Autor Tema: Turno 8  (Leído 5605 veces)

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Teppic

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Turno 8
« en: 07 de Febrero de 2006, 06:18:02 pm »
Calificaciones:

Sals: Medio
karnak: Muy fuerte
malkav: Medio
algeron: Muy fuerte
chacal: Fuerte
dehm: Flojo

Las siguientes tiradas aleatorias D6 han sido obtenidas por nuestro servidor de dados:

5   4   1   5   3   3   
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Re: Tiradas
« Respuesta #1 en: 07 de Febrero de 2006, 06:29:34 pm »
Pasan:

Sals,Karnak,Algeron,Chacal

Inconsistencias:

Sals-Karnak
Sals- Algeron
Sals-Chacal
Karnak-Chacal
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Tiradas Inconsistencias
« Respuesta #2 en: 07 de Febrero de 2006, 06:32:42 pm »
Sals, Karnak, Algeron,Chacal

Se cogen las tiradas de cuatro en cuatro hasta que se eliminen las inconsistencias.

Las siguientes tiradas aleatorias D6 han sido obtenidas por nuestro servidor de dados:

6   4   3   4   2   2   3   4   5   2
1   4   2   5   5   1   3   3   6   5
3   1   2   2   6   1   3   5   2   6
4   3   3   4   2   3   5   5   2   2
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Re: Tiradas Inconsistencias
« Respuesta #3 en: 07 de Febrero de 2006, 06:37:13 pm »
Sals: 6, 2
Karnak: 4, 2
Algeron: 3, 3
Chacal: 4, 4

Sals no sucede.
Algeron sucede.

Inconsistencia: Karnak-Chacal

Karnak: 2, 5
Chacal: 4, 1

No sucede Chacal.
Sucede Karnak.

Suceden: Algeron, Karnak
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Re: Tiradas
« Respuesta #4 en: 07 de Febrero de 2006, 06:41:18 pm »
Personaje: Algerion
Jugador: algeron81
Calificacion: Muy fuerte



Tras la lucha contra Drawen, me sentía agotado. Había conseguido alcanzar la victoria, pero había resultada muy cara. Mi cuerpo se encontraba debilitado, y a duras penas podía mantenerme en pie. Tras descansar un rato, me encontré mejor.

Deje atrás a Demonoir y a Dehmente, pues quería encontrar lo que había ido a buscar allí. Comencé a caminar por la zona de la mazmorra donde me encontraba, mientras me concentraba para realizar un conjuro. Cerré los ojos mientras alzaba una mano al frente dije: Shoik. Nada más pronunciarlo, sentí unas vibraciones mágicas. Seguramente, serían los libros de conjuros de Earwitz, el tesoro más valioso de todos cuantos existían en la mazmorra.

Me encaminé hacia el punto desde donde provenían las vibraciones hasta encontrar el origen. Fuese lo que fuese lo que emitía esas vibraciones, estaba encerrado en una caja de aspecto sencillo, sin embargo yo sabía que el tesoro mas valioso puede estar escondido entre la mayor simpleza.

Antes de abrir la caja, lancé un pequeño conjuro que me permitiría detectar cualquier sello o protección mágica que la caja pudiese tener para guardar su contenido. No encontré nada, sin embargo algo me decía que podía haber una trampa, asi que levanté un escudo mágico a mi alrededor antes de abrir la caja.

Cuando la abría, un rayo de luz roja salió de su interior, directamente dirigido hacia mi persona. El escudo no pudo absorber totalmente su energía, y una pequeña cantidad lo atravesó hiriendo mi cara.

Con un ojo cerrado por el dolor, pude ver en el fondo de la caja unos cuantos volúmenes encuadernados en color negro, con la runa de Earwitz en dorado. Todas las penurias pasadas en la mazmorra habían valido la pena, ya que ahora el conocimiento de Earwitz era mío.


MOTIVO 1: El verdadero motivo que llevó a Algerion a la mazmorra, era encontrar el legado de Earwitz, sus libros de conjuros que para un mago como él, representaban un tesoro de mayor valor que cualquier gema o cualquier cantidad de oro.

MOTIVO 2: los libros contienen encantamientos poderosos, de ahí que como cualquier objeto mágico, emitan unas vibraciones que Algerion es capaz de detectar gracias al conjuro que lanza.

MOTIVO 3: dado que para un mago, sus libros de conjuros son su más valiosa posesión, es lógico que los libros estuviesen protegidos por una trampa mágica. A pesar de que Algerion levantó un escudo a su alrededor, la batalla con Drawen le había dejado algo debilitado, por lo que no pudo bloquear totalmente el ataque.


CONSECUENCIA: Algerion encuentra los libros de conjuros de Earwitz, con lo que su poder va a aumentar al poder conocer los encantamientos y los secretos de un mago tan poderoso como lo fue Earwitz. A Algerion le quedará también como recuerdo de esta aventura una cicatriz bajo su ojo derecho, causada por la trampa mágica de la caja donde estaban los libros


FIN
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Re: Tiradas
« Respuesta #5 en: 07 de Febrero de 2006, 06:42:44 pm »
Personaje: Gruntz
Jugador: Karnak
Calificacion: Muy fuerte



Demonoir  tembló arropado en su manta de viaje.  Se había tumbado junto al fuego en cuanto empezó a sentir escalofríos y fiebre, pero después de un rato su situación había empeorado y deliraba. Su mano se había hinchado y le dolía, pero lo peor era el dedo.  El corte que hacía varios días había pasado desapercibido por lo superficial e insignificante se había abierto como una sandía en verano, supuraba un pus verde y hediondo y no cicatrizaba.  Cuando movía la mano involuntariamente un hilillo de sangre negra y putrefacta corría hasta la palma de su mano donde se coagulaba dejando restos pringosos y apestosos.

  Algerion terminó de calentar en una marmita la infusión de hierbas y otros ingredientes secretos para intentar bajar la fiebre de su compañero.  La coló y la vertió en una taza de metal y se la dio a beber poco a poco.  Demonoir sintió el calor en su estómago y su mente se aclaró.  Miró a su amigo.

  -Dios santo Mago, ¿qué es lo que me ocurre?.  Me estoy muriendo y no sé que me pasa.

  - Tranquilízate amigo mío.  Tu herida se ha infectado, a pesar de que limpié la herida y le vertí leche de burra caliente la infección se ha abierto paso por tu organismo.  Bebe y descansa te irás recuperando poco a poco.

  Demonoir agarró por la solapa al mago, sus ojos destellaban a la luz del fuego.

  - Me pondré bien?, podré regresar a mi poblado con los honores de la victoria?.

  Algerion no dijo nada, siguió dando de beber la poción a su amigo.  Pero una lágrima bajó por su mejilla.

  El poderoso mago no se separó de su amigo durante toda la noche, mantuvo la vigilia junto al enfermo limpiando el sudor de su frente y confortándolo cuando los estertores de la tos se apoderaban de su cuerpo y se retorcía de dolor.  Recordó el tiempo que habían pasado juntos y suspiraba por el guerrero y su incierta suerte.  El, que tenía poder para exterminar ciudades enteras no era capaz de hacer nada por su compañero que languidecía a las puertas de la muerte dando alaridos de dolor.

  Demonoir se debatía entre la vida y la muerte, la sombra del Abismo había nublado su consciencia y lo había sumido en una pesadilla que le roía su mente.  En ella veía a su terrible oponente, riendo y blasfemando al mismo tiempo que le emplazaba a combatir una vez más.

  - DEJAME¡¡¡ ALEJATE DE MI MONSTRUO IMPIO¡¡¡¡ -Gritaba el guerrero-
  - Veen aaa miiiiii.  Vennnn y dejaaa que me coooobre miiii venganzaaaaa  -le susurraba la sombra al otro lado del Arallu-.

  -NOOO NOOO, NO LO PERMITIRE.  ANTES TE MATARE OTRA VEZ COMO YA HICE ANTAÑO.

  Y diciendo esto agarró la espada que permanecía a su lado y con un golpe seco y rápido traspasó a Algerion por la barriga, le retorció la hoja en sus entrañas y le rasgó la piel hasta el pubis.  Algerion miró con estupor a su amigo, se agarró las tripas con desesperación y extendió la mano como en una súplica.  El mago acarició la mejilla de Demonoir y dejó un rastro de sangre en su cara mientras su mano se arrastraba hacia el suelo junto con el cuerpo del ahora difunto mago.

  Al poco rato Demonior presa de unas frenéticas convulsiones producto de la fiebre altísima murió.  Se quedó tal cual con los ojos abiertos como platos. 

  ...........................................................................................................................................................................................

  UNAS SEMANAS ANTES

 

  Demonoir se batía como un jabato contra el Orco.  Lo había subestimado y ahora estaba pagando su osadía.  Tras las acometidas iniciales donde casi consiguió arrinconar a su contrincante contra una piedra, el Orco con una sonrisa irónica en su terrible cara había comenzado a mover los dos kukris a una velocidad de vértigo.  Ahora contraatacaba con una furia asesina y a duras penas conseguía esquivar y parar sus golpes.  Tras esta reacción el Orco se había limitado a acosarle bajo la guardia de su espada, dando fintas para luego retroceder a su posición tres pasos atrás.  Demonoir se dio cuenta que jugaba con él y que el Orco en cuanto quisiera acabaría con su vida.  Sólo era cuestión de tiempo.

  Pero la suerte de los tontos vino en su ayuda.  El halfling había conseguido arrinconar a la demonia y le había producido varios cortes en una pierna (no llegaba más alto el pobrecito).    Un nuevo corte hizo gritar a la Demonia.  Justo a tiempo, el Orco que se disponía a lanzar una estocada a su costado se paró en seco y volvió su cara hacia Lascivia bajando la guardia un instante.

  Demonoir no se lo pensó dos veces y hundió su espada en la espalda de su enemigo.  El Orco se volvió, su terrible sonrisa inmutable,  rugió de rabia mientras caía de rodillas "nos veremos en el infierno humano", y sin emitir ni un quejido murió.

  El guerrero lo observó un largo rato, había abatido a su enemigo pero no sentía la gloria de la victoria, arañada cobardemente gracias a los hados.  Levantó la vista a tiempo de ver como el Halfling abatía finalmente a la Demonia que había dejado de luchar en cuanto vio al Orco morir, seguro que prefirió seguirle al infierno antes que seguir en la no-vida sin él.  Limpió la hoja con la ropa del orco, pero en un descuido se cortó el dedo con la hoja ensangrentada, y fue a reunirse con sus amigos.

  El corte del dedo se fue inflamando durante toda la tarde.  Pero el mago le había echado leche de burra caliente y le había dicho que no tenía importancia.


.................................................................................................................................................................................................

  Las sombras que lo habían envuelto durante los últimos días se fueron disipando poco a poco, como disueltas por un viento mágico.  Una fuerte luz de color rojo intenso se apoderó de sus pupilas.  Creyó entrever un borrón a lo lejos que parecía acercarse, se perfiló una silueta.  Una figura de aspecto humano, alto y ancho de espaldas.  Al llegar a poca distancia suya la figura abrió las manos y extendió sobre su cabeza dos espadas cortas...dos kukris.  Una voz cavernosa y temible le habló directamente a la cabeza:

  -Hola humano, te he estado esperando.  Aún tenemos un combate pendiente, tenemos toda la eternidad para dirimir nuestras rencillas, pero ahora no te servirá ninguna de tus cobardes artimañas.

 
   MOTIVO 1.  La sangre de los orcos es venenosa para un mortal común y corriente.  Los orcos tienen una dieta muy amplia y comen de todo, incluido la carroña, otros orcos o escombros cuando el hambre aprieta.  Su sistema digestivo ha elaborado fuertes ácidos para poder digerir estas comidas, y su sistema circulatorio ha desarrollado ingentes defensas inmunológicas para combatir a tantos organismos patógenos que se cuelan con esa dieta tan particular.  Con los años de evolución la sangre de los Orcos ha desarrollado tantos antigenos y anticuerpos que es venenosa a muchas especies, haciéndolo a él inmune a muchas enfermedades.  La sangre del orco penetró en la corriente sanguínea del guerrero y lo ha infectado de miles de enfermedades latentes.  En poco tiempo la enfermedad se extendió y lo mató.

  MOTIVO 2.  La mezcla de agentes patógenos, virus, bacterias, hongos y demás mugre se extendió rápidamente por la sangre del guerrero a pesar de los esfuerzos del mago y sus potingues.  Tanta mezcla de enfermedades hizo que la fiebre subiera por encima de los límites tolerables por un cuerpo mortal, causando delirios y pesadillas al enfermo.  En medio de estas pesadillas creyó ver al orco que regresaba para castigarle. Confundió a su enemigo con su amiguete el mago y sin darse cuenta lo traspasó con su espada.

  MOTIVO 3. La reacción del guerrero fue tan rápida e inesperada que tomo al mago por sorpresa.  Murió al mismo tiempo que se hundió la espada entre sus tripas sin darle tiempo siquiera a lanzar un hechizo.

 
  CONCLUSION:  Una herida que a simple vista parecía insignificante acabó por matar al guerrero. Durante el delirio y reviviendo una horrible pesadilla el guerrero Demonoir apuñaló a su amigo Algerion el mago moñas matándolo al instante, para luego morir en medio de convulsiones y mucho dolor.  El Orco consiguió eliminar al guerrero y de rebote al mago con algo tan simple y paradójico como la sangre que le hizo derramar Demonoir con su ataque a traición.  Ahora se reencuentran en el infierno y Gruntz el Orco le demostrará por toda la eternidad quien es el mejor guerrero de los dos.
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