegues a ver la luz de un nuevo amanecer: la Abadesa es prudente, pero también implacable y sabes que esta vez no tendrás tanta suerte. Te tumbas en el camastro y cierras los ojos tratando de poner orden en tu mente, mientras las imágenes de las horribles humillaciones sufridas en Cluxambuqua danzan frente a tí. Sientes los nervios destrozados y decides mascar una de aquellas hojas recolectadas durante tus muchos viajes, que tiene la propiedad de alejar los malos espíritus del recuerdo y llenarte de fuerza y paz.

Extrañas imágenes comienzan a mezclarse con los recuerdos en una línea interminable de pesadillas hasta que unos fuertes golpes en la puerta te obligan a volver a la realidad. Supones que han pasado ya muchas horas y seguramente la tormenta habrá arreciado demasiado. La Abadesa seguramente sabrá ya que no has acatado sus órdenes y no estará muy contenta por ello.

Los golpes en la puerta no cesan y cuando te incorporas del camastro te das cuenta que hay otro sobre junto a ella. Por un momento piensas cuál sería el paso más prudente a seguir.

Si decides abrir el sobre y hacer caso omiso de los golpes en la puerta, ve a la sección 9.

Si decides enfrentar con valentía a quienquiera que está golpeando a tu puerta, ve a la sección 16.

Si por el contrario, crees que lo más prudente ahora es ignorar la puerta y el sobre, ve a la sección 13.


Modificación de AZ: Cambiado el salto a la sección 10 por salto a la sección 16
« Última modificación: 26 de Septiembre de 2006, 01:26:09 pm por AZ »
Telin le thaed.Lasto beth n?n, tolo dan nda ngalad.
Renich i lu i erui govannem ? Nauthannen I ned ?l neniannen.

Ariadna

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #8 en: 23 de Septiembre de 2006, 03:32:58 pm »
9

Esperas en silencio que los golpes cesen. Quienquiera que fuese, abandona en pocos segundos el lugar y tu, recuperándote de la desorientación inicial, tomas el sobre del piso y lo guardas bajo el hábito. Sabes que tienes ahora poco tiempo para salir de allí sin ser vista así que pospones la lectura para un mejor momento. Tomando tus cosas, abres la puerta con sigilo y te fijas que no haya nadie en el corredor.

Te asombra descubrir que a pesar de ser de día, hay una casi total oscuridad afuera. Definitivamente la tormenta arrecia y si quieres salir de aquí debes hacerlo ahora mismo.

La soledad por los pasillos te sorprende un poco menos: la mayor parte de la comunidad estará preparándose para afrontar la tormenta que se avecina, entregada a la oración o intentando calentarse al calor del hogar.

Ajustas tu bolsa y tu capa y te diriges a los establos para preparar a San Jorge, como cariñosamente sueles llamar a una de las mulas de la Abadía. Compañero de otras épocas, San Jorge es un animal resistente y el de mejor salud, por lo cual decides llevarle contigo en la larga jornada que te espera.

Mientras preparas a San Jorge apropiadamente, el sobre se desliza bajo tu hábito y decides darle lectura de inmediato. Para tu sorpresa, el sello corresponde al Caballero de Duván, miembro de la familia imperial al que conoces mucho mejor que cualquiera de los que le rodean. Su misiva te llena de una profunda curiosidad y sin más demoras abres el sobre y te abstraes en su lectura.

Muy querida Beatrice,

Espero que mi mensaje te encuentre bien de salud y lo más importante, que la misiva llegue a tus manos a tiempo.

Me he enterado por casualidad que la Abadesa tiene planeado enviarte en algún tipo de misión a la ciudad de Cluxambuqua. Se que partirás pronto y estoy seguro que no rehusarás a vivir esta aventura porque conozco tu carácter. Sin embargo, Beatrice, debo ponerte sobre aviso de las muchas cosas que han estado pasando en la Corte y que afectan directamente la naturaleza y desarrollo de tu supuesta misión.

Espero con todo mi corazón que esta misiva no caiga en las manos de alguien más y que llegue a su destino antes de tu partida, pues de lo contrario los dos estaremos en grave peligro de muerte. Me conoces desde la infancia y sabes que puedes confiar en mi palabra y, mi querida Beatrice, mi objetivo no es otro que advertirte que estás siendo enviada a una trampa mortal.

Por favor, abandona la Abadía de inmediato y no levantes las sospechas de nadie. Deja que la Abadesa siga pensando que todo marcha conforme a sus designios y aléjate de ahí lo antes posible. Yo te estaré esperando en la Fortaleza de Bantar, al otro lado de las colinas.

Tomaré todas las precauciones necesarias para que recibas la información correcta en caso que nuestro encuentro fallara. No te preocupes, no te dejaré sola en esta hora de gran necesidad y peligro.

A tu lado por siempre,

Manuel de Duván



Si confías en las palabras del Caballero de Duván, ve a la sección 12.

Si desconfías del contenido de la carta y deseas continuar con tus planes originales, ve a la sección 8.
« Última modificación: 02 de Octubre de 2006, 01:42:27 pm por Ariadna »
Telin le thaed.Lasto beth n?n, tolo dan nda ngalad.
Renich i lu i erui govannem ? Nauthannen I ned ?l neniannen.

Pablo de las India

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #9 en: 23 de Septiembre de 2006, 04:26:00 pm »
13

Permaneces inmovil hasta que los golpes en la puerta terminan. Continúas mirando al sobre como si fuera el objeto más extraño del mundo. Lo recojes pero no estás en condiciones de recibir más ordenes de nadie.  Lo acercas sin dudarlo a la llama de la vela y te calmas mirando como se prende fuego.

Notas entonces que tienes una migraña terrible. Llorar siempre te provoca dolores de cabeza. Y la jaqueca, lo sabes, te impide pensar con claridad y te vuelve totalmente paranoica.

"Floja, eres una floja, no puedes desmoronarte ahora. Tienes que tomar una desición. YA"

No te dejas pensar. Te abrumas con tus autoexigencias.

"¡BASTA!, marchare..." te imaginas en tu cabeza la furia de la Abadesa si te encontrara todavía allì. Una prisa inexplicable te embarga.

Preparas rápidamente un pequeño macuto con lo mínimo indispensable. Sabes que te gustaría llevar muchas más cosas, pero hay algo que es cierto: la carga que ahora parece ligera, al cabo de unas horas de caminata te parecerá de plomo sólido.

"Sabes que no me las arreglaré sola con tan poco. No a mi edad" -te dices a tí misma.
"Tampoco quieres ir de aquí para allá cargada como una mula de ..." - de pronto un mecanismo se detona en tu cabeza.
"¿Una mula... por qué no lo pensé antes?" - te dices mientras te detienes en el medio del pasillo, en la oscuridad como si hubieras descubireto la rueda.
"Claaaaro! Sería sencillo, mira: bajas al establo, fuerzas la puerta, o le robas la llave a Sor Ethel, tomas un animal, consigues sacarlo sin que se arme ningún alboroto que despierte a la abadía entera, fuerzas la salida al exterior sin que nadie te vea ni te escuche, te robas el animal, lo montas a pelo como un joven de 20 años y sales como si nada..." Una punzada de dolor en tu cabeza te atormenta aún más...

Te das cuenta, entonces, de la vital importancia que tiene la discreción. Estabas a punto de salir por la puerta principal, pero estabas cometiendo una imprudencia extrema. Primero por tus antecedentes, nadie en la Abadía se creería lo de la misión y pensarían que volviste a las andadas. Y por otro lado, cuanta menos gente se entere de lo que estás por hacer mejor para tí, nunca se sabe hasta que oidos indeseables pueden llegar los rumores...

"Entonces salir por alguna de las puertas queda descartado."
"No, descartado, no. Pero sería mejor escabullirte sin que nadie te vea."
"Si consigo bajar por el castaño que se asoma por la terraza del ala este..."
"Suena lógico. Si la rama aguanta tu peso y consigues aferrarte con tus manos artríticas sin caerte. Logras no despertar a los perros de la Hermana Bernarda, y consigues llegar al tronco y bajar por él sin caerte y romperte la cadera - o alguna cosa aún peor - entonces sí, estarás afuera..."
"¿PERO ENTONCES QUE QUIERES QUE HAGA?. Nada te viene  bien"
"TU SABES QUE LA ÚNICA POSIBILIDAD ES RECURRIR A YA SABES QUIEN..."

Te estremeces de sólo pensarlo, y hasta te enfureces contigo misma por mencionarlo como una opción posible. Sabes que es una criatura engañosa, y que cada vez que hiciste trato con él las cosas terminaron muy mal. Pero hay un pensamiento que ahora retumba en tu cabeza y  no te deja pensar en nada más:

"Es tu única esperanza. Es tu única esperanza. Es tu única..."

Si consideras que lo mejor es robarte una mula, entonces vete al establo en la sección 11.
Si por otro lado crees que puedes bajar por el castaño, entonces trepate por la sección 14.
Si decides que eres capaz de enfrentar a "ya sabes quien" encuentralo en la sección 15
« Última modificación: 25 de Septiembre de 2006, 10:04:20 pm por Pablo de las India »

Mariano

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Re: SeSección cuatrocciones del Librojuego I
« Respuesta #10 en: 23 de Septiembre de 2006, 06:31:13 pm »
4
Suspiras. Sería una tontería marchar sin prepararse bien, piensas. Te levantas y guardas la carta en tu sosten y tus lentes en un bolsillo del hábito. Echas un vistazo a la celda. Solo un jergón, una mesa con una lampara de manteca y unos legajos de papel. Sonries pensando que tendrás que abandonar a su suerte el doble fondo del suelo, tan útil. Ahí guardas algunas sustancias que te traerían problemas dentro de la abadía y que te sacarán de muchos apuros fuera de ella. Ya harás tu equipaje luego, piensas.

Sales echando el cerrojo con la llave que cuelga de tu cuello. La abadía es una construcción oscura de granito. En los sótanos se encuentran las celdas de las internas, la bodega y los calabozos. Tus pasos resuenan mientras piensas que debes hacer.

Crees que es una buena idea pasarte por la cocina por provisiones. Annah te pasaría cualquier cosa solo por un poco de "polvo de alegría". Sonries. Esa muchacha rechoncha es una de tus mejores amigas, pero la muy bruja no da nada gratis. Tus pasos resuenan en el pasillo. Como la primera visita a la biblioteca. Entonces las hermanas escribientes te ofrecieron cualquier ayuda para documentarte o estudiar. Quizás ahora puedas consultarlas en busca de informacion útil para el viaje o pedir prestado algún tipo de mapa. Piensas en las hermanas que dedican su vista y habilidad en copiar los miles de volúmenes de ciencia pagana y religión mística.

Algo te agarra por el hombro y gritas desprevenida. Te vuelves rápidamente, con el corazón acelerado. Es una monja menuda y vieja, parpadeas un poco desconcertada. Entonces reconoces una pizarra colgando del cuello por una cinta de seda negra. Ágata, la monja que hizo un voto de silencio en su juventud, te ha dado un buen susto. Su arrugada cara parece estar angustiada y tira con ansiedad de tu hábito. Tratas de relajarte, pero la anciana te agarra ahora con sus dos huesudas manos y tira con más fuerza. Te zafas de ella y con paciencia preguntas:

- ¿Qué ocurre, hermana?

La anciana saca una tiza de entre sus ropas y empieza a escribir en su tabla pintada de negro. "Ten cuidado en tu misión. Quiero ayudarte", te enseña. Viendo tu sorpresa, sonríe monstrando sus desnudas encías. "Lo sé todo sobre el emperador" añade. Ágata te muestra solo un segundo el mensaje y empieza a frotar con ansiedad la tabla con un trapo sucio. Parece como si una horrible blasfemia estuviera escrita ahí.

La miras asombrada. No entiendes como aquella mujer conoce tu misión con tanto detalle. Ágata es para todas solo uno más de esos personajes oscuros y olvidados que habitan la abadía. Pasaba los días rezando en el templo, con la cabeza agachada y moviendo lentamente los labios. Nadie se relacionaba con ella, como si se tratara de otra estatua más. Piensas que salvo a la hora de la comida y despues del toque de queda no la has visto en otro lugar. La examinas atentamente. Su interés por ayudarte te hace dudar. ¿Te puedes fiar de una desconocida, aunque sea una compañera?. Aun esta frotando la pizarra que le sirve para comunicarse, como si no hubiera nada más importante en el mundo. Te acercas a ella y le susurras

- ¿Qué sabes sobre su Majestad que deba conocer?

Ella sonríe monstrandote aún más sus encías, pero no escribe nada. Parpadeas esperando algo y miras por encima de ella por si viene alguien. La vieja asiente con la cabeza frenéticamente, parece muy emocionada. Sientes pesado algo caer en tus bolsillos. Metes la mano para comprobar de que se trata. Miras y ves dos monedas de oro y un pequeño puñal. Preguntas a la monja porque te los ha dado, pero ella solo sonríe de nuevo y te aprieta las manos. Se diría que brillas por la forma en que te mira. Te sientes incómoda a la par que intrigada. Por fín te suelta y vuelve a colgar su tablón del cuello. Te mira sonriendo por última vez y se aleja en dirrección a las celdas.

¿Qué será lo más conveniente?

Si es seguir a Ágata para que te dé más detalles sobre el emperador y la misión y de paso averiguar como puede estar al tanto de  ese tipo de conocimientos; ve a la sección 6

Si es dirigirte hacia la biblioteca en busca de mapas o cualquier información útil antes de que las encargadas cierren la puerta de acceso al resto de la comunidad; ve a la sección 2

Sí es subir hasta las cocinas a proponer un intercambio a Annah, conseguir provisiones extras para tus pociones y de paso interrogarla sobre la monja muda; ve a la sección 7
« Última modificación: 23 de Septiembre de 2006, 06:36:05 pm por Mariano »
CO?O, le dijo la zanahoria al conejo

AZ

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #11 en: 25 de Septiembre de 2006, 01:26:52 pm »
7
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(Sección pendiente de revisión por AZ)

Subes hasta las cocinas. Ya antes de entrar sientes los chismorreos de dos hermanas, despotricando sobre cualquier acontecimiento del día, estirándolo y dándole vueltas hasta que alguna otra novedad les permita dejarlo de lado. La búsqueda del alejamiento mundano que tu orden trata de alcanzar parece que inevitablemente repercute en las hermanas haciendo que den vueltas y más vueltas sobre cada nuevo suceso, por poco importante que sea, que les saque de su monotonía.

- Buenas noches hermanas –. Te anuncias al entrar en la cocina. Las dos sorprendidas hermanas que charlan mientras salan carne sobre la mesa se callan sorprendidas por lo inesperado de la interrupción, y una vez repuestas te saludan.

- Buenas noches, hermana. Que horas tan extrañas para acercarse por aquí. ¿Tal vez precisabais de alguna cosa? -. Te interroga la Hermana Alacenera, encargada de la gestión de los víveres, con ese brillo en los ojos de quien espera obtener algo a cambio.

No estás tan loca como para cometer la imprudencia de hablarles de tu misión, pero tampoco vas a ocultarles el hecho de que has a partir “en peregrinación a las Montañas Sagradas”, porque inevitablemente mañana mismo esa será la comidilla en los pasillos. Así que se lo haces saber.

- Oh, que afortunada sois -. Responde la otra joven hermana con un velado tono de reproche – La Abadesa no acostumbra a firmar salidas del monasterio últimamente.

- Afortunada, si, pero habéis de tener cuidado -. Contribuye la oronda Hermana Alacenera. – No se si estaréis al tanto de los últimos sucesos que acontecen en Cluxambuqua, pero hacen desaconsejable del todo tomar esa ruta para alcanzar las Montañas.

- Algo a llegado a mis oídos, pero ¿Creéis en verdad que puede ser algo que vaya a obstaculizar el viaje de una sencilla peregrina? -. Preguntas con fingida inocencia

- Sólo digo que debéis andaros con pies de plomo, hermana -. Responde la Alacenera dándote un sincero y preocupado consejo, mientras expone su opinión al respecto . -  Bien sabéis que no hay nadie más tolerante que yo con todo eso de los elfos y esas otras razas. No se si recordais a la hermana Pétula, aquella novicia que tenia aquellos sospechosos rasgos élficos. Pues bien, yo fui la primera en darle la bienvenida a nuestra orden y la que más se apenó con su marcha, pero es lo que yo digo. Los Elfos con los Elfos. Cada oveja con su pareja y así no hay problemas.


Comienzas a recordar el extraño caso de la hermana Pétula...

La joven novicia parece haber seguido tu misma línea de pensamiento y comienza a hablar sobre ella.

- Oh, si, hacía muy poco tiempo que yo había ingresado en la orden. Me extrañó muchísimo que nadie más reparara en aquellos rasgos tan acentuados, y yo misma envié una carta a la Abadesa. – Se jacta la joven .- Tengo entendido que fue enviada a Cluxambuqua, a una de esas ordenes mixtas que lo mismo admiten elfos, que humanos; hombres, que mujeres. A “Los Redencionistas” creo que la enviaron. Yo eso más que una orden lo llamaría un “desorden”.

Mientras las hermanas siguen hablando de su altísima tolerancia y sus maneras de arreglar el mundo del que un día decidieron retirarse, recapacitas sobre los curiosos hechos referentes a aquella hermana. Ya habías olvidado casi por completo a aquella joven que te guardaba cierta simpatía, y el hecho de que pueda seguir en Cluxambuqua no es un dato a menospreciar. Tal vez te pueda ser de alguna utilidad.

Regla Especial: En términos de juego, cada vez que estés ante alguna persona relacionada con la orden de “Los Redencionistas” puedes decidir preguntarle sobre la hermana Pétula restando 5 al número de sección en que te encuentres. Si el texto de la sección a la que llegas no tiene sentido, supondrá que el interrogatorio no aporta ninguna información, y deberás continuar en la sección en la que estabas.

La Hermana Alacenera te prepara un paquete con algunas provisiones, y te lo tiende mirándote a los ojos, como esperando que hagas algo. Distraídamente dejas caer en el bolsillo de su hábito un pequeño envoltorio con algo que tu y ella sabéis.

Te da miedo seguir perdiendo el tiempo con estas dos cotorras, pero piensas que tal vez podrías sacarles algo más de información.

Si decides preguntarles discretamente sobre el extraño comportamiento de la hermana Agatha, ve al 19.

Si crees que podrías tratar de buscar algo más de información en la Biblioteca, ve al 2

Si crees que ya está bien por hoy y que lo mejor es irte a la cama, ve al 3

« Última modificación: 04 de Octubre de 2006, 10:23:06 am por Ariadna »
Aun no llovio que no parase.

Pablo de las India

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #12 en: 25 de Septiembre de 2006, 03:20:58 pm »
2
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La biblioteca se encuentra solitaria y en penumbras. Sólo un pequeño rayo de luna atraviesa el enorme vitral.

Revisas el fichero de la Hermana bibliotecaria. Siempre fue su orgullo, cualquier cosa que se busque por más minima mención que se haga en los pergaminos está referenciado por orden alfabético allì.

Permaneces horas investigando y aquí están los resultados de todo lo que consigues obtener allí.

"TRATADO DE ECONOMÍA: DESDE LA EPOCA PRE IMPERIAL, HASTA LA REVOLUCIÓN" por Diclotl

...Cluxambuqua que se encuentra en la ruta Imperial que conecta los puertos de Achcatli con la ciudad Imperial ... fue en un principio una posta de carretas donde paraban los mercaderes. Los primeros nobles justo antes de la revolución decidieron establecer una Aduana volviendo a la ciudad inmensamente rica y codiciada...una vez que tomara el poder el emperador Acamapichtl derrocó a los nobles pero mantuvo la aduana...sin embargo el poder económico de la ciudad provocó divisiones, golpes de estado y rebeliones en numerosas ocasiones...

"ARQUITECTURA ECLECTICA" monografìa por Sor Beatriz.

...pero el ejemplo de eclectisimo por excelencia es la aduana de Cluxambuqua. La inestabilidad política y étnica de la región derivó en numerosos gobiernos, donde cada uno decidía plasmar en el pobre edificio su arquitectura...el emperador Acamapichtl una vez tomado el poder decide unificar el edificio encargando un gran fresco al aclamado artista Ildivo que "cubriera hasta el último pedazo de pared"...extrañamente, al acabar los frescos Ildivo fue condenado a muerte y la aduana clausurada para siempre...una nueva aduana que fue denominada burlonamente por los habitantes de Cluxambuqua como "el Establo" por su arquitectura despojada y carente de ornamentos...sin embargo el mito del mensaje cifrado por Ildivo en los frescos de la Aduana de Cluxambuqua sigue latente hasta nuestros días..."

"PERSONAJES RELEVANTES DEL IMPERIO" monografía por la Hermana Caliz.

...uno de los personajes más inquietantes sin duda fue Ildivo...su obra más acabada...la Aduana de Cluxambuqua...el emperador Acamapichtl lo condenó a muerte acusándolo de herejía y de pertenecer a sectas contrarias al Imperio...si bien no está probado se lo relaciona con LA HERMANDAD DE LAS CUATRO RAZAS, responsable de numerosas rebeliones y vinculada con Los Redencionistas..."


Intentas entusiasmada y ávida de información, buscar más datos sobre la Hermandad o Los Redencionistas y te topas una y otra vez con páginas arrancadas o pergaminos extraviados. Te das cuenta que esos datos sólo los encontrarás en la sección prohibida...

Si quieres irte a la cama ve a la sección 3
Si decides intentar acceder a la sección prohibida ve la sección 10
« Última modificación: 04 de Octubre de 2006, 10:26:05 am por Ariadna »

AZ

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #13 en: 25 de Septiembre de 2006, 03:46:26 pm »
22
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Te diriges al establo y preparas a San Jorge, una mula de buena salud, para salir de viaje. Sin más sacudes tus manos una contra otra para hacerlas entrar en calor, agarras tu montura de las riendas y te pones en camino. Cruzas el portalón de salida de la abadía, en cuyo dintel puede leerse la leyenda “El trabajo os hará libres”. La nieve cae sin descanso aunque nada fuera de lo normal para esta época del año. Tal vez la suerte o los dioses estén de tu lado en esto y no te pille el temporal.

Vuelves la vista atrás por un instante y contemplas la abadía, como para despedirte de ella porque ya no estás segura de si volverás a verla. La torre del Sacristorio se recorta imponente contra el cielo, y por un momento te parece reconocer en una de sus ventanas la silueta de la abadesa.

Vuelves la vista al frente y continuas con tu marcha. Es hora de pensar en lo que te espera ahí delante. De pronto te detienes. Hay algo que te llama la atención en el suelo y en lo que no habías reparado antes. Pese a la nieve que ha estado cayendo sin descanso, en el suelo del camino puedes reconocer aún unas pequeñas ondulaciones, como huellas de alguna montura que vienen o van hasta la abadía.

Es extraño. Te preguntas quién más ha podido abandonarla justamente ahora, o quién ha podido llegar allí sin que tu te hayas enterado. Todos los monasterios de tu orden están en lugares tan poco transitados como estos páramos, apartados de las rutas comerciales, con la idea de que ningún asunto terrenal interfiera su labor espiritual, y cualquier visita inesperada es una noticia que tarda muy poco tiempo en conocerse.

Haz un chequeo de tu habilidad de PERCEPCION.

Si lo pasas, ve al 40
Sino, ve al 31
« Última modificación: 04 de Octubre de 2006, 10:36:06 am por Ariadna »
Aun no llovio que no parase.

Martin

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Re: Secciones del Librojuego I
« Respuesta #14 en: 26 de Septiembre de 2006, 12:34:39 pm »
10

Vigilas que la hermana bibliotecaria no mire, pues a la sección prohibida solo puede accederse con un permiso exclusivo de la abadesa y dudas que la carta de tu misión sirva para este caso. Siendo todo lo sigilosa que puedes te acercas a la puerta pasando entre estanterias llenas de libros y mesas con cachivaches que las monjas han hido recolectando a lo largo de los años, uno de estos cachivaches en particular atrae tu mirada por un caracteristico brillo que desprende. Se trata de una bola engarzada a un colgante, tu curiosidad te hace coger el pergamino donde explica el funcionamiento del aparato:

"El Ojo de la Luna, como lo llamaban los nativos a los que les confiscamos el aparato se trata de una bola hecha de un material desconocido engarzada a un colgante de oro. Segun la tradición nativa, este colgante solo lo llevaba el jefe de la tribu y le proporcionaba una visión en la oscuridad como si a la luz de la luna estubiese solo con pronunciar la palabra "Patxi", cuyo significado desconocemos. Como se desconoce el origen de dicho aparato asi como de sus propiedades, La Tradición lo ha clasificado de hereje y su uso esta prohibido en todo el Imperio"

No te extrañó que estubiese clasificado como hereje, todos los aparatos de la biblioteca asi lo están. Aunque tu sientes una devoción total por la Tradición, comprendes la magia y la aceptas, a diferencia de la mayoria de los miembros lo que hace que no tengas miedo al usar este tipo de aparatos y como tu intuición te dice que el Ojo de la Luna te será util en el futuro, extiendes la mano y cojes el colgante junto con el pergamino que explica su funcionamiento. todavia estas pensando lo que acabas de hacer cuando un ruido de la bibliotecaria te recuerda donde estas, rapidamente avanzas el trecho que te queda hasta la puerta que da paso a la sección prohibida. Sin más miramientos abres la puerta cuidadosamente y entras en la sala cerrando la puerta tras tu paso. La sala esta oscura y, aunque hay candelabros que puedes encender, prefieres usar el Ojo de la Luna por curiosidad.

Cuando pronuncias la palabra que pone el pergamino no pasa nada, pero cuando la vuelbes a pronunciar cambiando la acentuación todo a tu alrrededor se ilumina con una luz grisacea que te deja ver com bastante claridad. aun asi cuando te acercas a un libro ves que a duras penas puedes leer su titulo por lo que decides alumbrarte de la manera tradicional. Te acercas a un candelabro y rapidamente, producto de años de experiencia, lo enciendes con la yesca y el pedernal.

A la luz de las velas la habitación te parece mucho más tenebrosa debido a sus sombras cambiantes, pero resuelta avanzas por los pasillos en busca de la información. Varios libros te causan mala espina, un necronomicon, varios libros de magos, etc; pero hay uno en concreto que te atrae irremediablemente. a diferencia de los demas este libro esta abierto en una mesa en vez de estar en una estanteria, te acercas rapidamente y sin sentarte dejas el candelabro sobre la mesa y comienzas a leer avidamente, la información que contiene no te dice nada pero no puedes dejar de leer, pasas paginas una tras otra a una velocidad increible mientras devoras información sin sentido aparente. Cuando parece que llevas horas leyendo una voz suena al otro lado de la puerta

-¿Hay alguien ahi?

Es la voz de la bibliotecaria, rapidamente, viendo tu situación, cierras el libro, apagas el candelabro y te escondes. Pero, justo cuando la puerta se abre, te das cuenta que el Ojo de la Luna sigue en funcionamiento y la luz grisacea muestra tu posición como un faro en la noche. Sin embargo parece que la bibliotecaria no se percata de esto y tras echar un vistazo se marcha tras de si cerrando otra vez la puerta lo que te hace caer en la cuenta de que la luz que proyecta el ojo solo es visible para su portador.

Tras esperar un rato y comprobar que no la hermana vuelbe te levantas y te alejas del libro tras ver su titulo, "El libro del caos". Habias oido hablar de aquel libro, contenia un poderoso conjuro que hacia que las personas comenzaran a leer compulsivamente el libro, mucha gente murio de hambre por esto o se volbio loca tras muchas horas leyendolo y nadie que cayese bajo su influjo ha podido decir que es lo que contiene. Por eso no estaba en una libreria, nadie podia guardarlo sin pararse a leerlo.

Decides abandonar la busqueda al menos por hoy. Ya es muy tarde y te sientes cansada por lo que piensas que hacer.

Si decides meditar sobre lo ocurrido hoy, la biblioteca, Ágata, el Ojo de la Luna, y esperar a mañana para decidir ve a la sección 20.

Si, por el contrario, comprendes que cualquier información que haya en esta sección puede ser peligrosa y decides partir a tu misióncon lo que tienes ve a la sección 5.

Si no crees que la noche sea un impedimento para seguir buscando información vete a la sección 33.
« Última modificación: 26 de Septiembre de 2006, 08:47:28 pm por Martin »
-Nosotros los orcos nunca perdemos una batalla, si ganamos, ganamos; si morimos, no cuenta como derrota y si huimos, siempre se puede volber a intentar.

-Tu deber no es morir por tu pais, es hacer que tus enemigos mueran por el suyo.

                                         :jawa: