Autor Tema: El Nigromante. autor Karnak.  (Leído 2729 veces)

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Karnak

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El Nigromante. autor Karnak.
« en: 15 de Septiembre de 2005, 03:44:54 pm »
 
   EL NIGROMANTE


   El aleteo del ave al entrar en la b?veda bajo el tejado de la Torre de Magia levant? una nube de polvo, excrementos, plumas viejas y restos de carro?a al mismo tiempo que fue saludado por el resto de buitres que se encontraban en la gran jaula con los chirridos y gorjeos con que los carro?eros celebraban el comienzo de un gran fest?n.   El mecanismo de aviso, una serie de cuerdas que colgaban de un lado a otro de la estancia se activ? con el movimiento del enorme ave haciendo que unas campanillas de hueso y metal elevaran su ca?tica melod?a avisando de la llegada de un nuevo mensaje en la sala principal de la Torre.

    Gradg?l acudi? r?pidamente a la b?veda pues sab?a que en tiempos de guerra todos los mensajes que se recib?an en Lugh?sh eran de gran importancia.  Desenroll? el pergamino de la pata del buitre y tras introducirlo en la jaula grande corri? a presencia de su Amo para entregarle r?udo el mensaje al reconocer por los pictogramas del membrete que proced?a directamente del Gran Se?or de la Horda.

   Gorovod ley? atentamente el mensaje, recostado en un div?n de madera de ?bano con enormes cojines de seda y plumas de roc.  Se incorpor? ligeramente con un disimulado esfuerzo que reflej? dolor en su cansado rostro, acudi? Gradg?l a ayudarlo sol?cito hasta que pudo sentarse c?modamente sobre el respaldo del div?n.

    ?ltimamente, sobre todo despu?s de su exploraci?n de la Barrera M?gica, Gorovod sent?a que cualquier m?nimo esfuerzo le causaba una gran fatiga y notaba sobre sus hombros la pesada losa de la muerte inminente. Aunque era algo que no preocupaba a un Se?or de la Muerte como ?l, que esperaba con ansia el d?a que su alma abandonara el lastre de su cuerpo mortal y acudir?a a los brazos de su amada Mara-Kh?li en el ardiente Arallu.

   Sin embargo su terrible magia era necesaria para contribuir a la guerra que la Horda hab?a emprendido contra los invasores n?madas y a pesar de que  cada vez le costaba m?s esfuerzo entonar sus hechizos y se pasaba d?as para poder recuperarse despu?s de terminar agotado tras sus invocaciones. Sab?a que sus hechizos pod?an desequilibrar la contienda a favor de los Orcos.

   Se arrastr? hasta la mesa de conjuros en el centro de la estancia donde su ac?lito ya hab?a dispuesto los materiales necesarios para realizar el encantamiento. Comprob? que todo estaba en su sitio y despleg? el viejo pergamino de piel de elfo donde se hab?a escrito con runas de sangre  el terrible hechizo que iba a lanzar sobre los desgraciados humanos.  A su lado sobre un peque?o tr?pode ten?a su espejo m?gico de plata pulida. Abri? un peque?o cofre nacarado con incrustaciones de marfil y sac? una peque?a vara de baobab, revolvi? con ella el l?quido de una jarra de cristal azul que le ofreci? su ayudante y llen? un vaso que ten?a a su derecha.  Se bebi? el contenido del vaso y se frot? las manos. 

   -El t? de Nygath* ha quedado muy fuerte Gradg?l, luego le echas un poco de grog para suavizarlo.

   Alz? las manos y se concentr? en las corrientes m?gicas que emanaban del  pozo que se abr?a en el centro de la estancia y que parec?a hundirse en lo m?s profundo del Arallu.  Del pozo surgieron unas manchas de sombra que danzaron por toda la estancia y cubrieron las velas que iluminaban el amplio sal?n haciendo que las luces se ocultaran en la penumbra.  Enton? el texto del hechizo con una voz grave y modulada y mientras le?a el pergamino observaba atentamente el reflejo del espejo de plata intentando fijar el objetivo de su conjuro.

   Al poco tiempo observ? en el reflejo una ciudad humana a orillas de un peque?o lago, a trav?s de la magia vi? el enorme ej?rcito de Orcos que avanzaba por las llanuras en son de guerra.  Escogi? el lugar m?s ?ptimo donde desencadenar el poder del hechizo y con un brusco movimiento baj? los brazos al tiempo que terminaba de entonar el ?ltimo vers?culo del encantamiento en un lenguaje olvidado hace enones.  Las sombras regresaron al pozo y la luz volvi? a iluminar la estancia, el anciano nigromante se desplom? nuevamente en el div?n al tiempo que su ac?lito acud?a a su lado y estiraba la manta de piel de armi?o sobre su amo.

   -Tr?eme un poco m?s de ese t? de adormidera, mi peque?o goblin, pero antes ponle un chorrito de grog para que se alegre el esp?ritu de este pobre viejo.   Tanto desgaste m?gico se est? cobrando mi salud?-Dijo mientras entornaba los ojos-.  De qu? me sirve tanto poder si no soy capaz de desplegarlo?-Murmuraba-.

   Y mientras el aprendiz e mago calentaba en las brasas el t? de Nygath y le  agregaba con mucho cuidado un chorrito de grog, el Se?or de la Muerte recordaba en voz alta los terribles versos escritos en sangre del espantoso Napr?v? Bitv? *

He tenido muchas formas
Antes de adoptar esta agradable.
He sido espada, de forma estrecha;
Creo, porque es aparente, que
He sido una l?grima en el cielo,
He sido una titilante estrella,
He sido una palabra en una carta,
He sido en mis or?genes un libro,
He sido un rayo de luz reluciente.
Un a?o y medio,
He sido un estable puente
Sobre los flujos de la compasi?n,
He sido un atajo, he sido un ?guila,
He sido una canoa de mimbre y cuero,
He sido de un cayado la direcci?n,
He sido una chimenea en un recinto fr?o,
He sido una espada en una grieta flexible,
He sido un escudo en un conflicto abierto,
He sido una cuerda de un arpa.
Forma cambiante nueve a?os,
En agua, en espuma,
He sido consumido por el fuego,
He sido pasi?n en una espesura.


   -Apres?rate Gradg?l, presiento que pronto ser? un alma atrapada en los abismos del Arallu, al abrazo ardiente de mi se?ora Mara-Kh?li.-





 *Nygath: Arbusto tipo de la familia de las Nygathyas, con tallos ramosos, generalmente llenos de espinas, hojas alternas, ?speras, pecioladas, con est?pulas, compuestas de un n?mero impar de hojuelas el?pticas, casi sentadas y aserradas por el margen, flores terminales, solitarias o en panoja, con c?liz aovado o redondo, corola de cinco p?talos redondos o acorazonados, y c?ncavos, y muchos estambres y pistilos. Tiene por fruto una baya carnosa que el c?liz corona y muchas semillas menudas, elipsoidales y vellosas.  Sus hojas se procesan mediante un secado en lugar oscuro utiliz?ndose en infusiones.  Para ello se pone un pu?ado de hojas secas en un taza previamente calentada y acto seguido se llena de grog hirviendo (mucha precauci?n porque el grog caliente puede explotar seg?n sea su destilado).  Se tapa la taza y se deja en reposo unos minutos para que el grog absorba los principios activos.  El t? de Nygath es un poderoso alucin?geno muy apreciado por los magos y los poetas.


 *Napr?v? Bitv?: La Batalla de los ?rboles escrito por el Archidruida Taliesin.  Concretamente se trata del vers?culo 72.
Muchas mentiras contadas unas pocas veces se convierte en conspiraci?n.? Una mentira contada muchas veces se convierte en realidad.