Autor Tema: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India  (Leído 9268 veces)

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Raimon

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Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« en: 30 de Septiembre de 2008, 03:56:33 pm »
Rajputado de Punjab
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Darlana, Rajá de Punjab
Diplomacia: -

Como en los años precedentes Punjab disfrutaba de paz, y eso complacía tanto al pueblo como a los nobles. También al Rajá, aunque este siempre debía preocuparse por si volvieran los tiempos difíciles. Por eso al mismo tiempo que ordenaba realizar mejoras en los cultivos de Sahis también encargaba la construcción en esa región de fortificaciones defensivas. La prosperidad sin seguridad era demasiado tentadora para hordas nómadas y civilizados vecinos.

Las preocupaciones del Rajá Darlana no le hicieron perder el apetito por la vida, sin embargo. Su hijo y heredero, Ardabena, se casó con una noble de Punjab para mantener contenta a su poderosa familia. La joven era sana y fuerte como una mula; también era grácil, bella y simpática como una mula. Ardabena era responsable y aceptó su obligación de perpetuar la dinastía. Darlana en cambio ya había cumplido su parte en esa tarea, así que cuando en la boda de su hijo vio a la hermana menor de la novia, una joven menuda y de aparienca frágil, pero con una belleza que empalidecía a todas las otras damas presentes, lo tomó como un regalo de los dioses y allí mismo proclamó que la tomaba como su segunda esposa.

Los dioses a veces se complacen en burlarse de los mortales. La esposa de Ardabena, elegida para dar hijos al joven heredero, no mostraba signos de embarazo; se rumoreaba que el esposo ponía menos entusiasmo en su tarea de lo que sería deseable, aunque pocos le culpaban. En cambio, su frágil y delicada hermana, esposa del ya veterano Rajá, pronto quedó encinta y en marzo de 1116 dio a luz un hijo. Algo más de un año después tuvo una niña.

Tantas alegrías para el Rajá se ensombrecieron trágicamente poco después, cuando su hijo y heredero Ardabena cayó enfermo de unas fiebres, en diciembre de 1118. Pese a los esfuerzos de médicos, santones y curanderos murió consumido en unos días. Dicen que Darlana se culpó a sí mismo por haberse dedicado a los placeres de la carne descuidando sus obligaciones, y que no se acercó más a la bella Benla; sólo en sus dos jóvenes hijos encontró consuelo.
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #1 en: 06 de Octubre de 2008, 11:25:47 am »
Khanato de Mongol:
(Pagano Asiático Nómada Nación Abierta)

Khanato de Ob:
(Pagano Asiático Nómada Nación Abierta)

Tras las terribles luchas fraticidas de los años anteriores, las hordas de Ob y Mongol se alejaron la una de la otra y se dedicaron a recorrer las estepas buscando incrementar su poder. Al parecer no se acercaron a las zonas civilizadas, pues no llegó ninguna noticia de ellas. ¿Había desaparecido esa amenaza?
« Última modificación: 08 de Octubre de 2008, 08:57:42 am por Raimon »
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #2 en: 21 de Octubre de 2008, 09:42:04 am »
La Segunda Guerra de la Traición  (Parte I - La guerra en las sombras)

El Rajá Jalendry de Pala era un hombre desconfiado. Tenía motivos para ello. Su rajputado había sido invadido tres veces, desde el sur, desde el oeste y desde el norte. Sus precauciones habían ayudado a que su reino sobreviviera a las invasiones, aunque el Rajá no se engañaba, y sabía que sólo el inesperado giro que los dioses dieron a la rueda del Karma, que hizo que sus enemigos se pelearan entre ellos, evitó su derrota en la última invasión.

Pero el Rajá no podía confiar sólo en los dioses, debía seguir tomando precauciones. Sabía que serían insuficientes si era atacado con la misma fuerza de la última invasión. Pero aún así las tomó porque, ¿quién conoce los planes de los dioses? Así Jalendry ordenó que se construyeran nuevos fuertes en Chandela para sustituir a los destruidos en la última invasión. Ordenó también que se reclutaran tropas para guarnecer la capital Nalanda. Y ordenó a sus espías que vigilaran ante cualquier intento de acabar con su vida.

Jalendry obtuvo una nueva prueba de que los dioses ayudan a quien se ayuda a sí mismo: en una celebración en la corte (porque la vida de la corte debía seguir y los nobles debían mantener su estatus y sus rituales, por muy amenazado que estuviera el rajputado) se presentó un mercader que decía venir del sur, con su joven y bella hija. La muchacha se mostró abiertamente insinuante hacia el Rajá, aparentemente con la aprobación de su padre. Eso no era sorprendente: que el Rajá dedicara una noche a una joven era un honor para ella y para su familia que podía abrirle muchas puertas al mercader. Si además la tomaba como una de sus concubinas eso podía suponer grandes riquezas para su padre.
La joven era realmente bella y conocía el antiguo arte de la seducción, las clásicas señales con las manos y los ojos, las posiciones insinuantes del cuerpo, todo el ritual consagrado por siglos de práctica cortesana. El Rajá le hizo la señal y la joven le siguió hacia sus aposentos mientras su padre miraba complacido.
Sin embargo, mientras el Rajá seguía su camino, la joven fue interceptada por miembros de la guardia personal del Rajá, que la llevaron a una habitación cerrada. Allí le esperaban tres eunucos del servicio del Rajá, que procedieron a registrarla con toda la minuciosidad posible. Así entre sus ropas, camuflada como si fuera parte del tejido, encontraron una fina pero muy afilada hoja. Al verse descubierta la joven derribó al eunuco que la sujetaba con asombrosa destreza, pero la habitación estaba cerrada por fuera y no tenía ventanas. Viéndose atrapada, se llevó la mano al cuello y se desplomó. Al examinar su cuerpo le encontraron clavada una minúscula aguja, que luego vieron que estaba envenenada. Su supuesto padre, el mercader, había desaparecido de la fiesta y nunca lograron encontrarle.


El Rajá Bramatarpo de Assam Norte era un hombre desconfiado. Aunque había asumido todos los títulos y prerrogativas del rango de Rajá, aunque todos los nobles de sus territorios le mostraban total fidelidad, aunque el pueblo no había dado ninguna muestra de que no le tuviera por su legítimo señor, Bramatarpo desconfiaba. Él mismo era el más consciente de que había llegado a tomar el trono con una traición, y temía que otros quisieran hacer lo mismo.
Empezando por el hijo del hombre al que había traicionado, el actual Rajá de Assam, Ganedra. No esperaba que se conformara con haber perdido la mitad de su rajputado.

Por eso cuando sus guardias le informaron de que habían detenido a un asesino tratando de entrar en sus aposentos, no le sorprendió. Ni tampoco le sorprendió que bajo tortura el asesino confesara que venía de Assam para matar al Rajá. Bramatarpo se esperaba algo así de Ganedra y creía que estaba preparado para ello. A lo que temía Bramatarpo es a aquello que no esperaba. Por eso seguía desconfiando.


El Rajá Sahedra de Rajput era un hombre confiado. Eso sorprendía a sus consejeros y generales. Su padre, el Rajá Mahide, tenía una sana desconfianza hacia sus vecinos. Los sucesos de los últimos años, cuando la traición de Bramatarpo (¿sólo de él?) le arrebató la victoria sobre Pala cuando ya la tenía al alcance de la mano, parecían darle la razón. Pero Mahide había muerto, y su hijo Sahedra parecía muy distinto a su padre, mucho más confiado.
Para empezar aceptó las explicaciones de Ganedra, el nuevo Rajá de Assam, sobre la traición de las tropas de Assam, y renovó con él la alianza que tuvieron sus respectivos padres. No sólo eso: incluso aceptó continuar con los planes de ataque contra Pala. Y así es como, contra la opinión de muchos de sus consejeros, en mayo de 1115 el Rajá Sahedra y sus generales se pusieron al frente de un gran ejército con casi todas las tropas del rajputado, incluyendo cientos de nuevos reclutas de caballería e ingenieros, y partieron hacia Pala.


El Rajá Ganedra de Assam era un hombre airado. No le faltaban razones: su padre había sido traicionado por uno de sus generales. En lugar de ver crecer el Rajputado de Assam a costa de su vecino Pala, había visto como el traidor se volvía contra él y le atacaba. Y aunque Ganedra logró rechazar el ataque y salvar la vida, tenía que soportar que el usurpador viviera como Rajá de su autoproclamado Rajputado de Assam Norte. Esas tierras eran de Assam, eran su legítima herencia, y él no soportaría más tiempo que estuvieran en manos de un traidor.

La noticia de que el intento de asesinato había fallado lo irritó aún más si cabe, pero era algo que podía suceder. Tendría que tomar el asunto en sus manos y matar él personalmente al traidor. Por eso mandó reclutar nuevas tropas de caballería pesada de élite, reunió a todo su ejército, convocó a sus mejores generales, y se unió él mismo a la expedición. Gaur, Tasmir, Maghada, Bihar, el mal llamado "Assam Norte" eran sus tierras e iba a recuperarlas costara lo que costara. En julio de 1115 Ganedra y su ejército entraron en Gaur.

« Última modificación: 27 de Octubre de 2008, 06:03:48 pm por Raimon »
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #3 en: 23 de Octubre de 2008, 12:28:12 pm »
La Segunda Guerra de la Traición  (Parte II - La batalla de Gaur)

El ejército de Assam, comandado por el General Tamari secundado por el General Andalopo, y con el mismo Rajá Ganedra con ellos, atacó la región de Gaur, dispuesto a reconquistar los territorios que fueron de Assam.
La región estaba bien defendida, con abundantes fuertes. Irónicamente, esos fuertes los había mandado construir el anterior Rajá de Assam, Yabedra. Ahora se volvían en contra de su heredero. El ejército de Assam era numeroso, casi diez mil hombres, con un buen contingente de caballería pesada de élite. Pero era escaso en ingenieros y eso hacía difícil tomar los fuertes. Sin embargo, la superioridad numérica y la tenacidad de los atacantes se hizo valer e iban ganando territorio, aunque no sin sufrir considerables bajas.

En Tasmir las noticias de la invasión tampoco sorprendieron al Rajá Bramatarpo. Asesinos, invasiones, todo eso eran cosas que cabía esperar, puesto que estaba seguro de que Ganedra no renunciaría a las tierras que fueron de su padre.
Igual que lo estaba frente a los asesinos, Bramatarpo también estaba preparado frente a una invasión. Pero no sabía si lo estaba lo bastante. Por eso celebró las noticias que le llegaron: el ejército de Assam era inferior en número a las tropas de Assam Norte acantonadas en Tasmir. Bramatarpo temía que Rajput le atacara por el oeste, pero por el momento no llegaban noticias de ningún ataque a Maghada, y confiaba en que si el ataque llegaba los fuertes que había ordenado construir allí retendrían al enemigo por un tiempo. Así que dio la orden de salir de la ciudad y enfrentarse en campo abierto a Sahedra.

La batalla fue dura. Las tropas de Ganedra todavía estaban dispersas por al región, acabando con los últimos fuertes de Gaur. Pero la salida apresurada de Tasmir de las tropas de Bramatarpo las dejó desordenadas y dispersas. Además, el mando de Assam eran superior; Bramatarpo no confiaba en nadie y mandaba personalmente sus tropas, y aunque era un buen militar, no estaba al nivel del mando conjunto de Assam.

A pesar de eso la superioridad en número, especialmente de caballería, daba una ventaja a Bramatarpo que se reveló decisiva. El combate fue largo y sangriento, las bajas fueron igualadas por ambos bandos, pero las tropas de Ganedra eran menos y cada baja empeoraba su inferioridad. Llegó un momento en que no pudieron resistir e iniciaron la retirada. Fue una retirada bastante ordenada, evitando la desbandada y la masacre. Además, en una acción de persecución Bramatarpo fue herido por una javalina. La herida no era muy grave, pero aún así el Rajá dio la orden de detener la persecución y volver a Tasmir. Tapoco estaba seguro de que Rajput no interviniera, y prefería estar en su ciudad y curado si eso ocurría.

Mientras la batalla se acercaba a su desenlace, un hombre libraba una lucha distinta, no con armas sino con palabras y oro. El Señor Jandhi trataba de convencer a los notables de Gaur de que abandonaran al usurpador y volvieran a ser fieles súbditos de Sahedra, el legítimo Rajá de esas tierras. Muchos le escucharon; Bramatarpo no era muy querido entre los nobles, muchos de los cuáles habían prosperado bajo el antiguo Rajá Yabedra. Sin embargo, cuando esos nobles trataron de movilizar a sus lugartenientes y amotinar al pueblo contra Bramatarpo se encontraron con una negativa. Unos porque estaban igual de bien con el nuevo Rajá que con el viejo; otros porque sabían que el ejército de Bramatarpo era poderoso y estaba activo en la región. Además, las noticias de la batalla eran favorables a Bramatarpo, levantarse contra el vencedor hubiera sido un suicidio. Jandhi siguió intentándolo durante meses, pero aunque consiguió algunas simpatías (cosa que le salvó la vida, porque nadie le delató) no logró que nadie se levantara contra Bramatarpo.

Los supervivientes del ejército de Assam regresaron a Palas en noviembre de 1115, derrotados y agotados, sólo la cuarta parte de los que habían iniciado la campaña. Sahedra estaba desanimado. Todos sus planes habían fracasado. ¿Qué más podía ir mal?
Sahedra estuvo a punto de tener una cruel respuesta a su pregunta: cuando entraba en sus aposentos vio una sombra junto a su ventana. Se echó para atrás justo a tiempo para esquivar una daga. El asesino saltó hacia él inmediatamente, pero Sahedra había tenido tiempo de salir de la habitación y llamar a sus guardias. Otra daga estuvo a punto de clavársele en la espalda, pero entonces llegaron los guardias y el asesino huyó por la ventana. La movilización en el palacio ya era general y los soldados de Ganedra persiguieron al asesino, hasta que un arquero le hirió y le hizo caer al vacío desde una muralla. No encontraron nada en su cadáver que permitiera identificarlo ni saber quién le envió.
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #4 en: 23 de Octubre de 2008, 12:34:12 pm »
La Segunda Guerra de la Traición  (Parte III - La batalla de Pala)

El gran ejército de Rajput avanzaba a través de Jijhoti. Era realmente un gran ejército: más de diez mil jinetes de caballería, caballería pesada, y caballería pesada de élite; aproximadamente la mitad de hombres de infantería, aunque la mayoría ligeramente armados; y un par de millares de ingenieros especializados en el arte del asedio. A su frente iba el Príncipe Gaurav, el mejor general de Rajput, acompañado por el General Meniv y por el Rajá Sahedra en persona que, aunque prudentemente dejó el mando a Gaurav, no quería dejar de participar en la conquista.

En agosto de 1115 las tropas de Rajput entraron por segunda vez en tierras de Pala, en la región de Chandela. Por segunda vez se enfrentaron a las fortificaciones que la defendían. Pero esta vez eran sólo los fuertes, sin apoyo de un ejército defensor. A pesar de que las fuerzas de ingenieros de Rajput eran más bien escasas, la superioridad de fuerzas decidió rápidamente la batalla a favor de los invasores con pérdidas modestas. Tardaron unos meses en terminar con toda la resistencia, pues tuvieron que detener las operaciones durante el invierno que hacía los caminos impracticables. Pero para marzo de 1116 ya controlaban la región.

Gaurav dejó una guarnición de infantería ligera repartida por Chandela mientras llevaba al grueso de su ejército a Nalanda. El Rajá Jalendry había tenido años para prepararse, no confiaban en tomar la ciudad por asedio. Por segunda vez las tropas de Rajput se prepararon para asaltar la capital de Pala.
Sabiendo de su superioridad numérica Gaurav ordenó un asalto masivo alrededor de la ciudad. Tenía pocos ingenieros y la mayor parte de su ejército era de caballería, poco útil en un asalto. Los defensores estaban mejor preparados, con infantería pesada e ingenieros. Pero eran pocos, muy pocos.
Las tropas de Nalanda lucharon con gran coraje y durante semanas consiguieron rechazar los asaltos, incluso forzaron a Gaurav a detener las operaciones para reorganizar su ejército. Había sufrido importantes pérdidas, más de 3000 hombres. Los defensores habían golpeado duro, matando a dos enemigos por cada uno de los suyos que caían. Pero los atacantes eran más, muchos más, y ya sólo quedaban unos pocos cientos de soldados alrededor del Rajá Jalendry.
En mayo de 1116 Ganedra envió una delegación para ofrecer la rendición a los sitiados, pero no se les permitió ni acercarse a las murallas. Con un cierto pesar, Gaurav dio la orden de asaltar la ciudad. Esta vez la resistencia de los pocos defensores fue inútil, y aunque murieron matando, fueron rápidamente superados. El Señor Mababu, encerrado en la torre de palacio con unos pocos guardias, hizo la señal de rendición. El cuerpo del Rajá Jalendry fue encontrado entre los soldados muertos en la muralla. En palacio encontraron el cadáver de su joven esposa Malina, que se había suicidado con veneno. Jalendry no tenía hijos, la estirpe de los Rajás de Pala había terminado con él.

El Rajá Sahedra no dedicó tiempo ni a lamentar la suerte de su enemigo ni a celebrar su éxito. Ordenó a Gaurav que siguiera con el plan previsto. Dejaron una guarnición de infantería ligera en la ciudad y el ejército partió hacia el este.
La lucha en Nadavaria fue corta. Los defensores eran sólo unos pocos fuertes repartidos por la región, que además tenían pocas ganas de luchar, puesto que la presencia del enemigo allí indicaba que Chalenda y Nalanda habían caído.
Nadapala ofreció algo más de resistencia y el asalto de la ciudad costó caro a los invasores. Pero el Rajá Sahedra no quería que las operaciones se alargaran con un asedio. Quería terminar con la lucha lo antes posible y volver a su país. Conquistada Nadapala y reorganizado su ejército, dejó órdenes de que Nadavaria y Nadapala fueran entregadas a los enviados de Assam cuando estos llegaran, y en abril de 1117 partió en dirección a Rajput
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #5 en: 27 de Octubre de 2008, 06:02:41 pm »
La Segunda Guerra de la Traición  (Parte IV - El caos)

Cuando el ejército victorioso de Rajput atravesaba Chalenda camino de Jijhoti llegaron unos mensajeros al campamento del Rajá Sahedra. Las noticias que traían eran extrañas e inquietantes. Varios templos de Nalanda habían sufrido incendios, siempre cuando estaban llenos de fieles. También habían ardido algunas escuelas y casas de curación. Los muertos y heridos eran numerosos, y la gente estaba inquieta. Algunos culpaban a los de Rajput, decían que querían aterrorizar a la buena gente de Pala. Otros lo atribuían a un castigo de los dioses por su cobardía. O a resistentes fieles a la dinastía de Pala, que querían crear malestar contra los invasores.
Sahedra dio orden de que se investigara pero no se quedó a ver los posibles resultados y siguió su camino hacia su capital. En junio de 1117 entró en Naghpur y sus tropas de élite desfilaron por la ciudad, recibiendo las aclamaciones del pueblo. Había costado siete años y mucho dinero y muchos muertos, pero el Rajputado había crecido en tamaño y poder. En Rajput el Rajá Sahedra sería recordado como el Conquistador.

Aunque probablemente no sería así en Nadavaria. Tras las batallas que eliminaron a las tropas fieles a Pala, el ejército de Rajput abandonó la región y dejó atrás tan sólo unos pocos administradores y guardias con la orden de traspasar el control a las tropas de Assam cuando llegaran. Pero estas no llegaron. Pasaron las semanas y los nativos fueron perdiendo el temor a los invasores. Las órdenes de los oficiales de Rajput eran primero ignoradas y luego abiertamente desafiadas. Algunos de los guardias fueron atacados. Sabiamente, sus oficiales dieron la orden de abandonar la región con el mayor sigilo posible.
La huida de los invasores podría haber traído la paz a Nadavaria, pero no fue así. El dominio de Pala y la invasión de Rajput habían acabado con los canales de autoridad tradicionales y no quedó nada para reemplazarlos. Empobrecidos por los combates, algunos campesinos y artesanos de dedicaron al bandidaje. Otros formaron milicias para defenderse de los bandidos. Pronto se extendió la anarquía, cada pueblo luchando contra su vecino, casta contra casta, familia contra familia.

En este estado de cosas es comprensible que nadie diera la alarma ni tomara ninguna medida cuando los habitantes de un pequeño pueblo a la orilla del Ganges empezaron a enfermar. Sus cuerpos se cubrían de pústulas negras y la mayoría morían al poco tiempo delirando por la fiebre. Los que reconocieron la temible plaga de la peste trataron de salvarse abandonando el pueblo. Algunas semanas después la enfermedad apareció en varios pueblos más dispersos por la región.
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #6 en: 27 de Octubre de 2008, 08:10:06 pm »
Reino de Tarain
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Dil'Bahadur, Señor de Tarain
Diplomacia: -

Dil’Bahadur y su corte seguían sumidos en la inactividad. Lo sorprendente es que esa inactividad interna se veía correspondida con la inactividad externa. Ninguno de sus vecinos perturbó sus fronteras. El comercio, escaso, seguía transitando sin problemas. Los campesinos cultivaban, los artesanos laboraban, los comerciantes compraban y vendían, los santones atendían las ceremonias, y los nobles atendían sus fiestas, sus cacerías y sus ritos. En una especie de compromiso kármico, la inacción conllevaba falta de reacción, y el pueblo se felicitaba por ello.
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #7 en: 28 de Octubre de 2008, 10:18:38 am »
Rajputado de Nasik
(Hinduismo Marítima Nación Abierta)
Pavalamuthu, Rajá de Nasik.
Diplomacia:

Pavalamuthu había llegado a Rajá con problemas, y algunos decían, siempre lejos de los oidos de los agentes del Rajputado, que quien mandaba de verdad era el Príncipe Chiranjeev. Pavalamuthu no daba signos de oir esos rumores, pero los conocía. Y estaba decidido a convencer a todo el mundo con sus obras que él era quien mandaba.

Dedicó un ejército de administradores a reformar la economía para completar su liberalización, reduciendo los gremios a asociaciones ceremoniales. Amplió la ciudad de Vatsarajapur y realizó importantes obras públicas en la ciudad de Daman. Siguió invirtiendo en técnicas de caballería con el apoyo de consejeros de Uttar-Pradesh, consiguiendo significativas mejoras.

Se casó con una noble de Nasik, Adani, pero dedicó más tiempo a preparar la defensa de la región que a atender a su joven esposa, y el matrimonio no dio fruto.

El Señor Subhas seguía su peregrinación. Permaneció más de cuatro años en Kalanjara dedicado a los rituales religiosos y a la meditación junto a los más prestigiosos santones locales. Concluido su aprendizaje, partió hacia Benares, la otra gran ciudad santa hindú. Cruzó el Ganges y llegó a Benares en julio de 1119. Allí fue detenido en un control de los guardias del puerto, quienes al ver que era un noble forastero lo llevaron a las celdas del palacio del gobernador hasta que desde la corte les dijeran qué tenían que hacer con él. Subhas aprovechó ese tiempo de inactividad para proseguir con sus ejercicios espirituales.

Mientras, el Príncipe Chiranjeev fue enviado a Uttar-Pradesh para llevar el dinero pactado en el intercambio tecnológico. A su vuelta se dedicó a la vida social: fiestas, rituales, caza… Durante este tiempo trabó una estrecha amistad con el Almirante Samanaga, quien había sido dejado al mando de la flota del Rajputado, con poco que hacer salvo estar preparado para reaccionar ante algún ataque. Los rumores variaban entre los que decían que Chiranjeev buscaba dominar a Samanaga como dominaba al Rajá, y los que atribuían esa estrecha relación a algo más que amistad.

Al final de esos años el pueblo de Nasik estaba más bien contento. Tenían paz, el comercio mejoraba y los agentes del gobierno sólo se llevaban impuestos no opresivos y sobornos razonables, con lo se mantenía la armonía y la prosperidad general. El pueblo daba gracias a los dioses por haberles dado al Príncipe Chiranjeev, que tan bien dirigía los pasos del joven Rajá.
« Última modificación: 28 de Octubre de 2008, 01:30:52 pm por Raimon »
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #8 en: 28 de Octubre de 2008, 10:27:53 am »
Rajputado de Uttar-Pradesh
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Jagatjit, Rajá de Uttar-Pradesh
Diplomacia: Nepal C

El nuevo Rajá Jagatjit no era considerado tan brillante como su padre Mahudi, pero había heredado de él tanto el sentido político como las líneas maestras de gobierno. Así prosiguió su acuerdo de intercambio tecnológico con Nasik, enviando asesores en caballería a cambio de recibir consejeros sobre espionaje. El intercambio tuvo un resultado inesperado: quizás a causa de los esfuerzos realizados en mostrar sus mejores tácticas, los comandantes de caballería de Uttar-Pradesh lograron refinarlas y mejorarlas aún más. En cambio los espías no parecían entender las enseñanzas de sus colegas del sur y no mostraron progresos significativos.

Igual que su padre, Jagatjit tampoco descuidó la defensa, reclutando nuevas fuerzas de caballería, reforzando la fortaleza de Pawar y levantando nuevas murallas para Gulbarga. Tras la ampliación de esta ciudad la fortaleza había quedado incluida dentro de ella, y las nuevas murallas englobaban todo el conjunto, haciendo de Gulbarga un bastión difícil de atacar. Los generales de Uttar vigilaban atentos ante cualquier amenaza.

En diciembre de 1118 se celebró la ceremonia de mayoría de edad de Paramijt, el hermano menor de Jagatjit, en la cuál también fue proclamado como heredero del Rajputado. También nació una nueva hija del Rajá en octubre de 1119.

Mientras el Señor Apu, al mando de los mercenarios de Culcat, viajó hasta Nepal. Allí los sentimientos eran muy hostiles hacia los vecinos del sur, que eran vistos como extraños arrogantes y explotadores, que además no respetaban la lengua local tibetana. Pero Apu fue tenaz y paciente, y tras varios años de visitas y lisonjas a todo nepalí que encontrara, consiguió que la gente viera con una cierta simpatía a Uttar-Pradesh, e incluso empezara a considerar la posibilidad futura de integrarse en el Rajputado.
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« Respuesta #9 en: 28 de Octubre de 2008, 12:25:39 pm »
La Segunda Guerra de la Traición  (Parte V  - La peste)

Durante los últimos meses de 1117 la enfermedad se extendió por toda la región de Nadavaria. Pueblos enteros fueron diezmados, algunos abandonados completamente por los supervivientes, que al emigrar extendían el contagio. El caos reinante en la región evitó que se establecieran controles. La despoblación y la emigración hizo que se abandonaran los campos y se descuidaran las infraestructuras.

A principios de 1118 la enfermedad todavía duraba en Nadavaria, aunque con menos intensidad, tal vez simplemente porque quedaba poca población para contagiarse. Pero se empezaron a detectar casos en Chandela, que se extendieron con gran velocidad. Los nativos no confiaban en los invasores y procuraban ocultar a los enfermos de las autoridades. Con eso salvaron a algunos, pero otros muchos contagiaron a sus cuidadores y a los que trataban con ellos. Pronto empezaron las muertes en masa por toda la región, ningún lugar parecía seguro. Muchos de los supervivientes trataron de emigrar a las regiones vecinas para escapar de la peste.

Quizás fuera así como se extendió. Durante el invierno aparecieron pocos casos, pero a la primavera siguiente empezaron a aparecer enfermos fuera de la región.

En Kosala aparecieron algunos brotes, pero la poca población, repartida por granjas y pueblos aislados, hizo que las muertes fueran pocas. Sin embargo, fueron apareciendo enfermos durante todo el año.

En Jaunpor los efectos fueron más graves. La región estaba muy densamente poblada y sus habitantes estaban acostumbrados a comerciar y relacionarse con los pueblos vecinos. Pronto hubo miles de muertos. La ventaja que tuvieron los no infectados es que aquí sí que las autoridades reaccionaron con rapidez y eficacia: aislaron a los enfermos aún contra su voluntad, prohibieron el comercio y los viajes, e incluso quemaron pueblos enteros. La economía de la región se resentiría, pero a finales de año parecía que la enfermedad había quedado erradicada.

No así en la vecina Maghada. Las autoridades de Assam Norte estaban enteramente ocupadas en la guerra con Assam y en la defensa de un posible ataque proviniente de Rajput. Eso evitó que llegara contagio de Jaunpor, pero en cambio algunos refugiados de Chandela trajeron consigo la plaga. El gobernador reaccionó ante los informes demasiado tarde, cuando ya había muchos infectados. La mortandad crecía rápidamente y la peste se extendía sin control.

No fueron los refugiados los que llevaron la enfermedad a Tasmir, fueron los mercaderes. Algunos de los comerciantes que seguían la ruta a lo largo del Ganges luego se desviaban para llevar sus productos a Tasmir. Y algunos de esos comerciantes llevaron consigo un producto no deseado: la peste.  Afortunadamente para los ciudadanos, los comerciantes estaban confinados en un barrio concreto, y cuando llegaron a Tasmir no tardaron en mostrar los efectos de su enfermedad. La decidida y severa reacción de las autoridades, aislando a los enfermos y quemando todas sus pertenencias, logró evitar que la peste se extendiera por la ciudad.

Lo mismo se hizo en Nadavaria, aunque en este caso fueron sus habitantes los que reaccionaron contra los enfermos y lo hicieron con la brutalidad que en esos días reinaba en la zona. Cuando en una casa se detectaba un enfermo, la quemaban. El enfermo podía elegir entre encerrarse en la antigua prisión o morir quemado en su casa. Así la mayor parte de los infectados murieron encerrados y abandonados, unos pocos sobrevivieron (aunque seguían en la prisión por si acaso) y los daños a la ciudad fueron modestos. El problema con este método es que los enfermos intentaban ocultar su condición por todos los medios y seguían apareciendo cadáveres de apestados que se habían escondido en algún sitio.

Los habitantes de Palas tampoco esperaron a que las autoridades actuaran, lo hicieron por sí mismos. Los refugiados que llegaban de Nadavaria y los viajeros que bajaban del Ganges pronto trajeron noticias de enfermedad y muerte. Cuando aparecieron los primeros casos, la reacción de la gente fue rápida, aunque desordenada: destruyeron sus propias pertenencias, abandonaron sus campos y huyeron en busca de zonas seguras. Eso evitó que hubiera muchos muertos, pero causó serios perjuicios a la economía e hizo imposible que las autoridades controlaran la difusión de la plaga.

Mientras, en Chandela las cosas mejoraban. Los más susceptibles a la enfermedad habían muerto y los supervivientes habían aprendido a evitar los riesgos. Los últimos meses del año pasaron sin que se dieran nuvos casos de peste.

En cambio, aunque durante los primeros años habían conseguido evitarlo, en enero de 1119 la enfermedad entró en Nalanda. Y lo hizo de forma devastadora: los estragos de la guerra habían deteriorado mucho las infraestructuras de la ciudad y la gente tenía pocos medios para afrontar cuarentenas y curas. Pronto los muertos se amontonaban por las calles, empeorando la situación. Los problemas de Chandela también dificultaban el aprovisionamiento de comida, con lo que a la enfermedad se sumó el hambre. Finalmente los ciudadanos que estaban lo bastante sanos como para viajar decidieron arriesgarse antes que quedarse sentados a morir de hambre y peste. Nalanda fue abandonada por sus habitantes y quemada por los guardias de Rajput, en un intento desesperado de acabar con la plaga. Ellos fueron los últimos en abandonar la ciudad, dejando tras de sí muertos y quemados también a buena parte de sus compañeros.
« Última modificación: 28 de Octubre de 2008, 12:28:45 pm por Raimon »
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #10 en: 28 de Octubre de 2008, 01:54:54 pm »
Rajputado de Vengi
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Vardana, Rajá de Vengi
Diplomacia: -

Los éxitos en las empresas de los pasados años parecían haber inducido en el Rajá Vardana una plácida satisfacción. Con la descendencia asegurada y el Reino consolidado se limitó a mantener las cosas en marcha. Las noticias que llegaban del norte le aconsejaron mantener a todos sus generales en estado de alerta. Por ahí no tuvo ninguna desagradable sorpresa, y ningún ejército atacó Vengi. La única amenaza llegó con los brotes de peste que aparecieron en Kosala en 1119.
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #11 en: 28 de Octubre de 2008, 02:04:39 pm »
Rajputado de Rajput
(Budismo Hindu Civilizado Nación Abierta)
Sahedra, Rajá de Rajput
Diplomacia: -

Mientras su padre el Rajá Sahedra iba a la campaña de Pala, el Heredero Garudha se quedó en Rajput atendiendo a las tareas de gobierno. También procuró para continuar la línea dinástica casándose con una joven de la nobleza local, Khati. Pronto quedó embarazada, pero en el momento de dar a luz, en noviembre de 1115, madre y niño murieron en el parto. Garudha no guardó duelo mucho tiempo: un mes después se casó con otra joven noble, Yadav. También quedó embarazada pronto, pero perdió el niño durante meses de gestación. En los años siguientes esto le sucedió dos veces, más y en septiembre de 1118 murió durante un nuevo embarazo. Los cortesanos empezaban a comentar que Garudha estaba maldito, y que la maldición se concentraba en su lingam.

Para entonces Sahedra ya había vuelto a Rajput con su ejército victorioso y se pudo ocupar en parte de las labores de gobierno, dejando más libertad a su hijo. Garudha buscó entre las familias más fértiles y sanas de Rajput y consultó a todos los clérigos y santones de la región, hasta elegir a la jovencísima Visariya, de sólo 15 años. Los dioses bendijeron su tercera elección, pues sólo un mes después del matrimonio quedó embarazada y en noviembre de 1119 dio a luz a un varón.



Rajputado de Assam
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Ganedra, Gran Rajá de Assam
Diplomacia: -

Tras el fracaso de la expedición contra Assam Norte (ved La Segunda Guerra de la Traición) el Rajá Ganedra estaba más airado que nunca. Pero poco podía hacer. Así que nada hizo salvo intentar reorganizar su maltrecho ejército y empezar a tramar nuevos planes para recuperar su legítima herencia. Esto le absorbió hasta el punto de que no le dió importancia a los informes sobre la peste en la antigua Pala, ni tampoco a los primeros avisos de brotes en Palas. La tardanza de la reacción hizo imposible evitar que la región se contagiara.



Rajputado de Assam Norte
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Bramatarpo, Gran Rajá de Assam Norte
Diplomacia: -

Bramatarpo seguía desconfiando. Había logrado una excelente victoria, cierto, pero no había podido eliminar a su enemigo de Assam. Y no había sido atacado por Rajput, cierto, pero tampoco había desaparecido esa amenaza. Su herida se estaba curando bien, pero eso le hacía pensar en que había estado cerca de morir dos veces, primero por los asesinos de Assam y después en combate. Tenía que tomar más precauciones en todos los sentidos.

Las noticias que llegaban de Pala no le tranquilizaban. Le complacía que el caos y la peste malograran el éxito de su posible enemigo Rajput, pero desconfiaba de que no se extendiera a sus tierras. Los informes de brotes en Tasmir, aunque sofocados, y Maghada, confirmaron sus temores. Bramatarpo no podía confiar ni en los hombres ni en los dioses.



Rajputado de Pala
(Budismo Hindu Civilizado Nación Abierta)
Jalendry II, Rajá de Pala
Diplomacia: Pundra A

El Señor Baksi había sido enviado por el Rajá de Pala años ha a Pundra para mejorar las relaciones de la región con el Rajputado. Era una tarea difícil por las diferencias culturales y religiosas. Los rústicos habitantes de las colinas y bosques de Pundra desconfiaban de los civilizados habitantes de las llanuras de más allá de las montañas. A duras penas aceptaban enviar tributos al lejano Rajá, no veían motivos para establecer mayores pactos.
Sin embargo, Baksi era paciente y tenaz y tenía una misión que cumplir. Largos meses estuvo cultivando la amistad de los líderes locales, aprendiendo sus costumbres, participando en sus extraños y primitivos ritos religiosos, incluso cortejando a las mujeres que le estaba permitido cortejar (y evitando cuidadosamente a las que no le estaba permitido, que siempre eran las más bellas y jóvenes).

A Pundra no llegaban muchas noticias del norte (ni del sur ni de ningún otro sitio, en realidad), pero aún así Baksi se enteró de que había guerra en Pala. Pero él no era un general ni tenía tropas, él tenía una misión diplomática que cumplir, y siguió con ella. También llegaron algunas alarmantes noticias sobre una terrible enfermedad en las regiones vecinas, pero la peste no llegó a Pundra y Baksi no alteró su misión.

Finalmente, los trabajos de Baksi dieron un considerable resultado y el consejo de líderes tribales de Pundra aceptó ser aliados de Pala. Baksi ponderaba satisfecho su éxito cuando llegaron noticias: Pala había sido conquistada, la peste había arrasado sus territorios, la dinastía de los Rajás había sido exterminada.

Baksi era un hombre paciente y tenaz. Había cumplido una misión con éxito. Ahora los dioses le presentaban otra, y él iba a intentar cumplirla con la misma paciencia y tenacidad. Anunció a sus guardias y acompañantes, y a los líderes locales, que a partir de entonces él sería el Regente Baksi de Pala, y que establecería en Pundra su corte.
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #12 en: 29 de Octubre de 2008, 12:40:16 pm »
Reino del Tíbet
(Budismo Bárbaro Nación Abierta)
Tamerlon, Rey del Tíbet
Diplomacia: Tibet F, Gtsang EA

Hambre. Tamerlon miraba al futuro y veía hambre. Los acuerdos a los que había llegado con los nativos de sus nuevas tierras no le proporcionaban suficiente comida para mantener a su pueblo. Las reservas que habían traído en su éxodo se estaban agotando, ya no durarían mucho. Había que conseguir comida donde fuera. Y si no era en sus territorios, tendría que ser en otros.

Tamerlon puso a Tenzin, su mejor oficial, al frente de la mitad de las tropas del reino. No eran muchos hombres pero tendrían que bastar. Sus órdenes eran simples: ir al sur y traerse toda la comida que pudiera saquear. Mientras Tamerlon y su heredero Memat intentarían mejorar los acuerdos con Tibet y Lhasa.

Tenzin partió hacia el sur en febrero de 1115. Le llevó medio año el cruzar las altas montañas del Himalaya y llegar hasta Burma. Desde allí lanzó incursiones de saqueo contra la vecina región de Ava. Los saqueadores eran pocos y ligeramente armados pero expertos y bien entrenados, y Tenzin los dirigía con gran habilidad, lo que les permitía moverse con gran rapidez y evitar a las milicias locales que querían prenderles. Las tropas del Tibet abandonaron Ava cargados con grandes sacos de comida y guiando abundantes rebaños de cabras y ovejas. Se dirigieron hacia Manipur donde establecieron un campamento, y desde allí volvieron a Burma pero ahora para saquearla. La tarea resultó más difícil puesto que los lugareños habían recibido algunas noticas del sur y sospechaban de ese grupo de forasteros norteños armados. Pero lo único que pudieron hacer ante la superioridad de los tibetanos fue esconder lo mejor posible sus bienes. Tenzin y sus hombres volvieron a llevarse un buen botín, aunque inferior al de Ava, sin tener ningún enfrentamiento importante. Entre las dos regiones habían conseguido suficiente comida para alimentar a sus familias durante unos años.

Una vez cumplido el primer objetivo marcado por Tamerlon, Tenzin y sus tropas entraron en Gtsang con otra misión: convencer a los nobles de la región de que se unieran al reino del Tibet. A sus grandes virtudes marciales Tenzin añadía una notable habilidad diplomática, y una vez más consiguió un gran éxito: a pesar de la falta de relaciones previas y de las diferencias religiosas, los líderes de Gtsang aceptaron un acuerdo de alianza económica con el reino del Tibet.

Cuando los hombres de Tenzin llegaron a Tibet con los carros llenos de comida, con los rebaños robados y con las noticias del acuerdo con Gtsang, la alegría fue general: Tibet no pasaría hambre. Los soldados se quedaron con la mitad de lo conseguido, con lo que alimentarían a sus familias. El resto fue a los graneros reales para hacer frente al futuro.

Mientras Tenzin cumplía con éxito sus misiones en el sur, Tamerlon y Mermat se esforzaban por consolidar su posición en sus territorios actuales. Especialmente importante era el objetivo de Tamerlon: lograr que la región de Tibet fuera la nueva tierra natal de los tibetanos. Para ello empleó todo su tiempo en intentar acercar a su gente a los nativos locales, realizó algunas obras públicas en la región y seleccionó para su heredero Mermat una esposa de una familia de buena reputación. Tanto esfuerzo dio su fruto, y al acabar 1119 se podía decir que los tibetanos del éxodo y los tibetanos locales ya eran casi un mismo pueblo.

Peor suerte tuvo Memat en Lhasa. Tuvo que dedicar la mayor parte de su tiempo a administrar personalmente el reino, puesto que todavía no se había podido establecer una corte con secretarios y escribas para ello. Los nobles de Lhasa, viendo que Memat dedicaba más tiempo a sus libros y reuniones que a ellos, se sintieron molestos e incluso consideraron el reducir sus tratos con el Tibet, aunque al final la cosa quedó en nada. Fue un pequeño fracaso que no empañó los grandes éxitos de Tamerlon y sobretodo de Tenzin, el nuevo héroe del pueblo.
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Re: Newsfax T23, Años 1115 a 1119 - India
« Respuesta #13 en: 29 de Octubre de 2008, 05:45:02 pm »
Imperio de Chola
(Hinduismo Civilizado Nación Abierta)
Rajendra III, Emperador, Rajá entre los Rajás, Majarajá de Chola y la India toda, "El Tocado por los Dioses".
Diplomacia: Bijapur A, Satava EA

El Emperador Rajendra III empezó 1115 haciendo lo que había hecho durante décadas ya: gobernar. Aún a la venerable edad de 95 años seguía dedicando parte de su tiempo a supervisar la tarea de sus escribas, contables y administradores. No es que fuera necesario pero a él le gustaba, y como era el Rajá hacía lo que quería.

También le gustaba que sus órdenes se cumplieran. La espectacular procrastinación del Príncipe Mikharma en los años pasados le irritó, así que buscó para su heredero una misión que le resultara lo más desagradable posible. Si no conseguía encontrar las Maldivas en medio del mar, a ver si tenía más suerte en las montañas. Ordenó a Mikharma que le pasara el mando de la expedición al General Naravando, y que se dirigiera a Kollam. Allí recogería una tropa de caballería y se dirigiría a Satava, para casarse con una joven local y convencer a los nativos de que pertenecer al Imperio de Chola era lo mejor que les podía suceder.

Esta vez Mikharma, tal vez enterado del disgusto de su padre, no perdió ni un minuto en cumplir las órdenes y partió hacia el norte rápidamente. Con él se llevó a su hijo Paraneshiva, que aunque ahora no tenía ningún cargo algún día sería el heredero de Chola, y a su hermano el Príncipe Manhaduya. Cuando llegó a Karnata tomó el mando de las tropas restantes de la malograda expedición del General Namaste, que llevaban años establecidas en la región. Con esa infantería ligera y con su potente caballería estableció un campamento para pasar el invierno.

Sin esperar a que su heredero volviera el Rajá seguía dando órdenes y órdenes. Mandó que se realizaran numerosas obras públicas en Pandya y Chera y que se ampliaran las ciudades de Cherry, Shringeri y Kollam. Mejoró el equipo y las tácticas de la infantería y empezó a concentrar un potente ejército en la región de Pandya.

El General Naravando tampoco se libró de las órdenes del Rajá. A él le tocó llevar a cabo la misión que Mikharma había dedicado tanto tiempo a estudiar y tan poco a realizar: una expedición a las Maldives. Tomó el mando de la flota y las tropas y partió desde Tanjore. Al menos los minuciosos estudios de Mikharma valieron para algo y la flota no tuvo problemas en encontrar las Maldives. Cualquier pescador de Kollam les podría haber guiado con los ojos cerrados, pero todo el mundo opinaba que una carta náutica elaborada por el heredero del Imperio era sin duda mucho mejor.
La invasión dio pocos problemas. Los nativos de las Maldivas eran gente pacífica, acostumbrada a la pesca y el comercio y sin ningún espíritu militar. Sus islas eran modestamente prósperas pero sin ningún valor destacable, y a ellos no les importaba rendir homenaje a un señor u otro, así que nunca se habían preocupado por defenderse de nadie. Cuando llegó la flota de guerra y desembarcaron los más de 4000 hombres de Chola, los nativos corrieron a esconderse, salvo un grupo de notables que salió al encuentro de los invasores para ofrecerles su rendición incondicional.
Sin embargo, tan mansa recepción no fue correspondida por los invasores de Chola. Los líderes locales sufrieron un desengaño cuando vieron que la primera orden dad por Naravando una vez establecido como gobernador militar de las islas fue que todos los nativos tenían que abandonar el budismo y adoptar el culto a los dioses hinduistas de Chola. No es que los maldivos tuvieran nada en contra de los dioses hinduistas, pero esa imposición tan ruda y autoritaria fue vista como un insulto a la pacífica y tolerante naturaleza de los locales. ¡El pueblo de las Maldives se alzó en armas contra los invasores!
La rebelión duró menos de un mes y fue aplastada sin apenas bajas en el ejército de Chola, y no muchas más en los locales. Los líderes nativos proclamaron su adhesión inquebrantable a los dioses hinduistas y su abandono eterno del budismo. Se celebraron grandes ceremonias en honor al panteón hinduista con la presencia de Naravando y sus oficiales. Fuera de la mirada de los conquistadores el pueblo de las maldivas seguía con sus creencias de siempre, pero eso no hacía falta contárselo a los cholanos.

El Señor Dhanyavad también participaba de las órdenes del Rajá, decidido a expandir el Imperio. A él le tocó seguir en Bijapur para reforzar los lazos que unían a la ciudad con Chola.

En marzo de 1116 Mikharma, Manhaduya y Paraneshiva entraron en Satava. Allí les recibió Asitya, quien pese a sus anteriores fracasos había sido asignado para ayudar al heredero. Todo el grupo se puso a la tarea haciendo visitas a los nobles locales y dando fiestas para mostrar la superior gracia y refinamiento de los cholanos.
Mikharma hizo llegar a todas las grandes familias de Satava el anuncio de que buscaba una esposa para sí mismo y para su joven hijo, que algún día sería Rajá de Chola. Para Mikharma hubo bastantes candidatas, pero no así Paraneshiva; los ancianos de Satava no estaban seguros ni de que Mikharma fuera Rajá algún día, mucho menos su hijo. Antes que casarlo con la tercera hija de una familia de segundo orden de la región  Mikharma prefirió esperar y casarse sólo él.
Manhaduya no participaba en la diplomacia sino que se dedicaba a intentar ayudar en la administración del Imperio desde Satava. Nunca quedó claro si su tarea fue eficiente o no, porque sólo la mitad de sus correos llegaban a Tanjore, y sólo la mitad de las respuestas desde Tanjore llegaban a Satava. Raramente las dos mitades de un mismo asunto coincidían con lo que era difícil hacerse una idea de la situación.

Las tareas del grupo se vieron interrumpidas por la trágica muerte del Señor Asitya a manos de un noble local. Según parece Ayitsa había intentado granjearse la confianza de un noble realizando comentarios despectivos hacia los ancestros de otro noble rival, sin saber que esos ancestros lo eran también de su anfitrión. Un mayor conocimiento de las complicadas genealogías de Satava podría haberle evitado a Asitya la muerte por degollamiento. Sin duda lo tendría en cuenta en su siguiente reencarnación.
Mikharma y sus acompañantes decidieron no mostrar ninguna queja ante ese incidente y seguir con su tarea aunque tuvieran que apañarse sin la valiosa aportación de Asitya.

Las negociaciones iban por buen camino y el buen hacer de Mikharma iba salvando las resistencias de los notables locales, cuando en agosto llegaron las noticias de Tanjore: el Emperador Rajendra III, Rajá entre los Rajás, Majarajá de Chola y la India toda, "El Tocado por los Dioses", había muerto mientras dormía a la edad de 97 años.

Mikharma partió rápidamente hacia Tanjore con Paraneshiva, mientras Manhaduya se quedaba para seguir su árdua labor admistrativa a distancia. El camino era largo. Las regiones por donde pasó le rendían honores como heredero pero no se hacían las esperadas celebraciones para el nuevo Rajá. No le llegaban noticias de Tanjore, ni de las Maldivas donde estaba Naravando con un ejército considerable. La espera y la incertidumbre ponían nervioso a Mikharma. Llevaba muchos meses alejado del Rajá y de la corte, no sabía qué podía estar cociéndose.
Finalmente llegaron a la región de Chola. Mientras se acercaban a Tanjore vieron fondeados en el puerto los barcos con el estandarte del General Naravando. Mikharma envió delante suyo los heraldos para que anunciaran su llegada. Los guardias de la puerta les dejaron pasar pero no había ninguna comitiva de recepción. En la gran plaza que llevaba al Palacio Imperial encontraron un destacamento de las tropas de Naravando que les observaba. Mikharma y Paraneshiva con sus oficiales principales y un grupo de guardias entraron en el Palacio y se dirigieron a la sala del Consejo. Allí estaba Naravando reunido con los ministros y consejeros. En cuanto Mikharma entró, Naravando se le acercó, se plantó frente a él, le hizo una profunda reverencia y proclamó: “Saludemos al nuevo Emperador Mikharma, Rajá entre Rajás, Majarajá de Chola y la India toda”.

En los meses siguientes una de las esporádicas cartas de Manhaduya alcanzó Tanjore, y el ya Emperador Mikharma pudo leer que cuando los notables de Satava recibieron la noticia de que Mikharma había sido coronado rápidamente aceptaron firmar un tratado de alianza económica con Chola. También le anunciaba que los esfuerzos del Señor Dhanyavad en Bijapur habían conseguido un tratado de alianza completa con la ciudad. Chola tenía un nuevo Emperador y era cada día más grande y fuerte.
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