Miro por el prisma de aquel señor esa luz que se agranda y se borronea de pronto, empapada, llorizqueando sobre ese piso mojado.¿Tal vez sea algo extraño lo que me permite pensarte?
Observo a cada paso mis descalzos pies y vuelvo a levantar los ojos, esos que al sentirte cerca se alegran achinandose, esos que te demuestran los vicios que mi cuerpo tiene.
Logro decir dos o tres palabras, porque mi humo se tara en tu perfume, envolviéndolo para siempre en una frase loca, ridícula, mientras la serpiente se enrosca subitamente en el espacio.
¿Tal vez mis dudas sean las tuyas?, aunque eso me deje de importar instantáneamente, entonces trato de acariciar con alguna palabra dulce y me voy por tu boca. Tu halito me permite el paso, escuchando como revolotean mariposas que salen de tan hermosos labios, algo me frena, paro, y el dolor se va.
Tan frágil, tiemblas como una niña, pero te dejas llevar, dejas que te abrace y lloras en mi pecho, aunque nunca supe si es feliz tu lamento, estas mezclandote con mi idioma en esos instantes que no terminan.
El todo se detiene y podria decir que sueñas, que comienzas a subir, donde lo etereo son solo sensaciones que vivimos en la calle una noche cualquiera, pero tu eres especial, mis manos lo cuentan como un robo, sin que nadie te lo halla dado lo has tomado porque si.
Te vas sola, y te dejo, tus movimientos son asi, vuelves y me llevas, pero esa no es mi intención, sabes que no necesito a la suerte ni a la cruz.
Salsbury Deth
